Resumen: La intervención del Estado en muchos ámbitos es fundamental. Sin embargo, en países como Ecuador esto ha sido una utopía, y no necesariamente por temas de corrupción o falta de presupuesto gubernamental, sino porque las autoridades no establecen políticas públicas para hacer frente a los diferentes fenómenos y problemas. Por ejemplo, la pobreza de carácter coyuntural y no estructural. En este sentido, a partir de un estudio focal en el cantón Loja–Ecuador se involucró a población del área rural y urbana que viven en extrema pobreza para identificar problemas que afectan su bienestar y ayudarlos mediante la construcción de políticas públicas. Se demostró que ser pobre no es sinónimo de falta de ingresos y que toda ayuda estatal no tiene que ser necesariamente monetaria.
Palabras clave: Pobreza, políticas públicas, participación ciudadana, gobernanza.
Abstract: Since time immemorial, government assistance is a key responsibility, however, in countries such as Ecuador this has been a utopia, and not necessarily because of corruption or lack of government budget, but because the authorities do not establish public policies to address the different phenomena and problems, for example, poverty of a conjunctural and not structural nature. In this sense, based on a focal study in the city of Loja-Ecuador, the rural and urban population living in extreme poverty was involved to identify problems affecting their welfare and help them through the construction of public policies. It was shown that being poor is not synonymous with lack of income, and that any state aid does not necessarily have to be monetary.
Keywords: Poverty, public policies, citizen participation, governance.
Artículos científicos
MÁS ALLÁ DE LA POBREZA. PROPUESTA DE POLÍTICAS PÚBLICAS PARA MEJORAR EL BIENESTAR POBLACIONAL
BEYOND POVERTY. PUBLIC POLICY PROPOSALS TO IMPROVE POPULATION WELLBEING

Hablar de los problemas que han sido considerados trascendentales en la historia de la humanidad, sería referirse a la pobreza y en particular a la extrema pobreza. Aunque no parezca, esta última ha llegado a catalogarse como un virus propagado en todo el mundo, afectado a una gran parte de la población. Fenómeno social que se ha visto agravado por el desarrollo del capitalismo a nivel general y sobre todo en países en vías de desarrollo, en particular América Latina, donde las condiciones de vida son preocupantes, la marginación, desempleo y el hambre son cotidianidades.
Actualmente, 184 millones de personas en Latinoamérica viven en situación de pobreza y 62 millones en pobreza extrema. Son datos del Informe anual “Panorama Social de América Latina 2018” elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2020). Esto quiere decir que el 30,2% de los latinoamericanos son pobres, y el 10,2% pobres extremos. Esto supone que, una parte importante de población no dispone de los recursos necesarios para satisfacer su alimentación.
En el caso particular de Ecuador, la CEPAL (2020) estima que los niveles de pobreza en la región podrían retroceder a índices registrados hace 14 años, en el sentido de que 8 de cada 10 personas vivirán con ingresos por debajo de 500 dólares mensuales. Esto revierte el sostenido descenso de la pobreza que se había experimentado entre 2003 y 2014. Con esta realidad, el territorio será uno de los países en donde más crecerá la pobreza como la pobreza extrema, pasando del 25,7% en 2020 al 32,7% en 2021 y del 7,8% al 12,7% respectivamente. En términos absolutos, estimando la población total del Ecuador en 17,5 millones de personas, en un solo año, habría 1.225.000 personas que caerían en la pobreza, y 892.500 que lo harían en la extrema pobreza. Y todo esto, insistimos, sin contar que la situación aún podría agravarse.
En ese sentido, el presente artículo busca presentar algunas alternativas de política pública encaminadas a hacer frente el fenómeno de la pobreza en Ecuador. Para lo cual, se han realizado micro estudios en los cantones urbanos y rurales en la provincia de Loja para conocer la realidad en la que “sobreviven” las familias y determinar, con su ayuda, qué medidas de política pública serían las más adecuadas para combatir este fenómeno.
La historia de Ecuador ha estado marcada por una fuerte división geopolítica que ha generado una crónica inestabilidad política. Desafortunadamente, las reformas políticas de las últimas décadas no han podido eliminar las principales causas de esa inestabilidad lo que hizo muy difícil poder luchar contra la pobreza. Es importante considerar que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2010) definió[1] a la pobreza como la situación en que no se dispone de los recursos que permitan satisfacer al menos las necesidades básicas de alimentación. En este sentido, la situación en términos de pobreza que experimentó el territorio no fue el mejor, lo que provocó mucho malestar e inconformidad de la población, así como una clara tensión y riesgo político.
Sin embargo, en el periodo 2007/2014 el país presentó grandes avances hacia la erradicación de la pobreza, usando como métrica monetaria al consumo, la pobreza en el país se redujo del 38,3% al 25,8%, una reducción de 12,5 puntos porcentuales (pp); y la pobreza extrema por consumo pasó de 12,9% a 5,7%, es decir, una reducción de 7,2pp. Acompañando a este logro de política social, otros tipos de indicadores de pobreza mostraron avances importantes. Por un lado, la pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) también se redujo en el mismo período de 52% a 35,8% y, por otro, la pobreza por ingresos se redujo de 37,6% a 22,5%.
Los avances en la lucha contra la pobreza tuvieron lugar en las áreas urbana y rural, así como en las diversas regiones geográficas naturales del país. El proceso de reducción de la pobreza no fue exclusivo para determinadas partes del territorio. La pobreza en áreas rurales descendió 14pp, mientras que en áreas urbanas la reducción fue de 9pp. Desde la perspectiva de regiones naturales, el porcentaje cayó 9pp en la Sierra, 15pp en la Costa y 12pp en la Amazonía. A pesar del progreso generalizado, las diferencias regionales se mantienen. La pobreza rural es tres veces mayor que la urbana, y la pobreza en la Amazonía es casi dos veces mayor que la de la Sierra y la Costa.
La dinámica detrás de la reducción de la pobreza se dio por la salida de un gran número de personas que se encontraban en esa condición, y por la entrada de un bajo porcentaje de personas a la situación de pobreza. Si bien se ha registrado cierta movilidad descendente, los cálculos señalan que solo el 4,88% de la población no era pobre en el 2006, y que entraron en la pobreza ocho años después. Cerca del 13,25% era pobre en el 2006 y salió de la pobreza en el 2014. Sin embargo, el grupo vulnerable que se encuentra cerca de la línea de pobreza representa el grupo más grande del país. Las personas vulnerables constituyen el grupo más numeroso del país. En el 2014, el 25% de la población es pobre, el 39% es vulnerable y el 35,7% es clase media y alta. Una inspección dinámica muestra que la clase vulnerable está creciendo porque los pobres moderados se están movilizando de manera ascendente, y también porque un pequeño grupo se está moviendo de manera descendente desde la clase media.
En cuanto al índice de pobreza y pobreza extrema por ingresos, Ecuador[2], hasta el 2019 estaba en la "mitad de la tabla" de los países de América del Sur, países que presentaban tasas de pobreza alrededor del 20% de la población, lo cual, en el caso del país, a diciembre del 2019 representaba unos 3,5 millones de personas, en una población de 17 millones. Pero la medición de un año después, ya como un impacto directo de la pandemia, elevó la cifra de la pobreza. A diciembre del 2020, la pobreza se había ubicado en el 32% de la población, es decir, unos 5,3 millones de personas, mientras que la extrema pobreza había superado el 14%. Del periodo de Lenin Moreno, cortado por la estadística desde diciembre del 2017 a diciembre del 2020, se puede decir que pasó del 23,4% en el 2017, al 25,3% en el 2019 y al 2020 se disparó al 32%.
En el año 2020, la emergencia sanitaria por el COVID19 alteró las actividades económicas de todo el mundo El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) registró que la pobreza por ingresos a nivel nacional en diciembre de 2020 se ubicó en 32,4%, mientras que la pobreza urbana es de 25,1% y la pobreza en el área rural es de 47,9%. En diciembre de 2020 la pobreza extrema a nivel nacional se ubica en 14,9%. En el área urbana la pobreza extrema es de 9,0% y en el área rural es de 27,5% (CEPAL, 2020).
La pobreza era mayor en las áreas rurales que en las urbanas, donde un 50,2% de la población se encuentra bajo la línea de pobreza y 25,6% en condiciones de indigencia. También se pueden encontrar diferencias según la región donde vive la población; en la región Costa se encontró que un 40,3% de la población vivía en condiciones de pobreza, en la Sierra un 33,7% y en la Amazonia un 59,7% de la población.
Con el escenario antes descrito ¿qué se está haciendo para luchar contra la pobreza? Pues bien, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecen la necesidad de erradicar la pobreza extrema para todas las personas y en todo el mundo hasta el 2030. No debería ser concebido como un sueño, sino como una meta real que requiere políticas específicas, y justamente, estas últimas son las encargadas de garantizar una calidad de vida de la sociedad que no se vea condicionada por la pobreza. Este es el reto al que se comprometieron los 193 Estados miembros de la ONU, sin embargo, más de 800 millones de personas en el mundo viven con menos de un dólar al día.
Para conocer sobre el impacto que ha tenido la pobreza y, sobre todo, la extrema pobreza en el bienestar poblacional no sólo de Ecuador sino de todo el mundo, se abordan sus principales conceptos que se han establecido a lo largo de la historia y estudios que han servido de pilar de conocimiento técnico para la investigación.
Entendiendo la pobreza: conceptos
Para George (1988), la pobreza es un núcleo de necesidades básicas y un conjunto de otras necesidades que cambian en el tiempo y en el espacio ya que considera que la pobreza se la debe analizar desde una perspectiva “absoluta”, en tanto que Baratz & Grigsby (1972) afirman que esta debe ser bajo un análisis más “relativo”. Pero son interpretaciones sobre la construcción social de las necesidades y no de diferentes definiciones de la pobreza. Ambas visiones concuerdan en que la pobreza es una carencia de algo y comparten parcialmente qué es aquello de lo que se carece. El desacuerdo fundamental radica en el origen y el fundamento de las necesidades.
Por su parte Spicker (2009), menciona que la población es pobre porque no tiene algo que requiere, o cuando carece de los recursos para acceder a las cosas que necesita. En cambio, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social – CONEVAL - (2018) considera que una persona se encuentra en situación de pobreza cuando tiene, al menos, una carencia social[3] y su ingreso es insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.
Es notorio, que este primer grupo de definiciones se entiende a la pobreza como carencia de bienes o servicios materiales. La población “necesita” cosas tales como: comida, vestido, combustible o techo. Lo que indica que la pobreza es como “una privación severa de bienestar físico y bienestar mental, estrechamente asociada con inadecuados recursos económicos y consumos”.
Ante ello, se puede indicar que la pobreza extrema en escala mundial tiene muchas causas históricas: el colonialismo, la esclavitud, la guerra y las invasiones. Existe una gran diferencia entre estas causas y lo que llamamos los factores que mantienen las condiciones de pobreza. La diferencia radica en lo que podemos hacer con respecto a ellos, no podemos volver atrás en la historia y cambiar el pasado. Es conocido que, en muchas naciones de Europa, enfrentadas a guerras devastadoras, como la primera o la segunda guerra mundial, se vieron reducidas a la pobreza y su gente se vio obligada a vivir dependiendo de limosnas y caridad, escasamente sobreviviendo. En una década estos países han florecido en cuanto a renta domestica real, y se han convertido en países desarrollados e influyentes, de prósperos habitantes. También se sabe que muchas otras naciones han continuado entre las menos desarrolladas del planeta, aunque se hayan gastado en ellas billones de dólares, esto debido a que no se atacaron los factores de pobreza, sino solo los síntomas. En lo que respecta a pobreza multidimensional esta hace referencia a la medición directa de las condiciones de vida de la población, en tanto se mide la situación de las personas y los hogares en relación con distintas dimensiones e indicadores de bienestar que se consideran socialmente relevantes (Alkire y Foster (2011) y Alkire, et al (2010).
Por su parte Wong (2010) concluye que para reducir la pobreza, especialmente la pobreza rural, las políticas deben centrarse en el mercado laboral, inclusión social, educación y necesidades básicas como acceso a los servicios de salud. Para lograr un verdadero cambio, no sólo debe intervenir el Gobierno, sino que también es necesaria la cooperación y contribución de las empresas
En este sentido, el CONEVAL (2018) manifiesta que una persona se encuentra en situación de pobreza extrema cuando tiene tres o más carencias, de seis posibles[4] y, además, se encuentre por debajo de la línea de bienestar mínimo. La CEPAL (2020) expresa que la pobreza extrema o "indigencia" se entiende como la situación en que no se dispone de los recursos que permitan satisfacer al menos las necesidades básicas de alimentación. En otras palabras, se considera como "pobres extremos" a las personas que residen en hogares cuyos ingresos no alcanzan para adquirir una canasta básica de alimentos, así lo destinaran en su totalidad a dicho fin. A su vez, se entiende como "pobreza total" la situación en que los ingresos son inferiores al valor de una canasta básica de bienes y servicios, tanto alimentarios como no alimentarios.
A continuación, se detallan algunos estudios realizados que permitan entender la importancia, trascendencia de este tipo de estudios. Además de esto, permitirá dar mayor argumentación a los conceptos y teorías antes analizadas.
En el estudio realizado por Castillo y Jácome (2015) denominado “Medición de la pobreza multidimensional en Ecuador” el cual tuvo como objetivo determinar las tasas de privaciones en los hogares ecuatoriano por cada indicador o dimensión en términos de pobreza multidimensional. En este sentido, de las 4 dimensiones, educación (1), trabajo y seguridad social (2), salud, agua y alimentación (3) y por último hábitat, vivienda y ambiente sano (4) se obtuvieron valores preocupantes y que se requieren de atención gubernamental, ya que en el caso de la segunda dimensión la tasa de privación era del 59,1%, seguida del 49,5% de la primera dimensión, 45,1 de la cuarta y por último 19,5% correspondiente a la tercera dimensión.
Además, contribuyen con una metodología para construir una herramienta de seguimiento de políticas públicas dirigidas a reducir la pobreza y garantizar el derecho al Buen Vivir; han demostrado que los niveles de felicidad de la población están directamente relacionados con las condiciones de vida de los grupos poblacionales más vulnerables. En zonas rurales se evidencian diferentes necesidades, además, la falta de trabajo tiene un mayor impacto; por lo que, el efecto de las políticas públicas en el desarrollo productivo es bastante limitado, esto se debe a que la poca ayuda que pueda darse no llega a los hogares más desfavorecidos.
Mideros (2012), en su estudio denominado “Ecuador: definición y medición multidimensional de la pobreza, 2006-2010” estudia la extensión de la privación agrupada en seis dimensiones, con el fin de realizar un análisis integral sobre la pobreza multidimensional en Ecuador. Utilizó una metodología basada en una perspectiva de derechos, puesto que estos no son intercambiables, es así que la privación de derechos es suficiente para que una persona sea considerada pobre. Otro problema potencial es que la pobreza es aún alta en las zonas rurales, donde la situación es más compleja y requiere muchos recursos debido a la heterogeneidad, la fragmentación y la falta de infraestructura básica.
El resultado más llamativo es que la tasa de pobreza multidimensional en Ecuador disminuyó entre 2006 y 2010, de 17,9% a 15,6%; las áreas rurales con los niveles más altos, la contribución regional relativa a la pobreza multidimensional a nivel nacional en 2010 en la región Sierra fue de alrededor de 35,3%; 50,6% en zonas costeras y 6,6% en regiones amazónicas, el 57,9% de la tasa de pobreza del país se atribuye a los niños y niñas, así como a los adultos mayores. Así también se ha determinado que la pobreza en Ecuador está muy relacionada con la etnia y la zona rural habitada. Por ello, el autor “prevé priorizar la reforma del sistema de protección social, así como la aplicación de la normativa, el uso de políticas públicas para la prestación de servicios básicos”.
En cambio, Guamán (2015) desarrolló una investigación denominada “La pobreza bidimensional en la ciudad de Loja aplicando los enfoques tradicionales de medición de pobreza por ingresos y necesidades básicas insatisfechas en el año 2014” en la cual aplicó una encuesta de hogares en áreas urbanas de la ciudad de Loja, incluye variables como: ingresos familiares, condiciones de vivienda, educación y medios de vida, donde resultó que 24,6% hogares de la ciudad de Loja son pobres debido a NBI, de las cuales el 5,3% son marginales, el 8,1% son pobres y el 11,2% se consideran moderadamente pobres.
Además, el Observatorio Regional UTPL (2018) en su estudio “Pobreza y percepción de nivel de vida en el cantón Loja” determinó que la tasa de pobreza en Loja era de 11,7% y la pobreza extrema de 4,6%; se observa que, a mayor nivel educativo del jefe de hogar, la tasa de pobreza disminuye. Es así como, la tasa de pobreza para las personas con educación primaria es de 21,4% y para las personas con educación superior es de 2,8%. En cuanto a los ingresos que reciben los hogares, 30,5% dijo que vive bien y 8,6% piensa que vive mal. Por otro lado, a medida que aumenta el nivel educativo de jefes de hogar, mejora su percepción del nivel de vida, por lo tanto, de los jefes de hogar con título universitario, el 86,7% piensa que vive bien, el 13,3% piensa que vive más o menos bien y ninguno piensa tener mala vida. Finalmente, el ingreso mensual promedio que recibieron los hogares fue de $1.339, el hogar urbano promedio ganaba más de lo que consideraban necesario para vivir bien, mientras que en el área rural ocurría lo contrario.
Arrobo & Zamora (2017) evidenciaron que la vivienda sin acceso al servicio público de agua y el déficit habitacional, son los principales factores que conducen a la pobreza dentro de un hogar; en varias investigaciones se menciona que el concepto de pobreza incluye la privación incluso más allá de la escasez o privación de recursos monetarios, considerando que también se relaciona con la necesidad insatisfecha, la falta de desarrollo de capacidades, las brechas y las desigualdades hacen que la economía sea más compleja y multifactorial, este fenómeno social da algunos de los indicadores tomados en cuenta no son relativamente suficientes para explicar completamente este fenómeno.
El Instituto de estudios peruanos (2021) analizó la situación de pobreza multidimensional de zonas rurales del país en su estudio denominado “Cambios en la pobreza y la desigualdad”, determinó las características que presenta esta población y propuso una medida de pobreza multidimensional. Los principales factores que influyeron en la reducción de la pobreza por NBI en Ecuador fueron: mejora del acceso a los servicios básicos, acceso a las telecomunicaciones, industrialización promovida y proporción de la población urbana; en contraste, el por ciento del área forestal y el por ciento de la población rural estaban positivamente relacionados con la pobreza, esto implica que el crecimiento económico está estrechamente ligado a la migración rural-urbana, junto con la industrialización y destrucción de la selva; sin embargo, el patrón de crecimiento es insostenible y a la larga crea situaciones de mayor riesgo.
Correa, et. al (2018), en su estudio “Poverty traps in the municipalities of Ecuador: Empirical evidence” encontraron colectivamente 23 sectores económicos en los que la tasa de pobreza disminuye a lo largo de los años, aunque no existen diferencias significativas en la desigualdad entre los pobres. Además, plantean la necesidad de distinguir las políticas públicas aplicadas en cada sector territorial, con el fin de identificar lineamientos y estándares específicos en cada programa y proyecto para que el gobierno pueda enfocar mejor sus recursos, ya que Ecuador es un país diverso donde la matriz productiva varía en cada sector, así como en condiciones económicas, sociales y culturales.
A partir del índice de pobreza propuesto por Amartya Sen, se evalúa las condiciones de pobreza en 22 provincias integrando la tasa de pobreza, la brecha de ingresos y el coeficiente de Gini en un índice compuesto. Concluye a nivel nacional que las tasas de pobreza han disminuido y la desigualdad entre los pobres no ha sido significativamente diferente, mostrando que 22 provincias han mejorado su estado de pobreza, es decir, en 2014 había menos gente pobre en Ecuador y menor pobreza, pero la desigualdad entre los pobres sigue siendo la misma que en 2006; también enfatiza que es crucial que el gobierno formule políticas públicas que se enfoquen en las “condiciones de vida” de los pobres y no solo en la “mejora de ingresos” de ellos.
Correa, et. al. (2020) en su investigación “La COVID-19 y su impacto en la pobreza de Ecuador: método de escenarios” notaron que en Ecuador la COVID-19 tuvo impactos muy fuertes en la pobreza, se analizaron siete posibles escenarios; el primero muestra que cuando el ingreso total disminuye en un 5%, la tasa de pobreza de hogares aumenta en 2,2pp., lo que significa 101.288 nuevos hogares pobres y 374.765 nuevos pobres; el segundo escenario detalla una disminución del 10% en el ingreso total, un aumento de la pobreza de 4,1pp., resultando en 193.645 nuevos hogares pobres y 716.485 nuevos pobres; el tercer escenario, disminuyen los ingresos laborales en 5%, la tasa de pobreza aumenta en 1,9pp., resultando en 87.557 nuevos hogares con pobres y 323.962 nuevos pobres; en el escenario cuatro se determina que con una disminución del 10% en los ingresos laborales, la tasa de pobreza aumentaría en 3,5pp., resultando en 162.416 nuevos hogares pobres y 600.940 nuevos pobres; el quinto escenario considera los hogares, con una disminución del 5% en los ingresos, la tasa de pobreza se aumentará en 0,1pp., lo que significa 4.123 nuevos hogares pobres y 15.255 nuevos pobres; en el sexto escenario hay una reducción de 10% en los ingresos laborales de los hogares, esto aumentaría la tasa de pobreza a 2,3pp., es decir, 105.619 nuevos hogares de pobres y 390.789 hogares nueva pobreza. Finalmente, en el séptimo escenario, si el ingreso total disminuyera en un 20%, esto aumentaría hogares pobres en 9,7pp., lo que llevaría a que 454.815 nuevos hogares se consideren pobres y 1.682.816 nuevos pobres; estimando y analizando el impacto de COVID-19 en la pobreza en Ecuador utilizando el método de escenarios, consideran alternativas para reducir el ingreso de los hogares y calculan el cambio en la pobreza tomando en cuenta el enfoque monetario.
La investigación científica en general, y la social, en particular, exige que los métodos sean considerados como herramientas para una mayor y mejor comprensión y sustentación de los diversos y distintos problemas y realidades de estudio. El conocimiento de las ciencias sociales no es concluyente, y no es para menos cuando se trata de un objeto de estudio particular "el sujeto"; por lo tanto, este conocimiento se vuelve un reto en sí mismo, cuando se valida su vigencia y eficacia en entornos que sufren constantes transformaciones. "No existen métodos infalibles; por ello es importante su análisis para localizar las fortalezas que deben aumentarse y eliminar las debilidades que limitan su eficacia" (Aguilera, 2013).
Loja es la novena provincia del país ocupando un territorio de 110666 km.. Limita al noroeste con la provincia de El Oro, al este con la provincia de Zamora Chinchipe, al norte con la provincia de Azuay, al sur con las provincias peruanas de Sullana y Ayabaca y al oeste con las provincias de Zarumilla y Tumbes también pertenecientes al Perú. Está constituida por 16 cantones, con una población de 538.137 habitantes de acuerdo con las proyecciones referenciales 2010-2030 del INEC (2020). A continuación, se expone la composición demográfica por cada una de las unidades administrativas que constituyen el primer nivel de división a nivel provincial.

Debido a la naturaleza de esta investigación se aplica un diseño cualitativo de tipo interpretativo y explicativo, se aplicaron dos técnicas: Historia de vida y grupos focales. Para el cumplimiento de estas dos técnicas se tomó en consideración el siguiente público objetivo, las familias y los líderes representativos.
En el caso de las familias, fueron un total de 48 las entrevistas, de las cuales se seleccionaron 32, debido a que estas cumplían con las características para la presente investigación, y sobre todo, acordes al concepto propio de pobreza extrema. Por su parte, en lo que respecta a los líderes representantes fueron un total de 32, los cuales se clasificaron en personal de recursos humanos de la municipalidad y de fundaciones que trabajan en programas en lucha contra la pobreza, entre los cuales se encontraron alcalde, concejales, presidentes de gobiernos parroquiales, teniente político, cura párroco, líderes barriales, presidentes de asociaciones, etc.
Es importante destacar que la elección de estas dos técnicas metodológicas se debe a que constituyen clave para determinar la esencia de la pobreza y evidenciar correctamente lo que viven y sienten las familias entrevistadas. Si bien, existen metodologías cuantitativas a base de indicadores y modelos econométricos que demuestran cuantitativamente el concepto de pobreza y pobreza extrema, estos se limitan a evidenciar números, y para este tipo de estudios lo que se busca es que se creen acciones y medidas públicas basadas en las necesidades reales, concretas y específicas, y esto lo conseguimos con estas dos técnicas.
Es una técnica narrativa que consiste en la elaboración de un relato autobiográfico. Utilizada en diferentes contextos y disciplinas, como en terapia ocupacional y psicoterapia, o en investigaciones de tipo sociológico, psicológico o antropológico. El procedimiento básico consiste en evocar y estructurar los recuerdos de la vida de una persona, pero desde un punto de vista subjetivo, es decir, a través de su propia mirada. Fue necesaria para identificar los hogares con los cuales se trabajará la historia de vida, para ello se solicitó la opinión de líderes representativos de las parroquias más pobres del cantón Loja.
Para el cumplimiento de esta técnica se establecieron dos herramientas: Los ecomapas y la caracterización diacrónica. El ecomapa, sirve para la interpretación de la relación de las familias con cada categoría en torno a su situación de pobreza, y de esta manera, reconocer e identificar sus emociones y al mismo tiempo establecer las propuestas de política pública encaminas a mejorar su situación. Cada familia señala el nivel de importancia de cada categoría[5] en su vida con base a las preguntas. La caracterización diacrónica permite revisar en retrospectiva acontecimientos importantes que marcaron el presente de un contexto y en relación con ello las expectativas a futuro. En este caso, las familias describieron su realidad considerando un rango temporal, estimando el tiempo que su hogar tiene como constituido, en función de cada una de las categorías y en relación con dos dimensiones temporales: pasado y futuro.
Tuvo como finalidad extraer información de un grupo pequeño de participantes mediante una entrevista para conocer su opinión. Para ello, se conformó uno para cada parroquia y se trabajó con actores representativos del cantón. En total se escogió 2 a 4 actores, en función de lo que la sociedad lo determine y a la predisposición de ellos. Su aplicación fue después del levantamiento de información a los hogares.
El grupo focal se realizó en 3 fases:
Indagación. Se buscó conocer la opinión de los actores sobre las mismas categorías de temas que fueron consultadas a los hogares y son las siguientes: 1. Vivienda, 2. Educación, 3. Alimentación, 4. Salud, 5. Ingresos.
Contrastación. En esta fase se comparó la información levantada a los hogares con la información proporcionada por los actores. Los resultados podían tener 2 estados: 1. Sean Iguales y 2. No sean iguales.
Políticas públicas. Se pretendió identificar, en base a la contrastación, el tipo de políticas públicas (acciones que deben implementar los distintos niveles de gobierno) que los actores señalan se debería realizar para combatir la pobreza en el Cantón, así como sus perspectivas de solución.
Para el desarrollo de estas tres fases se hizo uso de tablas que permitieron organizar y estructurar la información recopilada. Ver Anexo
Las particularidades del objeto de estudio se comprenden a partir del acercamiento a las familias vulnerables y en condiciones de pobreza, para lo cual se identificó en las 19 parroquias del cantón Loja a 4 grupos de familias, las cuales se caracterizaban por vivir en condiciones desfavorables respecto a las categorías o variables de estudio.
Unidades de estudio: representan a las familias de las diferentes parroquias que cumplían los mínimos criterios para ser tomadas en cuenta dentro del estudio, en este caso en específico se seleccionaron familias con un alto grado de vulnerabilidad y en extremas condiciones de pobreza. Por ello se seleccionaron 64 familias con ayuda de los actores estratégicos del Cantón, que con la labor que realizan en el territorio ya tenían identificadas las familias objeto de estudio.
Variables de estudio: o categorías en las que se evaluó la situación de pobreza de cada familia son las que se muestran en la figura 2.

Para ello se aplicó la metodología “Investigación de Acción Participativa” (IAP), como modelo de investigación psicosocial, con todos los miembros del hogar, siendo indispensable la presencia del jefe de hogar, quienes a través del conversatorio compartieron sus vivencias, experiencias personales con el fin de determinar la situación de pobreza en la que viven, datos e información que se contrasta con la observación; por lo que implica la participación de la comunidad como autogestora del proceso investigativo desde el diagnostico hasta la propuesta (Rocha, 2016), distinguiendo la generación de reflexiones amplias a partir de interacciones dialécticas dentro del conocer, analizar , comprender y proponer; de esta manera, la IAP busca trascender una costumbre pedagógica con el propósito de proyectar al grupo poblacional intervenido como protagonista de sus propias construcciones y valoraciones.
La fuente principal de información fueron los testimonios orales de las familias (puntos de vista, experiencias, recuerdos) para la reconstrucción de realidades y su caracterización, además, se trabajó con grupos focales para que sean los participantes los propios generadores de propuestas para afrontar el problema de pobreza, todo ello en relación con las cinco categorías de atención prioritaria: educación, salud, alimentación, ingresos y vivienda.
Los métodos, técnicas y herramientas antes indicadas buscan conocer la opinión de todos los involucrados y se identificó el tipo de políticas públicas que los actores señalaron que se debería realizar para combatir la pobreza en el Cantón, así como sus perspectivas de solución.
Para asegurar la fiabilidad y controlar la calidad de la información se utilizó la triangulación entre investigadores, informantes y documentos, generados tanto de la observación participante como de las entrevistas semiestructuradas. Se analizaron los datos por separado de cada investigador y se revisó la información levantada, finalmente para el análisis de datos se empleó la técnica de análisis narrativo del contenido.
El desarrollo del presente estudio trajo consigo resultados muy importantes, no sólo desde el punto de vista académico e investigativo, sino también para evidenciar una “realidad oculta” para muchas autoridades locales y nacionales, incluso para la sociedad entera. Y es que este tipo de investigaciones y metodologías que abordan temáticas de este tipo que van más allá del análisis cuantitativo y se centran en lo cualitativo buscando obtener la esencia del problema y con esto establecer respuestas claras, coherentes y concisas.
En el caso puntual de esta investigación, lo que se pretendía era “vivir la pobreza extrema” para conocer lo que estaban atravesando las familias involucradas, y con esto, establecer propuestas de política pública que permitan ser una guía para las autoridades locales para efectiva intervención y mejorar esta situación tan lamentable que atraviesan las familias, incluso que este estudio sea un “aviso” y al mismo tiempo un llamado de atención sobre lo que posiblemente estén viviendo más familias ecuatorianas en todo el país. Sin embargo, es necesario reconocer que este estudio tiene una limitación, la cual tiene que ver con el alcance de variables constituidas para determinar la pobreza extrema en las familias, ya que fueron seleccionadas variables específicas, consideradas las más importantes para determinar la pobreza extrema según expertos académicos y teóricos en esta área. No obstante, para futuros estudios es recomendable incluir variables que permitan perfilar y profundizar los resultados.
En este sentido, se detalla recomendaciones de política pública, las cuales fueron construidas con la opinión de las familias que viven en pobreza y extrema pobreza en el cantón Loja.
El 40% de la población objeto de estudio, ha dado prioridad a que se emitan medidas y acciones públicas en el área de salud, debido a que la Covid-19 ha expuesto en mayor riesgo su bienestar, considerando que antes ya estaban preocupados debido a la falta de medicina y atención especializada. En segundo lugar, de priorización se encuentra la alimentación (30%) debido a que consideran que existe altos niveles de desnutrición, tanto de adultos mayores como de niños.
Siguiendo con el orden de prioridad en la atención pública se encuentra vivienda (15%), ingresos (10%) y finalmente educación (5%). En lo que respecta a vivienda, la preocupación radica en las condiciones precarias en la que las familias viven, las cuales afectan a su desarrollo y bienestar. El ámbito de ingresos, las familias no buscan incremento en las transferencias del estado, bono o demás ayuda monetaria. En realidad, las familias buscan mejorar ingresos por su cuenta, pero con ayuda y apoyo en maquinaria o utensilios para la agricultura y ganadería. En lo que respecta a la educación, no ha existido mayores preocupaciones, debido a que se ha dado de forma regular, aunque si se espera que exista mayor cobertura en cuanto a infraestructura porque muchos niños del área rural deben realizar un recorrido cercano a 2 horas para poder llegar a su institución educativa.
El objetivo de esta investigación es establecer propuestas de política pública, haciendo partícipe a la población, como principales interesados en mejorar su bienestar. De esta manera, en territorio se establecieron propuestas de esta manera:
· Aumentar personal médico en diferentes áreas de tratamiento y atención en los centros de salud.
· Socializar antecedentes de salud de la población en general, sin importar el tipo de institución (pública o privada) a la que acudieron.
· Establecer campañas masivas de visita “puerta a puerta” de médicos generales enfocados en la atención de la población vulnerable de la parroquia.
· Abastecer de medicamentos a los centros de salud, de forma diversificada y en gran proporción.
· Informar a la población sobre una buena alimentación y dieta balanceada.
· Identificar grupos vulnerables que padecen de desnutrición crónica en el territorio.
· Ampliar la estrategia de colación escolar; nuevos y mejores productos.
· Establecer kits alimenticios para la población más vulnerable.
· Gestionar créditos con una tasa baja de interés que permita a las familias calificar a proyectos de vivienda social.
· Promover convenios entre las ferreterías y constructores para crear un kit económico de materiales a utilizar en la construcción de viviendas a bajo costo tanto en el sector urbano y rural.
· Impulsar al sector agrícola y turístico que permita a los pequeños productores la distribución y venta de sus cosechas.
· Capacitación a la ciudadanía en temas relacionados a agricultura y ganadería para motivar el crecimiento y desarrollo de las personas y del territorio.
· Proteger a pequeños agricultores para prevenir altercados en el trabajo y sus cosechas.
· Capacitación a los ciudadanos para incentivar el cuidado de sus ingresos.
· Dotar a los estudiantes de computadoras e internet en los centros educativos.
· Incluir docente con especialización educativa.
· Apertura de institutos técnicos superiores enfocados en la agricultura y ganadería.
· Capacitación gratuita a adultos mayores que no se han involucrado en ninguna etapa de su vida.
Se presentan 18 propuestas por parte de la ciudadanía de todo el territorio, sin embargo, es importante destacar que el 60% pertenecen al área rural. Situación que se explica porque la población que vive en este sector se caracteriza por hacerlo en extrema pobreza. Mucho de ellos “sobreviven” con menos de 1 dólar diario, a diferencia de la población que reside en la parte de urbana, que si bien requieren atención, no la consideran de urgencia.
Como siguiente paso se procedió a compartir las propuestas con expertos en políticas públicas para seleccionar aquellas que se consideren prioritarias. En este sentido, se lograron definir las siguientes políticas según área de intervención:

Una realidad de la pobreza en Latinoamérica es que afecta a los derechos fundamentales de las personas, entre las principales consecuencias se encuentran el hambre y la desnutrición, sin embargo, existen otras complejidades que pueden llegar a condicionar a la población, por ejemplo: afecta la salud de las personas. Actualmente, todavía existen 6 millones de niños que mueren cada año en el mundo, antes de cumplir 5 años. Siendo casi imposible que muchas personas accedan a servicios básicos como la educación, vivienda digna o agua potable, entre otras.
En las comunidades rurales de América Latina, donde la población apenas tiene oportunidades de empleo. Los ingresos que consiguen trabajando por cuenta propia son inferiores a los salarios mínimos legales. Se añade que la informalidad de estos trabajos no contempla derechos previstos en la legislación laboral como vacaciones anuales remuneradas, seguros por desempleo, accidente o enfermedades. Tampoco se contempla la protección de la maternidad o paternidad o las pensiones. Millones de personas en Latinoamérica (y también en el mundo) están absolutamente desprotegidas a causa de la pobreza.
Los principales problemas de las personas pobres no son los ingresos, como tal, tampoco la ayuda que más requieren constituye una transferencia monetaria, bonos del estado o cualquier donativo que tenga que ver con dinero. Sino más bien, la incapacidad de generar por su cuenta propia ingreso, que los imposibilita a vivir adecuadamente, es por ello por lo que necesitan contar con un sistema de salud óptimo, es decir, con disponibilidad de medicamento, especialistas médicos, que tengan la voluntad y el compromiso de atender a población adulta en estado crítico y que se encuentra en el último rincón del área rural.
En Ecuador se observa que existen mayores tasas de pobreza y pobreza extrema en el área rural, esto como consecuencia del poco acceso a la educación que los habitantes de esta área tienen, lo que está relacionado con embarazos adolescentes o limitados puestos de trabajos de baja remuneración, que no alcanza para satisfacer las necesidades básicas de los miembros del hogar. Ahora, si analizamos la pobreza y extrema pobreza por región, la amazónica es la que presenta mayores tasas de pobreza.
Esto es el resultado de políticas sociales focalizadas, las mismas que ven a la persona pobre como un “otro” y no como parte de la sociedad. La inclusión social se abandona a la improbable reacción de un mercado que conduce a la inversión y a la asimilación de tecnología expulsoras de mano de obra. El cuidado social, por parte del Gobierno a la población es nulo, no existe una preocupación por mejorar las condiciones de vida en el territorio, especialmente en la parte rural, a tal punto que esto ha generado en la población un estado de depresión por vivir en estos sectores.
Es importante “abrir” las puertas a organizaciones internacionales que apoyen al sistema sanitario, mejorar las coordinaciones interinstitucionales e intersectoriales con el fin de agilizar los procesos y dar solución, sobre todo a aquellas instituciones enfocadas en el mejoramiento y tecnificación de la agricultura y ganadería, los cuales como muestra el estudio, son los pilares del crecimiento económico de las familias.
Es evidente que la población busca ayuda mediante efectivas políticas públicas. Son la principal fuente para detectar sus falencias y posibles soluciones. Esta misma población pone en evidencia que muchas políticas estatales han sido ayudas puntuales, es decir, políticas coyunturales y no estructurales. Martínez (2017) recomienda que las organizaciones estatales y las ONG presten atención a la cosmovisión del grupo social para tomar decisiones en la elaboración de programas que realmente los ayuden a salir de la pobreza, fomentando espacios de diálogo entre la población y el estado, incluyendo la intervención de expertos para identificar causas reales que impiden a estos grupos salir de este inconveniente.
Finalmente, el presente trabajo contribuye con resultados muy importantes tanto para la academia, la investigación y los distintos niveles de gobiernos, debido a que pone en evidencia el deficiente trabajo que las autoridades locales realizan en las áreas rurales del territorio. Por otro lado, este trabajo muestra lo importante y necesario que son las metodologías de carácter cualitativo, sobre todo para abordar estas temáticas, considerando que aborda los problemas de pobreza con mayor precisión y naturalidad, situación que con metodologías tradicionales como las cuantitativas simplemente quedan en número y porcentajes.
Así mismo, este estudio invita a futuros investigadores a utilizar nuevas y diferentes metodologías con las cuales puedan obtener mejores resultados. Este trabajo ha dado el primer paso y se espera que no sea el único, por el bien de la investigación, la academia y sobre todo para la sociedad.
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