Reseñas
Recepción: 15 Septiembre 2014
Aprobación: 25 Septiembre 2014
RESEÑA
blanco con su cultura y trabajo cotidiano.
Colega y amigo, el trabajo de Jesús Lizama se ha caracterizado por trascender la visión reducida de la antropología de décadas atrás en donde la llamada comunidad resultaba el eje exclusivo y definitorio de la etnicidad y se planteaba una dicotomía simple y directa entre lo urbano y lo rural. Con- serva, sin embargo, la importancia del trabajo de campo cuidadoso y crítico al tiempo que empático. En sus estudios el autor ha analizado, entre otras cosas, la identidad maya en contextos de globalización, el papel de la edu- cación en la reproducción cultural, y ahora en el marco de la urbanización meridana.
Ese es, precisamente, el tema del libro que hoy se presenta. Dónde están los mayas y de qué manera imprimen su sello a esta ciudad. Aborda la vida de los mayas urbanos, de hombres y mujeres que al emprender la marcha abandonaron sus lugares de origen y se trasladaron a otro sitio, tras- pasando fronteras culturales, obligados a adaptarse en un contexto cultural- mente ajeno y en ocasiones adverso.
Este libro es pertinente porque invita, con información sólida y bien sistematizada, a que la investigación académica profundice en la multiplici- dad de problemáticas y fenómenos que se presentan en la ciudad de Mérida, incluyendo a una parte importante y sustantiva de su población, esto es, los mayas. Identificar y proponer temas y problemas sustantivos y acertados para las ciencias sociales no es tarea fácil, pues requiere de una prospección y conocimiento que solo se consigue con la experiencia y el trabajo que se evidencian en este. Los resultados de la encuesta serán sin duda informa- ción empírica que podrá ser analizada desde miradas académicas múltiples.
Pero también, la encuesta podrá ser útil para que los organismos pú- blicos y tomadores de decisiones contemplen a la población maya que pa- rece diluirse en medio de la ciudad, mientras que su trabajo contribuye al desarrollo y transformación de la urbe. En efecto, el libro dibuja, como se propone desde un principio, la diversidad cultural existente en un espacio urbano compartido, que de tan próxima no se advierte en toda su magnitud. Los ciudadanos meridanos no son aquí un conglomerado con idénticas ne- cesidades, existe un sector que posee una lengua y cultura propias que se encuentran en circunstancias desfavorables y su reproducción cultural se realiza en contextos sociales adversos.
El libro consta de dos partes: la primera es un estudio introductorio en el cual se ofrece un primer análisis de cada una de las variables que la encuesta incluyó, y se explican las rutas metodológicas que permitieron la construcción de la base empírica; la segunda, son los tabulados básicos de la encuesta sobre migrantes mayas permanentes en la ciudad de Mérida. A manera de anexo, el libro ofrece apuntes sobre dos de las encuestadoras que trabajaron directamente en campo, brindando valiosas observaciones y testimonios que recogieron sobre el terreno, dando rostro a los porcentajes y los números.
El estudio introductorio se divide en tres capítulos que desglosan la información obtenida. En el primero se aborda la cuestión sobre cómo se contó a los mayas que habitan en Mérida y los problemas enfrentados para levantar la encuesta, como la desconfianza de los posibles encuestados o los altos índices delictivos en las zonas que habitan. Para establecer los criterios que delimitaron el instrumento, destaca la variable de la lengua pues, nos dice el autor, “la lengua encierra lo más íntimo de la cultura”. Ello lleva in- eludiblemente a abordar la situación cultural enfrentada por los mayas en el contexto urbano pues, fuera de lugar, se dificulta que muchas de sus creen- cias puedan ser expresadas abiertamente.
Dadas estas dificultades que encara la reproducción cultural, el libro
muestra que el proceso migratorio ha sido el mecanismo que ha mantenido
vigente la presencia de población maya en Mérida. Si bien este fenó- meno es histórico, pues desde tiempo atrás la ciudad ha sido un centro de atracción para los mayas, se concluye que en las últimas décadas este proce- so se ha reforzado por diversos fenómenos, como la debacle de los sistemas agrícolas tradicionales, la modernización del campo y las crisis económicas, entre otros. En consecuencia, el entorno urbano ha sido incapaz de proveer a sus nuevos habitantes la atención básica y dotarles de servicios mínimos requeridos.
El segundo capítulo del estudio introductorio aborda las condiciones socioeconómicas de los mayas en la capital. Con datos obtenidos de la en- cuesta, realiza observaciones pertinentes sobre las condiciones laborales a las que se enfrenta la población maya. Por ejemplo, identifica un aumento significativo entre los jefes de familia que sobrepasan los setenta años, lo cual acentúa la vulnerabilidad de esa población, pues a esa edad las opcio- nes laborales son escasas y las necesidades de atención médica se incre- mentan. Por otro lado, registra un porcentaje considerable en la base de la pirámide de edad, conformada por población que se encuentra en edad escolar y que requiere no solo de ofertas educativas en las zonas en las que vive sino también de una educación de calidad pertinente a su cultura. De tal suerte, cuando la escolaridad podría ser una fortaleza, resulta empero un mecanismo más para la exclusión y la inequidad.
En este capítulo segundo se pregunta también a qué se dedican los jefes de familia mayas en la ciudad de Mérida. Por principio, la mayor parte forma parte de la población económicamente activa, pues precisamente lo económico y lo laboral son los principales acicates de la migración. Sin em- bargo, la encuesta muestra que los ingresos resultan mínimos, lo cual coloca a un porcentaje bastante alto de la población encuestada en condiciones de pobreza que se reflejan en todos los aspectos de la vida familiar.
En el tercero y último capítulo del estudio introductorio se trata la identidad étnica y prácticas culturales de los mayas en el contexto merida- no. Como ya se ha referido, al ser la lengua un elemento sustancial en la reproducción cultural, se cuestiona cómo se mantiene la lengua maya en la ciudad y cuáles son los obstáculos que enfrenta. La encuesta muestra que la lengua maya tiende a perder importancia paulatinamente en un medio de mayor vulnerabilidad, lo cual conduce al autor a indagar sobre la identidad. Encuentra, no obstante, mecanismos paralelos que conducen a apuntalar este aspecto, como la pervivencia del vínculo con los lugares de origen, la participación en sus fiestas, la solidaridad intrafamiliar o la práctica del Hetz- mek recontextualizada.
Con el análisis realizado en el estudio introductorio así como con la información aportada por los resultados de la encuesta, este libro nos lleva a replantear los pilares de la identidad, al cuestionarnos sobre los mecanismos mediante los cuales los mayas, tras el proceso migratorio que los ha condu- cido a la urbe, reestructuran sus lazos de sociabilidad lejos de los beneficios que históricamente les ha brindado la vida comunitaria. El hogar resulta el resguardo de la reproducción cultural y la parentela fundamental para forjar redes de solidaridad y ayuda mutua, mientras que lo étnico es un elemento de diferenciación y segregación en el espacio urbano.
En cuanto a los tabulados básicos de la encuesta sobre migrantes ma- yas permanentes en la ciudad de Mérida, la información se desglosa de la siguiente manera: información sociodemográfica, incluyendo estructuras de edad y sexo, estado civil, escolaridad, actividad principal; migración; situa- ción lingüística, por grupos de edad y sexo; actividad socioeconómica e in- gresos; autoadscripción étnica y social; religión; vivienda y servicios; discri- minación; apropiación de la ciudad (en cuanto al uso de espacios públicos); y el impacto de programas gubernamentales que han incidido con recursos económicos en las familias encuestadas.
El aspecto que personalmente destacaría de este libro es que si bien los resultados de la encuesta hacen ineludible a su autor hablar de desigual- dad y vulnerabilidad social, subraya también la fortaleza que para los mayas han representado históricamente su cultura, formas propias de organización y redes de sociabilidad. Deja la lección para los organismos públicos y la so- ciedad en general de que la diversidad que pinta esta ciudad puede lograrse solo con el respeto, inclusión y equidad de todos los sectores que la compo- nen.
Así, el rostro maya de Mérida se presenta como una moneda de dos caras: una, muestra la importancia de la etnia maya como forjadora de iden- tidad cuyos elementos culturales se encuentran por doquier, amén del apor- te de fuerza laboral que realiza su gente a favor de la ciudad; la otra, como una población que ha sido invisibilizada y requiere aún de los principios básicos de inclusión y equidad que contribuirían a forjar una mejor ciudad.