Reseñas
Recepción: 01 Noviembre 2014
Aprobación: 24 Marzo 2015
RESEÑA
La obra de Victoria Reifler, El Cristo indígena, el rey nativo (cuya primera edición en inglés data de 1981), trata de resolver, en palabras propias, una cuestión no resuelta en su anterior texto: Humor Ritual en la Altiplanicie de Chiapas. La pregunta que se hace la autora es: ¿Qué significado tiene para la comunidad indígena, aparte del entretenimiento, los complicados fes- tivales de los mayas en los Altos de Chiapas y en otras partes? Reifler afirma haber descubierto que muchos elementos de la mitología y del ritual maya, aparentemente aborígenes, tienen en realidad un origen histórico o posterior a la conquista. Por lo cual, es posible determinar con toda precisión cuándo, y lo que es más importante, por qué se volvieron parte de la mitología y del ritual (p. 9).
En esta dirección, se tiene que la obra El Cristo indígena, el rey nativo consta de cinco apartados medulares, a saber:
• Introducción: La historicidad del mito y el mito de la historia. Las primeras “rebelio- nes” (1511-1697): La Conquista de Yucatán, La conquista de Guatemala, La Conquista de Chiapas.
• Las rebeliones coloniales: santos indígenas en los Altos de Chiapas, El rey indígena de Quisteil (1761), El rey indígena de Totonicapan (1820).
• Guerra de castas poscoloniales: La guerra de castas de Yucatán (1847-1901), La guerra de Santa Rosa en Chamula (1867-1870).
• La estructura del conflicto étnico: Icongrafía del conflicto étnico ritualizado entre los maya, El tema de la pasión en el folklor maya, El rey nativo, acontecimientos contemporáneos en los Altos de Chiapas (1958-1972).
• Nativismo, sincretismo y estructura del mito y el ritual.
Reifler Victoria. 1989. El Cristo indígena, el rey nativo: el sustrato histórico de la mitología del ritual de los mayas.
A continuación se describen los aspectos del contenido de cada una de las partes de la obra mencionada. Primeramente, se tiene que en su introducción, La historicidad del mito y el mito de la historia, Victoria Reifler deja percibir su formación inicial en Filosofía y Humanidades porque fundamenta filosóficamente su postura acerca de que el conocimiento histórico basado en fuentes orales es tan válido como el de las fuentes escritas. De esta forma, si se argumenta que la tradición oral es subjetiva y carente de posicionamiento temporal, lo mismo puede pasar con las fuentes escritas ya que están expuestas a las deformaciones conscientes e inconscientes de sus autores. Para fundar tal postura recurre a filósofos como Immanuel Kant, para quien todo conocimiento es la consecuencia de imponer una estructura a la apariencia; asimismo, recurre también a Thomas S. Kuhn, historiador de la ciencia, quien propone que el conocimiento científico es paradigmático, y esto último (según la autora) ocurre de igual manera en los mitos (p. 22).
En la segunda parte, Las primeras rebeliones, Reifler emplea una estructura histórica, pues, cada rebelión está dotada de temporalidad y cada una constituye un evento independiente. Cabe destacar que en los relatos de los sucesos que implicaron las rebeliones, la autora va aportando los elementos que constituyen tanto su metodología como el sustento de su hipótesis, por ejem- plo: en la última resistencia de los mayas (1546-1547), estos llevaron a cabo el último intento de resistencia contra la dominación española en la noche del 8 al 9 de noviembre de 1546, fecha que coincide con la datación cinco Cimi, diecinueve Xul según el calendario maya. “Cimi” significa muerte y “xul”, fin; tal vez la fecha fuera escogida conscientemente para simbolizar la muerte de los españoles y el fin de su dominio (p. 43). Según la autora, este tipo de eventos significa que los mayas no rechazaban el catolicismo, sino la monopolización de los privilegios y obligaciones que favorecían a los españoles.
En la tercera parte, realiza un estudio cuyo origen se encuentra en las predicaciones efec- tuadas por un ladino desde el tronco de un árbol en las afueras de Zinacatán (1708). Este evento, a pesar de haber sido reprimido, sentó los precedentes de una serie de milagros y rebeliones in- dígenas que ocurrieron en territorios mayas, de los cuales se destacan los movimientos religiosos que dieron lugar a los cultos de la Virgen de Santa Marta (1711-1712), los milagros de Chenalhó (1711) y la aparición de la Virgen de Cancuc (1712-1713). Los puntos de comunión de los dos primeros eventos fueron: el descenso de una virgen desde el cielo, la promesa de esta de ayudar a los indígenas, la construcción de una capilla, ofrendas de incienso y de comida. El último, fue otro movimiento nativo que tiene sus antecedentes en los anteriores, solo que la autora lo considera exitoso porque culminó con un sacerdocio y un estado indígena que se estructuraron de acuerdo con las instituciones coloniales españolas (p. 140).
Con respecto a la rebelión de Quisteil (1761), encabezada por Jacinto Canek, la autora afirma que este tiene antecedentes históricos que, combinado con las profecías del Chilam Balam, culminaría con la coronación de un rey indígena.
En la cuarta parte de la obra, Victoria Reifler, hablando de la Guerra de Castas en Yucatán, sostiene que esta tuvo un sólido núcleo religioso, puesto que no pudo ser sofocada rápidamente, e incluso erigió una nueva religión con su propia iglesia, credo y culto (p. 171). La base de este triunfante movimiento se basó en el culto a las cruces parlantes, cuyo inicio se remonta hacia 1850, en la proclama en lengua maya del adivino de Xbalam Nah, Juan de la Cruz, que dirigió a sus con- ciudadanos, en la que Dios les ordenaba luchar contra los ladinos (p. 271).
En la quinta y última parte de su trabajo, La estructura del conflicto étnico, ella comenta que los misioneros católicos introdujeron dramas alegóricos en las comunidades indígenas con la finalidad de representar y difundir algunas tradiciones históricas cristianas. Sin embargo, estas
siguen reproduciéndose en el territorio maya, como el caso particular del carnaval de Chamula que dramatiza los siguientes sucesos: la conquista de México durante el siglo XVI, la revuelta de Cancuc de 1712, la intervención francesa de 1862, la rebelión de Chamula de 1867, el litigio fron- terizo del siglo XX con Guatemala, la insurrección de Pineda y, por último, la pasión de Cristo (p. 259).
Con respecto al pasaje de la Pasión en el folclor maya, Reifler menciona y concluye que los cabecillas de las rebeliones indígenas del siglo XX, en los Altos de Chiapas y en la península de Yucatán, trataron de revitalizar su cultura mediante una adaptación de símbolos católicos a la ex- periencia nativa. En ambos casos, se indigenizó el concepto de “la pasión”: Jesucristo se convirtió en indio y el ladino pasó a ser sinónimo de judío (p. 305-306). En el último apartado, denominado Nativismo, sincretismo y estructura del mito y el ritual, Victoria Reifler, concluye diciendo que la estructura de los mitos y rituales mayas referentes al conflicto étnico es el resultado acumulativo de nativismo, sincretismo y un concepto cíclico del tiempo. La deformación temporal que trata los acontecimientos sucesivos como equivalentes e intercambiables, desde el punto de vista estructu- ral, es una consecuencia lógica del concepto maya del tiempo (p. 337).
La obra de Victoria Reifler representa una contribución a la historiografía contemporánea con respecto a los mayas, ya que sienta los precedentes del estudio con base en la perspectiva pro- piamente indígena por medio de la tradición oral como fuente documental. Igualmente, recoge en su obra un análisis multidisciplinario, propuesta que, aún hoy sigue siendo un desafío inconcluso. Por todo lo mencionado, es una obra de consulta casi obligada para historiadores y antropólogos.