Resumen: El objetivo de este artículo es analizar las percepciones de la población de Pisté, en el estado mexicano de Yucatán, sobre los impactos económicos, socioculturales y am- bientales que el turismo que llega a la zona arqueológica de Chichen-Itzá ocasiona en la comunidad. Pisté es punto obligado de paso para llegar a esta zona arqueológica y el turismo representa la principal fuente de empleo para sus habitantes. Para realizar esta investigación recurrimos a un método cualitativo en el que se realizaron 18 entrevistas semiestructuradas, así como trabajo de observación in situ. Pudimos observar que las percepciones de la población con respecto al turismo son en general positivas toda vez que para los residentes los beneficios económicos son todavía mayores que los costos sociales y ambientales. Aunque los habitantes reconocen ciertos impactos negativos pro- vocados por la afluencia turística, la fuerte dependencia de esta actividad hace que los minimicen en aras de la economía local.
Palabras clave: impactos del turismo, percepción de los locales, Chichen Itzá, desarro- llo turístico.
Abstract: The objective of this article is to analyze the perception of the Piste residents, in the Mexican state of Yucatan, about the economic, socio-cultural and environmental im- pacts of tourism that reaches the archaeological site of Chichen-Itza. Within this tourist process, Piste is located as an obligatory point of passage to reach this archaeological site and this site represents the main source of employment for the inhabitants. To carry out this research, we used a qualitative method in which 18 semi-structured interviews were carried out, as well as on-site observation work. We were able to observe that the perceptions of the population regarding tourism are positive since for the residents the economic benefits are even greater than the social and environmental costs. Given that the population is heavily dependent on tourism, the tendency is to justify the negative impacts for the sake of the local economy.
Keywords: tourism impacts, local perceptions, Chichen Itza, tourism development.
Artículos Académicos
Percepciones de los residentes de Pisté (Yucatán) sobre los impactos del turismo
Residents’ perceptions of tourism impacts in Piste, Yucatan
Recepción: 31 Enero 2020
Aprobación: 15 Diciembre 2020
La percepción de los habitantes sobre los impactos generados por el turismo en una población es un tema que ya ha sido tratado en viarias investigaciones (Almeida, Peláez, Balbuena y Cortés, 2016; Kariuki, 2013; Nunkoo y Gursoy, 2012). Sin embargo, muchos de estos estudios se han centrado en habitantes de países más desarrollados como EE.UU., Canadá, España o Australia, cuyas so- ciedades, si bien, han experimentado los costos y beneficios del turismo, cuentan con economías más diversificadas y en consecuencia menos dependientes de este sector (Rasoolimanesh, Jaafar, Kock y Ramayah, 2015; Almeida et al., 2016; Nunkoo y Gursoy, 2012). En el caso de comunidades menos industrializadas y más dependientes del turismo, los costos percibidos han sido muchas veces subestimados, mientras que sus beneficios económicos han sido sobrevalorados (González y López, 2017; Noriega y Arnaiz, 2020).
Existen diversos factores que influyen en la percepción que tienen los re- sidentes sobre el turismo, entre los cuales destacan el tiempo de residencia en la comunidad y si trabaja o no en este sector (Faulkner y Tideswell, 1997). Conocer las opiniones de los habitantes sobre el turismo ayuda a identificar el apoyo o el rechazo hacia esta actividad y contribuye a una mejor planificación y a un desa- rrollo más sustentable del destino.
Bajo esta lógica, el objetivo de este artículo es analizar las percepciones sobre los impactos económicos, socioculturales y ambientales que genera el tu- rismo que llega a la zona arqueológica de Chichén-Itzá –la segunda más visitada de México- en la población de Pisté, que es una localidad que se encuentra en el estado de Yucatán. Es importante no perder de vista que Pisté, como tal no consti- tuye un destino turístico, sin embargo, su dependencia a esta actividad económica se circunscribe a su ubicación geográfica porque además de ser el paso obligado para llegar a Chichén-Itzá, sus pobladores encuentran en aquel sitio patrimonial una fuente importante de trabajo. Consideramos que este estudio contribuye a comprender la opinión de los residentes de una población cuya economía está fuertemente vinculada a un sitio del patrimonio mundial.
Para conocer la percepción de los habitantes de Pisté sobre los impactos que el turismo ha generado en la localidad y en sus vidas se recurrió a un método cualitativo a partir de la fenomenología eidética o descriptiva, pues, lo que se pretende es describir un fenómeno a partir del significado de la experiencia de sus participantes. De tal manera que, este trabajo analiza el mundo percibido y no un fenómeno en sí mismo, de tal suerte que el sujeto y el objeto de estudio se unen por medio de la idea “estar en el mundo” donde el investigador se dirige al mun- do percibido y entiende que la percepción será aquella que permitirá el acceso a la vivencia (Monje, 2011).
Para tales fines, se hicieron varias visitas a la localidad con el fin de rea- lizar observación de campo e identificar a las personas o actores sociales clave para esta investigación. De suerte que nuestra muestra se puede definir como cua- litativa en la que el tamaño no es importante (Hernández, Fernández y Baptista, 2006), ya que el objetivo aquí no es hacer generalizaciones. Nuestro muestreo también es intencionado con el fin de ajustarlo a las necesidades de nuestra inves- tigación (Monje, 2011). En febrero de 2019 realizamos un total de 18 entrevistas semiestructuradas; 16 fueron realizadas a habitantes de Pisté, de las cuales 11 fueron a personas que se dedican a alguna actividad relacionada con el turismo y cinco a personas que se dedican a otras actividades económicas. Asimismo, con- sideramos pertinente incluir otras dos entrevistas semiestructuradas a dos funcio- narios públicos vinculados con la administración de la zona arqueológica: uno del INAH1 y el otro de CULTUR2. La entrevista es un método que ofrece muchas ventajas cuando se intenta dar una explicación a un fenómeno social y esta es la razón por la que recurrimos a ella como principal fuente de información (Díaz, Torruco, Martínez y Varela, 2013). Los actores sociales “ofrecen la información necesaria para abordar una problemática a través de sus ʻrealidadesʼ, en donde el investigador se introduce en las experiencias individuales y de esta manera da pie a la construcción del conocimiento” (Hernández et al., 2006: 17). Es impor- tante aclarar que para proteger la identidad de nuestros entrevistados recurrimos a pseudónimos.
Nuestro texto se divide en tres apartados. En el primero abordamos aspec- tos conceptuales como los impactos económicos, socioculturales y ambientales del turismo y las percepciones de los habitantes. En el segundo apartado nos ocupamos de dar una visión panorámica de la evolución turística de Pisté en el que presenta- mos el contexto socioeconómico de la localidad y su fuerte dependencia con la ac- tividad turística. Finalmente, en el último apartado analizamos las percepciones de los residentes de Piste, dando voz a nuestros entrevistados, quienes nos describen en dónde se encuentran los aspectos positivos y negativos del turismo.
Los impactos del desarrollo turístico se reflejan en una serie de cambios que experimentan las comunidades anfitrionas. Estos cambios pueden tener efec- tos positivos o negativos en aspectos como su modo de vida, costumbres, vida social, creencias, valores, economía, etcétera (Almeida et al., 2016; Monterrubio, 2013). En este sentido, una manera de clasificar estos impactos es en: a) econó- micos, b) socioculturales y c) medioambientales.
1 N. del E.: Instituto Nacional de Antropología e Historia.
2 N. del E.: Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos del Estado de Yuca- tán.
Uno de los aspectos más valorados del turismo son las fuentes de empleo y las oportunidades de negocio que este genera, lo que se traduce en ingresos para los residentes de los destinos turísticos (Almeida et al., 2016). Por tal motivo el im- pacto económico del turismo es uno de los tópicos más investigados en la literatura (Kariuki, 2013; Faulkner y Tideswell, 1997; Rasoolimanesh et al., 2015). En el caso de países menos industrializados, así como de poblaciones rurales, el turismo tiene una importancia económica mayor, ya que muchas veces es la única actividad económica para la subsistencia de la población (Mowforth y Munt, 2009).
Aunque la mayoría de estos impactos económicos son positivos para los residentes, hay también efectos negativos como la alta dependencia económica a una sola actividad o el aumento en el precio de la vivienda y en los productos de consumo básico, así como en el aumento de algunos impuestos (Almeida et al., 2016).
Ahora bien, los habitantes de cada destino sufren o gozan estos impactos en diferente medida, dependiendo del nivel del desarrollo en el que se encuentre el destino, del volumen y del gasto del turista, así como de la apropiación y del control que tengan los habitantes locales de la actividad turística (ver tabla 1)
Tabla 1. Impactos económicos del turismo
Fuente: modificado de Cardona (2012)
La actividad turística exige una constante interacción entre visitante y visitado que involucra muchas veces cambios socioculturales en las poblaciones recepto- ras. Estos cambios pueden darse en las formas de vida, los sistemas de valores, las tradiciones o creencias (Monterrubio, 2013).
Si bien, la cultura es dinámica, el turismo ha demostrado ser un vector que acelera los cambios socioculturales, afectando de manera particular a las co- munidades indígenas. En el caso de México y de la península de Yucatán existe estudios que documentan desde despojos de tierras por parte de empresarios y autoridades mexicanas a campesinos y ejidatarios mayas para construir hoteles y centros turísticos (Marín, 2015), hasta la pérdida paulatina entre los jóvenes de creencias y tradiciones mayas (Balam, 2010). El turismo ha llevado a muchas sociedades indígenas a tener que “negociar” sus identidades, obligándolas a ma- nejar las tensiones entre mostrar su propia cultura y mostrar lo que el mercado está demandando (Coronado, 2014), a cambiar el valor de uso de su cultura por un valor de cambio, en un proceso conocido como mercantilización de la cultura (López y Marín, 2010; Montfort y de Teresa, 2019). A su vez, el consumo de drogas, la criminalidad y la prostitución son otros de los impactos que las comu- nidades receptoras vinculan con el crecimiento turístico (Monterrubio y Equihua, 2011).
Por otro lado, Castellanos (2010) y Fraga (2012) han documentado la migración de jóvenes campesinos mayas hacia Cancún-Riviera Maya y sus efec- tos en las dinámicas demográficas, económicas y culturales de las poblaciones expulsoras, siendo el abandono gradual de la milpa un ejemplo de ellos. En con- traposición, el turismo también ha traído algunos impactos positivos en las so- ciedades receptoras. Tzuc (2012) documenta cómo el auge turístico en la zona arqueológica de Chacchoben, Quintana Roo, disminuyó la migración laboral de jóvenes hacia Cancún. En Cozumel, se percibe que el turismo ha contribuido a mejorar significativamente la calidad de vida de sus habitantes (González, Espi- noza y Cuevas, 2020). En la tabla 2 se puede apreciar un resumen de los princi- pales impactos socioculturales del turismo.
Fuente: modificado de Cardona (2012)
El entorno ambiental es sumamente importante en el desarrollo de las comunida- des, así como el elemento principal que atrae al turista. Algunos de los impactos ambientales negativos del turismo son el aumento de la basura, el uso y contami- nación del agua, contaminación del aire, la compactación de suelos y la perdida de cobertura vegetal en el caso de áreas naturales protegidas (Cardona, 2012, Marion, Leung, Eagleston y Burroughs, 2016).
Aunque la mayoría de los estudios demuestran que el turismo es genera- dor de impactos ambientales negativos, también hay estudios que han encontrado resultados favorables en donde el turismo está ayudando a promover la conserva- ción del medio ambiente, como el turismo de vida salvaje que apoya la conserva- ción de especies amenazadas (Udaya, 2003).
Fuente: elaboración propia
Una vez definidos los impactos resulta necesario aclarar aquí qué es lo que vamos a entender por percepción: esta es el proceso por medio del cual las personas interpretan, asimilan y enfrentan las sensaciones para producir experiencias o estímulos que le sean significativas (Cacciutto, Corbo, Cruz, Roldán y Castelluc- ci, 2013). Por lo tanto, la percepción puede entenderse como el resultado de la interpretación de la mente a través de los sentidos en donde estos se convierten en recuerdos subjetivos provocados por elementos propios de las personas (ex- periencias personales, valores, ideologías, costumbres y tradiciones) que tienen la capacidad de influir en su valoración (Cardona, 2012). En el ámbito turístico, según Andriotis y Vaughan (2003), las percepciones de los habitantes son impor- tantes porque afectan su actitud frente a la actividad turística. “Aunque lo que se perciba no sea verdadero, es suficiente que se crea en su veracidad. Por lo tanto, la percepción no constituye la realidad, pero motiva a los residentes a actuar de determinada manera [frente a esa realidad]” (Cacciutto et al., 2013:4). Sobre esto, la teoría del intercambio social ha sido la más usada para explicar las percepcio- nes de los locales sobre el turismo (García y Gónzalez, 2018; Rasoolimanesh et al., 2015). Esta teoría proviene de la psicología social y la sociología y plantea que toda relación entre individuos se basa en un intercambio en el que, si los beneficios percibidos del intercambio son mayores que los costos, entonces la actitud general será positiva.
La dependencia laboral del turismo y el tiempo de residencia en un sitio turístico son dos de los factores más importantes que influyen en cómo los locales perciben la actividad turística (Faulkner y Tideswell, 1997). Al respecto, Almeida et al., (2016) encontró que los habitantes que trabajan en el sector turismo tienen una actitud más favorable hacia esta actividad que aquellos que no lo hacen. Por
su parte, Tzuc (2012) declara que los habitantes de Chacchobén, población rural aledaña al sitio arqueológico del mismo nombre en el sur de Quintana Roo, tie- nen una opinión más favorables del turismo en la medida en que se benefician económicamente de este, ya sea por la venta de artesanías o por ser ejidatarios beneficiarios de un fondo llamado “remanente” que se nutre de las aportaciones de empresas turísticas que llegan a la zona arqueológica.
Sobre el tiempo de residencia, Saveriades (2001), Cardona (2012) y Al- meida et al., (2016) encontraron en tres diferentes destinos turísticos del Medi- terráneo que mientras más tiempo haya pasado un habitante viviendo en el sitio, más negativa era su percepción del turismo. Muchas veces el tiempo de residen- cia permite observar los cambios negativos. Los habitantes con pocos años de residencia no han pasado suficiente tiempo en el destino para darse cuenta de los costos sociales y ambientales del turismo.
Pisté es una pequeña población que pertenece al municipio de Tinum en el estado de Yucatán. Se caracteriza sobre todo por ser el pueblo donde vive la mayoría de los prestadores de servicios turísticos y vendedores de la zona arqueológica de Chichén Itzá que se encuentra a poco más de 2 kilómetros del pueblo. Como se puede apreciar en la figura 4, Pisté es el paso obligado para acceder a la zona arqueológica.
Figura 4. Mapa de Pisté y Chichén Itzá. Fuente: elaboración propia.
Durante el siglo XIX, Pisté se volvió una comunidad colonial con una población de 1,500 habitantes. Durante ese tiempo estuvo controlado por las provincias de Cocomes y los Cupules que habían tenido una postura de oposición a la coloni- zación. Durante la Guerra de Castas los saqueos, los incendios y las revueltas provocaron que la población de Pisté se redujera. Posteriormente, durante las primeras décadas del siglo XX, la localidad se caracterizó por ser un pequeño pueblo indígena agricultor, con un “comercio vigoroso de maíz, ganado y chicle” (Castañeda, 2004: 210) y por trabajar en la hacienda de Chichén propiedad de Thompson y en una fábrica de muebles.
La construcción de la carretera de 27 kilómetros Dzitas-Chichén en el año 1923, durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto, permitió a la comuni- dad convertirse en el centro urbano más próximo a Chichén Itzá, por lo que su población fue aumentando gradualmente, sobre todo a partir de las primeras ex- cavaciones arqueológicas en la zona que requirieron cierto tipo de trabajadores que fueron instalándose en la comunidad. Fue hasta 1970 que el auge turístico de Cancún y Chichén Itzá convirtió a Pisté en una comunidad satélite del “centro socioeconómico de crecimiento más rápido de la microrregión de once munici- pios circunvecinos” (Castañeda, 2004: 213). Pisté representaba en 1980 el 45% de la población del municipio de Tinum y este a su vez se convirtió en uno de los catorce municipios con más altos ingresos per cápita del estado de Yucatán (Castañeda, 2004: 214).
En el año 2000, Pisté contaba con una población total de 4,399 habitantes (Robles, 2003), la cual aumentó para el siguiente censo de población a un total de 5,528 habitantes. Es importante notar que el grueso, es decir, el 53.5 % de la población tenía en el 2010 entre 15 y 49 años de edad. Lo que predomina entre su población es la muy fuerte presencia indígena, pues, aunque en el 2010 solamen- te el 50.1 % de la población hablaba maya, se registró que el 87% de los hogares censales eran de origen indígena. En términos educativos la población de Pisté presenta algunos rezagos significativos como el hecho de que según el censo el 45% de la población mayor de 15 años no terminó su educación básica y solo el 17.1% contaba con educación posbásica. En cuanto a la educación media supe- rior, los porcentajes también se presentan muy reducidos, ya que el censo señaló que el 11.9% de la población mayor de 18 años tenía al menos un grado aprobado y el número se reduce mucho más en lo que concierne a la población mayor de 25 años que tiene al menos un grado aprobado en educación superior, con un total de 4.2%. Un dato interesante es que Pisté no es una población con un índice alto de desocupados, pues, según el censo solo el .9% se encuentra en dicha situación, aunque ciertamente hay una gran cantidad (74%) de mujeres mayores de 12 años que no son económicamente activas y que se dedican a los quehaceres del hogar.
Dadas estas características socioeconómicas la CONAPO3 estableció que el gra- do de marginación de Pisté oscila entre alto y muy alto (http://gaia.inegi.org.mx/scince2/viewer.html# ).
Ciertamente, Pisté no fue planificada para ser una región turística debido a que la mayoría de su población se caracterizaba por tener milpa y dedicarse a las labores del campo. Sin embargo, a finales del siglo XX muchos de los habitantes de la localidad optaron por cambiar sus actividades económicas, dado que Chichén Itzá incrementó su visibilidad y aforo (figura 5) al consolidarse como la segunda zona arqueológica con más visitantes anuales en México (después de Teotihuacán) y al convertirse en el 2007 en una de las siete maravillas del mundo. El despunte de la zona arqueológica como destino turístico repercutió en la demanda de servicios y productos en la localidad de Pisté, de suerte que el turismo y el comercio se con- virtieron en la base económica de la comunidad (Robles, 2003).
Figura 5. Número de visitantes a Chichén Itzá. Fuente: elaboración propia a partir de datos del INAH
Es importante no perder de vista que buena parte de las nuevas actividades turís- ticas que han ido adoptando los pobladores de Pisté no se realizan in situ, sino que son muchos los que se desplazan a Chichén Itzá para emplearse como guías de turistas o como guardias y vigilantes de la zona arqueológica o de los hote- les que se encuentran alrededor de la zona, como empleados de las tiendas de recuerdos o en la venta de artesanías. Su población pasó de dedicarse al trabajo agrícola a dedicarse casi completamente a las actividades relacionadas con el
3 N. del E.: Consejo Nacional de Población.
turismo, puesto que, estas actividades les dejan mayores ingresos económicos. En su tesis, Robles (2003) asegura que la jarana es una de las actividades más comercializadas, ya que “las personas vestidas con los trajes típicos regionales que se ven en las calles […] se dedican a bailar en los diferentes hoteles” (s. p.) de la zona. La elaboración y la venta de artesanías también ocupan un lugar muy importante entre las actividades económicas de la localidad. Castañeda (2009) afirma que a finales del siglo XX un empleado del INAH inventó la artesanía de madera tallada que dio inicio a la tradición artesanal en Pisté. Hoy son conoci- dos los objetos de madera tallada como las efigies de algunas deidades mayas, jaguares, chacmoles y otras figuras. También se han especializado en la cestería y la cerería. Una buena parte de la producción artesanal se vende dentro de la zona arqueológica, mientras que en la localidad existen actualmente alrededor de 12 tiendas de artesanías, todas ubicadas en las calles principales por donde los turistas deben pasar para llegar a la Chichén Itzá. 4
Esta es la razón por la que Pisté se constituye más bien como un lugar de paso sin muchos atractivos turísticos. En el centro del pueblo se encuentra una iglesia católica, un parque con temática de la zona arqueológica de Chichén Itzá y las letras turísticas de Pisté. Es justamente en los alrededores donde los turistas pueden encontrar diferentes atractivos, pues, además de Chichén Itzá, se encuen- tra el cenote Ik Kil, las grutas de Balamkanché y, a 45 kilómetros, el pueblo mágico de Valladolid que tiene una gran cantidad de cenotes cercanos.
Esta falta de atractivos in situ provoca que los turistas que llegan a Pisté no pernocten muchos días. Los pocos que se aventuran a hacerlo, según Smith (1989) se les considera “exploradores de élite” o “mochileros off-beat”, es decir, turistas que quieren descubrir lugares “aislados”, fuera de las rutas conocidas y desean explorar por su cuenta y lograr un mayor contacto con la población local. En el poblado de Pisté son pocos los lugares en donde los turistas pueden pernoc- tar como hoteles, posadas y alojamientos ofrecidos a través de plataformas elec- trónicas como Airbnb. En 2003, se estimaba que había alrededor de 6 posadas y 6 hoteles (Robles, 2003), los mismos que podemos encontrar hoy, a los que se le suman las 7 ofertas de habitaciones o casas que se encuentran en la plataforma de Airbnb (consultado el 23 de junio de 2020).
La mayoría de los turistas que llegan a Chichén Itzá provienen de day-tours comprados desde Cancún o desde la Riviera Maya que les incluyen traslados, una comida y la entrada a la zona arqueológica. Con esta fórmula de tour empaquetado el beneficio económico para Pisté se limita a los restaurantes que ofrecen por lo general comidas bufé para alimentar de manera rápida y a bajo costo a grandes gru-
4 Quizás este número pueda ser menor en 2020, ya que como consecuencia de la pandemia pu- dieron haber cerrado de manera permanente algunos de estos establecimientos.
pos de turistas. Una búsqueda elemental en Google en junio de 2020 arrojó como resultado 34 lugares para comer, que en su mayoría son restaurantes de comida regional. Si comparamos este dato con lo encontrado por Robles en el 2003 (15 es- tablecimientos), observamos que aquí se duplicó la oferta porque es ese el principal servicio turístico que se ofrece en Pisté: la comida del medio día.
Como podemos observar, la población de la localidad de Pisté se ha tor- nado muy dependiente del turismo, pero esta constituye una actividad económica en la que no tiene control alguno ni participación en la toma de decisiones, pues, el dominio lo ejercen los grandes consorcios trasnacionales que organizan las visitas masivas y el gobierno federal y estatal con el cobro de entrada a la zona arqueológica. El principal problema reside en que esta fuerte dependencia los coloca en una situación de vulnerabilidad ante una actividad que tiene muchos altibajos y, precisamente, así lo podemos observar en la actualidad como parte de las consecuencias de la pandemia COVID-19: –Prácticamente sin Chichén, no somos nada, reconocía en septiembre de 2020 el artesano Aurelio Cohuo, quien se preparaba junto con otros artesanos para realizar una movilización pacífica con el fin de presionar a las autoridades para la reapertura de la zona arqueológica y la consecuente reactivación económica de su poblado.5
La tabla 4 resume las percepciones de los 16 habitantes de Pisté entrevistados para este estudio.
5 https://yucatan.quadratin.com.mx/municipios/marcharan-artesanos-de-piste-por-reapertu- ra-de-Chichén-itza/
Fuente: elaboración propia
El tiempo que el turismo lleva dominando la economía de Pisté ha tornado a sus residentes bastante conscientes de su dependencia y así lo pudimos observar en nuestras entrevistas. De esta forma, Josué de 36 años y empleado de un hotel en Chichén Itzá comentó: –Si el turismo no viene, no hay, no fluye la economía, ni los artesanos, ni nosotros, en realidad, si no hay turismo, los artesanos no ven- den, nosotros no tenemos propina y se estanca la economía aquí porque princi- palmente nosotros dependemos del turismo.
Y esta percepción no se limita a los residentes que trabajan en el sector turismo, sino que también lo pudimos observar en aquellos que entrevistamos y que no dependen directamente de esta actividad. Así, Romina de 21 años y em- pleada de una papelería coincide en afirmar que la llegada de turistas la beneficia económicamente porque: –Si no hay ventas en Chichén Itzá, la gente no puede venir a comprar [a mi papelería] porque no tiene dinero. Efectivamente, nuestros entrevistados tienen bastante claro que el gasto del turista tiene un efecto multi- plicador que no se limita a aquellos que se desempeñan dentro del sector, y que sus beneficios se extienden a todos los residentes: –Sí hay turismo hay dinero para el guía, si hay dinero para el guía hay dinero para que hagan su casa […] todo se hace una cadena a partir del turismo (Bryan de 27 años, chef de restau- rante en Pisté).
Entre los beneficios económicos observados por nuestros entrevistados se encuentra la generación de ingresos familiares, lo que explicaron, repercute directamente en la mejora de la calidad de vida. Por ejemplo, Jessica de 24 años
que trabaja como guía de turistas en Chichén Itzá tiene la impresión de que: –La gran mayoría del poblado, del 100%, te puedo decir que el 80 o 75% tienen una estabilidad muy buena gracias a la economía que nos ha dejado el turismo. Por su parte, Dalia de 70 años, dueña de una posada y de un restaurante, nos comentó que fue gracias al turismo que sus hijos pudieron estudiar: –Una es maestra, la otra solo terminó su COBAY6 y la grande se fue a Mérida para estudiar, quería entrar para contadora, pero cuando vio que no pudo se metió rápidamente a las cosas de belleza y terminó de cultura de belleza.
Lo interesante es observar que, si bien, todos nuestros entrevistados habla- ron de beneficios económicos, más de la mitad también percibió ciertas desventa- jas, siendo varios los que aseguraron que el turismo ha generado un aumento en el precio de los alimentos, los terrenos, las rentas y, en general, el costo de vida. Romina de 21 años y empleada de una papelería mencionó que: –Los terrenos cuando los venden los dan muy caros. Antes nos daban una pequeña parte [del terreno] por $30,000, otros hasta por $60,000. Ahora ya no encuentras así. Y las rentas están a $1,500 mensual por un cuartito. Por su parte, Magali de 58 años empleada en una tienda de artesanías en Pisté también considera que el turismo es el causante del aumento en el costo de vida en la comunidad, pero ella ve un problema mayor, pues, dice que en la actualidad el campo está descuidado y, se- gún menciona, puede ser un problema si el turismo llegase a decaer: –Pienso que cuando no haya turismo también va a haber carencias porque, pues, realmente la gente no está dedicada al campo al 100%, el campo no está produciendo.
Rodrigo de 58 años y custodio del INAH en Chichén Itzá desde hace 30 años reconoce que su empleo le ha permitido sacar adelante a su familia, pero tie- ne muy claro las limitaciones del turismo como actividad económica en Pisté, ya que nos contó que muchos de los residentes se dedican al comercio informal: –Y eso significa que no hay el empleo bien remunerado para la gente. También men- cionó a los trabajadores de los hoteles que son contratados de manera temporal, por lo que en cualquier momento los pueden despedir porque: – [Son] cuestiones laborales que les da incertidumbre al trabajador. Rodrigo opina además que: –Hay un acaparamiento de los grandes consorcios turísticos que no permiten que lo peces pequeños sobrevivan o coman como debe de ser, es decir, que las ganancias que deja el turismo no llegan de manera equitativa a toda la población.
Ciertamente como ya mencionamos, la población de Pisté tiene una po- sición muy marginal respecto de la actividad turística de la región y, por lo que cuentan los entrevistados, las circunstancias han ido cambiando dentro de la lo- calidad. Así, Julio de 47 años, que trabaja de conserje en una escuela primaria nos contó que hace 10 años los ingresos por el turismo eran mejores porque ahora los
6 N del E.: Colegio de Bachilleres del Estado de Yucatán.
turistas ya no pernoctan en Pisté, por lo que Dalia de 70 años tuvo que cambiar el horario de su restaurante por la falta de clientes y comenta que actualmente: –Los trae el camión, pasean, compran, comen y ya los llevan otra vez. A esta po- sición marginal habría que sumarle los altibajos propios de la actividad turística que también han ocasionado que los residentes de Pisté tengan alternativas para poder subsistir económicamente. Así, Jonathan de 82 años y jubilado del INAH menciona que cuando los de la comunidad no tienen trabajo por la temporada baja tienen otras actividades como la milpa.
Cabe mencionar que la mayoría de los siete entrevistados que reconocie- ron impactos económicos negativos del turismo en Pisté llevan la mayor parte de su vida residiendo en el pueblo y tienen más de 40 años. Estos años de residencia son los que probablemente les han permitido distinguir estos cambios, como su- giere Almeida et al (2016).
En lo que respecta a la percepción de los impactos socioculturales, pudimos ob- servar que todos los entrevistados están de acuerdo en que la preservación de la cultura y las tradiciones son un aspecto importante que hay que mantener por- que atrae al turismo. Oscar de 27 años director de una escuela primaria de Pisté comenta que desde hace dos años que llegó a vivir a la localidad sí le ha tocado ver que: –Realizan costumbres y tradiciones locales en diversas fechas, lo hacen muy en grande [y por esa razón considera que] no ha impactado el turismo de manera negativa en esa área.
La mayoría de los entrevistados en Pisté no perciben que el turismo haya perjudicado o cambiado sus tradiciones y costumbres, por el contrario, aseguran que las ha reforzado y mejorado, es decir, consideran que hay más eventos cul- turales como bailes y muestras gastronómicas y artesanales que se organizan en la temporada alta, además de que la gente se interesa más por conocer la cultura maya. Es preciso mencionar, sin embargo, que cuatro de nuestros entrevistados percibieron que ciertas tradiciones se están perdiendo y/o modificando. Sin em- bargo, no responsabilizaron al turismo de estos cambios, sino a la globalización, la migración o el desinterés de los jóvenes, especialmente de aquellos que no se dedican al turismo. Por ejemplo, Wilberth de 52 años, taxista, lamenta no hablar ni entender la maya, aun cuando sus padres y esposa lo hablan, pero dice que a él nadie le habló en maya.
En cuanto al intercambio cultural entre turistas y residentes, casi todos nuestros entrevistados que trabajan en la actividad turística lo conciben de mane- ra favorable, ya que son ellos los que más contacto tienen con los turistas. En este sentido se puede afirmar que la mirada del “otro” es reconocida de alguna manera
como la promotora de una “revalorización” de sus tradiciones y de su cultura.
Sobre la valoración de la zona arqueológica, algunos de nuestros entre- vistados afirman que a la gente de Pisté no le interesa o no acostumbra visitar la zona arqueológica de Chichén Itzá: –Como está cerca, pues, no es algo que les llame la atención, dice Karla de 21 años y estudiante, o como menciona Julio de 47 años empleado de una escuela primaria, no la visitan porque: –Se encuentran fastidiados. Por su parte, el funcionario público del INAH mencionó en entrevis- ta que los residentes de Pisté ya no aprecian el significado cultural del sitio y que lo observan solo desde una perspectiva económica.
En cuanto a los aspectos negativos, encontramos que algunos de nuestros entrevistados han percibido en los últimos años ciertas transformaciones en su comunidad, tales como aumento del alcoholismo y de la drogadicción. Así, por ejemplo, para Julio, de 47 años y conserje de una escuela primaria: –El alcoho- lismo y la drogadicción son un problema [que se genera a partir del dinero que] le cae a la gente; [asegura que] hay mucha libertad y libertinaje porque viene el dinero fácil: el dinero ganado en dólares. También Guillermo de 54 años y de oficio artesano responsabiliza al turismo de algunos problemas sociales señalan- do que: –Los problemas de drogadicción y alcoholismo son por el turismo, por- que el turismo hace que los vendedores lleguen de otros lados a vender y estos a su vez aprovechan también para vender drogas. Pero ciertamente no todos los entrevistados consideraron al turismo como el principal responsable de estos pro- blemas, puesto que, hubo quienes responsabilizaron a la falta de espacios educa- tivos, a la falta de autoridades policiales en la comunidad o a las propias personas por no saber usar de manera adecuada sus ingresos económicos. A pesar de la presencia del alcohol y las drogas en general, nuestros entrevistados consideran que Pisté sigue siendo una comunidad bastante segura.
Varios de nuestros entrevistados perciben que el turismo ha ayudado a que se mejoren las calles, el alumbrado público, se abran más comercios y que se remodele el parque principal del pueblo, aunque reconocen que podrían me- jorarse otras cuestiones. Josué de 36 años y empleado de un hotel propone la construcción de más escuelas debido a que en Pisté: –Solo hay un pequeño ba- chillerato, lo que según él provoca que los jóvenes tengan que ir a Valladolid para continuar sus estudios. Magali de 58 años y empleada de una tienda de artesanías piensa que la falta de espacios educativos provoca un número muy reducido de profesionistas: –Porque la mayoría de la gente cuando sale de la escuela […] se va a vender en la zona y como tienen el dinero fácil, pues, es fácil dedicarse a los vicios. También, proponen la apertura de un museo y de un hospital, pues, según nos contó Bryan de 27 años y chef de un restaurante, en la comunidad solo hay un centro de salud: –Que no siempre funciona. El hospital más cercano está en la ciudad de Valladolid, a una hora del pueblo. –Aquí, por ejemplo -cuenta Rodrigo
de 58 años custodio de la zona arqueológica-, no tenemos bancos, no tenemos un mercado adecuado, no tenemos universidades, no tenemos un colegio de turis- mo, no tenemos escuela de idiomas para los guías de turistas; hay un sinfín de servicios que no cuenta la población”.
Se puede observar que en general nuestros entrevistados se han adaptado a los impactos que genera el turismo. Esta es la razón por la que más de la mitad reconoce los pros y los contras y dejan claro que a pesar de los inconvenientes, todos desean que el turismo siga incrementándose.
Nos ocuparemos ahora de analizar las percepciones de los habitantes de Pisté sobre los impactos ambientales que se relacionan con el medio natural o construido en el que cohabita el ser humano. Para todos nuestros entrevistados resulta importante cuidar y proteger la naturaleza por diferentes motivos, como Magali de 58 años y empleada de una tienda que asegura que: –De eso dependemos, de eso dependerán nuestros hijos, nuestros nietos, es muy importante, o Rodrigo de 58 años y custodio de la zona arqueológica que considera importante que: –[se] enseñe a la gente a cuidar y proteger la naturaleza, que de eso va a depender nuestra coexistencia con el planeta Tierra. Para nuestros entrevistados cuidar el medio ambiente también es importante para la salud o para evitar el cambio climático, pero sobre todo para mantener una imagen limpia ante los turistas. Aquí observamos que es la mirada del otro, sobre todo la del turista extranjero, la que los motiva a mantener su loca- lidad limpia. Así, Bryan de 27 años y chef de un restaurante dice que si no se cuida la naturaleza: –El americano no va a regresar, además de que observa las ventajas de cuidar el medio ambiente en Pisté: –Para dar vida.
De nuestras entrevistas observamos que el principal impacto ambiental negativo del turismo percibido es la generación de basura, pero no todos res- ponsabilizan al turismo, por ejemplo, Karla y Romina, ambas de 21 años, una estudiante y la otra empleada de una papelería perciben que los responsables son tanto los turistas como los mismos residentes. Otros más bien responsabili- zaron a los locales, como Josué de 36 años y trabajador de un hotel, quien contó que no considera: –Que los turistas dañen la naturaleza de Pisté. Ellos son más educados que nosotros mismos que vivimos acá. A veces vienen y te preguntan: “¿Dónde puedo reciclar esto?”.
Resulta importante aclarar que cuando nuestros entrevistados hablaron del comportamiento de los turistas hubo algunos que dejaron muy claras las di- ferencias entre los nacionales y los extranjeros, pero lo que nos llamó la atención es que fueron varios los que culparon a los visitantes mexicanos y a los propios locales, pero no al turismo extranjero, pues, señalaron que el turista nacional
genera más basura que el extranjero y cuida menos la naturaleza. Así, por ejem- plo, Jessica de 24 años, guía de turista, nos comentó que: –Mayormente es el extranjero el que cuida, los mexicanos no todos están conscientes, el mexicano viene y tira su basura donde sea, el extranjero no, el extranjero es el que se en- carga de preservar muchas cosas, valora más nuestra cultura que los mismos mexicanos. Por su parte, Julio de 47 años, empleado de una escuela primaria, co- mentó del turista nacional: –Vienen en temporadas de diciembre, cuando viene la gente nacional vienen en carro, en vans y todo; a veces no pasan a restaurantes a comer y comen en el lugar donde están sus carros y a veces dejan la basura tirada en las calles.
Resulta paradójico que incluso aquellos que reconocieron que la basura es un impacto negativo provocado por la presencia de los turistas, lo justifica- ron en aras de seguir generando empleos, como Bryan, de 27 años, chef de un restaurante, que fue muy enfático al decir: –¿Han generado basura? Sí, lo han generado, pero si la gente no viene, no come aquí, no hay empleos. Necesitamos que la gente venga.
La tala de árboles para la elaboración de artesanías fue señalada por Oscar de 27 años, director de una escuela primaria, como uno de los impactos ambien- tales negativos. Ahora bien, llama la atención que ninguno de los entrevistados mencionó la posible contaminación del acuífero por descarga de aguas negras de hoteles y restaurantes, lo cual muy probablemente suceda, pero no está siendo concienciado.
Consideramos que posiblemente la edad de los entrevistados podría es- tar relacionada con una mayor conciencia ambiental, ya que cuatro de los cinco entrevistados que señalaron impactos ambientales negativos tienen menos de 30 años, lo que sugiere una posible relación entre juventud y mayor conciencia am- biental, relación que fue encontrada por Rasoolimanesh et al. (2015) en habitan- tes de Leggon Valley, Malasia.
Desde una perspectiva fenomenológica y con el apoyo de 16 entrevis- tas semiestructuradas a residentes de Pisté y dos entrevistas semiestructuradas a dos funcionarios de la zona arqueológica de Chichén Itzá, en este estudio nos dimos a la tarea de analizar las percepciones sobre los impactos económicos, socioculturales y medioambientales que ha generado el flujo turístico de la zona arqueológica de Chichén Itzá a algunos de los residentes de la localidad de Pisté, en el municipio de Tinum, Yucatán, y que es el paso obligado para llegar a la zona arqueológica. Es importante aclarar que utilizamos un método cualitativo en el que la evidencia empírica que se obtuvo no es representativa estadísticamente
hablando. Sin embargo, la pequeña muestra nos dio una idea clara de las percep- ciones de los residentes de Pisté.
Pisté constituye una comunidad satélite dentro de la actividad turística desarrollada en Chichén Itzá y esto ha generado, desde hace algunas décadas, una fuerte dependencia económica del turismo, pero con una posición bastante marginal debido al escaso poder de intervención y de participación que tienen los residentes en la toma de decisiones sobre la actividad turística en la región. Su participación se limita a ser empleados de la zona arqueológica, de los hoteles o de las tiendas de recuerdos, a la elaboración y venta de artesanías y a la restau- ración de los grupos de turistas que visitan las zonas con paquetes armados que incluyen una comida en algún restaurante de la localidad.
La fuerte dependencia económica ha condicionado las percepciones de los residentes entrevistados llevándolos muchas veces a sobrevalorar los benefi- cios económicos y a subestimar los costos sociales y ambientales. Pudimos ob- servar que en algunas ocasiones esta minimización de los impactos del turismo se debe a un simple desconocimiento y en otras lo hacen en aras de las ventajas económicas que les generan. Como vimos, la población de Pisté presenta una situación de rezago social, por lo que el turismo se aprecia como una opción de empleo bastante bien valorada entre sus residentes, sin mucho que esto los deje en una situación de vulnerabilidad a los vaivenes de la actividad.
Es importante decir aquí que esta situación es común en poblaciones con poca o nula diversificación económica y donde el turismo es la única fuente de empleos y de ingresos (González et al., 2020). En las poblaciones de Tulum y Cobá, cuyas economías también dependen del turismo que llega a las zonas arqueológicas del mismo nombre, sus habitantes defienden los beneficios eco- nómicos del turismo y, aunque algunos reconocen sus impactos negativos, los justifican en aras de las ganancias económicas (Enseñat, 2021, en prensa). En Chacchoben, población y zona arqueológica del sur de Quintana Roo, el acondi- cionamiento y uso turístico del sitio arqueológico generó en los locales una re- valoración de las “ruinas” así como expectativas económicas altas (Tzuc, 2012).
Incluso, pequeñas poblaciones en etapas iniciales de turístificación pre- sentan una tendencia a ver en el turismo una alternativa económica que les ofre- cerá más beneficios que costos. En la pequeña población costera de José María Morelos, municipio de Tomatlán en el estado mexicano de Jalisco, se encontró que el 40% de los habitantes encuestados piensa que el turismo no causará nin- gún impacto negativo en la comunidad (Noriega et al., 2020).
Los resultados de este estudio, sin duda, ayudan a comprender los con- trastes entre las percepciones de las sociedades cuya única opción económica es el turismo y aquellas en donde existen otras opciones. En poblaciones de rurales y menos industrializados donde el turismo es la única fuente viable de ingresos, difícilmente se genera un rechazo. Por el contrario, poblaciones urbanas de paí- ses más industrializados en donde el turismo es una alternativa más entre otras, los movimientos de rechazo como la turismofobia o el overtourism son más co- munes.
Es importante mencionar que los alcances de este trabajo llegan hasta principios del 2020, época en la que inicio la pandemia en México y se paralizó la actividad turística en Chichén Itzá y, en consecuencia, también en Pisté. Serán necesarios nuevos trabajos de investigación para conocer las estrategias de super- vivencia y adaptación de los residentes de Pisté ante la caída del sector turismo en la región. ֍