Artículos Académicos
Recepción: 12 Mayo 2020
Aprobación: 17 Mayo 2021
Resumen:
La presente investigación tiene como objeto de estudio el análisis del proceso de eman- cipación dentro de la dialéctica marxista para la fuerza de trabajo en movimiento de los migrantes procedentes del Triángulo Norte de Centroamérica: Honduras, Guatemala y El Salvador, las cuales se encuentran en tránsito por México teniendo por destino Esta- dos Unidos. Una migración forzada por los mecanismos del capitalismo que se despliega dentro de un corredor migratorio marcado por un desarrollo desigual que impone un am- plio programa de reformas macroeconómicas que generan una extrema subordinación de las clases trabajadoras al proyecto hegemónico estadounidense.
Este desplazamiento masivo de cientos de miles de personas se presenta dentro de una dinámica socioeconómica donde los migrantes irregulares son excluidos y marginados por los citados procesos del desarrollo capitalista y por las políticas neoliberales, no obs- tante, de haber cumplido con funciones específicas dentro de la nueva división interna- cional del trabajo, esto debido a que la mano de obra se encuentra en constante sumisión a este tipo de procesos transnacionales. Por lo cual, la migración de centroamericanos en tránsito por México se presenta como una de las consecuencias más palpables, pero quizás la menos comprendida de los mecanismos de ajuste hacia los mercados internos regionales por el proyecto de acumulación capitalista. En especial cuando este prole- tariado nómada trasnacional busca emplearse fuera de los mercados naciones dirigién- dose hacia otros los mercados laborales regionales más desarrollados en donde puedan seguir empleando y mercantilizando su fuerza de trabajo. De tal suerte que, con las migraciones centroamericanas dentro del capitalismo neoliberal se configuran como un desplazamiento colectivo de personas que previamente han sido precarizadas, despoja- das y explotadas para seguir engrosando las filas del ejército de reserva del gran capital estadounidense y mexicano.
Dicho lo anterior, en términos de la emancipación hacia esta migración trasnacional, el presente documento se encuentra en función de detectar las posibilidades de emancipa- ción de este colectivo nómada, entendido como parte de una mayor fuerza proletaria in- ternacional mediante la alternancia inmersa en su proyecto de resistencia y de luchas de clases. Sin embargo, ciertos acontecimientos evidencian claramente el “ciernes” de este proceso emancipatorio, por ejemplo, con las caravanas de migrantes que comenzaron en el año 2018, en donde los mismos migrantes acompañados de sus familias declaraban,
muchos de ellos después de entregarse a la patrulla fronteriza, su deseo de integrarse al mercado laboral estadounidense, aun siendo en condiciones precarias de derechos y de explotación laboral, es decir abogando por el derecho a ser explotados y a domicilio… lo que supone que se está todavía lejos, muy lejos de la superación del capitalismo que la emancipación sugiere. De cualquier forma, este tipo de propuestas dialécticas nos permiten continuar contextualizando el sentido la praxis marxista dentro de la lucha de clases en un mundo contemporáneo.
Palabras clave: emancipación, migración forzada, Triángulo Norte de Centroamérica, capitalismo neoliberal, dialéctica marxista.
Keywords: emancipation, forced migration, Northern Triangle of Central America, neoliberal capitalism, Marxist dialectic
Introducción
El flujo migratorio por México viene en aumento desde mediados de los años noventa del siglo pasado, alcanzando su máximo histórico en 2006 con una cifra de 430,000 migrantes. En tanto que a partir del año 2010 se aprecia un flujo con- tinuo anual de 200,000 personas en tránsito por el país (Rodríguez, 2014). De acuerdo al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (AC- NUR) la cifra es más elevada aún, ya que indican que cada año cerca de 500 mil personas atraviesan por México de manera irregular, siendo en su gran mayoría migrantes originarios del Triángulo Norte de Centroamérica (ACNUR, 2017). En ese periodo, desde el 2006, los migrantes en tránsito han sucumbido a la vio- lencia criminal y estatal. Al respecto, se calcula que desde este año alrededor de 40 mil migrantes en tránsito forzado fueron asesinados y otros 120 mil más están desaparecidos (Rodríguez, 2014).
Ante dichas estadísticas, la pertinencia en términos de la emancipación de clases para un colectivo de trabajadores migrantes irregulares, quienes se en- cuentran en una búsqueda frenética de seguir vendiendo su fuerza de trabajo como simple mercancía, allende las fronteras nacionales, es un hecho represen- tativo en la historia de las economías de dependencia centroamericanas. Además de ser uno de los procesos más marcados de circulación de valor mediante la mercantilización y abaratamiento de la fuerza laboral migrante en los lugares de tránsito y destino de estos desplazamientos, en este caso hablamos de México y los Estados Unidos.
Este hecho comenzó desde la década de los setenta del siglo pasado, pro- ducto de los mecanismos de acumulación por despojo y asimetría de poder, con el intervensionismo de la economía de libre mercado norteamericana que hizo surgir una drástica caída y flexibilidad del empleo a nivel local en el norte de Centroamérica, elevando por consecuencia la informalidad entre la población por el pobre comercio y la demanda interna existentes. Dichos procesos de integra- ción económica crearon las condiciones de pobreza y marginación social en esta región centroamericana, mismos que se han desbordado a través de la migración intrarregional primero y transnacional después (Morales, 2007).
Un contexto que determinó para estas comunidades de origen el que fue- ran despojadas y “liberadas” de los medios básicos de producción que permitían su subsistencia y calidad de vida, para tener como último recurso el vender su fuerza de trabajo en los centros más desarrollados de la región. Esta situación se recrudeció en la siguiente década de los ochenta, cuando al interior de estas sociedades habían evolucionado intentos de resarcir todas las desigualdades e injusticias sociales mediante la senda revolucionaria, inspirados por la sombra de otras luchas de corte socialista en países cercanos de la misma región, particular-
mente en Cuba y Nicaragua, lo que desató cruentas guerras civiles e insurgencias armadas, con escuadrones de la muerte incluidos por parte de las oligarquías locales. Llevando a que al interior de estas comunidades se rompiera el tejido social, desarticulando a su vez los patrones socio-políticos nacionales y a que se erosionara aún más la pobre soberanía estatal, lo que a la postre sería un factor más de integración de esta región a los procesos de hacinamiento capitalista, no solo en condiciones de dependencia económica, sino mucho más alineada políti- ca e ideológicamente a Estados Unidos.
Con estos antecedentes presentes en dichas sociedades centroamericanas, las desigualdades socio-económicas crecieron dramáticamente, lo que a su vez fue el caldo de cultivo para toda la violencia criminal y estatal que se vería refle- jada en la elevada tasa de homicidios, que junto con los índices de pobreza extre- ma se han convertido en las más altas de todo el planeta. Esta violencia ha mo- tivado el desplazamiento forzado de otros amplios sectores de la población que no necesariamente se encontraban en condiciones de segregación social pero que sufrían los efectos directos de los conflictos armados, convirtiéndose en víctimas de represalias de parte de las numerosas pandillas criminales conocidas Maras, lo que los hizo unirse al éxodo masivo del colectivo que huía de las consecuencias más perniciosas de la pobreza. Una realidad que comenzaría en El Salvador, pero que se extendería como efecto dominó hacia toda la región del Triángulo Norte de Centroamérica, Guatemala y Honduras, un hecho que equivale a afirmar que las clases medias se convirtieron en un lujo innecesario en la composición social de estas naciones.
Ante estas circunstancias, estos países se convertirían en expulsores no solo de materias primas y bienes de bajo valor agregado, sino también en nacio- nes procreadores y exportadoras de una mano de obra barata, dócil y desechable de trabajadores, que se unen de a poco al desbordante ejército de reserva del capital en este amplio espacio emergente de los procesos de acumulación del ca- pitalismo, una región transnacional que inclusive trasciende el Triángulo Norte Centroamérica, con México, que cuenta con una historia similar de despojo y violencia hacia la misma clase trabajadora que se dirigió hacia el mismo destino en el centro de desarrollo regional en Estados Unidos, bajo los mismos patrones de riesgos y con las mismas violaciones a sus derechos humanos elementales.
Todo lo cual se puede explicar mediante el método dialéctico marxista, aunque este no esté exento de ciertas contradicciones que habrá que reconocer y reflexionar; para el caso de la emancipación, en lo que supuestamente desembo- caría la organización y lucha de clases de este grupo de migrantes centroameri- canos, como lo sugiere el camino de la economía política que logre superar el ca- pitalismo y generar un desarrollo alternativo. Una dialéctica que se refuta debido al resultado que las caravanas de migrantes dejaron al desnudo ante la verdadera
intención de este colectivo de alcanzar los Estados Unidos a como diera lugar, a pesar de todos los riesgos que encuentre, incluso perder la vida, porque tenían en mente el firme propósito de vender su fuerza de trabajo como simple mercancía y por consecuencia el seguir reproduciendo las mismas condiciones de subordi- nación y explotación laboral en el seno del gran capital privado estadounidense. Así, en vez de la emancipación, lo que se puede revelar por ahora una suerte de “derecho a ser explotados”.
Marco conceptual
La perspectiva teórica acerca de la emancipación en ciernes se sustenta en varias etapas: la primera dentro del proceso de valorización del capital que se despliega a escala regional mediante redes dirigidas por corporaciones multinacionales que se encuentran establecidas en los países desarrollados, como Estados Unidos, segundo, por la transferencia de plusvalor o excedente de capital mediante la explotación de la mano de obra del proletariado migrante, desde las periferias del tercer mundo hacia los centros de desarrollo. De esta manera, al conjugarse las migraciones forzadas dentro de la perspectiva marxista de la fuerza de trabajo, tenemos que estas obedecen a desajustes dentro de las dinámicas de acumulación y despojo del capitalismo que derivan en la formación de personas desplazadas, esto está supuesto en El Capital, de Karl Marx.
Delgado (2006) señala que bajo el modelo imperante de integración eco- nómica se fundamenta la fuerza de trabajo, al ser uno de los grandes intereses del gran capital estadounidense, una insoslayable relación entra la integración y la migración laboral internacional. Delgado, añade que se trata de una modalidad de integración que se sustenta en medidas de políticas macroeconómicas neoliberales que traen como consecuencia el estrechamiento de los mercados internos, el cierre y desmantelamiento de numerosas empresas dedicadas a ese mercado y el incremento de la pobreza y marginación social.
Estos ejemplos de la mercantilización trasnacional de la fuerza de trabajo pueden ser abordados y sustentados a través de la lente (dialéctica) de la econo- mía política del desarrollo (Delgado, 2006, 2009, 2012 et al, 2016) (Delgado y
Márquez, 2006, 2012, 2012) (Márquez y Delgado, 2011, 2012). Para ello, se tie- ne que considerar que la modalidad de integración transnacional impuesta desde Estados Unidos hacia México y el Triángulo Norte de Centroamérica devela una relación íntima derivada de los procesos del capitalismo en la región en donde se busca únicamente la ganancia para perpetuar “el domino del capital sobre el trabajo” (Veltmeyer y Petras, 2007: 15).
En Márquez y Delgado (2011), se profundiza aún más estos mismos tér- minos, cuando manejan que esta liberalización de la fuerza de trabajo migrante
acontece producto de la descomposición socioeconómica de las regiones perifé- ricas en gran parte por la restructuración de los mercados labores internos y por las políticas estructurales fincadas en la triada: apertura, privatización y desregu- lación, que desencadenan grandes olas de desplazamientos humanos de carácter forzoso.
Una situación que procede de la exportación directa de la fuerza de tra- bajo como una de las formas de como los países periféricos participan en las cadenas globales de producción, representando una trasferencia neta de ganancia al exterior y estigmatizando al migrante como mercancía humana reducido a su mínima expresión, esto es, como fuerza de trabajo en movimiento, a la cual hay que explotar con la mínima retribución laboral y el mínimo gasto social. Para cuando llegue el caso desecharla (Delgado et al, 2012), cuando no deportarla o reasentarla en un supuesto “tercer país seguro”, como los hechos del MPP (Mi- gration Protocol Protection) evidencia a México claramente.
Al respecto, aunque con un tono menos dialéctico y más pragmático, Castles (2004) señala que bajo los modelos de desarrollo económico que generan inequidad estructural no solo las políticas migratorias, pueden fracasar por lo estrecho de su visión y por su corto plazo, sino que estos modelos promueven más migración no autorizada, poniendo en riesgo los derechos humanos de mi- llones de personas que buscan emplearse. Por lo cual Castles (2004) recomienda observar el fenómeno migratorio desde que comienza el traslado pasando por el tránsito hasta que los migrantes se logran establecer en el destino.
En esencia, es la orientación del funcionamiento del modelo capitalis- ta hacia la concentración de capital y riqueza de las élites transicionales, así lo afirman en otro artículo Márquez y Delgado (2012), quienes expresan que por consecuencia la configuración de la nueva división del trabajo es producto de las redes globales del capital al desmantelar las cadenas productivas y los mercados internos para después abastecer y exportar abundante fuerza de trabajo barato. Mediante una nueva división internacional del trabajo que forma parte de la mo- dalidad del intercambio desigual, que para los migrantes forzados significa como argumenta el mismo Márquez (2013), el estar atrapado en una espiral constante de degradación humana, lo que constituye un principio organizativo del desa- rrollo capitalista dentro de la globalización tendiente a dar forma y definir a las clases sociales en una nueva división internacional del trabajo que forma parte de la modalidad del intercambio desigual.
Lo que para Morales (2007), por su parte, significa la integración eco- nómica del trabajo centroamericano traducido en una transformación de viejas formaciones agrarias que se encuentran sometidas bajo el yugo de autoritarismos políticos internos y externos dentro de procesos de absorción y subordinación de
la dinámica económica de acumulación transnacional. Morales, define los crite- rios para la definición de esta región como parte de un subsistema de seguridad impuesto por los mecanismos del mercado que origina nuevos circuitos de produc- ción y reproducción social que redefinen el centro y la periferia del capitalismo.
A la vez que los flujos de la migración laboral poseen relevancia por la articulación de los territorios a la economía global por las ventajas de la concen- tración espacial de la mano de obra barata, por lo cual esta migración desempeña un mecanismo de ajuste de los mercados labores internos; para después ser una migración forzada externa, como sucedió en las primeras décadas de este siglo XXI, al seguir presentándose las mismas segmentaciones de esos mercados junto con la polarización social producto de los conflictos armados.
La perspectiva teórica a raíz de la anterior argumentación se sustenta que la emancipación hacia las migraciones forzadas puede ser un referente para el análisis de las relaciones sociales de producción del capitalismo con relación a la explotación del trabajo. Dentro del capitalismo neoliberal se refiere, a los me- canismos de valorización, tales como la superexplotación de esa misma fuerza de trabajo y el plusvalor extraído, la expansión del capital financiero ficticio, el despojo territorial y por consecuencia de los derechos sociales de las poblacio- nes locales. Es así, con la emancipación hacia la migración forzada se emprende la crítica del capitalismo contemporáneo y de los mecanismos que detonan las migraciones forzadas de trabajadores, a nivel teoría, aludiendo a que este tipo de migración es un proceso derivado de los mecanismos de acumulación y despojo que articulan el modelo de desarrollo de acumulación dentro de una trama de relaciones desiguales entre los centros y las periferias del mundo moderno.
Métodos y técnicas de trabajo
El presente artículo pretende hacer una contribución a los estudios de la migración y el desarrollo desde una perspectiva transdiciplinaria. Primero, el enfoque de la geopolítica del capital global y regional con énfasis en el capitalismo estaduni- dense, un ángulo de análisis desde el cual es posible cuestionar el modelo de in- tegración económica asimétrica impuesto por el imperialismo estadounidense en la región del Triángulo Norte de Centroamérica: Honduras, Guatemala y El Sal- vador. Segundo, al modificar la figura del inmigrante irregular centroamericano en migrante forzado, y más específicamente como un proletariado internacional inmerso en una profunda crisis humanitaria y que eventualmente se puede conver- tir en un sujeto político que luche por su propia emancipación social.
Por lo cual, para este estudio se construyó una explicación estructuralista desde la dialéctica marxista de las migraciones forzadas, tomando como ejemplo el éxodo procedente del Triángulo Norte de Centroamérica, ya que al asumir
que la configuración del objeto de nuestro estudio se presenta complejo y mul- tidisciplinario, resulta insuficiente intentar dar una explicación inmediata para las posibilidades de emancipación de este desplazamiento humano. Por ello, fue necesario elaborar otra explicación de corte dialéctico que dé cuenta de las raíces del problema para obtener una comprensión más articulada de las posibilida- des de esta misma emancipación. Hablamos de un desplazamiento que para esta investigación es entendido como forzado por los mecanismos del capitalismo neoliberal, lo que permite captar cierta originalidad de dicho acontecimiento para avanzar y proponer elementos de análisis.
Para cumplir con esta función se requirió de la articulación de una expli- cación distinta a la unidireccional de causa-efecto, donde únicamente se ponen en juego múltiples determinaciones desde una visión de la totalidad del fenómeno en cuestión, que da forma y contenido el problema de investigación. En razón de lo anterior, el presente artículo no trata de un estudio de las migraciones inter- nacionales únicamente, sino del estudio de la relación dialéctica marxista de la perspectiva del desarrollo desigual y la migración forzada, al intentar explicar la crisis humanitaria de las migraciones y su relación con la crisis del capitalismo en general, a través de los estudios de un modelo alternativo de desarrollo desde la perspectiva del Sur Global.
Todo lo anterior complementado con una serie de argumentos y varia- bles que despejan el panorama geopolítico de los mecanismos de integración del mercado laboral en Norteamérica y Centroamérica, que modifican la división internacional del trabajo, con la finalidad de que ante cualquier teorización en migraciones debe de ir encaminada hacia la transformación de cualquier orden de ideas determinadas a partir de un punto de vista de clase (Marini y Millán, 1994). De esta manera, este estudio con las migraciones forzadas es un estudio que con- templa la lucha de clases y la emancipación inmersa en este proceso.
Discusión
Teóricamente la emancipación es parte de la perspectiva crítica que cuestiona la institucionalidad neoliberal y las dinámicas estructurales del capitalismo con la intención de generar un desarrollo alternativo dentro de otro desarrollo humano, siendo este más sostenible. Resurge en la actualidad ante un intento de prepon- derancia del proletariado nacional e internacional, entendido a su vez como un proceso de construcción social tendiente a la formación de una conciencia de cambio y de clase, ya que incluso, el desarrollo humano puede definirse como un proceso de emancipación en vías de desprenderse de procesos de explotación y despojo (Márquez y Delgado, 2012).
Para los temas concernientes a las migraciones forzadas, la emancipación puede referirse a otra perspectiva crítica y dialéctica desde el denominado Sur Global, representando una negación de las perspectivas dominantes del Norte Global con el objetivo de erigir una visión integral, inclusiva y libertaria del nexo que estudia la relación entre la migración y el desarrollo (Delgado, 2016). Todo esto con la intención de generar un verdadero desarrollo humano, en tal sentido, como lo formuló Ernesto Laclau (1996), el camino hacia la verdad desde la razón occidental, para el siglo XXI en términos de la emancipación del cual la escuela marxista se ha apropiado, es para construir una versión más plural y destotali- zadora que trate de la posibilidad de seguir buscando una política progresista de unidad que combine diversas luchas por la ciudadanía y el reconocimiento, sea este de la raza, generó, preferencia sexual, clase, etcétera, es decir, una singula- ridad universal bajo un colectivo político que parte de demandas democráticas y abiertas a las nuevas identidades.
Remontándonos hacia los orígenes de la idea misma de emancipación, cuando esta acontecía desde la puesta en práctica de la idea de la Revolución per- manente. Trotsky haciendo referencia a Marx mencionaba que una revolución de este tipo no debe de avenirse a ninguna de las formas de predominio de clase sin detenerse en la etapa democrática de las revoluciones socialistas, sino que fuera capaz de abrir una guerra franca contra cualquier reacción y que cada etapa se basara en la anterior para desembocar en una liquidación completa de la sociedad de clases (Trotsky, 1979).
La idea de emancipación expuesta en el sentido concreto de este traba- jo, combinando la lucha de clases con la migración forzada de esta suerte de proletariado nómada centroamericano por el mecanismos del sistema capitalista neoliberal, debe y puede referirse tal como lo hacía Lenin (1973), acerca de que no necesariamente implica el fin del capitalismo, sino siendo más probable lle- var a una redivisión y restructuración interna del poder colonial, hacia un “exte- rior” del capitalismo dentro de un nuevo poder de reorganización. Para Lenin, la cuestión de la emancipación era mediante la transformación revolucionaria de la propiedad de la tierra para desprenderse de las fuerzas productivas de la sociedad burguesa, solucionando de paso el problema agrario y para liquidar completa- mente a los grandes hacendados y así alcanzar la “dictadura democrática”.
A lo que Trotsky contribuía, tan solo una década después que Lenin, seña- lando que la verdadera emancipación democrática de los campesinos solo podía llevarse a cabo por medio de la unión revolucionaria tanto de campesinos y obre- ros para alcanzar a su vez “la dictadura democrática de los obreros y campesi- nos”. Este mismo autor ruso señalaba de forma más que elocuente algo que vale la pena citar textualmente:
El proletariado crece y se robustece a la par que progresa el capitalismo […] el desarrollo del capitalismo es del proletariado a la dictadura. Pero, el día y la hora en que el poder pase a las manos de la clase obrera, depende directamente no del nivel de las fuerzas productivas sino de los factores de la lucha de clases, de la situación internacional y, finalmente, de una serie de circunstancias subjetivas: tradiciones, iniciativas, espíritu combativo (Trotsky, 1979: 100).
Trotsky indicaba que en un país económicamente atrasado la clase proletaria puede llegar al poder antes que un país avanzado, de ahí que el proletariado no pueda consolidar el poder sin haber ensanchado la base misma de la revolución, afirmando tajantemente que “el proletariado en el poder será respecto a los cam- pesinos, la clase emancipadora”. (Trotsky, 1979:104). Trotsky tenía en mente que el único sitio donde existiera la posibilidad de un partido campesino, revo- lucionario y antiburgués era en Rusia, con la idea de la Revolución Permanente porque liquidaría la liga existente entre el absolutismo y el servilismo mediante la transformación socialista. Partiendo desde esta comprensión de lo que Trotsky señalaba acerca de que, en todos los países capitalistas, a pesar de la variedad de sus niveles de desarrollo, estructuras sociales, tradiciones, domina la burguesía junto con el capital financiero.
Karl Marx, por su cuenta, reconocía que la lucha entre el capitalista y el asalariado se iniciaba en los orígenes mismos del capital industrial porque era el único camino por el que un sistema de producción y organización por el desen- volvimiento histórico de su contradicción y por sus antagonismos se dirigía hacia la marcha de su ruina y renovación (Marx, 2018). Es así como este pensador ale- mán confiaba que el progreso de las fuerzas productivas con la mano de obra pro- letaria tuviera como destino la emancipación humana en relación con las fuerzas de la producción capitalista. Esto lo expresaría mejor en “Sobre la cuestión judía” donde maneja las concepciones fundamentales de los derechos del hombre, quie- nes poseen dos grados de emancipación, una política y otra humana; la política, la del ciudadano y persona moral que es la reducción del hombre al miembro de la sociedad de la burguesa, como un individuo independiente y egoísta; la huma- na, que se logra sino hasta que el hombre reconoce sus fuerzas sociales propias para organizarse con miras del autogobierno del pueblo trabajador (Marx, 1946, citado en Djordjevich, 1961).
Incluso, la perspectiva de la economía política en su primera fase se cen- traría en el discernimiento y compresión de esta clase proletaria que generaba la gran industria moderna como una clase social que, con el paso del tiempo, podría formular por vez primera en la historia la exigencia de suprimir el privi- legio de clase y por consecuencia a las clases como tales. Marx y Engels a través del Manifiesto Comunista en 1848 creían que los trabajadores del mundo entero se unirían para luchar y así tratar de contener las destructivas fuerzas del capi- tal, construyendo una política alternativa. David Harvey (2000) ahonda sobre el
mismo Manifiesto Comunista al exponer que la clase proletaria no tienen patria y no se les puede arrebatar lo que no poseen, por lo cual, este (sub) proletariado (nómada) debe de conquistar el poder político para elevarse y constituirse como clase nacional alejándose del sentido burgués, ya que estas serán las primeras condiciones para su emancipación.
Aun sin contar con esta patria (lo que equivaldría a contar con los dere- chos de ciudadanía en la actualidad para los apátridas y migrantes forzados no reconocidos) Harvey (2000) señalaba que los límites estatales en la actualidad son menos porosos para los trabajadores que para el propio capital, aunque el sentido convencional luche por lo contrario, lo que representaría para la migra- ción irregular y/o forzada de trabajadores una cuestión verdaderamente signifi- cativa. Harvey añade que estos límites no dejan de ser representativos para la lucha obrera internacional debido a que las condiciones desiguales ofrecen mu- chas oportunidades para la organización y acción política. Por lo que se debe de superar los límites del Estado para este tema de la emancipación, porque en la actualidad el Estado no es precisamente un Estado socialista que ayude a la socie- dad a emanciparse de las antiguas instituciones y relaciones sociales de opresión (Djordjevich, 1961).
Al introducir el enfoque marxista de la emancipación dentro de la eterna pugna existente entre la lucha de clases sociales, Marini y Millán (1994), men- cionan que se hace un esfuerzo dirigido hacia el corazón mismo del capitalismo, argumentando además a tal respecto que el capitalismo desde el mismo momento en que engendró en su seno el desarrollo industrial avanzando hacia su madurez impulsó a la clase que lo dirige a plantearse como una fuerza creciente en sus rei- vindicaciones teóricas e ideológicas de clase. Lo cual pareció obvio que creciera otra fuerza antagónica dentro del mismo sistema con otras reivindicaciones pro- pias de las contradicciones inherentes de ese desarrollo del capitalismo, pero esta clase, como una expresión revolucionaria mediante una práctica emancipadora hacia los intereses de esta misma clase proletaria.
Ciertamente los migrantes forzados con su empeño tozudo, como dice Rocha (2010), al cruzar las fronteras teniendo en contra todas las adversidades posibles encima para hacerlo, pareciera que no son precisamente víctimas de un sistema capitalista que los ha explotado, marginado y desechado cada vez que lo considera necesario, sino también pareciera que pueden ser los pioneros de las nue- vas formas de desobediencia civil que logren trasgredir esas barreras impuestas por las naciones desarrolladas. Todo esto, según el mismo Rocha (2010), lo hacen los migrantes en busca de la justicia para construir un mundo más libre y equitativo.
Este empeño tozudo para los migrantes centroamericanos no fuera posible sin el apoyo y asistencia que ofrecen las organizaciones de la sociedad civil, laica
y confesional, dentro de las casas o albergues de migrantes alrededor de México, quienes se han convertido en un pilar intrínseco en donde podemos ubicar una de las principales sendas emancipatorias. Estas organizaciones han contribuido en varios aspectos para tratar de llenar el vacío de poder dejado por el Estado mexi- cano, aunque también contribuyen, paradójicamente, de forma indirecta en la profundización de este mismo fenómeno de exclusión desde la lógica neoliberal.
Dos caras de una misma moneda que tienen que analizarse a fondo si se quiere ahondar en el ámbito de la emancipación del proletariado nómada centro- americano: por principio, dentro de la cara positiva hay que reconocer que estas organizaciones ayudan a restablecer las energías vitales y a orientar a los migran- tes forzados en su travesía, de igual forma en los últimos años se han propuesto contrarrestar las causas de fondo de la crisis migratoria señalando los problemas que originan las violaciones a los derechos humanos de los migrantes en tránsito, una lucha cara a cara contra la violencia criminal y estatal al estar ubicados en el lugar mismos de los hechos, ya que en los últimos once años en la totalidad de los albergues de migrantes alrededor de México se ha construido un proyecto de resistencia y desobediencia civil.
En estos lugares se han potenciado las formas del compromiso que re- presenta el trabajo de defensa al migrante forzado, todo lo que significa al igual potenciar la capacidad de ir hacia adelante y de tener el suficiente valor para de- fender lo que se considera más importante, como la práctica del acompañamiento psicosocial parece mostrarlo. Incluir todos estos puntos, significa recuperar los aspectos emocionales más fundamentales de la vida humana. Podríamos agregar que asesorar y defender durante el tránsito forzado migratorio son principios fun- damentales para empoderar, pero también son principios básicos para empezar a emancipar.
Falta por ver las capacidades que tengan estas casas de migrantes para conocer su grado de articulación entre ellas, para la generación de espacios para la toma de conciencia y la organización colectiva. Similares cambios pueden acontecer procedentes del proyecto de resistencia y visibilización de varias or- ganizaciones civiles, por ejemplo, con una de las más inmersas en el tema “Sin Fronteras” al organizar a los migrantes en caravanas desde la frontera sur hasta la norte a finales del año 2018.
Pasando al lado negativo y/o contradictorio del proyecto emancipa- torio de estas organizaciones, habrá que empezar por reconocer como dice Isabel Rauber (2013) que el actual sistema mundo regido por la economía neoliberal no existe la posibilidad de ser soberanos sino se logra deshacerse de este dominio y de esta lógica del mercado. Un paso inicial inexcusable argumenta esta auto- ra para poder hacer varias cosas de manera soberana está en pensar, diseñar y
desarrollar proyectos alternativos orientados hacia la transformación de la socie- dad o hacia la construcción de un nuevo metabolismo social para la construcción de esta “utopía emancipadora” (Rauber, 2013: 60).
Pero sobre todo la utopía emancipadora se encumbre en el tiempo, así lo advierte Ranciére (2013) por la lógica de los modelos de emancipación-domi- nación históricos que inexorablemente se encuentran ante un escenario de ac- tualización debido a que el tiempo de la emancipación tradicional ha pasado. Sin descartar que no se debe dejar de lado el hecho de seguir descifrando el or- den causal para entender la maquinaria social dentro de una causalidad racional, Ranciere habla de una distribución de inteligencias y capacidades en razón de la revolución por venir que curiosamente refiere se encuentra opacada por la mis- ma ciencia social, por lo cual sugiere una “emancipación intelectual” (Ranciere, 2013: 23). En suma, para este autor la emancipación es la ruptura con el esquema unilineal del tiempo en la reproducción de las jerarquías y autonomizar las poten- cias igualitarias detrás de todas relaciones de desigualdad.
Anteriormente se mencionó que en el actual sistema mundo regido por la economía neoliberal existen nulas posibilidades de ser soberanos, incluida desafor- tunadamente esta labor de asistencia humanitaria hacia la figura de este migrante forzado centroaméricano, en donde el multi-mencionado papel que desempeña el Estado-nación y su evolución “unilineal” hacia los mismos objetivos neoliberales de asistencia humanitaria sigue teniendo una preponderancia fundamental.
Esto provoca que de forma sutil se escondan motivos no tan emancipa- dores detrás de la faceta humanitaria de cualquier organización civil que reciba apoyo financiero de dicho Estado, que tiene como origen uno de los puntos neo- liberales más tenues, por ejemplo, Zygmunt Bauman (2007) citando el trabajo de Michel Angier refiere que la figura del cooperante humanitario en la actualidad, contratado o voluntario dentro de las instituciones humanitarias es un importan- te eslabón de la misma cadena de exclusión. Paradójicamente lo hacen cuando alejan a la gente del peligro, lo que los convierte en “un agente de exclusión de coste mínimo”, destinado a descargar, pero sobre todo a disipar la ansiedad del resto del mundo, un modo ideal de conciliar lo irreconciliable, de satisfacer un conmovedor deseo de rectitud moral.
Las organizaciones humanitarias, civiles y religiosas, estatales y trasna- cionales, o una mezcla de todas estas a lo largo de la ruta de la migración de tránsito por México tampoco escaparían de esta aguda mirada, el mismo Bauman (2007) hace una comparación de los campos de refugiados europeos, el homó- nimo mexicano de las casas de migrantes1 con los guetos comunitarios y con los
1 Después del Barretal, un exmercado en la ciudad Tijuana, las bodegas improvisadas en Piedras Negras y las fabricas maquiladoras reutilizadas en Ciudad Juárez a principios del año 2019 y de
hiperguetos del pasado postkeynesiano y postfordista como minisociedades re- lativamente autosuficientes y autorreproductoras, como “modelos comunitarios de tránsito”, pero para Bauman son solo una pila de cabos sueltos, artificiales e incompletos de lo rechazado, incapaces de subsistir por su cuenta.
Todos estos aspectos negativos o contraproducentes del “agente de exclu- sión de coste mínimo” que erige “modelos comunitarios en tránsito” los podemos relacionar con el “transformismo” del que hablaba Antonio Gramci, que consistía en la integración de los intelectuales de las clases subalternas a la clase política predominante para decapitar la dirección de los movimientos. Una decapitación constituida alrededor de la clase fundamental que tiene como finalidad prevenir toda voluntad de emancipación de los grupos sociales, tomando en cuenta que la base de la hegemonía supone la existencia de una clase dirigente y de clases dirigi- das, por lo tanto, los intelectuales siempre están ligados a una clase (Portelli, 2011).
Citamos en este punto la teoría gramciana porque precisamente se necesita una verdadera teoría emancipadora si se quiere hablar de la extinción del Estado o de la pertinencia de abrir canales alternos al mismo, ya que el riesgo previsto por Gramci era por el carácter de clase y por el vínculo orgánico de carácter improductivo del intelectual que se aísla de la clase social subalterna, proyectando únicamente un idealismo de clase que los aleja de cualquier independencia y autonomía. Es decir, intelectuales sin vínculo orgánico de las ideologías que reproduce una y otra vez la clase dominante, a la vez que terminan como empleados de este grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemonía política gubernamen- tal2 (Portelli, 2011).
Existe, por lo tanto, un deber primordial de desarrollar una sociedad civil autónoma del Estado en los países donde es verdaderamente importante, en este caso los países de tránsito migratorio y de desplazamiento forzado por donde se encuentra el proletariado nómada errante. Antonio Gramci era tenaz en este aspecto, pues para él antes que esta “estadolotría” (pensar y repensar una y otra vez en el papel del Esta- do) es la sociedad civil la que aparece definida como el fundamento intelectual y mo- ral del Estado. Se habla de una hegemonía donde la misma sociedad civil tiene que
lo que va del 2020 destinadas fundamentalmente a las caravanas de migrantes centroamericanos, muchos de ellos devueltos por la política de Donald Trump de reasentamiento de vuelta México a través del programa MPP (Mexican Protocol Protection), representaron los primeros intentos de estos campos de refugiados europeos en estas ciudades fronterizas, donde se pudo constatar las carencias que tenían estos migrantes en estos lugares así como la hostilidad y xenofobia de parte de la población local hacia ellos.
2 Por experiencia propia, en un número significativo de casas de migrantes y de círculos acadé- micos intelectuales “críticos” que intentan abordar el tema migratorio desde la comodidad de su cubículo caen en esta categoría expresada por Gramci del intelectual sin vínculo orgánico, cuan- do ellos se desenvuelven por la vida creyéndose que son parte del “intelectual colectivo”, porque si de algo pueden estar conscientes es que el “intelectual orgánico” no lo son.
tener superioridad sobre la clase política y la clase fundamental por lo tanto las clases subalternas deben conquistar en primer lugar a la sociedad civil (Portelli, 2011).
Esta crítica perteneciente a la categoría de los bloques históricos gram- cianos es importante señalar, puesto que para llegar a la superación del Estado y la emancipación como tal hacia los fines de la “sociedad regulada” de Gramci y hacia los fines de la “distribución de inteligencias” de Ranciere se requiere rediseñar un sistema hegemónico coherente que consista en la construcción de otro “bloque hegomónico” que no sea dirigente sino dominante, ya que la clase fundamental utiliza el bloque ideológico que se desprende de la sociedad para utilizar a los intelectuales que controlarán a los grupos auxiliares.
Por lo cual, para Gramci la toma de conciencia colectiva de parte de las clases subalternas por motivo de la guerra no se convertía automáticamente en conciencia revolucionaria (Portelli, 2011). Una reflexión que en nuestro bloque histórico se podría trasladar insistiendo que la toma de conciencia de las mismas clases subalternas con motivo de la crisis humanitaria de las migraciones forza- das en tránsito no se convierte automáticamente en conciencia revolucionaria y en la sucesiva emancipación. Roger Bartra (2018) prevé a razón de esta no-eman- cipación disfraza de emancipación hacia las clases subalternas, sean migrantes o de cualquier otro grupo vulnerable, de parte de un puñado de organizaciones o idealistas intelectuales, cuando señala la existencia de corrientes infrarrealistas que se encuentran fluyendo debajo de la realidad por canales subterráneos ha- ciendo erupción con vigorosos brotes de descontento.
Bartra refiere que son corrientes de izquierda, incluso con vocación gue- rrillera, muy sensibles a los generalizados males sociales, comenta que solo son humores que emanan de la descomposición actual del gobierno y de sus insti- tuciones, si bien, abren grietas de desencanto, no dejan de ser la zozobra que se ha expandido a consecuencia de la descomposición social, es decir, un aspecto predecible y en donde también entran las distancias irónicas referidas por Zizek (2008), acerca de los radicales que invocan la necesidad de una transformación revolucionaria a través de un reclamo supersticioso que evitará que el cambio ocurra realmente, un izquierdista activista que critica al imperialismo, pero que se horrorizan al pensar que este campo de estudio desaparezca.
Resultados
Esta discusión abre posibilidades para la comprensión dialéctica en términos del concepto de emancipación para las nuevas migraciones forzadas, entendidas es- tas como parte del proletariado nómada en la era neoliberal, es decir, una suerte de lumperproletariado. En tal sentido que esta idea más que un concepto refiere a la facultad que puede tener este sector de la clase trabajadora de dirigir su propio
destino asumiendo un rol protagónico de las condiciones y reproducción social de su existencia en situación de subordinación y explotación.
Para la migración forzada la emancipación puede significar la construc- ción de otro mundo y otra realidad posible, un desarrollo alternativo, como in- fiere la academia crítica, con una nueva organización tanto económica, política y cultural que pueda abrir nuevos canales hacia la libre movilidad laboral de un colectivo que debe de organizarse de manera transnacional, derribando las fron- teras físicas y mentales que la modernidad capitalista ha construido para contener esta fuerza productiva de trabajo.
Una perspectiva de clase que a pesar de la incertidumbre que genera la in- tensidad de los flujos y contraflujos migratorios en un corto plazo para las nacio- nes desarrolladas, estas migraciones forzadas centroamericanas por las prácticas institucionales capitalistas y por los ajustes neoliberales, representan un destierro económico y en algunos casos un segundo exilio plagado de criminalización y persecución para un contingente de migrantes que no tienen la posibilidad de acceder a la protección internacional y que por consecuencia se encuentran alta- mente expuestos en cualquier momento a las detenciones arbitrarias y deporta- ciones, que son más bien estrategias de depuración del mercado laboral por ser una mano de obra desechable o superflua.
La realidad geopolítica dentro de la era neoliberal nos permitió caracteri- zar el origen de estas migraciones forzadas de centroamericanos en tránsito por México, por ser la parte más visible y superficial de este fenómeno coyuntural porque en realidad pertenece a una crisis civilizatoria mayor dentro de un sistema capitalista en decadencia. Hablamos de un contexto geopolítico, en donde subya- ce para el tema migratorio lo que se intentó demostrar que esta es una migración forzada integrada por una fuerza laboral que genera una importante ganancia de plusvalor en los países de destino y otros procesos de restructuración social inter- medios en los países de tránsito como la emancipación.
La noción de emancipación nos abrió una ventana para abordar el tema de la resistencia y organización de los migrantes a través de las caravanas de migrantes. La intención de estas formas de organizar el tránsito migratorio a los Estados Unidos es arribar e ese país a como diera lugar, a pesar de todos los riesgos que existen en el camino, incluso el perder la vida. El objetivo del prole- tariado nómada que participa en las caravanas es el de vender y mercantilizar su fuerza de trabajo. No obstante, en esta tentativa se encuentra también el germen de la emancipación que subyace al viacrucis migratorio, como parte de la lucha de clases del proletariado internacional migrante.
El despertar de esta conciencia ha sido posible en conjunto con las or- ganizaciones civiles que los acompañaron en su peligroso trayecto. Si bien el acompañamiento se estructura en torno a la defensa de los derechos humanos, encierra también un proyecto liberador en gestación, que busca trascender los linderos una práctica esencialmente defensiva, para avanzar hacia una resistencia proactiva con potencial transformador, que cuestione las causas de fondo de la migración forzada y, por ende, las relaciones sociales que la originan.
Desde esta perspectiva, el proletariado será revolucionario o no lo será, esto si nos desprendemos de esa otra visión que Marx criticaba a los viejos co- munistas europeos decimónicos, cuando decía que solo ven miseria donde hay miseria. En la migración forzada, hemos podido vislumbrar, aun sea en términos muy incipientes, el lado revolucionario emancipatorio del proletariado interna- cional migrante. Indudablemente la emancipación se encuentra en ciernes, pero es una perspectiva que nadie puede arrebatar a los trabajadores del sur global y a las organizaciones civiles que los acompañan.
No debe perderse de vista que su disyuntiva es morir de hambre o emi- grar y ante ello optaron por lo segundo y, en el tortuoso camino del tránsito migratorio, comienzan a reflexionar que el problema de fondo es el régimen de muerte que los obligué a abandonar sus lugares de origen. Existen indicios de la manera como este colectivo de migrantes deviene en un auténtico proletariado internacional y de cómo el capitalismo en Norteamérica, cada vez más vetusto,
no le ofrece una opción de reproducción social, como tampoco la posibilitan los nuevos dispositivos totalitarios de control masivo de la población provistos por la geopolítica del capital estadounidense.
No obstante, la dirección dialéctica marxista en esta temática encuentra su mayor limitación, o sí se prefiere alcance, cuando en términos de la emancipa- ción se refiere. Es una buena idea para la formulación de una economía política el acercarse a la condición estructural de esta migración y su condición de clase fuera de la supuesta ilegalidad o irregularidad de este migrante, así como para tener un tratamiento de este desplazamiento como forzado por las condiciones históricas-estructurales del capitalismo, llevados por los acuerdos trasnacionales de integración comercial, en donde la mano de obra ha jugado un papel trascen- dental, al ser uno de los medios más peculiares de mercantilización y transferen- cia de valor, a pesar de ser rechazada por los dispositivos jurídicos y legales de las naciones más desarrolladas, como Estados Unidos, lo que parece nunca la reconocerán como migración forzada.
Ciertamente, la economía política y su apéndice la emancipación no es una propuesta nueva para el estudio dentro de la temática de las migraciones in- ternacionales de corte irregular, mejor dicho es que la hemos desempolvado, para nuestro objetivo primario que fue el desprenderse del refrito de viejas recetas que distinguen a los trabajos neoclásicos en que se han venido sustentado el cumulo de estudio de las migraciones contemporáneas trasnacionales de esta supuesta migración no calificada, en función como se ha venido repitiendo de seguir en- contrando los vínculos más palpables de la acumulación e integración capitalista mediante la explotación de la fuerza de trabajo de parte de las naciones desarro- lladas hacia las comunidades de origen de donde se desprende esta migración.
Pero esto es una utopía, ya que el reconocimiento primario y ampliamente generalizado del enfoque multidisciplinario de las migraciones, sean estas forza- das, irregulares, económicas, calificadas o altamente calificadas, circulares, de retorno voluntario o deportaciones, etcétera, cualquier estudio hasta ahora ha pre- sentado limitaciones para el desarrollo efectivo de una teoría con su aplicación concreta y científica a la realidad emitiendo respuestas contundentes.
Ninguna teoría en migraciones permite un alcance explicativo global ante cualquier realidad, ninguna hasta ahora ha logrado madurar cuando se trasladan hacia diferentes casos concretos en diferentes partes del mundo, en todo caso po- demos encontrar paralelismos en distintos corredores migratorios. Un verdadero paradigma científico dentro de la sociología de las migraciones, lo que conlleva a que este tipo de estudios sean de los más propensos dentro de las ciencias socia- les a ser ideologizados o politizados, Ruy Mauro Marino (1991) advertía de esta ideologización de la última instancia para la ortodoxia marxista, cuando hablaba
del rigor conceptual y metodológico que ante cualquier imitación en el proceso de investigación deriva no solo en la ortodoxia sino en el dogmatismo.
Por lo tanto, al hablar de la emancipación como una parte en la que su- puestamente desembocaría la organización de este migrante centroamericano, como fuertemente lo siguiere el camino de la economía política marxista y que supuestamente logre superar el capitalismo, se refuta fácilmente. Por ejemplo, con el resultado que precisamente las caravanas de migrantes dejaron al desnu- do, cuando su verdadera intención era alcanzar Estados Unidos, a pesar de todo el rechazo y violencia que encuentren en su trayecto, porque tienen en mente el firme propósito de vender su fuerza de trabajo como simple mercancía y por con- secuencia el seguir reproduciendo las mismas condiciones de subordinación y explotación laboral ante el gran capital, es decir, ellos y las organizaciones civiles que los acompañaron abogaron por el “derecho a ser explotado”.
Actualmente sobre el terreno de los hechos, por lo pronto, es difícil hablar de emancipación por la anterior razón, no hay un interés revolucionario entre los migrantes y las organizaciones que los acompañan, para estas organizaciones el trabajo sigue estando en función de la defensa y el respeto irrestricto por parte del Estado hacia los derechos humanos de los migrantes en tránsito en relación a la violencia sufrida en el tránsito. En todo caso se abre al camino hacia la prácti- ca emancipadora desde una lógica inversa, como la de Espinoza (2018) cuando señala que el proletariado no tiene intereses, por eso es revolucionario. El ar- gumento de Morales (2007), también sirve de apoyo, cuando al hacer este tipo de estudios no se apuesta al eclecticismo confuso, sino un tipo de aquiescencia constructivista y pragmática para seguir avanzando en el complejo campo de estudio de las migraciones.
En términos de la emancipación, ciertamente en ciernes, únicamente se encuentra en función de detectar las posibilidades de la misma de este colecti- vo de cientos de miles de personas, entendido como parte de una mayor fuerza proletaria histórica e internacional mediante la alternancia de su proyecto de re- sistencia y de luchas de clases. Pero que antes los acontecimientos evidenciados claramente por las caravanas de migrantes, donde los mismos trabajadores mi- grantes declaran su deseo abiertamente de integrarse al mercado laboral estadou- nidense, aun siendo en condiciones precarias y de explotación, es decir… lejos, muy lejos de la superación del capitalismo que la emancipación y la dialéctica marxista sugiere. ֍
Referencias
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR.). (2017). Migrantes en situación de vulnerabilidad. Recuperado en marzo del 2019, disponible en: www.acnur.org/fileadmin/scripts/doc.php?file=- fileadmin/Documentos/BDL/2016/10793.
BAUMAN, ZYGMUNT (2013). Tiempos líquidos. Vivir en una época de incertidumbre, México: Tusquets.
CASTLES, STEPHEN (2004). “The factors that make and unmake migration policies”. En: International Migration Review, Núm. 3, Vol. 38, Nueva York, Estados Unidos: Universidad de Oxford.
DELGADO, RAÚL (2006). “Migración e imperialismo: la fuerza de trabajo mexicana en el contexto del TLCAN”. En: Otero, Gerardo (2006). Méxi- co en transición: globalismo neoliberal, Estado y sociedad civil, México: Porrua.
DELGADO, RAÚL (2009). Forced migration and US imperialism: the dialectic of migration and development. En: Critical Sociology, Núm. 6, Vol. 35, México: Universidad Autónoma de Zacatecas.
DELGADO RAÚL, HUMBERTO MÁRQUEZ y HÉCTOR RODRÍGUEZ (2012). Desmitificación del nexo entre migración y desarrollo, México: Miguel Ángel Porrúa. Universidad Autónoma de Zacatecas.
DELGADO, RAÚL (2016). Migration and development in Latin America. The emergence of a southern perspective, México: Universidad Autónoma de Zacatecas.
DELGADO, RAÚL y HUMBERTO MÁRQUEZ (2007). “The Mexico-United States migratory system: dilemmas of regional integration, development and emigration”. En: Migración y Desarrollo, Zacatecas, México: Miguel Ángel Porrúa.
DELGADO, RAÚL y HUMBERTO MÁRQUEZ (2012). Contemporary migration seen from the perspective of political economy: theoretical and meth- odological elements, Zacatecas, México: Miguel Ángel Porrúa.
DELGADO, RAÚL y HUMBERTO MÁRQUEZ (2012). Desarrollo desigual y migración forzada. Una mirada desde el sur global, Zacatecas, México: Miguel Ángel Porrúa.
DJORDJEVICH, JOVAN (1961). Yugoslavia, democracia socialista. México: Fondo de Cultura Económica.
ESPINOZA, SERGIO (2018). “Marx, a dos siglos”. En: Observatorio del Desa- rrollo, Núm. 21, Vol. 7.
HARVEY, DAVID (2000). Espacios de esperanza, España: Ediciones Akal. LACLAU, ERNESTO (1996). Emancipation(s), Londres: Verso.
LENIN, VLADIMIR (1973). Obras, Tomo I, Moscú: Ediciones Progreso.
MARINI, RUY (1991). Dialéctica de la dependencia. México: Ediciones Era. Recuperado de http//:www.amauta.lahaine.org
MARINI, RUY y MÁRGARA MILLÁN (1994). La teoría social latinoamericana: los orígenes, Tomo I, México: UNAM.
MÁRQUEZ, HUMBERTO y RAÚL DELGADO (2011). “Una perspectiva del sur sobre capital global, migración forzada y desarrollo alternativo”. En: Migración y Desarrollo, Vol. 9, Zacatecas, México: Editorial Porrúa.
MÁRQUEZ, HUMBERTO (2013). “El redoble de la migración forzada: inseguridad, migración y destierro”. En: Migración y Desarrollo, Núm. 21, Vol. 11, México: Universidad Autónoma de Zacatecas.
MARX KARL (2018). El Capital. México: Editores Mexicanos Unidos.
MORALES, ABELARDO (2007). La diáspora de la posguerra. Regionalismos de los migrantes y dinámicas territoriales en América Central, Costa Rica: FLACSO.
PORTELLI, HUGUES (2011). Gramci y el bloque histórico, México: Siglo XXI. RAJCHENBERG, ENRIQUE (1994). “Los historiadores protomarxistas y las figuras heroicas de la Revolución Mexicana”. En: Marini, Rui Maura y Márgara Millán (coordinadores). La teoría social latinoamericana: los orígenes, Tomo I, México: UNAM.
RANCIÉRE, JACQUES (2014). “¿Ha pasado el tiempo de la emancipación?” En: Revista Calle14, Núm. 13, Vol. 9, Colombia: Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
RAUBER, ISABEL (2013). “Movimientos sociales, desarrollo y emancipación para el buen vivir en el bien común”. En: Revista CEPA, Núm. 8.
ROCHA, JOSÉ (2010). “Migrantes: ¿víctimas sumisas o en desobediencia ci- vil?” En: Revista Envío, Núm. 342, Nicaragua: Universidad Centroame- ricana (UCA). Recuperado de http://www.envio.org.ni/articulo/4234.
RODRIGUEZ, ERNESTO (2014). Migración centroamericana en tránsito por México hacia Estados Unidos: diagnóstico y recomendaciones. Hacia una visión integral, regional y de visión compartida. México, ITAM.
TROTSKY, LEÓN (1979). La revolución permanente, México: Editorial Fonta- mara.
VELTMEYER, HENRY y JAMES PETRAS (2007). Imperialism and capital- ism: rethinking an intimate relationship, Núm. 2, Vol. 5, International critical thought, Official Publication of the Chinese Academy of Social Sciences (CASS).
ZIZEK, SLAVOJ (2008). Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales, Espa- ña: Editorial Austral.