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Contribuciones a la secuencia cerámica del Clásico Tardío en Yaxchilán
Contributions to the ceramic sequence of the Late Classic in Yaxchilan
Antrópica revista de ciencias sociales y humanidades, vol. 7, núm. 14, pp. 87-120, 2021
Universidad Autónoma de Yucatán

Artículos Académicos


Recepción: 02 Abril 2020

Aprobación: 04 Mayo 2021

Resumen: En el presente trabajo se exponen los estudios más recientes de la cerámica de Yaxchilán, en los que se ha buscado precisar la tipología perteneciente al Clásico Tardío, a partir del análisis de las vasijas completas procedentes de contextos sellados (contextos funerarios y ofrendas), que fueron explorados en el proyecto a cargo de Roberto García Moll (1973- 1985); el cual además se complementó con la revisión de los muestrarios cerámicos y las tipologías propuestas para el sitio.

Palabras clave: Yaxchilán, Usumacinta, Tipo-Variedad, Grupo Chablekal.

Abstract: Recent analyzes of ceramics from sealed contexts at Yaxchilan (funerary contexts and offerings) that were explored in the project by Roberto Garcia Moll (1973-1985) allowed refine the ceramic sequence of the site. In this paper the contributions of these analyzes are presented to clarify the tipology belonging to the Late Classic.

Keywords: Yaxchilán, Usumacinta, Tipe-Variety, Chablekal Group.

Introducción

Yaxchilán es una urbe prehispánica que se localiza sobre las márgenes del río Usumacinta, al oeste de las Tierras Bajas Mayas del Sur (Figura 1). La zona monumental del sitio arqueológico cuenta con alrededor de 120 construcciones que se distribuyen en tres grandes conjuntos articulados por escalinatas, rampas y terrazas de distribución, los cuales son conocidos como: la Gran Plaza, ubicada en la parte más baja del sitio y paralela al río Usumacinta; la Gran Acrópolis, localizada sobre una serie de terraceados al sur de la Gran Plaza; y la Pequeña Acrópolis, conjunto situado sobre una colina al oeste del área central (Figura 2).




Figura 1. Localización de Yaxchilán (adaptado de Google Earth)

La arquitectura del sitio tiene asociados diversos monumentos escultóricos con inscripciones jeroglíficas, de los que hasta el momento se han registrado poco más de 110 y se trata de estelas, dinteles, altares y escalones; a tales hay que agregar la existencia de relieves modelados en estuco y restos de pintura mural.

Los estudios epigráficos de los monumentos inscritos, que se han llevado a cabo desde las primeras décadas del siglo XX hasta la actualidad, han permi- tido establecer la secuencia de gobernantes y demás personajes importantes que participaron activamente en los destinos de Yaxchilán durante el periodo Clási- co, así como un estimado del territorio que se encontró bajo su influencia1 y las

1 A partir del estudio de los glifos emblema Peter Mathews (1997:357) ha determinado que el

relaciones que mantuvo con otras entidades políticas de la región y aún de luga- res más lejanos.




Figura 2. Plano con la ubicación de los conjuntos arquitectónicos de Yaxchilán donde se encuen- tran los edificios de donde proceden las tumbas, entierros y ofrendas. (adaptado de García Moll 2003:32, fig. 6).

Aunque diversos viajeros y estudiosos visitaron el sitio desde finales del siglo XIX, los trabajos de exploración y consolidación en Yaxchilán formalmente co- menzaron en 1973 por parte del INAH con la dirección del maestro Roberto Gar- cía Moll, quien a lo largo de varias temporadas de campo que se extendieron has- ta 1985 encontró diversos testimonios arqueológicos, entre ellos: 42 contextos funerarios con o sin artefactos asociados; 72 elementos;2 y 311 objetos aislados.

área que abarcó la entidad política de Yaxchilán debió ser de entre 1500 y 2000 km2, compartien- do frontera con Piedras Negras hacia el noroeste y con Bonampak hacia el suroeste. Al sureste habría limitado, en distintas épocas, con Altar de Sacrificios, Itzán o El Chorro y al noreste con El Perú y, tal vez por un tiempo breve, con La Florida.

2 Se designó como “elementos” a todos los objetos o conjuntos de objetos que fueron encontra- dos en alguna situación particular o en asociación con un edificio o monumento escultórico, bajo un piso de estuco o dentro de una cavidad (incluyendo en la mampostería de un edificio) (García Moll, 2003). Generalmente a este tipo de hallazgos suele denominarse ofrendas, escondites o caches (García Moll, 2003).

Una gran cantidad de contextos sellados proveyó vasijas completas de cerámica, principalmente del Clásico Tardío, las cuales han sido objeto de aná- lisis durante los últimos años, permitiendo la obtención de datos para alcanzar un mejor entendimiento de ese periodo3, esto ha motivado la revisión de las tipo- logías cerámicas de Yaxchilán, proponiéndose entonces, algunas contribuciones para mejor la comprensión de la secuencia cerámica del sitio durante el Clásico Tardío, las cuales se presentan en este trabajo.

Para exponer lo anterior, en el apartado siguiente se hace una breve re- seña de las secuencias cronológicas que se han postulado para Yaxchilán des- de la perspectiva de los análisis epigráfico y arquitectónico; posteriormente, se hace una revisión de las secuencias cerámicas que se han postulado para el sitio y a continuación con lo referente a los contextos, características y análisis del material que fue sujeto a estudio para la presente investigación. Finalmente, se discuten los resultados y contribuciones que se hacen a la secuencia cerámica del Clásico Tardío de Yaxchilán a partir del análisis de los materiales procedentes de contextos sellados, así como de la revisión de los muestrarios y tipologías exis- tentes para el sitio.

Estimaciones cronológicas en Yaxchilán

La perspectiva epigráfica

El primer intento por establecer una cronología de Yaxchilán lo hizo Sylvanus

G. Morley (1938), quien trató de fechar las estructuras con base en el estudio de los monumentos con inscripciones glíficas. Posteriormente, entre 1963 y 1964, Tatiana Prouskoriakoff abordó esta problemática haciendo correcciones al traba- jo de Morley. Cabe señalar que su análisis se hizo teniendo en consideración los datos epigráficos y los estilos escultóricos (Prouskoriakoff, 1963, 1964).

Posteriormente, Peter L. Mathews (1997) hizo una propuesta en la que in- corporó monumentos que se desconocían cuando se publicaron los estudios ante- riores, dando a conocer no solo las fechas más tempranas y más tardías del sitio, sino también asignando una temporalidad a las estructuras a partir de la última fecha registrada en sus monumentos asociados. También, Mathews (1997) señaló en su estudio que la fecha más temprana es el 23 de julio de 359 d.C. y que esta se encuentra registrada en la Escalinata Jeroglífica 1 del Edificio 5 y en la Escalinata Jeroglífica 3 del Edificio 44, siendo las últimas del 12 de marzo, 5 de abril y 9 de abril del año 808 d.C., registradas en el dintel 10 del Edificio 3 (Cuadro 1).4

3 Dicho periodo dentro de los estudios cerámicos previos corresponde a los complejos Baalam en la propuesta de Patricia Fournier (1987) y al Yaxkin en la de Sandra López Varela (1989).

4 Cabe mencionar que estudios más recientes apoyan lo señalado por Mathews en su momento (Martin y Grube, 2002; Vega Villalobos, 2008; 2017).

Como se hace notorio, los datos provistos por la epigrafía cubren un pe- riodo que abarca desde el Clásico Temprano hasta el Clásico Tardío, sin embargo otra clase de estudios a partir de diversos datos arqueológicos, como la arquitec- tura y la cerámica, han puesto de manifiesto que la secuencia ocupacional del sitio es aún mayor.

Cuadro 1
Historia política de Yaxchilán según la propuesta de Peter L. Mathews (Adaptado de García Moll, 2003).

La secuencia arquitectónica

La secuencia arquitectónica de Yaxchilán fue establecida por Roberto García Moll (2003, 2004), a partir de tomar en consideración cuatro aspectos: a) las fechas inscritas en los monumentos escultóricos incorporados a los edificios; b) aspectos particulares de los elementos presentes en los edificios; c) la compara- ción con otros sitios de la región; y d) secuencia lógica de la construcción de los

edificios dentro del sitio.

Atendiendo a los aspectos mencionados, la secuencia establecida por García Moll (2003, 2004) contempla seis mayores momentos de actividad cons- tructiva:

1) El primer momento, ubicado temporalmente entre 238 y 554 d.C., está representado por los edificios 7 sub, 77 y 78, caracterizándose por basa- mentos sin construcción abovedada en la parte superior.

2) El segundo momento, ubicado temporalmente entre 554 y 613 d.C., lo representan los edificios 6, 7, 13-I, 18 y 74, presentando como carac- terísticas: vanos de acceso mayores a 1.20 metros, dinteles de madera y en el segundo cuerpo, los paramentos exteriores ligeramente inclinados, con decoración a base de grandes mascarones antropomorfos modelados en estuco.

3) El tercer momento, ubicado entre 613 y 672 d.C., está representado por los edificios 8, 12, 25, 26, 30, 39 y 41-I, siendo edificios con crujía doble al interior que están rematados por una crestería de muros calados al centro de la cubierta.

4) El cuarto momento, ubicado entre 672 y 731 d.C., está represen- tado por los edificios 14, 19 y 23, que presentan el patrón arquitectónico característico de Yaxchilán.

5) El quinto momento, ubicado entre 731 y 790 d.C., está represen- tado por los edificios 10, 11, 13-II, 16, 17, 21, 22, 24, 33, 40 y 41-II, ca- racterizándose por la forma rectangular de los vanos, los dinteles labrados en cantera y la decoración modelada en estuco colocada sobre los para- mentos del segundo cuerpo, la cual está basada en el modelado de figuras antropomorfas de cuerpo completo y no solo de mascarones.

6) El sexto momento, ubicado entre 790 y 849 d.C., está represen- tado por los edificios 20, 75 y 76. El edificio 20, desde el punto de vista formal es similar a las construcciones del momento anterior, mientras que los edificios 75 y 76 son sencillas plataformas habitacionales sin cons- trucción abovedada en la porción superior. Estos dos últimos edificios representan la última época de ocupación del sitio.

A partir de lo expuesto, se puede señalar que los datos de la epigrafía y la arqui- tectura en conjunto proveen de una secuencia temporal que hasta el momento abarca un periodo comprendido entre principios del Clásico Temprano y el final del Clásico Tardío. No obstante, los estudios cerámicos han puesto de manifiesto

que la ocupación de Yaxchilán es más amplia de lo que indican la epigrafía y la arquitectura.

La secuencia cerámica

Las características de la cerámica de Yaxchilán se conocen gracias a las explora- ciones que desde 1973 se han llevado a cabo en el sitio, primero bajo la dirección de Roberto García Moll en la Gran Plaza y la Gran Acrópolis y después bajo la de Daniel Juárez Cossío en la Pequeña Acrópolis, quienes en conjunto recabaron datos de diversos contextos arqueológicos que incluyen: superficie, derrumbes, rellenos, pozos, tumbas, entierros y ofrendas. Tal cúmulo de información permi- tió establecer una secuencia cerámica que abarca desde por lo menos 300 a. C. hasta aproximadamente el 900 o 1000. d. C., en otras palabras, desde el Preclási- co Tardío hasta el Postclásico Temprano.

De los periodos mencionados, el Clásico Tardío y el Clásico Terminal son los que mejor se conocen debido a que se fechan en esta época la mayor parte de los edificios y monumentos con inscripciones que son visibles en el sitio, así como los contextos arqueológicos que fueron explorados durante las temporadas de campo que se llevaron a cabo entre 1973 y 1985.

Las excavaciones realizadas en Yaxchilán bajo la dirección de Roberto García Moll, al cabo de doce temporadas de campo, proveyeron una gran canti- dad de material cerámico que dio pie a los trabajos de Maryanne Fazio (1977), Sylviane Boucher (1979), Patricia Fournier (1982, 1985, 1987) y Sandra López

Varela (1989).

Los estudios de Fazio (1977) y Boucher (1979) corresponden a acerca- mientos preliminares a la cerámica del sitio, en especial sobre lo concerniente a las pastas finas halladas en el Edificio 19 y áreas aledañas; en tanto que los trabajos posteriores, por una parte, los de Patricia Fournier (1982) y por otra, los de Sandra López (1989), comprenden el análisis de las colecciones recuperadas entre 1973 y 1985 en la Plaza Central y la Gran Acrópolis de Yaxchilán.

Patricia Fournier (1982) trabajó con un total de 60 mil tiestos recuperados en superficie, derrumbes, rellenos y pozos. Este material le permitió establecer a partir de seriación con materiales de otros sitios arqueológicos de toda el Área Maya, además de la información estratigráfica de los pozos excavados y los datos epigráficos de los monumentos asociados a los edificios, una secuencia cerámica dividida en seis complejos: Zinic (300 a. C. – 0), Tulix (1 – 276 d. C.), Cot (277- 453 d. C.), Baalam faceta 1 (454 – 680 d. C.), Baalam faceta 2 (681 – 807 d. C.)

y Ac (808 – 948 / ¿1000? d. C.).

El estudio de Fournier (1987) puso de manifiesto que la cerámica de los complejos Zinic y Tulix (Preclásico Tardío y Terminal) se encuentra poco repre- sentada, incluso entre materiales recuperados en excavaciones, aunque destaca la presencia de cerámica estilo Usulatán (tipos cerámicos Metapa tricomo y Sacluc negro sobre anaranjado), mientras que la perteneciente a los complejos Cot y Baalam (Clásico Temprano y Tardío) aparece en mayor proporción y se distri- buye en todas las áreas de Yaxchilán; esta misma comprende tipos monocromos y policromos, de un estilo localista y del Petén, además de influencia y probable procedencia de regiones del Río Pasión y la Verapaz.

En el caso de la cerámica del complejo Ac (Clásico Terminal al Postclá- sico Temprano) que corresponde a las lozas de pasta fina de los Grupos Altar, Balancán y Tres Naciones, de acuerdo con Fournier (1987), solo se localizan en la Gran Plaza y sus inmediaciones, siendo sus porcentajes muy bajos o nulos en el resto del sitio.

Un dato interesante que se presenta en dicho estudio es la presencia de los Grupos Silho y Tohil del Postclásico Temprano, que aunque se reportan como poco frecuentes y restringidos al área de la Gran Plaza, su presencia sugiere po- sibles ocupaciones esporádicas del sitio durante este periodo.

Por su parte, Sandra López Varela (1989) analizó una colección que com- prendía los 60 mil tiestos que revisó Patricia Fournier, además de otros 10 mil provenientes de los edificios de la Plaza Central y la Gran Acrópolis. Dicha in- vestigadora declara en su estudio que notó diferencias entre sus observaciones y lo anotado en el trabajo de Fournier, por lo que decidió llevar a cabo cambios en la tipología y en los complejos, siendo por tal razón que existen diferencias notables entre ambas secuencias cerámicas.

Para establecer su clasificación, López Varela (1989) comenzó apoyándo- se en el Programa de Cómputo Seriate, que es “un método de seriación pertene- ciente al paquete Instats creado en el Institute of Archaeology, University College London” (p. 35), posteriormente, comparó sus resultados con los de otros sitios del Área Maya (preferentemente de las Tierras Bajas del Sur) y con las fechas en los monumentos glíficos de Yaxchilán. Esta metodología le permitió definir cuatro complejos cerámicos: Yaxek (300 a. C. – 278 d. C.) que corresponde al Preclásico Tardío y Terminal, Yaxcab (278 – 633 d. C.) que se refiere al Clásico Temprano, Yaxkin (633-732 d. C.) que se ubica en el Clásico Tardío y Yaxmuc (732 – 810 d. C.) que comprende la parte final del Clásico Tardío hasta los albo- res del Clásico Terminal.

Siendo el énfasis del presente trabajo en la secuencia cerámica del Clá- sico Tardío, a continuación se hará una revisión con mayor detalle en lo concer- niente a este periodo en ambas propuestas.

Los complejos cerámicos del Clásico Tardío en Yaxchilán

En la propuesta de Fournier (1985, 1987) el Clásico Tardío corresponde al Com- plejo Baalam, el que en su Faceta 1 comprende: 2 lozas (Petén lustroso y Ua- xactún sin engobe) (véase Cuadro 2), la primera de ellas se encuentra dividida en 5 grupos (Achote, Infierno, Nanzal, Tinaja y Palmar), no obstante que 5 tipos cerámicos no cuentan con adscripción a algún grupo. Entre los 5 grupos se en- cuentran un total de 7 tipos cerámicos, de los cuales Baadz policromo crema y Chab bicromo crema fueron establecidos a partir del análisis del material de Yaxchilán, en tanto que el resto (Silkgrass acanalado, Carmelita inciso, Infierno negro, Nanzal rojo y Subín rojo) ya habían sido reportados en estudios previos de otros sitios. La mayoría de estos tipos cerámicos presentan formas asociadas a una vajilla de servicio, siendo predominantes cajetes, cuencos5 y vasos; sin em- bargo hay un tipo que contempla ollas de grandes dimensiones que seguramente se destinaban a la preparación de alimentos y/o almacenamiento (Subín Rojo, variedad Icim).

Ahora bien, dentro de la loza Petén lustroso hubo tipos cerámicos que no se asociaron a algún grupo en específico, como el caso de Cuuc esgrafiado, Mata- culebra policromo crema y Xab inciso, siendo de estos, el primero establecido en Yaxchilán y los dos últimos en Altar de Sacrificios (Adams 1971); cabe señalar que todos se asocian principalmente a vajilla de servicio (cajete, cuenco, vaso y plato).

Un par de casos adicionales, en la loza mencionada, son los tipos No designado esgrafiado y No designado esgrafiado rojo, los cuales no fue posible asociar a algún tipo o grupo en particular y que se caracterizaron principalmente por su técnica decorativa que representa motivos geométricos y zoomorfos

Finalmente, por otra parte se encuentra la loza Uaxactún sin Engobe a la cual se asocia el tipo Maculis modelado, variedad Efigie humana que correspon- de a la clase formal, incensario y refiere a presuntos usos ceremoniales (véase Cuadro 2).

5 En el presente estudio se ha considerado relevante, para precisar términos, hacer la distinción ya hecha por Patricia Fournier (1987; et al., 1987) con respecto al cajete y el cuenco, donde el primero se caracteriza porque las paredes del cuerpo tienden a divergir, contrario a lo que sucede en el cuenco, en el que las paredes tienden a converger o ser de forma semiesférica.

Cuadro 2
El complejo Baalam, Faceta 1 en la propuesta de Patricia Fournier (1987)

En el Complejo Baalam, faceta 2 se identificaron 3 lozas (Gris fino, Petén lus- troso y Uaxactún sin engobe); en el caso de la loza Gris Fino solo hay un grupo asociado: el Chablekal, el cual contempla 5 tipos distintos (Chablekal gris, Chek compuesto, Chicxulub inciso, Cholul acanalado, Telchac compuesto), cada uno asociado a una variedad; principalmente se trata de vajilla vinculada al servicio de alimentos (véase Cuadro 3).

Cuadro 3
El complejo Baalam, Faceta 2 de acuerdo con la propuesta de Patricia Fournier (1987).




En lo concerniente a la loza Petén lustroso, esta engloba 5 grupos (Achote, Ti- naja, Palmar, Saxché y Palmar, Zopilote) y un total de 18 tipos con designación (Achote negro, Cubeta inciso, Cuuc esgrafiado, Ibach negativo, Am rojo, Ceh estriado, Chaquiste impreso, Ejército rojo, Kisin estriado, Pantano impreso, Su- bín rojo, Zabín rojo, Zodz compuesto, Tinaja rojo, Baadz policromo crema, Chab bicromo crema, Zopilote negro manchado) y 3 más no designados (No designado bicromo inciso, No designado con soporte modelado, No designado policromo negativo), alguno de ellos con variedades como es el caso del Zopilote negro

manchado. La mayoría de estos tipos cerámicos presentan las formas de cajetes, cuencos, platos y vasos que se asocian con el servicio de alimentos; no obstante, también se encuentran otras formas como ollas y jarras, principalmente en los tipos cerámicos del grupo Tinaja, vinculadas con el almacenamiento y la prepa- ración de alimentos. Cabe mencionar que también se reportan clases formales especiales como el tambor y los frascos (véase Cuadro 3).

Finalmente, la loza Uaxantún sin Engobe cuenta con dos grupos (Cambio y Encanto) que corresponden a los tipos Cambio sin engobe y Encanto estriado, respectivamente. Si bien, los tipos cerámicos se vinculan con el servicio de ali- mentos de acuerdo con las clases formales (cuenco, jarra y plato), la variedad Baño Blanco del tipo Cambio sin engobe refiere a incensario, los que presunta- mente habrían tenido usos ceremoniales.

Ahora bien, por lo concerniente a la propuesta de Sandra López Varela (1989), el rango temporal que abarca el periodo Clásico Tardío se contempla en los complejos Yaxkin y Yaxmuc, por lo que como en el caso de la tipología anterior, para los fines del presente trabajo, conviene exponer el contenido de estos complejos.

En el Complejo Yaxkin se identificaron 3 lozas (Honduras británicas ceniza volcánica, Petén lustros y Uaxactún sin engobe), siendo relevante el hecho de que a diferencia del estudio previo, en esta tipología no se le asignó ni loza ni grupo al tipo Zopilote negro manchado, en el cual se identificaron dos variedades (Zopilote y Borde basal), ambas presentes en una sola clase formal, a la cual a diferencia de lo establecido por Patricia Fournier, se le prefirió designar como cajete trípode.

Cuadro 4. El complejo Yaxkin en la propuesta de Sandra López Varela (1989)

Cuadro 4
El complejo Yaxkin en la propuesta de Sandra López Varela (1989)




En el caso de la loza Honduras británicas ceniza volcánica, su identificación re- presenta una de las principales diferencias con respecto a la tipología anterior; se trata de una loza foránea y característica de la región de Belice, la cual en Yax- chilán, de acuerdo con Sandra López Varela (1989), se representa por un grupo (Belize rojo), un tipo cerámico (Gallinero inciso) y una variedad (Gallinero), que asimismo se restringen a una sola clase formal, el cajete.

En lo concerniente a la loza Petén Lustroso, se identifican 4 grupos (Achote, Infierno, Saxché y Palmar, además de Tinaja), que en total suman 11 tipos (Achote negro, Cubeta inciso, Infierno negro, Grupos Saxché y Palmar, San Isidro naranja policromo, Zacatel crema policromo, Cameron inciso, Chaquiste impreso, Ejército rojo, Subín rojo y Tinaja rojo), siendo entonces la variabilidad tipológica más abundante en el grupo Tinaja. Según esta propuesta, entre la ma- yoría de los tipos cerámicos, los cajetes son las clases formales más frecuentes y en menor medida, ollas y vasos (Cuadro 4).

Un apunte importante se encuentra en el caso de los tipos policromos, pues, en la tipología de Fournier los policromos continúan hasta por lo menos los inicios del Clásico Terminal mientras que en la de López Varela desaparecen hacia el 732 d. C., aunado a ello se encuentra el hecho de que en ambas tipologías solamente se coincide al establecer el Grupo Saxche y Palmar.

Finalmente, se encuentran los dos grupos pertenecientes a la loza Ua- xactún sin engobe, Cambio y Encanto, cada uno correspondiéndose con un tipo cerámico sin variedad y se trata de Cambio sin engobe y Encanto estriado, res- pectivamente; en ambos casos fue la olla la clase formal identificada.

Por otra parte, en lo concerniente al Complejo Yaxmuc, López Varela (1989) ubicó 4 lozas (Gris fino, Naranja fino, Petén lustroso y Uaxactún sin en- gobe), con respecto a la primera de ellas, esta se subdividió en dos grupos y uno más asociado a un tipo cerámico sin definir. Entre los dos grupos identificados, Chablekal cuenta con 3 tipos (Chablekal gris, Chicxulub inciso, Telchac), mien- tras que Tres Naciones con 3 tipos (Alta Gracia acanalado, Poite inciso, Tres Naciones gris) y uno más sin definir. En todos los casos la clase formal predomi- nante fue el cajete.

Cuadro 5
El complejo Yaxmuc en la propuesta de Sandra López Varela (1989)

En el caso de la loza Naranja fino, la más abundante en esta propuesta, para el complejo Yaxmuc existen únicamente dos grupos, el primero de ellos es Altar, que contempla un total de 6 tipos cerámicos (Altar naranja, Cedro acanalado, Islas gubiado inciso, Pabellón modelado, Trapiche inciso y Tumba negro sobre naranja); mientras que por otro lado, el grupo Balancán se subdivide en dos tipos (Balancán naranja y Provincia plano relieve). En esta loza la variabilidad formal es notoria aunque predomina el cajete.

Un punto interesante que se destaca en esta tipología es que, a diferencia de la establecida por Fournier, se señala la aparición de las pastas finas en un periodo mucho más temprano.

Respecto a las lozas Petén Lustroso y Uaxactún sin engobe, aunque sub- sisten, su presencia es reducida remitiéndose a los grupos Tinaja y Cambio, am- bos relacionados con un solo tipo cerámico (Pantano impreso y Miseria apliqued)

y se trata de ollas e incensarios.

Por último, se encuentra la mención de un grupo señalado para Yaxmuc, el cual no se vinculó con alguna loza, se trata del Sotero Rojo Café, en el cual se encuentran los tipos Orange Walk Inciso y Silkgrass inciso (véase Cuadro 5).

El estudio de la colección de vasijas completas Los contextos arqueológicos

En el presente estudio se dispuso de una colección de 139 vasijas fechadas en el

Clásico Tardío, ejemplares que en su gran mayoría están completos y proceden de contextos sellados que corresponden a depósitos funerarios y ofrendas.

Los contextos sellados de acuerdo con el edificio donde se localizaron son los siguientes: Edificio 7 (Entierro 18), Edificio 16-A (Tumba VI), Edificio 19 (Entierro 26 y Elemento 61), Edificio 21 (Tumba V y Elemento 71), Edificio

22 (Elementos 54 y 55), Edificio 23 (Tumbas II y III), Edificio 24 (Tumba IV),

Edificio 24 anexo (Entierro 14), Edificio 30 (Entierro 17), Edificio 33 (Tumba I,

Elementos 1 y 2), Edificio 39 (Elementos 25, 29, 30 y 36), Edificio 41-I (Elemen- to 44) y Estructura Kaak (Elemento 4).

Al respecto, cabe señalar que los edificios designados con los números 7, 16-A, 19, 21, 22, 23, 24, 24 anexo y 30 se ubican en el área de la Gran Plaza; mientras que las estructuras 33, 39 y 41, en la llamada Gran Acrópolis (véase Fi- gura 2). Por otra parte, la estructura Kaak se localiza fuera del área monumental de Yaxchilán, en lo que correspondería a la zona habitacional de los alrededores, en el extremo este del sitio.

Se debe tener en consideración que según los datos de excavación, la gran mayoría de los contextos donde fueron hallados las vasijas (tumbas, entie- rros y ofrendas) se encuentran estratigráficamente asociados con la época en que se encontraba en uso el edificio en cuestión, lo que implica que tales contextos pudieron ser contemporáneos a la época de construcción o posteriores (Roberto García Moll, comunicación personal, 2015).

De acuerdo con la propuesta de Roberto García Moll (2003, 2004), la edificación de las construcciones de donde procede la muestra se estima en los años siguientes:

613 d.C. – Edificio 7

672 d.C. – Edificios 30, 39 y 41-I

731 d.C. – Edificios 19, 23, 24 y probablemente el 24 (anexo) 6

790 d.C. – Edificios 21, 22, 33 y probablemente el 16-A7

Por lo tanto, dentro de este conjunto, el Edificio 7 es el más temprano debido a que su construcción se estima hacia el año 613 d. C., mientras que en el caso de los más tardíos (Edificios 16-A, 21, 22 y 33) su edificación se considera alrededor de 790 d.C.), siendo probable que hacia ese tiempo o en uno posterior se erigiera también la estructura Kaak, la cual al carecer de monumentos asociados se ha fechado con base en sus características arquitectónicas y al análisis cerámico (Figura 3).




Figura 3. Edificio 7 (a la izquierda) y Edificio 33 (a la derecha) (Fotografías del autor)

Metodología del estudio

La clasificación del material cerámico se llevó a cabo utilizando el sistema de análisis conocido como Tipo-Variedad, mismo que ha sido instaurado desde la década de los 60 en el Área Maya (Smith, Willey y Gifford, 1960) y ha sido ideal tanto para estructurar descripciones de cerámica arqueológica como para com- paraciones espacio-temporales (Rice, 2013). Cabe mencionar que en la mayoría de los casos se ha aplicado para el estudio de fragmentos y tiestos cerámicos, no obstante que ha habido algunos casos en los cuales ha sido posible aplicarlo también en el análisis de vasijas completas (cfr. Culbert 1993; Forné 2006) como

6 Esta estructura corresponde a una plataforma anexa al Edificio 24 sin monumentos asociados y en la que fue hallado el Entierro 14; sobre esta debió existir una edificación de materiales perece- deros que probablemente correspondieron a cuartos asociados con las actividades de los Edificios 23 y 24 (Roberto García Moll, comunicación personal, 2014), por lo que se considera que se trata de una construcción contemporánea al Edificio 24, cuestión que además se constata por el tipo de materiales cerámicos que se hallaron asociados con el Entierro 14.

7 Esta estructura corresponde a un adosamiento al Edificio 16 (que se ha fechado para 790 d. C.) y se trata de una plataforma sin monumentos asociados, la cual solo ha sido posible fechar a partir de los objetos arqueológicos hallados en la Tumba VI que se encontró en su interior, lo que parece indicar que a grandes rasgos ambas edificaciones fueron contemporáneas.

ha sido el presente caso. Este sistema comprende dos niveles de integración com- prendidos en categorías particulares y generales.

Las categorías particulares son las unidades básicas del sistema y, por lo tanto, de las que parte todo estudio que hace uso de esta heurística, siendo estas las siguientes:

● Loza: es la categoría más general dentro del primer nivel de integra- ción; los atributos que le definen son la composición de la pasta y el acabado de la superficie. La pasta se define por su textura, tipo de desgrasante, dureza, porosidad y color de la misma. Por su lado, el acabado de la superficie, se define conforme a la presencia o ausencia de engobe y su tratamiento (Sabloff y Smith, 1969).

● Grupo: el atributo que normalmente define a esta categoría es el rango de variación en las formas y el color base (Sabloff y Smith, 1969).

● Tipo: es la unidad básica en la clasificación y se define por formas y atributos específicos del acabado de superficie y la decoración (Sablo- ff y Smith, 1969).

● Variedad: esta unidad se define por la presencia de rasgos particulares en el interior de un tipo que generalmente son decorativos o formales, pero también pueden referirse a los cambios en la clase de diseños o al uso de diferentes inclusiones en la pasta (Sabloff y Smith, 1969).

El segundo nivel de integración dentro del sistema son categorías de un mayor grado de generalidad que permiten integrar a las anteriores para alcanzar correla- ciones mayores entre sitios, estas son:

● Complejo: es la suma total de lozas asociadas que tienen un conve- niente y fácilmente distinguible significado geográfico y temporal (Willey, Culbert y Adams, 1967). Es exclusivo de cada sitio y, por lo tanto, tiene “un valor cronológico y espacial y la sucesión de comple- jos de un mismo sitio constituye su secuencia cronológica” (Forné 2006: 14). Dentro de esta categoría se encuentra el subcomplejo, que es la subdivisión de un complejo para fines de interpretación cultu- ral, más no de diferenciación cronológica (Willey, Culbert y Adams, 1967).

● Secuencia cerámica: es una serie que ordena temporalmente los di- ferentes complejos que constituyen la cronología de un solo sitio. La colocación de las unidades cerámicas en la secuencias es lo que define la división en complejos (Forné, 2006).

● Faceta: es una subdivisión temporal menor de un complejo cerámico que es útil en los casos donde los cambios que ocurren dentro de un complejo cerámico no son suficientemente convenientes ni fácilmen- te distinguibles como para justificar su separación en dos complejos independientes (Willey, Culbert y Adams, 1967). Una faceta se define por un cambio cerámico menor dentro de la secuencia, como la apa- rición de tipos menores, de variedades o de modos, mientras que la división entre los complejos se efectúa a partir de cambios más acen- tuados (Forné, 2006).

● Fase: es una unidad definida por la suma de los complejos de un si- tio que posee rasgos suficientemente característicos para distinguirla dentro de una cultura limitada a una región o a un amplio intervalo de tiempo (Forné, 2006; Willey, Culbert y Adams, 1967).

● Marcador de horizonte: es un indicador de contacto cultural en un tiempo y periodo específicos, generalmente se trata de tipos cerámi- cos diagnósticos compartidos entre dos o más complejos.

● Horizonte cerámico: es la suma de complejos cerámicos relaciona- dos por un conjunto de marcadores de horizonte (Willey, Culbert y Adams, 1967).

● Esfera cerámica: definida para enfatizar un alto grado de contenido similar entre complejos, por lo tanto existe cuando dos o más comple- jos comparten la mayoría de sus tipos cerámicos más comunes. Unir la secuencia cerámica de un sitio a una esfera existen significa que ese sitio está inserto dentro de una zona de interacciones y de influencias a nivel cerámico y cultural (Forné, 2006).

Análisis modal

Complementando las categorías anteriores, en el análisis se puso atención en los modos formales para la catalogación de cada vasija, atendiendo a las característi- cas subformales y a las dimensiones. Esta clase de estudio forma parte de lo que se denomina actualmente como análisis modal, que consiste en atender a aspec- tos específicos de los materiales cerámicos (cfr. Culbert 1993; Culbert y Rands 2007; Forné 2006, 2010; Gifford 1976; Rouse 1960).

Una propuesta para la secuencia cerámica del Clásico Tardío en Yaxchilán




Figura 4. Tipos y variedades representativos de los contextos sellados analizados (Fotografías del autor)

Teniendo en consideración las tipologías que para Yaxchilán establecieron Patri- cia Fournier (1985, 1987) y Sandra López Varela (1989), la presente clasificación de los tipos cerámicos de las vasijas encontró mayores afinidades con la propues- ta de Fournier en dos aspectos principalmente:

1) La gran mayoría de los tipos y variedades que se identificaron en las vasijas de los contextos sellados se hayan descritos y caracterizados en dicha tipología. Al respecto, se trata de los tipos: Máquina Café, variedad Máquina (Figura 4a); Nanzal Rojo, variedad No especifica- da (Figura 4b); Baadz Policromo Crema, variedad No especificada (Figura 4c); Chab Bicromo Crema, variedad No especificada (Figura 4d); Ibach Negativo, variedad Ibach (Figura 4e); y Zopilote Negro Manchado, variedad Inciso (Figura 4f).

2) La importancia de establecer dos facetas cerámicas para el Clásico Tardío, como en dicho estudio se hizo para el complejo Baalam, con base en la presencia de determinados atributos modales8 y marcadores de horizonte. Al respecto, en el primer caso, el análisis de la muestra

8 Se entiende a los atributos modales en el mismo sentido que fue estipulado por Rouse (1939, 1960) y más recientemente por autores como Borges et al. (2018), Culbert y Rands (2007), Forné (2006, 2010), entre otros.

de vasijas completas indicó que en general los contextos fechados hasta antes de la primera mitad del siglo VIII contienen ejemplares que presentan mayor diversidad de técnicas decorativas y variabilidad en los motivos ornamentales, siendo incluso más frecuente la pre- sencia de pseudoglifos (Figura 5a), en tanto que los que se fechan desde la segunda mitad presentan menor diversidad en estas caracte- rísticas, tendiendo a abundar los diseños geométricos simples (Figura 5b). Respecto a los marcadores de horizonte, el más representativo es el tipo Ibach negativo, variedad Ibach (véase Figura 4e) que se en- cuentra durante la Faceta Temprana del Yaxkin y desaparece hacia el periodo tardío, momento en que se hace presente el grupo Chablekal (Figura 6), el cual antecede la presencia posterior de las cerámicas de pasta fina en el complejo subsecuente. La aparición del grupo Chable- kal en este tiempo es un fenómeno que se presenta en Yaxchilán, en otros sitios del Usumacinta y regiones aledañas como el río Pasión, donde se encuentra bien documentada su presencia hacia la segunda mitad del siglo VIII de nuestra era (Bishop, Sears y Blackman, 2005; Foias y Bishop, 1997; Muñoz, 2006a).




Figura 5. Ejemplos de los atributos decorativos en el subcomplejo Yaxkin temprano (5a) y el subcomplejo Yaxkin tardío (5b) (Fotografías del autor).

Ahora bien, teniendo en consideración que la secuencia cerámica de Sandra López Varela (1989) es la principal referencia de Yaxchilán para la mayoría de las investigaciones que se ocupan del sitio y regiones aledañas (Foias, 1996; For- né, 2006, 2010; García Moll, 2003; Muñoz, 2006a), en el presente trabajo se optó por continuar con las designaciones de los complejos que postuló esta investiga- dora con la finalidad de no crear confusiones entre potenciales estudios posterio- res que quisieran hacer una relectura de la bibliografía publicada al respecto. Por lo tanto, con la información que se obtuvo del análisis de la colección ya referida se hizo una revisión puntual del complejo Yaxkin del Clásico Tardío, el cual se concebía sin facetas y cronológicamente se fechaba entre 633 y 732 d.C.




Figura 6. Vasijas del grupo Chablekal de la colección de contextos sellados de Yaxchilán (Foto- grafías del autor)

En este tenor, se revisó la estimación cronológica del complejo Yaxkin a partir del dato cerámico, tomando en consideración las tipologías que existen para si- tios cercanos como Piedras Negras (Holley, 1983; Muñoz, 2006a, 2006b), Bo- nampak (Fournier et al.,1987), El Cayo (Lee y Hayden, 1988; González, 2002) y los reportados por el Proyecto Arqueológico Sierra del Lacandón (Muñoz, 2007) dentro del mismo Usumacinta, además de las postuladas para sitios en regio- nes aledañas como La Joyanca (Forné, 2006), Tikal (Culbert, 1993) y Uaxactún (Smith y Gifford, 1966)9 en el Petén; y Altar de Sacrificios (Adams, 1971), Pe- texbatún (Foias, 1996), Seibal (Sabloff, 1975) y Cancuén (Forné et al., 2011) en el río Pasión (Figura 7).

De manera complementaria, la cronología también se precisó recurrien- do al fechamiento que se ha propuesto para cada edificio donde se hallaron los contextos sellados, la cual se sustenta en datos arqueológicos de excavación, sus

9 Las tipologías de estos dos últimos sitios que, si bien, no son cercanos a Yaxchilán, se trata de referencias obligadas, principalmente en el caso de Uaxactún, donde se aplicó por primera vez el sistema Tipo-Variedad en el área maya.

características arquitectónicas y la epigrafía de los monumentos asociados (Gar- cía Moll, 2003, 2004; Mathews, 1997).




Figura 7. El Usumacinta y regiones aledañas (adaptado de Culbert, 1973)

Al considerar como referencia las fechas estimadas para cada edificio, se tiene que del conjunto de edificios de donde procede la muestra analizada, el Edificio 7 es el más temprano, pues, su construcción se estima hacia el año 613 d. C., mientras que en el caso de los más tardíos (Edificios 16-A, 21, 22, 33 y estructura Kaak) su edificación se calcula alrededor de 790 d.C., pero si además se tiene en cuenta que Roberto García Moll postuló el levantamiento de los Edificios 75 y 76 después de 849 d. C., que son aquellos donde se encontraron 8 entierros, que según nuestra observación personal contienen vasijas de pasta fina de los grupos Altar, Balancán y Tres Naciones, es que se ha prolongado la extensión del com- plejo Yaxkin hasta el 849 d.C., ya que a partir de ese momento se cuenta con la evidencia arqueológica de contextos sellados asociados a los grupos cerámicos de pasta fina.

Al respecto, cabe destacar que coincidentemente en la cercana Piedras Negras, en una fecha aproximada, termina el complejo Chacalhaaz (que se ca- racterizó entre otras cosas por la presencia del grupo Chablekal) y da comienzo el Kumché en 850 d.C., donde aparece el Anaranjado Fino con los grupos Altar y Tres Naciones (Muñoz, 2006a, 2006b).

Por lo tanto, en el presente estudio, además de considerar la división en dos facetas, se sitúa el complejo Yaxkin entre 613 y 849 d.C., atribuyéndole una extensión mucho más prolongada de lo que se había estipulado, reubicando así al complejo Yaxmuc entre los años 850 y 948 o 1000 d. C., equiparándole al com- plejo Ac de la secuencia cerámica de Fournier.

Contribuciones a la secuencia cerámica de Yaxchilán durante el Clásico Tardío

Retomando todo lo expuesto, las fechas que se han postulado para las dos facetas del complejo Yaxkin son: 613 a 752 d.C., para la temprana y 753 a 849 d.C., para la tardía, esto con base en tres aspectos principalmente:

1) Tipología comparativa con otros sitios de la región como Piedras Ne- gras, El Cayo y Bonampak; de regiones aledañas, como es el caso de los sitios Altar de Sacrificios, Seibal y Cancuén del río Pasión, Palen- que en la región Noroccidental, además de La Joyanca y Uaxactún en el Petén.

2) La presencia de marcadores de horizonte como la presencia de los tipos Ibach Negativo, variedad Ibach (Figura 4e) solo en el Yaxkin Temprano y la del Chub Anaranjado, variedad Chub y los tipos cerá- micos de los grupos Chablekal (Figura 6) hacia el periodo tardío, la cual antecede la presencia posterior de los grupos Altar, Balancan y Tres Naciones en el complejo subsecuente.

3) Los contextos fechados hasta antes de la primera mitad del siglo VIII contienen vasijas que presentan mayor diversidad de técnicas decora- tivas y variabilidad en los motivos ornamentales, siendo más frecuen- te la presencia de pseudoglifos (Figura 5a), en tanto que los que se fechan desde la segunda mitad presentan menor variabilidad en estas características, tendiendo a abundar los diseños geométricos simples (Figura 5b).

De tal manera que, la secuencia cerámica que propuso Sandra López (1989) para Yaxchilán con las modificaciones que se han hecho con base en los resultados del análisis ha quedado de la siguiente manera:

Yaxmuc - 850 a 948/ ¿1000? d. C. Yaxkin, Faceta tardía - 753 a 849 d.C.

Yaxkin, Faceta temprana - 613 a 752 d.C. Yaxcab - 278 a 613 d.C.

Yaxek - 300 a. C. a 278 d.C.

Cuadro 6. Tipos cerámicos del subcomplejo Yaxkin, faceta Temprana, que fueron identificados en

las vasijas procedentes de contextos funerarios y ofrendas.

Cuadro 6
Tipos cerámicos del subcomplejo Yaxkin, faceta Temprana, que fueron identificados en




En la colección de vasijas procedentes de contextos sellados de Yaxchilán, los tipos cerámicos que se identificaron para el complejo Yaxkin a través del análisis bajo el sistema Tipo-Variedad fueron un total de 38, algunos de ellos con varie- dades, encontrándose presentes 22 tipos en la muestra para el Yaxkin Temprano y 16 para el Yaxkin Tardío, como se presenta en los Cuadros 6 y 7. No obstan- te, cabe mencionar que entre los tipos cerámicos algunos han sido señalados con signos de interrogación para etiquetarlos como “probables”, debido a que no existen los suficientes datos en la muestra, o bien, porque en donde fueron definidos, la información disponible para hacer comparaciones es muy limitada.

Ahora bien, una cuestión que vale la pena señalar es el caso del Grupo Águila, que generalmente se asocia al Clásico Temprano en las Tierras Bajas Ma- yas, pues durante el análisis de las vasijas halladas en los contextos sellados de Yaxchilán se concluyó que su presencia persiste durante todo el Clásico Tardío, aunque se restringe a una sola clase formal, el plato de paredes recto divergentes, que en todos los casos se asocia a ofrendas o caches.

Cuadro 7.
Tipos cerámicos del subcomplejo Yaxkin, faceta Tardía, identificados en las vasijas procedentes de contextos funerarios y ofrendas.

Cuadro 8
Subcomplejo Yaxkin, faceta Temprana con base en datos de Fournier (1987), López Varela (1989) y el presente estudio







Cuadro 9
Subcomplejo Yaxkin, faceta Tardía con base en datos de Fournier (1987), López Varela (1989) y el presente estudio




Teniendo los resultados del análisis tipológico de las vasijas completas proceden- tes de contextos sellados y con la finalidad de precisar la variabilidad tipológica de la cerámica del Clásico Tardío de Yaxchilán, se procedió a hacer una revi- sión minuciosa de las tipologías cerámicas propuestas por Patricia Fournier y por

Sandra López Varela, como también de las 42 cajas que contienen los muestra- rios cerámicos de Yaxchilán que se encuentran en la Dirección de Estudios Ar- queológicos del INAH. Gracias a lo anterior, fue posible comparar los resultados obtenidos en el presente estudio con la variabilidad tipológica y formal previa- mente identificada, siendo el resultado una nueva secuencia cerámica propuesta para Yaxchilán durante el Clásico Tardío, la cual tiene en consideración todos los datos hasta ahora disponibles procedentes de los estudios previos y del actual, que se presenta en los Cuadros 8 y 9, que corresponden al Complejo Yaxkin en sus facetas Temprana y Tardía, respectivamente.

Comentarios finales

Es deseable que estudios posteriores, con otras perspectivas, corroboren o am- plíen la presente propuesta. No obstante, que será hasta que se hagan nuevas ex- ploraciones en Yaxchilán, con pozos estratigráficos controlados no solo en el área monumental sino en los alrededores, que se podrá tener una visión más amplia de la variabilidad tipológica y formal de la cerámica del sitio durante el Clásico Tardío.

A lo anterior se suma la necesidad de conocer con mayor precisión las etapas más tempranas de Yaxchilán, pues, se debe resaltar que de los periodos Preclásico Tardío y Terminal e incluso del Clásico Temprano, apenas se tiene un conocimiento preliminar gracias a la presencia de algunos tipos cerámicos y cla- ses formales diagnósticos que se exponen en las tipologías de Patricia Fournier (1987) y de Sandra López Varela (1989), por lo que seguramente nuevos estudios y exploraciones permitirán obtener un panorama más completo de la secuencia cerámica del sitio, principalmente, para los periodos más antiguos que aún están por investigarse. ֍

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