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Reseña del libro: Los avatares de Chiapas. Proyectos, conflictos, esperanzas. CESMECA-UNICACH. Tuxtla Gutiérrez, México
Darinel Genaro Gutiérrez López
Darinel Genaro Gutiérrez López
Reseña del libro: Los avatares de Chiapas. Proyectos, conflictos, esperanzas. CESMECA-UNICACH. Tuxtla Gutiérrez, México
Book review: DANIEL VILLAFUERTE SOLÍS AND MARÍA DEL CARMEN GARCÍA AGUILAR. 2021. The Avatars Of Chiapas. Projects, Conflicts, Hopes. Cesmeca-Unicach. Tuxtla Gutiérrez, Mexico
Antrópica revista de ciencias sociales y humanidades, vol. 10, núm. 20, pp. 489-494, 2024
Universidad Autónoma de Yucatán
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Reseña del libro: Los avatares de Chiapas. Proyectos, conflictos, esperanzas. CESMECA-UNICACH. Tuxtla Gutiérrez, México

Book review: DANIEL VILLAFUERTE SOLÍS AND MARÍA DEL CARMEN GARCÍA AGUILAR. 2021. The Avatars Of Chiapas. Projects, Conflicts, Hopes. Cesmeca-Unicach. Tuxtla Gutiérrez, Mexico

Darinel Genaro Gutiérrez López
Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica,, México
Antrópica revista de ciencias sociales y humanidades, vol. 10, núm. 20, pp. 489-494, 2024
Universidad Autónoma de Yucatán

Recepción: 29 Mayo 2024

Aprobación: 12 Junio 2024

Reseña del libro: DANIEL VILLAFUERTE SOLÍS Y MARÍA DEL CARMEN GARCÍA AGUILAR. 2021. Los avatares de Chiapas. Proyectos, conflictos, esperanzas. CESMECA-UNICACH. Tuxtla Gutiérrez, México




Los avatares de Chiapas. Proyectos, Sueños, Esperanzas, es un libro escrito por los doctores: Daniel Villafuerte Solís y María del Carmen García Aguilar; nos ayuda a comprender el complejo fenómeno social de Chiapas: su formación po- lítica y productiva; las contradicciones internas abigarradas por su historia; y el lugar que ha ocupado dentro del concierto nacional e internacional. En la intro- ducción nos muestran un estado rico y megadiverso, productor de café, electri- cidad, gas, petróleo y otros elementos útiles para la industria, pero deudora de justicia social para sus campesinos.

En el primer capítulo, los autores proponen seis pilares para entender la naturaleza y complejidad de Chiapas: 1) la perspectiva histórico-estructural, 2) la economía política, 3) el sistema mundo, 4) la geopolítica, 5) la ecología política y 6) la teoría política.

La perspectiva histórico-estructural, nos permite ver las dinámicas que se construyen en espacios diferenciados y, al mismo tiempo, congruentes, como un rompecabezas ordenado; implica observar la historia dentro de las facetas del proceso de cambios de un sistema en el que participa la estructura; los anteceden- tes de esta perspectiva la encontramos cuando Marx analizó al capitalismo y sus raíces históricas, cuyo proceso estuvo relacionado a la praxis del cambio social. La estructura económica de Chiapas está relacionada al papel que jugaron sus distintas regiones para el mercado nacional e internacional desde su subordina- ción a Guatemala; con la anexión a México, el estado tuvo desencuentros con el liberalismo mexicano, esto permitió la permanencia de la vieja estructura social y territorial que se reflejó en sus políticas laborales.

Chiapas es parte del sistema mundo desde las relaciones capitalistas que funcionaban en la colonia; jugó un papel importante dentro del orden “centro-pe- riferia” del mercado, en las relaciones “diacrónico-sincrónicas” del desarrollo global; durante la colonia, gran parte de su economía se dictó desde la capi- tal guatemalteca; en México, su centro está ligado a las políticas de desarrollo nacional del nuevo estado receptor. Como heredera de las relaciones laborales chapinas su proceso de mexicanización tuvo que ser negociado, resultando en una relación peculiar en la propiedad de la tierra que detuvo los cambios revolu- cionarios de 1910, permitiendo la conservación de cacicazgos que permanecen hasta nuestros días, no obstante, el territorio ha sido adecuado de distintas formas al mercado internacional, desde la cosecha del hule hasta la formación de fincas cafetaleras con capital alemán y norteamericano.

La mirada de la geopolítica y geoeconomía, nos ayudan a entender la subordinación de Chiapas a los designios del gobierno federal. Su condición de periferia definió también su papel dentro del concierto económico nacional. La dependencia presupuestal del estado lo coloca en una posición de desventaja. En lo político imperan los partidos nacionales sin que existan atisbos de los locales, y cuando estos han existido, no han alcanzado el poder si no fuera por las relacio- nes construidas desde el centro.

Para Villafuerte y Aguilar, la economía chiapaneca no puede pensarse sin la frontera que comparte con Guatemala, a esta le toca ser de las más abandona- das del país, con áreas de ingobernabilidad donde germinan y se desarrolla todo tipo de formas de corrupción y crimen. La condición de Chiapas como vecino guatemalteco ha provocado que en la frontera se desarrolle un comercio bilate- ral peculiar. Miles de trabajadores cruzan al año para trabajar en temporada de

cosecha, otros se emplean en la construcción; miles han hecho su vida en algún municipio; el Estado se ha convertido en un elemento de reproducción para las familias guatemaltecas, por lo que la migración se ha constituido como algo as- piracional que se alienta.

La ecología política nos ayuda a entender el papel del estado como produc- tor de frutas y granos, y como proveedor de minerales. La empresas mexicanas, ca- nadienses y chinas participan en la explotación del subsuelo para la generación de riqueza: la concesión de barita en el municipio de Chicomuselo o la extracción de Titanio en Acocoyagua, el proyecto hidroeléctrico de Chicoasén II y la producción de una serie de represas sobre el rio Usumacinta, el diseño de las zonas económicas especiales, la construcción del puerto Chiapas, la supercarretera que conecta a Tu- xtla Gutiérrez con San Cristóbal de las Casas, y el ramal del tren maya que llegará hasta Palenque, son ejemplos de proyectos que han tenido, tienen y tendrán un im- pacto ecológico. Este panorama está constituyendo conflictos y disputas, al mismo tiempo que se reconfigura una contrageografía en el estado.

La perspectiva política nos ayuda a dar cuenta de lo conservadora que es la política en América Latina. Desde la conformación de independencias, la élite vio la necesidad de desarrollar un marco político que les permitiera existir dentro del sistema con una concepción propia del poder y el dinero; las nuevas naciones, surgieron con una división social que fortaleció instituciones morales, sociales y jurídicas que establecían frenos al poder, al mismo tiempo que orientaban su ejercicio hacia elementos que no se relacionaran con el dinero, de ahí el fortale- cimiento de la clase media como receptáculo de planes de profesionalización y de desarrollo moral que impidieran el viraje a la riqueza, que podría corromper un orden donde los privilegios ya estaban ocupados. La clase media se convirtió en el conducto por el cual las élites se comunican con las masas, a quienes les fue vendida la idea de la sociedad democrática, evitando ideologías peligrosas.

En el segundo capítulo los autores nos muestran los cambios que han sucedido en el ámbito económico estatal. Chiapas pasó de una economía prepon- derantemente agropecuaria a una centrada en el comercio y los servicios, con la paradoja de que en el campo habita el 50% de la población del estado y el 30% de la población ocupada (INEGI, 2019), esto ha provocado presión sobre la tierra como medio de supervivencia. Existen ciudades, pueblos y sectores productivos dirigidos solamente a los servicios, estos se fortalecieron en la última década; se refleja en el abandono del aparato productivo y de transformación.

El Chiapas corrupto, es el estado hundido en el dispendio de gobiernos que dificultan su desarrollo; se ha convertido en un reto para la cuarta transformación, no solo por su atraso económico, sino también político; su situación solo refleja el corpus capitalista que se mueve dentro del mundo actual. El individualismo, el hiperconsumismo que fetichiza a las mercancías, aunados al posicionamiento

del dinero como el medio que todo lo resuelve, son los principales causantes de la obnubilizasión de la conciencia humana; se trata de una cultura donde la des- igualdad pareciera algo natural, donde la miseria y la opulencia conviven bajo una lógica construida desde la historia de la formación de las élites, la ambición desmedida pareciera una impronta de este siglo. Los diez municipios más po- bres de Chiapas están en la región indígena y sobrepoblada de los altos, son los mismos lugares donde la delincuencia y los movimientos sociales se presentan con más fuerza, donde los índices alimenticios son los más bajos y se dejan ver grupos armados y paramilitares atemorizando a la población. Parafraseando a Gunderfrank, lo autores recuerdan que no es el pasado económico y la historia social lo que resulta en subdesarrollo, sino que el subdesarrollo es generado por el mismo proceso de desarrollo económico.

El capítulo tres nos muestra al mundo rural como un campo de batalla, en él convergen diversas organizaciones e instituciones que han hecho de la ru- ralidad y la etnicidad su estandarte. De ahí surgió, en 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, mostrando las contradicciones profundas y los agravios históricos del mundo rural chiapaneco que el embate neoliberal estaba agravando.

En Chiapas predominó el latifundio como modelo de desarrollo acompa- ñado de una clase terrateniente cuyo poder estuvo ligado a lo político. Durante el siglo XX, la ínfima reforma agraria no estuvo acompañada de proyectos pro- ductivos que permitieran al campo hacer frente a la caída de los precios de los productos que trajo la inserción del neoliberalismo, a estos se sumó la desarticu- lación de las instituciones que poyaban la agricultura, que se tradujo en la caída de la producción y la pérdida de soberanía alimentaria.

La nueva realidad del campo chiapaneco, se fue dibujando de las ade- cuaciones del campesino para insertarse a la lógica que desarticulaba su mundo; los hijos, que antes se criaban como agricultores, ahora es necesario que asistan a la escuela; se se convirtieron en taxistas, en maestros rurales, comerciantes, migrantes, obreros con patrón y un largo etcétera que ha hecho surgir a una rurur- banidad que solo muestra el fracaso de las políticas neoliberales. La nueva rurali- dad que hoy se vive, dista mucho de ser una mejor ruralidad, pues los problemas de pobreza, violencia, desigualdad, injusticia, exclusión social y otros, persisten como síntomas de una enfermedad que instaló el germen del individualismo en el campesinado.

En el cuarto capítulo, los autores abordan lo referente a los desafíos de la cuarta transformación y los actores de la política local; nos recuerdan que las élites en México tienen la capacidad de dirigir los rumbos de la nación; las hay de dos tipos: los que conjuntan poder político y dinero, y los que conjuntan cultura y liderazgo, ambos confluyen en un pensamiento estatista-societal que

pugna por fundar el estado desde distintos matices; Los agentes del proyecto de nación desde el pueblo y para el pueblo pugnan por la reconstrucción de la democracia liberal, tratando de buscar un equilibrio con los conservadores. En la historia del país han surgido intelectuales que han pugnado por fortalecer la cultura para develar las capacidades, aspiraciones, vida y problemas propios del pueblo, aludiendo como necesaria la promoción de la cultura de élite, para evitar que el pueblo adquiere un carácter de masas. El segundo tipo ya se ha mencionado antes; en Chiapas, la masificación del pueblo ha creado un len- guaje que legitima subjetivamente el tránsito de la relación patronal entre el ladino que se siente diferente del indito/indio/campesino/huarachudo, tornando en relaciones paternalistas de los primeros hacia los segundos. En la historia de la tierra y el poder se imbrican haciendas religiosas, mestizas de impronta colonial, finqueros extranjeros, porfiristas y nacionalistas, que han dominado en distintos espacios del estado.

El pueblo es la masa a la que se le desprecia y se le teme, las distintas fuerzas políticas están conscientes del poder que estas tienen para cambiar el orden social, desde su capacidad de cohesión y articulación a partir de un mismo discurso; en la clase política existe una fobia oculta en las acciones que los llevan a buscar el voto de las masas, como un mal con el que se tiene que compartir parte las decisiones, para guiar una finca privada.

Los retos de la cuarta transformación en Chiapas son peculiares, se enfren- ta a una crisis de la política, de la democracia representativa, de las élites y de las masas ciudadanizadas y decantadas en el sistema de partidos. La crisis de la de- mocracia deviene de la contradicción entre lo que privilegia el bien común, como sustento de obediencia a la autoridad, y lo que potencia la vida privada y social.

En el capítulo cinco, los autores nos dicen que las comunidades no son entidades armónicas, ajenas, indiferentes o del todo resilientes a los embates del neoliberalismo. Socavadas las instituciones que procuraban los acuerdos internos; sumidos en la pobreza, la exclusión y conflictividad, los desencuen- tros con otras comunidades empobrecidas se hacen presente; al interior mismo suceden desacuerdos que han derivado en violencia, desplazamiento y conflic- tos por el territorio.

La tierra es ese elemento que apasiona, que alimenta, que sirve para pa- lear las necesidades de las familias, la posesión de esta siempre ha sido motivo de conflicto, el reparto agrario detenido por la contrarrevolución, encontró un nuevo aliento en la invasión de ranchos después del 94, los autores comentan que se llegaron a invadir hasta 200 mil hectáreas costando vidas y décadas de lucha, mermado recursos y cansando a las generaciones campesinas, y sin embargo, el desplazamiento de indígenas no se ha detenido; otros conflictos motivados por la tierra se han hecho sentir en los últimos años, se acusa al Estado de promover la

propiedad privada en detrimento de los ejidos, y el Estado aduce la existencia de fundos legales desde tiempos de Lázaro Cárdenas.

La pobreza en los municipios de Chiapas ha sido factor del aumento pau- latino de los presupuestos para su desarrollo, esto ha venido acompañado de lu- chas por el poder municipal que se ha reflejado en violencia, que ha costado el puesto y la vida a presidentes municipales y la paz para la población en general. Ante la tónica del abandono de seguridad que sufre el estado y por la violencia intensificada por el crimen organizado, muchos pueblos han optado por hacer justicia por propia mano linchando a delincuentes y, en muchas ocasiones, a po- licías que ligan con prácticas criminales, las formas van desde los golpes hasta prenderles fuego en las plazas públicas.

Pareciera que los municipios más pobres se encuentran sumidos en un espiral de violencia: la pobreza produce el aumento del presupuesto público, esto lleva tensiones políticas aunadas a tensiones territoriales ya existentes, que deri- van en desplazamientos producidos por grupos armados. En el mapa del estado y sus regiones de conflicto (P. 249), vemos que coinciden con lugares donde el EZLN mantiene presencia.

Pareciera que la mercantilización de la vida, la pobreza del campo y el oportunismo político han fomentado las diferencias sociales y económicas, que han derivado en el manejo caciquil del poder, que culminan en conflictos y vio- lencia, y en una tensión constante. El Estado, por su parte, ha carecido de progra- mas que atiendan los conflictos, su función ha sido la de administrar la pobreza.

Finalmente, la lectura de este libro es necesaria para entender los tiempos políticos que se comienzan a dibujar en México y Chiapas, los espacios que ocu- pan las élites y los grupos sociales subordinados, así como los problemas sociales que son parte de la agenda de los discursos sobre la gobernanza futura del estado.

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