Dossier
Recepción: 03 Mayo 2024
Aprobación: 27 Noviembre 2024
DOI: https://doi.org/10.32776/arcsh.v11i21.481
Resumen:
En el siguiente artículo1, se presenta una reseña biográfica del gran investigador ruso Yuri Knórosov (1922 – 1999), quien estableció las bases para el desciframiento de la escritura jeroglífica maya, partiendo del estudio de los códices prehispánicos. Con este descubrimiento se tuvo la posibilidad de acceder por primera vez, a la dimensión social y cultural de muchos textos antiguos mayas que antes habían sido toda una incógnita en cuanto a su contenido.
El doctor Knórosov, fue condecorado en Guatemala en 1991, con la orden del Quetzal, en 1994 con el Águila Azteca en México y en 1975 el Premio Estatal de la Unión Soviética; así mismo, es reconocido en varios países de América Latina por su investigación sobre el desciframiento de la escritura maya y por sus importantes estudios sobre esta cultura prehispánica a través de su historia en Centroamérica. Con sus hallazgos, revolucionó aspectos de la teoría de sistemas, cuyas implica- ciones se vieron reflejadas en la forma de abordar la relación entre lenguaje, mundo y comunicación social, muchos años antes de que apareciera cualquier forma de posestructuralismo, modelo vigente en la actualidad.
Palabras clave: Knórosov, epigrafía maya, desciframiento de escrituras antiguas, lingüística, códices.
Abstract: In the following article, a biographical review of the great Russian researcher Yuri Knórosov (1922 – 1999) is presented, who established in the 1950s the bases for the decipherment of Mayan hiero- glyphic writing, based on the study of pre-Hispanic codices; With this discovery, it was possible to access, for the first time, the social and cultural dimension of many ancient Mayan texts that had previously been a mystery regarding their content. Dr. Knórosov was decorated in Guatemala in 1991, with the order of the Quetzal, in 1994 with the Aztec Eagle in Mexico and in 1975 the State Prize of the Soviet Union; Likewise, he is recognized in several Latin American countries for his research on the decipherment of Mayan writing and for his important studies on this pre-hispanic culture throughout its history in Central America. With his findings, he revolutionized aspects of systems theory, whose implications were reflected in the way of approaching the relationship between language, world and social communication, many years before any form of post-structuralism appea- red, a model in force today.
Keywords: Knórosov, Mayan epigraphy, decipherment of ancient writings, linguistics, Mayan codices.
Introducción
Yuri Valentínovich Knórosov nació el 19 de noviembre de 1922 en la ciudad de Járkov, al sur de la Unión Soviética. Provenía de una familia de intelectuales rusos, a quienes en 1914 enviaron desde San-Petersburgo, en aquel entonces capital del Imperio Ruso, para la construcción de la red de ferrocarriles, ya que Rusia estaba desarrollando en esta región la industria. Su padre, ingeniero de ferrocarriles se llamaba Valentín, por lo que a Yuri le tocó el patronímico - Valentínovich. Su madre que trabajaba en Petersburgo de enfermera se tuvo que encargar del man- tenimiento de la casa, construida en Yuzhnyi, un pueblo vecino a Járkov, así como de la educación de los cinco hijos. Yuri fue el último de los seis hermanos.
En 1937, Yuri Knórosov finalizó sus estudios de secundaria y continuó su preparación académica en una escuela de medicina con el interés de estudiar los misterios del cerebro humano. No se sabe por qué razón en 1939 ingresó a la Facultad de historia de la Universidad de Járkov. Desde luego tenía problemas de salud lo que no le permitió pasar el servicio militar.
En 1941, los alemanes fascistas entraron en el territorio de la Unión Sovié- tica, bombardeando Ucrania. Así, empezó el trágico período de la Gran Guerra Patria, conocida en Occidente como la Segunda Guerra Mundial. Siempre por razones de salud, Yuri, quien terminó el segundo año de la universidad justo en los primeros días de la guerra, no pudo ir de soldado al frente, lo que le afectó mucho. A él, como a otros estudiantes, los enviaron a cavar las trincheras.
Los alemanes ocuparon rápidamente la parte occidental y sur del país y Yuri regresó a la casa donde estaban su madre y hermana. No fue hasta 1943, cuando las tropas soviéticas lograron liberar Járkov por primera vez por un par de días, que Knórosov y su familia, cruzaron la línea del frente llegando a Vorónezh. A Yuri de todas maneras no lo aceptaron en el ejército y con ayuda de su padre logró llegar a Moscú, donde siguió sus estudios en la Facultad de Historia de la Universidad de Moscú “Lomonósov”. Un año después, lo llamaron a una escuela militar de telefonistas en el centro de Moscú, donde él estuvo hasta el final de la guerra en mayo del 1945.
En 1948, completó sus estudios en la universidad, especializándose en etnografía. Desarrolló su tesis de maestría sobre el chamanismo de Asia Central, publicando su primer artículo titulado “Mazar Shamun-Nabi” en la revista “Etno- grafía Soviética”.
Sin embargo, en esos años, él había encontrado en la Biblioteca Nacional “Lenin” una de las ediciones de la obra de Diego de Landa, llamada “Relación de las cosas de Yucatán”, y la tradujo al ruso. También encontró algunas publicacio- nes de los Códices Mayas. De esta manera inició el desciframiento de la escritura
maya contenida en ellos. Según la carta de su profesor – Serguei Tokarev – para el año 1948, Yuri ya había traducido la Relación de las cosas de Yucatán y había descifrado la escritura maya.
El desciframiento de la escritura maya, lo hizo contra el escepticismo general. Él estaba seguro de que “Lo creado por una mente humana, puede ser resuelto por otra mente humana”. Desde este punto de vista, “no existen y no pueden existir problemas sin solución en ningún área de la ciencia”. (Ruge T. y E. Herrera, 2000, [Vídeo] 5 m37 s)
Primeros años
La infancia de Yuri Knórosov, transcurrió en un pequeño pueblo llamado Yuzhniy, en las cercanías de Járkov.
Los Knórosov pusieron en práctica en su familia el método pedagógico del psiquiatra, neurólogo y filósofo ruso Vladimir Béjterev (1857-1927), quien hizo significativos descubrimientos sobre el funcionamiento del cerebro y postulaba que la educación debía basarse en las capacidades y creatividad individuales de cada menor, tendencia psicopedagógica que les permitió enfocarse en la persona- lidad no estándar y desarrollar la individualidad de cada hijo, convirtiéndolas en talento creativo y genialidad.
Dicha educación era integral, ya que incluía música, pintura y escritura de poemas. La creatividad era parte obligatoria en la vida de la familia Knórosov, practicaban la pintura, desde los padres hasta el menor de la familia, que era Yuri Knórosov, con la finalidad de enriquecer el apetito por el conocimiento y definir el carácter de las capacidades de cada uno de los hijos (Fotografía 1).
Yuri Knórosov era un pequeño autodidacta introvertido que comenzó solo a escribir teniendo apenas unos 4 años (Fotografía 1). Él escribía “libros”, por ejemplo, hizo su “enciclopedia de animales” y primer cuento sobre un gato tra- vieso, utilizando hojas recicladas, incluso empleó un historial médico vacío, para luego coser las hojas y hacer de ellas sus propios cuadernos o libretas (Fotografía 2). La paginación venía en orden inverso.
Durante toda su vida, los gatos fueron los animales favoritos de Knórosov. En casa de su familia, siempre habitaban gatos y perros. Estas eran mascotas recogidas de la calle, pero respetadas como miembros de la familia. Muchos años después, al obtener el doctorado y ser el laureado del Premio Estatal de la URSS, Knórosov pugnaría ante los redactores por el derecho a que su gata Asya fuese designada “coautora” de su artículo sobre la teoría de la señalización. Siempre insistió en que pusieran en la publicación su foto con la gata (Fotografía 3).
El otro libro del pequeño Knórosov se asemejaba a una enciclopedia. En cada página se encontraba la imagen de un animal acompañado de una descripción: el nombre, la distribución geográfica, la vivienda, alimentación, etc. Entre la
distribución geográfica de los personajes de esta enciclopedia, el lugar principal lo ocupaban los “países calurosos”. Una de las protagonistas de este libro era la ilustración de una serpiente a la que denominó palenka, de color azul cielo, con una nariz larga llamada tamkas.
Así, desde la infancia a Yuri lo caracterizó una pasión por la sistemati- zación. Además de crear sus enciclopedias, él ayudaba a su madre a hacer los quehaceres, iniciando un registro en un cuaderno especial en el que apuntaba la cantidad de gallinas, huevos, variedades de manzanas en el jardín y demás detalles de información casera.
La música era parte importante en la educación de los Knórosov y Yuri poseía un oído absoluto, por lo que inició su formación musical, en una escuela de música del colegio de Járkov, aprendiendo a tocar el violín (Fotografía 4).
Fotografía 4. Yuri Knórosov, al centro con su violín, entre los participantes del festival de los alumnos de las escuelas infantiles de música del verano de 1932. (Archivo G. Ershova).
Además de la música, la madre de los niños Knórosov se encargaba de enseñarles a sus hijos las técnicas de pintura. En el quinto año de la escuela, Yuri se interesó seriamente por la biología.
Durante 1936, el año de la graduación de la escuela, Yuri enfermó y com- pletó sus estudios graduándose en la primavera de 1937 con calificaciones sobre- salientes (en literatura rusa, ciencias naturales, alemán, constitución álgebra y geometría) y calificación notable (en química, física, dibujo técnico e historia).
Juventud y el desciframiento de la escritura maya
Es interesante destacar que, en los años de su juventud, los estudios relacionados con la historia como tal, no formaban parte de los principales intereses de Yuri Knórosov. Los planes de Knórosov incluían ser doctor, por lo que en 1937 ingresó a la facultad para obreros en el Instituto de Medicina de Járkov.
En 1939, Yuri Knórosov finalizó sus estudios en la facultad para trabaja- dores del Instituto de Medicina de Járkov. Luego lo esperaba la Facultad de Medi- cina, cuya área de psiquiatría fascinaba al joven Knórosov, ya que le interesaba estudiar los poderes de la hipnosis.
Sin embargo, los médicos egresados en ese entonces obtenían automática- mente grado militar, pero por problemas de salud, Knórosov fue declarado como ‘no reclutable’ y le negaron el certificado que le permitiría ingresar a la Facultad de Medicina de la universidad.
En 1939, Yuri hizo una solicitud de admisión a los exámenes de ingreso a la Facultad de Historia de la Universidad de Járkov, donde estudió solo dos años, pues los alemanes invadieron el territorio soviético en junio de 1941.
Su interés por la cultura maya inició cuando cursaba el tercer año de estu- dios y leyó el artículo del renombrado mayista alemán Paul Schellhas (1859-1945) titulado ¿El desciframiento de los jeroglíficos mayas es un problema sin solución? (1945), el cual obsesionó a Knórosov.
A partir de 1948 que Knórosov encontró “La Relación de las cosas de Yucatán”, inició sus investigaciones para descifrar la escritura maya, que encontró en esos documentos. El científico admiró toda su vida a Landa, por la precisión y minuciosidad de sus datos. “Yo sigo al obispo”, decía.
Su profesor, Serguéi Tokarev, quien lo motivó a adentrarse en la epigrafía maya, aseveraba que en ese año Knórosov, de apenas 26 años, había logrado un hito histórico que fue infructuoso para muchos especialistas.
El desciframiento de la escritura maya, lo hizo contra al escepticismo gene- ral. Él estaba seguro de que “Lo creado por una mente humana, puede ser resuelto por otra mente humana”. Desde este punto de vista, ¡no existen y no pueden existir problemas sin solución en ninguna área de la ciencia!
Es importante destacar que, la “dramática” historia de la aparición de los libros, entre las llamas de Berlín, que relata más tarde M. Coe en su libro “Brea- king the Maya Code”, la inventaría 10 años después un periodista.
En el momento cúspide de su carrera científica pasó por un episodio amargo, pues a pesar de que se graduó brillantemente de la universidad, no lo dejaron cursar el doctorado por el hecho de haber permanecido en territorio ocu- pado por los alemanes, un concepto ideológico imperdonable para los soviéticos, así que se fue a Leningrado (hoy San Petersburgo), donde continuó su trabajo de investigación en el Museo Estatal de Etnografía de los Pueblos de la Unión Soviética y trabajó como curador de la colección asiática. Vivió en ese lugar, en una pequeña habitación en donde solo había espacio para una cama y una silla. Allí llevaba a cabo su trabajo de elaboración de la metodología y desciframiento de la escritura (Fotografía 5).
En 1952, la revista Etnografía Soviética publicó su primer artículo dedicado a los resultados de sus investigaciones epigráficas titulado Escritura antigua de Centroamérica, traducido al inglés y al español en 1953, el cual fue un éxito, pues llegaron a compararlo con Jean-François Champollion (1790-1832), lingüista francés que había descifrado la escritura egipcia (Fotografía 6).
Sin embargo, el trabajo que había presentado Yuri Knórosov, tiene un valor mucho más grande. El francés solo comparó una inscripción bilingüe, en cambio el ruso, elaboró un método científico de desciframiento de las escrituras antiguas. Aplicó este método a la escritura maya y obtuvo un resultado fantástico: por primera vez leyó lo que habían escrito los antiguos mayas en sus códices.
Metodología
Knórosov puso muy claro cuál era la diferencia entre el desciframiento lingüístico científico (que es la identificación de la correlación entre los signos y la lectura fonética exacta de cada jeroglífico) y la llamada “interpretación” que es nada más un intento de adivinar el significado de los signos estudiados por separado, “método” que era bastante común en aquella época, sobre todo para los investi- gadores encabezados por el famoso Eric Thompson, quién no tenía prácticamente ninguna preparación universitaria y ni se imaginaba los problemas lingüísticos.
Knórosov determinó que había que separar entre sí dos nociones absoluta- mente distintas: el desciframiento de los antiguos sistemas de escrituras (particu- larmente el maya), del desciframiento de los códigos cifrados intencionalmente. En los textos antiguos, los signos llevan el orden natural, sin alteración, pero su lectura está olvidada y el idioma al mismo tiempo es desconocido (muerto) o antiguo, habiendo cambiado considerablemente con el tiempo. En los códigos cifrados, los símbolos conocidos están sustituidos por otros, su orden está alterado, pero el idioma es moderno y vivo.
También tiene importancia la preparación académica del investigador, el volumen del texto necesario para procesar, que tiene que ser suficientemente grande, así como el enfoque metodológico. Por consiguiente, lo que tienen en común los dos métodos del desciframiento, es el resultado final: el logro de la comprensión del texto escrito.
Yuri Knórosov formuló los principales conceptos del desciframiento de los sistemas de escrituras antiguas en una introducción de la edición especializada llamada “Textos desconocidos”, para la serie titulada “Sistemas olvidados de escritura: resultados del desciframiento”, cuya publicación inició en 1982.
El método desarrollado por Yuri Knórosov y aplicado en el desciframiento de la escritura maya, fue también utilizado para descifrar la escritura de la Isla de Pascua y los textos Protoindios. (Knórosov, 1965: 46–51).
El mencionado método de “estadística posicional”, elaborado por Knóro- sov para el desciframiento de escrituras antiguas, se basaba en los trabajos de Michael Ventris quien lo aplicó para la escritura Lineal B en la primera mitad del siglo XX. Knórosov, logró desarrollar y generalizar la teoría final y el método de desciframiento, los cuales fueron brillantemente comprobados en la práctica en los años 1940-1950.
Lo esencial del “Método de estadística posicional” consiste en determinar la cantidad de signos en la escritura, el lugar de su uso y la frecuencia de aparicio- nes de nuevos signos en nuevos textos que determina el tipo de escritura.
En el mundo existen tres tipos principales básicos de escrituras, lo que se distingue por la cantidad de signos empleados simultáneamente en esta escritura:
1) Ideográfica (más de 5000, hasta 50000 signos como tiene la escritura
china)
2) Silábica (80-400 signos como escrituras de India, chipriota, katakana japonesa)
3) Alfabética (30-40 signos como es la mayoría de las escrituras actuales).
También existen tipos de escritura mixtos, como la japonesa (2000 signos). De acuerdo con esto, la escritura maya, que contaba con unos 350 signos, presen- taba variantes de la escritura silábica que conservaba la correlación morfémica.
La comparación de los materiales del idioma con otros textos relacionados con el lenguaje permite identificar los referentes gramaticales, semánticos y mor- fémicos. Entonces, se revela la lectura fonética de uno u otro signo que establece la lectura básica de la composición de los signos.
La certeza de la “lectura convencional” se confirma por las “lecturas cru- zadas” del mismo signo en diferentes posiciones y textos, cuando el signo siempre se lee de forma idéntica y completa el contenido semántico lógico de la oración.
Al estar traduciendo del español antiguo al ruso “La Relación de las Cosas de Yucatán”, famosa obra del franciscano Diego de Landa del siglo XVI, Knóro- sov logró identificar la lectura de 29 signos “del alfabeto” maya, lo que resultó ser la “llave” para descifrar esta escritura.
Knórosov logró entender los malentendidos que surgieron en el dictado del alfabeto misionero al escriba maya, cuando el informante registraba no tanto la lectura de los signos mayas, como la denominación formal de las letras españolas.
El desciframiento en sí se llevó a cabo con base a tres códices jeroglíficos mayas que tienen los nombres de las ciudades europeas donde se encuentran actualmente: París, Madrid y Dresde.
Para escribir los textos de los tres manuscritos, se usaron cerca de 350 grafemas, los cuales permitieron a Knórosov determinar el tipo de escritura como fonética y silabo-morfémica. Eso significa que, cada signo maya se leía como una sílaba, las cuales podían coincidir con morfemas. Después el trabajo se centró en la lectura y traducción de los tres códices mayas al idioma ruso y solo a continua- ción al inglés y español.
La primera publicación, del resultado del desciframiento, que apareció en la mencionada “Etnografía Soviética” con el modesto título de “Antigua escritura de América Central” en el año 1952, causó verdadero furor. El descubrimiento
genial de Knórosov, fue recibido con mucho entusiasmo por la comunidad cien-
tífica nacional e internacional.
Solo tres años después pudo aprobar su tesis doctoral cuyo tema sonaba neutral: “La relación de las cosas de Yucatán de Diego de Landa como fuente etno-histórica”. Sin embargo, la tarea principal para Yuri Knórosov consistió en hacer evidente la existencia del estado maya y junto con esto la justificación de la presencia de la escritura fonética.
La defensa de su tesis tuvo lugar en Moscú el 29 de marzo de 1955 y fue espectacular por el comportamiento poco común del joven científico, quien al inicio no quiso explicar cómo había logrado obtener los increíbles resultados. Pero todo terminó bien y le otorgaron el merecido título de “Doctor en Ciencias Históricas”, pasando automáticamente un grado intermedio obligatorio en Rusia, que rara vez sucede en el área de Humanidades (Fotografía 7).
Su tesis sobre los indígenas mayas causó sensación en la comunidad científica y cultural de la Unión Soviética y rápidamente se expandió hacia el extranjero. Parecería paradójico que el científico ruso sin jamás haber visitado Guatemala o México, supo hacer lo que muchos científicos de diferentes países no lograron hacer pasando temporadas de campo en las “tierras mayas”.
El primer viaje al extranjero de Knórosov fue a Copenhague en el año 1956 para participar en el XXXII Congreso Internacional de Americanistas. Sus cole- gas extranjeros se dividieron en dos grupos: unos, según las palabras del famoso arqueólogo estadounidense y profesor de la Universidad de Yale, Michael Coe, se volvieron inmediata e incondicionalmente “knorosovistas”. (Ruge T. y E. Herrera 2000, [Vídeo] 36m.46s)
Según E. Florescano, los seguidores de la escuela americana encabezada por Eric Thompson, tomaron la teoría del joven científico ruso, como ofensa per- sonal (Ruge T. y E. Herrera 2000, [Vídeo] 32m.10s). Eric Thompson, siendo la mayor autoridad de aquel entonces en la cultura maya, se dio cuenta antes de otros que el joven Knórosov tenía toda la razón (Ershova, 2020:350); aun así, no quiso renunciar voluntariamente a su posición, comenzando una guerra irreconciliable de carácter ideológico.
Eric Thompson envió una carta a Michael Coe con la indicación de leerla en el año 2000, en el «milenio». La fecha escogida no era nada casual, ya que Eric Thompson nació el 31 de diciembre de 1898; es decir, exactamente un año antes de la llegada del siglo XX. Por lo tanto, el 31 de diciembre del año 2000 se terminaría el centenario en el que debía quedar él, el gran Eric Thompson, como líder de las investigaciones mayas (Ershova, 2020:347-349) (Fotografía 8).
Harvard, Eshdon,
Saffron, Walden, Essex, Albión Pérfido
Octubre de 1957 Mike:
Tú no puedes creerlo –oh, desde luego que no,
Cuando los siglos del mundo se volvieron toda una montaña,
Tú no creerás en qué es lo que se imaginan
En su inocencia estos viejos niños crédulos en la calle...
¿De quiénes son estos niños? No son de Christopher Fry, sino de brujas que se reúnen en el aquelarre a los salvajes gatos en el cielo de medianoche por orden de Yuri. Dave Kelley, que persigue a Quetzalcóatl, Xipe, Tonatiuh, Xólotl en el otro lado de los atolo- nes del Pacífico, igual que yo, que hace tiempo perseguía con una red para cazar a las melanargias y a los almirantes por los arenales de aquella Inglaterra que desapareció en 1914 y también Berland y estas monjas huidas del Centro de Artes de Abadía en el sagrado New Barnet que bailan con recipientes de cacao humeante... O la pobre Tania que se quedó en las afueras y privada de atención masculina, en espera del oráculo de la otrora Santa Rusia un tal trineo que la llevará a los felices tiempos de Chéjov... ¿Quién más? Ah, sí, el señor Dalgety, que primero planeaba leer los textos de Palenque y luego pensaba traducir las crónicas de Calkiní, y ahora declara que gracias a Yuri él puede leer cada palabra en los códices.
Pues bien, el viejo toro, desde luego, debe estar en el establo, sin embargo, él no está allí; él mastica tranquilamente el chicle en la pradera. Parece recordarme que hace dos años todos decían que con el viejo John E. S. T. todo estaba terminado; el C-14 no
dejó piedra sobre piedra de su correlación, y él era el único que no se daba cuenta. Es exactamente lo mismo que escribió este joven del llamado Instituto Interamericano: todos rechazaron la correlación 11.16.0.0.0, excepto Thompson, que era demasiado terco para estar de acuerdo con esto. Pues bien, según mi punto de vista acerca de la nueva lectura de C-14, la vieja correlación 11.16.0.0.0 nuevamente ocupó su lugar en la cima, donde evidentemente debe estar si nos basamos en los datos históricos, astronómicos, arqueológicos y otros.
Puedo observar a sangre fría cómo Berland y Dave Kelley corrieron detrás de Yuri, porque sé con exactitud que a Yuri le ocurrirá lo mismo que le ocurrió a todos aquellos que trataron de leer los jeroglíficos de semejante modo, desde Cyrus Thomas hasta Benji Whorf. Ahora, que he descubierto que en la escritura maya existen, por lo menos, 300 afijos (para el momento actual son 296 y no he terminado), estoy más que seguro de que tal sistema que propuso Yuri no existía.
Justo por eso no tengo necesidad de medir mi presión sanguínea de viejo antes de leer sobre el último avance significativo de Yuri. La vista al estilo de Constable a una vieja y acogedora casa de ladrillo blanco y rojo en el otro extremo del valle me permite realizar un exitoso regreso (a condición de que a veces se pueda cómodamente no notar algunos detalles) al siglo XVIII. Pero, en cuanto a eso, tengo una actitud tranquila y continúo trabajando con mi catálogo de jeroglíficos mayas. Yo sé que en un futuro el catálogo se volverá una fuente para Yuri y sus seguidores, aquellos que, para su gran placer, demos- trarán que los jeroglíficos del último cautivo en la estela 12 de Piedras Negras informan (dicen): «Epstein me hizo (lo hizo)». Es por eso que ya no se me sube la presión y sigo apartado de su Mesa Cuadrada, como dijo el poeta:
Podré controlar mi tempestuosa pasión,
Volverme más sabio con la marchitez de las fuerzas, Debilitándome no por la enfermedad, sino por el paso de los días.
Pues bien, Mike, ya tú verás el año 2000. Coloca esta carta en la página del título del libro, La escritura jeroglífica maya: introducción y mira si yo tenía razón.
Tu Eric T., quien se está yendo pacíficamente
Fotografía 8. Carta de E. Thompson enviada a Michael Coe en 1957 (Copia proporcionada por Michael Coe a Galina Ershova).
Sin embargo, incluso el círculo cercano de Eric Thompson se encontró muy pronto del lado de Yuri Knórosov. Michael D. Coe llamó la victoria del científico ruso “un triunfo del espíritu”. (Ruge T. y E. Herrera 2000, [Vídeo] 35m.45s)
Todavía más, a principios de 1960, Knórosov sentía la importancia que podrían tener las máquinas procesadoras (futuras computadoras) en la sistema- tización de los datos lingüísticos y epigráficos, así como en el desciframiento de escrituras desconocidas. Después de haber descifrado la escritura maya de una manera “manual” con su cerebro, él sabía – mejor que cualquier otra persona del mundo – lo que costaba hacer las evaluaciones matemáticas en el análisis estadís- tico de los textos jeroglíficos, por eso aceptó prestar sus materiales para elaborar una posible base de datos.
Sin embargo, el grupo de matemáticos poco honestos de Novosibirsk, que componían esta base de datos con los materiales de Knórosov, repentinamente declararon “haber descifrado” la escritura maya. Publicaron esta base de datos en cuatro volúmenes, haciendo una dedicatoria con jeroglíficos al dirigente de la Unión Soviética de aquella época, Nikita Jrushchov.
Desde el punto de vista de los especialistas y principalmente del mismo Knórosov, el anuncio del “desciframiento cibernético” no era factible y solo pro- vocó confusión entre los expertos. Yuri Knórosov, de inmediato publicó un artí- culo refutando este trabajo completamente falso. Sin embargo, el malentendido puso a algunos en duda de los resultados originales del desciframiento, dando un aspecto político a la situación, ya que todo sucedía en tiempos de la Guerra Fría.
En 1963, Yuri Knórosov, publica su extraordinaria monografía llamada “La Escritura de los indígenas Mayas”, presentando los principios del descifra- miento. Veinte años después, en 1975, se publica la traducción completa de los códices mayas. El libro fue titulado “Códices jeroglíficos mayas”. En este mismo año, por su descubrimiento genial, Yuri Knórosov recibió el Premio Estatal de la URSS (Fotografía 9).
Yuri Knórosov pertenece al círculo de los grandes científicos del siglo XX que fueron capaces de sentir y entender que el futuro de la ciencia radica en el enfoque interdisciplinario. Por eso se dedicaba con entusiasmo a los temas que salían de su “estrecha” especialización como “mayista”.
En el año 1956, en un evento en la Kunstkámera (primer museo de Rusia), como parte de la visita de Jacobo Árbenz Guzmán, presidente de Guatemala derrocado en 1954, en el libro de visitantes del museo se encontró el comentario del expresidente guatemalteco:
“Tuvimos el honor de conocer al amable científico soviético Yu. Knórosov, a quien nues- tro pueblo maya debe tanto. Creemos que es un símbolo de respeto del pueblo soviético hacia todos los pueblos”
Después de la aparición de su monografía en 1963, Knórosov continuó preparando numerosos artículos con materiales basados en textos mayas como El panteón de antiguos mayas (1964), Las concepciones religiosas de los indígenas mayas, según los datos de Bartolomé de Las Casas y otras fuentes (1966), Historia tardía de Yucatán (1967) y la serie Notas sobre el calendario maya (1971 y 1973).
El desciframiento de la escritura jeroglífica, en sí, exigía una combinación de conocimientos de la historia, etnografía, lingüística e incluso de psicofisiología. Solo para demostrar el origen de la escritura maya, que es independiente de las antiguas culturas del Viejo Mundo, Yuri Knórosov tenía que lidiar con la etnogé- nesis de los pueblos mesoamericanos y con su teoría del poblamiento de América.
Knórosov consideraba que el desciframiento del sistema de una escritura antigua estaba relacionado con un importante problema teórico que yacía en la correlación con los modelos de los procesos de la civilización. Se trataba de su “teoría del colectivo” que él había propuesto siendo aún un estudiante de la Uni- versidad de Moscú, surgiendo así un tema de investigación que podría definirse como “La teoría de la señalización” (Ver Ershova y Sheseña, 2020:70).
En esta teoría de la señalización; las señales transmiten una gran cantidad de situaciones congruentes con un sistema dado. La señal entre los animales es concreta, puede ser enviada exclusivamente en un determinado contexto. Estas señales no conforman sistemas, no están relacionadas entre sí (compárese el ron- roneo y el maullido de un gato), pero ocupan un lugar estrictamente determinado en el sistema “señal-acción”.
Entre los humanos la serie de señales que expresa acciones se separa de la situación concreta. Por lo tanto, entre los humanos aparece un sistema de señales que adquiere una relativa independencia de las situaciones concretas. Surge la así llamada indistinción de frases, ya que aparece la posibilidad de combinar las señales según las reglas del sistema de señalización y no según las situaciones concretas.
Yuri Knórosov aplicó en su investigación el estudio de las funciones inte- lectuales y cognitivas de los niños y la comparación de estos con las etapas del desarrollo de la sociedad. También, prestaba mucha atención a los problemas generales de la semiótica, incluso fundó un departamento especial en el Instituto de Etnografía, llamado “Grupo de semiótica étnica”, editando una serie de publi- caciones con el mismo título.
Últimos años
A Knórosov, cada vez le atraían más los temas relacionados con el cerebro humano y su organización funcional. Junto con el lingüista Viacheslav Ivanov iniciaron un programa especial de investigación llamado “Cerebro”, dirigida por la Dirección General de la Academia de Ciencias de la URSS.
Sin embargo, en toda su vida creativa, Knórosov continuó el trabajo con los textos antiguos mayas. Después del desciframiento de los manuscritos, comenzó los estudios de las inscripciones en las vasijas de cerámica y monumen- tos de piedra. Yuri Knórosov constantemente volvía al tema del origen común de la escritura mesoamericana “acercándose”, como decía, al desciframiento de la escritura llamada epi-olmeca.
Muchos años después de haber realizado su increíble trabajo que cambió los estudios mayas en el mundo, Yuri Knórosov logró visitar las tierras mayas.
En 1986, la directora del Instituto de Antropología e Historia de Guate- mala, Edna Núñez de Rodas, quien organizaba el Primer Simposio Mundial de Epigrafía Maya en Guatemala para agosto de ese año, inició comunicación con el doctor Yuri Knórosov. Sin embargo, él no tenía permiso para salir, lo que le impidió asistir a ese evento (Fotografía 10).
En 1990, Knórosov recibe invitación de la primera dama de la nación guatemal- teca, en aquel entonces Raquel Blandón de Cerezo, para que visite Guatemala en los primeros meses de 1991. El presidente de Guatemala le otorgó la Orden del Quetzal (Fotografía 11). El gran científico ruso pudo por fin conocer personal- mente, no por publicaciones, los antiguos centros arqueológicos.
El 23 de enero de 1991, recibió una carta de Olga de Hazard de la Asociación Tikal, para invitarlo a un encuentro académico que se realizaría del 23 al 25 de febrero de ese año, entre los invitados y participantes figuraban Clemency Coggins, Nikolai Grube, Federico Fahsen, Miguel Orrego, Flavio Rojas, Otto Schumann, George Stuart, David Stuart e Ian Graham (Fotografías 12, 13 y 14).
“Tikal era el sitio arqueológico que le parecía más interesante y fue al primero que visitó”. Fue un viaje espectacular, ya que casi no había gente y quedó fascinado; no se imaginaba que querían conocerlo. Hablaba poco, tenía la espalda encorvada y fumaba mucho. Se sentó en silencio, se puso a fumar e imaginaba cómo era la vida en ese lugar y a los personajes que aparecían en los textos, su carácter y relaciones dramáticas. En Petén se sentía como en su casa (Fotografía 15).
“Nunca se podrá olvidar aquella increíble expresión de su rostro cuando se subió a la pirámide Gran Jaguar en Tikal, fue a la única que subió; después, ya no se atrevió más a algo similar, en la cima permaneció durante mucho tiempo solo” (Ershova, 2020:613).
Él estaba obsesionado con conocer Tak’alik Ab’aj, pero en aquel entonces era un sitio muy remoto, por lo que no fue posible visitarlo. Él consideraba que ese era un lugar clave para la formación de la cultura mesoamericana. En Guatemala fue a museos, impartió conferencias y conversó con arqueólogos e historiadores nacionales y extranjeros que llegaron para conocerlo. Siempre quiso regresar al país, pero nunca se concretó el viaje.
Cuatro años después, el presidente de México, le otorgó la Orden del Águila Azteca, mayor reconocimiento que se da a los extranjeros por sus méritos excep- cionales en México. Luego siguieron las invitaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México y del parque Xcaret, que publicó junto con la Universidad de Quintana-Roo el “Compendio Xcaret” en tres tomos, compuesto por sus obras seleccionadas.
Yuri Knórosov murió en soledad, el 30 de marzo de 1999 de un derrame cerebral y un edema pulmonar posterior, en el pasillo de un hospital de San Peter- sburgo. Así, en la víspera del tercer milenio, se fue el último Genio del siglo XX.
Fue enterrado en un cementerio cerca de Leningrado-Petersburgo y en su tumba se erigió un monumento que se ve de muy lejos: una plataforma con estela y altar blancos, adornados con inscripciones jeroglíficas mayas (Fotografía 16).
La Universidad de San Carlos de Guatemala le otorgó el grado de Doctor Honoris Causa in memoriam en el 2018.
El legado de Knórosov continúa, en 1998 en Moscú la Universidad Estatal de Rusia de Humanidades, fundó el Centro Mesoamericano de Estudios Mayas (desde 1999 con el nombre de Yuri Knórosov), en donde se forman estudiantes especializados en la cultura maya, para seguir el camino de Knórosov, quien en su vida no pudo hacer trabajo de campo ni en México, ni en Guatemala.
Desde el año 2012, Guatemala tiene un centro de estudios mayas fundado por la Doctora Galina Ershova, discípula de Yuri Knórosov, cuyo objetivo es continuar la ardua labor de descifrar la escritura maya. Poco a poco se han ido revelando los mensajes que los mayas dejaron inscritos en vasijas, libros, estelas y plástica menor.
El objetivo del Centro de Estudios Mayas Yuri Knórosov es contribuir con la realización de investigaciones epigráficas, lingüísticas e históricas de las culturas precolombinas en Guatemala.
En el 2013 inicia uno de sus primeros proyectos de investigación denomi- nado “Proyecto Atlas Epigráfico”, que surge con el apoyo del Instituto de Antro- pología e Historia (IDAEH), del Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala.
El Proyecto Atlas Epigráfico lo integran varios investigadores del centro de estudios mesoamericanos de la Universidad Estatal de Humanidades de Rusia (Moscú) y de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Hasta el momento, se han llevado a cabo más de seis temporadas de campo y gabinete, en sitios como Tikal, Quiriguá, Río Azul, así como documentación en el Museo Nacional de Arqueología.
De manera paralela se han impartido seminarios y cátedras de epigrafía maya en diversas instituciones.
El 26 de abril del 2018, fue entregada la distinción Honoris Causa In Memoriam de la Universidad de San Carlos de Guatemala a Yuri Knórosov, el cual fue recibido por la Dra. Galina Ershova.
En el 2018 se forma el Proyecto de Documentación Gráfica “La Casa de las Golondrinas”, Sacatepéquez, Guatemala, que siguen el marco de los concep- tos de Yuri Knórosov sobre los modelos de comunicación. Este proyecto realiza documentación, registro y análisis de imagen digital.
En 2013, se creó en Mérida, Yucatán, México, El Centro de Epigrafía Maya “Yuri Knórosov” (La Casa Rusa en Mérida) en donde se imparten a los yucatecos y público en general el método epigráfico de Yuri Knórosov, así como se imparten cursos del idioma ruso para todos los interesados.
En diferentes ámbitos de la investigación sobre la cultura maya, el legado de Knórosov continúa y avanza en el conocimiento y comprensión de esta cultura milenaria.
Aportes académicos de Yuri Knórosov
Knórosov, Yuri (1965). “Descripción de la lengua de las inscripciones protoindias”. En: Informe preliminar de las investigaciones sobre los textos protoindios. Moscú: AN URSS. pp. 46–51 (en ruso).
Knórosov, Yu. V. (1949). “Mazar Shamun-Nabi (Algunos anacronismos de las creencias preislámicas de los pueblos del oasis de Corasmia)”. Etnografía Soviética, № 2. pp. 86–97. (En ruso).
(1952). “La escritura antigua de América Central”. Etnografía Soviética, № 3. pp.
100–118. (En ruso).
(1953). La antigua escritura de los pueblos de la América Central. (Biblioteca obrera. Segunda época, № 5), México, 1953.
(1955a). A brief summary of the Studies of the Ancient Maya Hieroglyphic writing in the Soviet Union. En: Reports of the Soviet delegation at the Tenth International Congress of Historical Sciences in Rome. Moscow.
(1955b). Relación de las cosas de Yucatán como fuente etnohistórica de Landa Diego. En: Landa, D. de. Relación de las cosas de Yucatán. Moscú- Leningrado. pp. 3–96 (En ruso). - Moscú-Leningrado.
(1955b). “La escritura de los antiguos mayas (Ensayo de desciframiento)”.
Etnografía Soviética, № l. pp. 94–125 (En ruso).
(1955c). “La escritura de los antiguos mayas”. Cuestiones de Historia, № 8. pp.
221–223. (En ruso).
(1955d). El sistema de escritura de los antiguos mayas (Ensayo de desciframiento). Moscú: Academia de Ciencias de la URSS. (En ruso y español).
(1956a). Das Ratsel der Maya. En: Sowietunion. - Moskva.
(1956b). Einstreit um alte Schriftzeichen. En: Neue Zeit. - Moskwa.
(1956c). Estudio de los jeroglíficos mayas en la U.R.S.S. En Khana. - La Paz. Vol. 2. - № 17/18, pp. 183-199.
(1956d). La escritura de los antiguos mayas. En Colección ideas. Instituto
de Intercambio Cultural Mexicano-ruso, № 1 México.
(1956e). New data on the Maya written Language. En Journal de la Society des americanistes. № 45.- pp. 209-216
(1956d). New data on the Maya written Language. En: Proceedings of 32 International Congress of Americanists, pp. 467-75. Copenhagen.
(1958). The Problem of the Study of the Maya Hieroglyphic Writing. En:
American Antiquity, vol. 23. - № 3, pp. 284-291.
(1959). La lengua de los textos jeroglíficos mayas. En: Actas del 33
Congreso Internacional de Americanistas, San José, pp. 573-579.
(1962a). “El desciframiento automático de la escritura maya”. Cuestiones
de Lingüística, № 1. pp. 91–99. (En ruso).
(1962b). Le problème du déchiffrement de l’écriture maya. En: Diogène,
vol. 40. pp. 121-128.
(1963a). Aplicación de las matemáticas al estudio lingüístico. En Estudios de cultura maya, vol. 3. pp. l69-185, México.
(1963b). Escritura de los indígenas mayas. - Leningrado: Academia de Ciencias de la URSS. (En ruso).
(1964). Panteón de los antiguos mayas, Moscú: Nauka. (Ponencia presentada en el Séptimo Congreso Internacional de Ciencias Antropológicas y Etnográficas, Moscú, agosto de 1964). (En ruso).
(1965a). “Descripción de la lengua de las inscripciones protoindias”. En: Informe preliminar de las investigaciones sobre los textos protoindios. Moscú: AN URSS. pp. 46–51 (en ruso).
(1965b). Principios para desciframiento de los escritos mayas. En Estudios de cultura maya, vol. 5. pp. 153-187, México.
(1966). Las concepciones religiosas de los indígenas mayas según los datos de Bartolomé de Las Casas y otras fuentes. En: Bartolomé de Las Casas: Sobre la historia de la conquista de América. Moscú: Nauka. pp. 114-124. (En ruso).
(1967a). “Historia tardía de Yucatán según las crónicas mayas”. En: Desde Alaska hasta la Tierra del Fuego: Historia y etnografía de los países de América. Moscú: Nauka. pp. 234–240. (En ruso)
(1967b). Selected papers from The Writing of the Maya Indians. – Cambrige, Massachusetts, USA.
(1968). Investigación formal de los textos jeroglíficos mayas. En Estudios
de cultura maya, vol. 7, pp. 59-64, México.
(1971a). “Notas sobre el calendario maya. Examen general I”. Sovietskaya
Etnografia, № 2. pp. 77–86. (En ruso).
(1971b). “Notas sobre el calendario maya. Examen general II”. Sovietskaya
Etnografía, № 3. pp. 33–39. (En ruso).
(1973a). “Aproximación al problema de la clasificación de la señalización”. En: Principales problemas de la africanística. Moscú: Nauka. pp. 324–334. (En ruso).
(1973b). Notas sobre el Calendario maya: Monumento E de Tres Zapotes.
En: América Latina, № 6. pp. 81-90. (en ruso).
(1975). Manuscritos jeroglíficos mayas. – Leningrado.
(1978). Lo nuevo en el estudio de los antiguos mayas. En: Las antiguas civilizaciones de América Latina. Estudios de científicos soviéticos. Moscú, pp. 22-37.
(1979a). Procesos etno-genéticos en América Antigua. En: Problemas de historia y etnografía de América. Moscú. pp. 133-141. (en ruso).
(1979b). The ancient ways of the Mayas. En UNESCO Courier, vol. 32.
- № 2.
(1982a). Sistemas olvidados de escritura: Isla de Pascua, el Gran Liao, India. Materiales sobre desciframiento. Moscú: Nauka. (En ruso).
(1982b). “Textos desconocidos”. En: Sistemas olvidados de escritura: Isla de Pascua, el Gran Liao, India. Materiales sobre desciframiento. Moscú: Nauka. pp. 3–10. (En ruso).
(1982c). Maya Hieroglyphic Codices. Institute for Mesoamerican Studies, Albany NY, USA.
(1986). Antiguos sistemas de escritura: La semiótica étnica. Moscú: Nauka. (En ruso).
(1999a). Cuestiones de semiótica étnica. Sistemas olvidados de escritura.
San Petersburgo: Nauka. (En ruso).
(1999b). “Particularidades de los dibujos infantiles”. En: Cuestiones de semiótica étnica. Los sistemas olvidados de escritura. San Petersburgo: Nauka. pp. 186–192. (En ruso).
(1999b). Compendio Xcaret de la escritura jeroglífica maya descifrada por
Yury V. Knórosov, vol. 3, México.
(2012). Aproximación al problema de la clasificación de la señalización. En: LiminaR Estudios Sociales y Humanísticos, vol. X, № 1, junio 2012, pp.181-195. San Cristóbal de las Casas, México.
Knórosov, Yu. V., Albedil, M. y Volchek, B (1981). Report in the Investigation of the Proto-Indian Texts. Moscow: Nauka
Knórosov, Yu. V. y Butinov, N. A (1956). “Informe preliminar sobre el estudio de la escritura de la Isla de Pascua”. Etnografía Soviética, № 4. pp. 77–91. (En ruso).
Knórosov, Yu. V. y Fiodorova, I. K (1970). “La antigua escritura peruana:
problemas e hipótesis”. América Latina, № 5. pp. 10–16. (En ruso).
Knórosov, Yury y Ershova Galina (1986). La Reina del Vado del Jaguar. Epigrafía maya, Guatemala.
(1988). An inscription on a Sarcophagus at Palenque. En: Questions of Ethnic Semiotics. Forgotten systems of writing. - Moscow.
(1990). Das Konzept der urheimat in Palenque. En: Circumpacifica:
Feststhrift fur Th.S. Barthel. - Bd.1.: Mittel und Sudamerika, pp. 249-
256. - Fr/Main; Bern; N-Y. Paris.
(1994). Diego de Landa como fundador del estudio de la cultura maya. En:
Anales del Museo de América, № 2, pp. 21-32. Madrid, España.
(1995). Sacerdotes astrónomos mayas. En: Arqueología, № 8, México.
Knórosov, Yu. V., Spevakovskiy, A. B. y Taksami, Ch. M. (1984). “Las inscripciones pictográficas de los ainos”. En: Investigaciones de campo del Instituto de Etnografía, 1980– 1981. Moscú: Nauka. pp. 226–233. (En ruso). ֍
Referencias
ERSHOVA, GALINA (2020). “El último genio del siglo XX, Yuri Knórosov: El destino de un científico”. Editorial Akal, México. ISBN: 978-607-8683-29-1
ERSHOVA GALINA Y ALEJANDRO SHESEÑA (2020). “Semiótica Étnica de Yuri Knórosov. Universidad Estatal Rusa de Humanidades (Filial de Guatemala) IEIRA. Editorial ARA (978-9929-790), Guatemala, C. A.