Dossier
Recepción: 03 Mayo 2024
Aprobación: 28 Noviembre 2024
Resumen: El presente artículo aborda algunos de los conceptos claves que conforman el esbozo de una teoría de sistemas que Yuri V. Knórosov fue desarrollando con los años. Desde la parte de su trabajo de campo, siguiendo con el interés por el desciframiento de los sis- temas antiguos de escritura, pasando por una teoría de la comunicación y considerando incluso aspectos propios de otras ciencias, fue uno de los primeros científicos en aplicar seriamente modelos interdisciplinarios.
Palabras clave: Señalización, sistemas de escritura, modelos de desciframiento, semió- tica étnica, fascinación.
Abstract: This article addresses some of the key concepts that make up the outline of a theory of systems that Yuri V. Knórosov developed over the years. From his field work, continuing with his interest in the decipherment of ancient writing systems, through a theory of communication and even considering aspects of other sciences, he was one of the first scientists to seriously apply interdisciplinary models.
Keywords: Signaling, Writing systems, Decipherment models, Ethnic semiotics, fascination.
La obra teórica general de Yuri Knórosov
La primera publicación científica de Yuri Valentínovich Knórosov, egresado de la Facultad de Historia de la Universidad Estatal de Moscú, formalmente no era una publicación de lingüística y abordaba el mismo tema que su tesis de maes- tría titulada La versión centroasiática de la leyenda de Sansón, escrita bajo la dirección del especialista en religión primitiva S. A. Tókarev, en el marco del seminario especial etnográfico de S. P. Tolstóv. Así que el artículo Mazar Sha- mun-Nabi (Algunos vestigios de las creencias preislámicas en los pueblos del oasis de Corasmia) (Knórosov 1949) salió a la luz en una revista académica inme- diatamente al año siguiente de que Knórosov finalizara sus estudios de maestría en la Universidad Estatal de Moscú.
En este artículo, que era el resultado de las observaciones de campo de Knórosov hechas en el marco de la expedición de Corasmia, se sigue claramente como objeto de estudio el fenómeno del estado cambiante de la conciencia al momento de realizar ceremonias colectivas, fenómeno que Knórosov llamará fascinación. Se analizan todos los elementos del dhikr sufi chamánico: la locali- dad y el lugar de realización, el aspecto físico y el estado de los participantes, las acciones (el deslizamiento preliminar desde las colinas, los giros, etc.), la forma peculiar de los movimientos y de la respiración, la tonalidad de los sonidos y el efecto que causaban estos métodos en el estado de los espectadores y también en las sensaciones propias del observador. La comunicación no verbal siempre se mantuvo como uno de los temas centrales de las investigaciones de Knórosov y es completamente evidente que el proyecto de campo dedicado al estudio del dhikr despertó el interés de Knórosov en revelar los mecanismos de una comunicación colectiva específica prácticamente extralingüística.
Sin embargo, en 1950 el tema del chamanismo fue sustituido por el estudio de la escritura jeroglífica maya. En el texto donde Tókarev se dirige al Presídium de la Academia de Ciencias de la URSS en diciembre de 1950 con la petición de admitir a Knórosov en el doctorado, se ve que para aquel tiempo él ya había llegado a su propia construcción de la teoría general de los jeroglíficos. El método elaborado por él mismo... lo aplicó en el estudio de los monumentos de la escri- tura jeroglífica de los antiguos mayas... Los trabajos de Y. V. Knórosov en los monumentos de la escritura maya ya hoy lo han conducido al descubrimiento de la importantísima clave para la solución de este problema… Este trabajo formará parte de la gloria de la ciencia soviética…2
Además, Tókarev destacó que Knórosov ya había traducido del español antiguo el texto de Diego de Landa titulado Relación de las cosas de Yucatán y que
2 Archivo científico del Museo de Antropología y Etnografía “Pedro el Grande” de la Academia
de Ciencias de Rusia (Kunstkamera), К. 1, inventario 7, acto 69, hojas 10-11.
en aquel momento se encontraba trabajando en la traducción, desde la lengua que- chua, del drama Ollantay. Así que a partir de 1952 Knórosov comenzó a publicar, incluso en español, los trabajos que presentaban sus primeros resultados sobre el desciframiento de la escritura jeroglífica maya (Knórosov 1952, 1953a, 1953b). Para 1955 Knórosov de manera particularmente activa prepara para la publicación sus siguientes trabajos sobre el mismo tema,3 lo que estaba directamente relacionado con la defensa estratégicamente importante de su tesis doctoral, la cual se llevaría a cabo en marzo. Tókarev y Tolstóv se daban cuenta, y así lo comprueba la documentación existente sobre los rechazados para ingresar al doctorado, que Knórosov no contaba con ningún camino estándar para poder ingresar a la gran ciencia debido a una razón muy seria en aquellos tiempos: en el período de junio de 1941 a febrero de 1943 Knórosov había quedado “en el territorio ocupado por el enemigo”.4
Prácticamente al instante después de la exitosa defensa de su tesis doc- toral, titulada La Relación de las cosas de Yucatán de Diego de Landa como fuente histórico-etnográfica, en marzo de 1955, Knórosov comienza a preparar la publicación global de los principios y resultados del desciframiento de la anti- gua escritura maya. Se trata de la monografía monumental llamada La escritura de los indígenas mayas, en la cual se incluía la descripción de la escritura maya, el catálogo de signos y las traducciones de algunos textos. En la sinopsis que el mismo Knórosov preparó para este libro, se señala que:
El objetivo de la monografía es concluir la etapa preliminar de estudio de la escritura maya (desciframiento) y dar inicio al estudio filológico de los textos mayas (elaboración del diccionario de la lengua antigua, inicio del estudio de la gramática de esta lengua, traducción comentada de textos particulares).
Esta obra se publicaría hasta 1963 aunque Knórosov la tuvo lista desde 1957. Después de concluir este libro, Knórosov por fin pudo dedicarse libremente a los temas que él en ese momento pasó a considerar más importantes.
Se trataba, por una parte, de los problemas de la aplicación del método de la estadística posicional para el desciframiento de los sistemas antiguos de escritura, así como del uso de la computadora para el procesamiento de los datos estadísticos de los textos que se iban abordando. Por otra parte, se trataba del desarrollo de su teoría general de la comunicación, basada en un enfoque de inves- tigación sistémico interdisciplinario, más allá del marco del desciframiento de la escritura maya, lo cual era considerado por él como su tarea principal. Por ello, Knórosov a partir de aquí se enfocaría en introducir en la circulación científica su concepto de señalización.
En este sentido, un momento importante ocurrió en 1959 cuando el lingüista Viachesláv Vsévolodovich Ivanov comenzó a dirigir la Sección de
3 Véase al respecto: Knórosov 1955a, 1955b, 1955c, 1955d.
4 Sobre aquellos dramáticos acontecimientos véase: Dolgova y Ershova 2018; Ershova 2018.
Lingüística del Consejo Científico de Cibernética (creado en el mismo año) adjunta al Presídium de la Academia de Ciencias de la URSS. Gracias a él, justo al año siguiente se emitió el decreto sobre la creación de la Comisión para el descifra- miento de los sistemas antiguos de escritura, que sería dirigida por Knórosov, en la Filial de Leningrado del Instituto de Etnografía de la Academia de Ciencias de la URSS.
I. K. Fiódorova, que se dedicaba al desciframiento de la escritura rapanui bajo la dirección de Knórosov, recuerda así aquellos momentos de la segunda mitad de los años 50’s:
El trabajo con los textos rapanui inició después del regreso de Yuri Valentínovich de Copenhague del XXXII Congreso de Americanistas ... Knórosov pasó a dedicar mucho tiempo y esfuerzo al estudio de los monumentos de otros sistemas de escritura antigua: el disco de Festo, los escritos kitanos de la antigua Mongolia de los siglos X-XII, los textos protoindios, la antigua escritura andina, la pictografía de los ainos, y también la escritura rapanui en placas de madera, dos ejemplos de los cuales se conservan en el Museo de Antropología y Etnografía de Academia de Ciencias de Rusia en San Petersburgo. Sin los trabajos científicos de Knórosov dedicados al estudio y al desciframiento de la escritura maya, sin sus artículos relativos a los problemas de la semiótica, a las cuestiones generales del desciframiento de los sistemas desconocidos de escritura, hubiera sido casi imposible descifrar las placas de kohau rongorongo.5
Sobre el trabajo de Knórosov acerca del uso de la computadora para el procesa- miento de los datos estadísticos, Ivanov recuerda:
Knórosov era el más escrupuloso de todos nosotros. Él escribía imparablemente los planes de lo que se necesitaba hacer e incluso realizaba estos planes de inmediato. En particular el grandioso trabajo en computadora, el cual se realizaba principalmente en Moscú.
Knórosov realmente tenía unos planes muy grandes y tenía muchas ganas de probar qué es lo que se podía hacer en la computadora.6
Con respecto a estos planes, fueron los jóvenes matemáticos Y. A. Schreider, M.
L. Tsetlin y M. A. Probst quienes se dedicaron a la elaboración de los programas. Según los recuerdos de Ivanov, fue precisamente Marek Probst quien volvió realidad las ideas de Knórosov elaborando literalmente en una página el plan general de los trabajos de desciframiento. Con base en estos apuntes, Schreider y Probst crearon una serie de programas mediante los cuales se hizo posible procesar estadísticamente cualquier sistema de escritura que disponía de textos suficientemente grandes.
Es absolutamente evidente que en la segunda mitad de los años 50’s a Knórosov le interesaban sobremanera los posibles métodos matemáticos de procesamiento de textos voluminosos, incluso en el estudio de la escritura maya,
5 Las memorias de I. K. Fiódorova fueron amablemente entregadas para esta publicación por su hija O. M. Fiódorova.
6 La entrevista completa con V. V. Ivanov fue filmada en Peredelkino en el verano del año 2007 para la película “En búsqueda del código perdido. Yuri Knórosov” (año 2009, autor G. G. Ershova, productor F. Kudriashov). Archivo personal de G. G. Ershova.
además de la elaboración de bases de datos y el uso de nuevas tecnologías con el
fin práctico de descifrar sistemas de escritura desconocidos.
Desafortunadamente, la creencia ingenua de Knórosov de que todo giraba alrededor de la pasión por la investigación y el interés académico por la ciencia condujo a resultados desagradables. Los programas elaborados por Schreider y Probst cayeron en manos del grupo inescrupuloso de los llamados “descifrado- res” de Novosibirsk, E. V. Evreinov y V. A. Ustinov, de la Filial de Siberia de la Academia de Ciencias de la URSS, los cuales, sin siquiera recurrir a la informá- tica, simplemente publicaron los datos del desciframiento manual de Knórosov y lo anunciaron como su propio “desciframiento automático”. En enero de 1961, en la Conferencia sobre Procesamiento de Información, Traducción y Lectura Automática de Textos, los “descifradores” de Novosibirsk presentaron con pre- cipitación los resultados del llamado “desciframiento automático de la escritura maya”. Información sobre la supuesta “importancia del significado teórico” de este “desciframiento” fue publicada por S. L. Sobolev en 1962 en el primer número de la revista Voprosy Yazykoznaniya (“Cuestiones de Lingüística”), en la sección “La vida científica” (Burlakova 1962b: 161). A Knórosov (1962: 91) se le permitió publicar en el mismo número de esta revista una fuerte crítica sobre esta falsifi- cación destacando en particular que aquellos que pretendían haber presentado “el desciframiento automático de la escritura maya”
en realidad, se plantearon una tarea más estrecha: dar la transliteración de los textos jeroglíficos a través de letras latinas (para ser exactos, mediante el alfabeto “tradicional” maya) sin intentos de traducción. Desde luego que los autores estaban enterados del des- ciframiento “manual” de la escritura maya y los métodos aplicados para ello.
Para toda la falsificación científica del grupo de Novosibirsk era algo evidente. Sin embargo, para conservar la reputación de la “ciencia de Novosibirsk”, S. L. Sobolev, que en aquel periodo era el director del Instituto de Matemáticas del Departamento de Siberia de la Academia de Ciencias de la URSS, envió después una “carta” de indignación con su propia firma al editor de la revista Voprosy Yazykoznaniya en respuesta al artículo demoledor de Knórosov. En la carta él acu- saba ni más ni menos que a Knórosov por haber expresado una “opinión personal” incompetente y por no mostrar ningún tipo de interés en conocer los materiales de los científicos del Instituto de Matemáticas de Novosibirsk (Sobolev 1962).
Sin embargo, en 1963, en su obra La escritura de los indígenas mayas, Knórosov finalizó el panorama historiográfico, dedicado a los intentos del des- ciframiento de la escritura maya, con una desagradable valoración del plagio (Knórosov 1963: 46):
el grupo de colaboradores del Instituto de Matemáticas del Departamento de Siberia de la Academia de Ciencias de la URSS trataron de descifrar la escritura maya a través de la computadora usando los materiales de la presente monografía. Los resultados obteni- dos básicamente duplican las lecturas ya antes publicadas, incluyendo las incorrectas…
Este intento de plagio no detuvo a Knórosov en la promoción de sus innovado- ras ideas. Indudablemente hay que reconocer el gran mérito de la dirección de la revista Voprosy Yazykoznaniya, la cual, en condiciones tan complicadas, supo defender las prioridades científicas y apoyar a Knórosov.
Con respecto a la teoría de la comunicación, en los mismos días de enero de 1961 en el Instituto de Estudios Eslavos de la Academia de Ciencias de la URSS, en la reunión ampliada del Sector de Tipología Estructural de las Lenguas Eslavas, se llevó a cabo un conversatorio organizado por Ivanov sobre la teoría general de la comunicación propuesta por Knórosov. La propuesta fue discutida tanto por los lingüistas como por los matemáticos (A. A. Reformatsky, L. A. Kaluzhnin) que apoyaban las ideas de Knórosov. Entre los temas de la discusión estaban el concepto de Knórosov sobre la señalización y la fascinación como su componente. Los materiales de la discusión fueron publicados en 1962 en el volumen titulado Investigaciones tipológico-estructurales (Burlakova 1962a: 283-285).
En septiembre del mismo año 1961 Knórosov nuevamente presentó sus estudios en la ponencia llamada Sobre el estudio de la fascinación. Esto sucedió en la reunión del Encuentro Científico sobre el Uso de Métodos Matemáticos en el Estudio del Lenguaje de las Obras Literarias organizado por la Facultad de Historia y Filología de la Universidad de Gorki “N. I. Lobachevski” conjunta- mente con el Grupo de Lingüística Aplicada y Traducción Automática del Instituto Físico-Técnico de Gorki. Las ideas principales de la ponencia fueron publicadas casi de inmediato en la revista Voprosy Yazikoznaniya (Revzin 1962). Knórosov ya desde sus años estudiantiles le asignaba un lugar sumamente importante a la idea de la fascinación, como se puede entender a partir de los hincapiés que él hacía sobre el ritual chamánico de los pueblos del oasis de Corasmia en su tesis de maestría y en su primer artículo publicado en 1949.
Para Ivanov la presentación de la ponencia en Gorki se convirtió en su recuerdo más vivo sobre Knórosov:
Probablemente Knórosov y su presentación sobre la fascinación fueron lo más interesante. En general me gustaban más sus razonamientos teóricos generales. No porque no fuera interesante lo que él hacía con la escritura, yo conocía sus obras escritas, las leía y todo estaba más o menos claro. Pero sus relatos generales, los relatos sobre chamanes, por supuesto, eran interesantes. Él me contó detalladamente la historia de un chamán cen- troasiático al cual los espíritus habían obligado a ser chamán, pero él se negaba a serlo. A pesar de que el ritual era bastante conocido, esto era interesante, ya que él mismo había vivido todo esto junto con este chamán. Es un relato muy interesante, probablemente sea uno de los más interesantes que escuché de él… En general, la problemática del chama- nismo siempre se encontraba en el centro de los intereses de Knórosov y fue la base de su teoría de la fascinación.7
7 La entrevista completa con V. V. Ivanov fue filmada en Peredelkino en el verano del año 2007 para la película “En búsqueda del código perdido. Yuri Knórosov” (año 2009, autor G. G. Ershova, productor F. Kudriashov). Archivo personal de G. G. Ershova.
A. M. Plunguián también recuerda que la problemática del chamanismo fue la base de la teoría de la fascinación. En las memorias del amigo estudiantil de Knórosov también se menciona cómo influyeron en él las ideas del
fundador de la neurogenética evolutiva rusa Serguei Nikolayevich Davidenkov (1880- 1961), al cual Yuri Valentínovich conoció a través de la monografía llamada Problemas genético-evolutivos en neuropatología... Knórosov literalmente no se separaba de este trabajo y constantemente hablaba de las ideas de Davidenkov. Le interesaba en particular el papel del “contingente especializado” en los colectivos primitivos como portador del intelecto, incluyendo la mitología y los rituales de los chamanes.8
Muchos de los colegas que tuvieron la suerte de trabajar con Knórosov conocían el particular talento de Knórosov para construir durante el relato una peculiar serie de imágenes que parecían permitirle al oyente participar en los acontecimientos descritos. Daba la impresión de que estas “inmersiones” eran un cierto tipo de experimento para el desarrollo de su teoría de la comunicación y la fascinación. Además, los temas podían ser muy diversos: el dhikr chamánico, la defensa de Moscú en 1941, la construcción del palacio en Petersburgo por parte de Ménshi- kov, la caída del antiguo Teotihuacán o los acontecimientos de los mayas clásicos de Tikal.
Ivanov entendía a la perfección la importancia de las ideas y de los trabajos de Knórosov. Los recuerdos de Ivanov todo el tiempo regresan a sus intentos de integrar a Knórosov en alguna parte para que sus geniales ideas tuvieran el debido reconocimiento:
Yo sugería a nuestros semiólogos, en particular a Yuri Mijáilovich Lotman, que eso era realmente lo que nosotros queríamos y debíamos tener en nuestra esfera. Por ello, en uno de nuestros eventos semióticos, Lotman invitó a Knórosov y Knórosov leyó sus ponencias o conferencias acerca de su comprensión de la comunicación. Lotman le prestó mucha atención. En un lugar escribió que él anteriormente no entendía, pero que ahora entiende, qué es lo que hacía Knórosov y que su teoría de la comunicación era algo importante. Una vez más, conocemos la teoría general de la comunicación en aquella pequeña área que concierne a la semiótica de la escritura y a la semiótica étnica.9
A juzgar por la cronología de sus publicaciones, después de la aparición de su monografía, Knórosov continuó preparando artículos con materiales basados en textos mayas: El panteón de antiguos mayas (1964), Las concepciones religiosas de los indígenas mayas según los datos de Bartolomé de Las Casas y otras fuentes (1966), Historia tardía de Yucatán (1967) y la serie Notas sobre el calendario maya (1971a, 1971b, 1973b, 1973c). En estos artículos se ponen al descubierto sus ideas en el área de la comunicación. Está claro que el trabajo sobre cada uno de estos temas, el cual iba surgiendo durante la lectura y traducción de los textos
8 El texto de las memorias dedicadas a la amistad con Knórosov fue amablemente proporcionado por A. M. Plunguián.
9 La entrevista completa con V. V. Ivanov fue filmada en Peredelkino en el verano del año 2007 para la película “En búsqueda del código perdido. Yuri Knórosov” (año 2009, autor G. G. Ershova, productor F. Kudriashov). Archivo personal de G. G. Ershova.
antiguos, definía el conjunto propio de disciplinas integradas que se tenían que estudiar, descubriendo y separando lo general y lo individual en la visión espiritual de etnias geográficamente separadas y desarrolladas independientemente unas de otras. Estas conclusiones, que excluían el cliché tradicional del Viejo Mundo sobre “la herencia cultural” o “el origen indoeuropeo”, llegaron a ser posibles gracias a la incorporación del amplio estrato de las culturas precolombinas del Nuevo Mundo a los materiales comparativos.
En febrero de 1980 la Comisión para el desciframiento de los sistemas antiguos de escritura por fin pasó oficialmente a formar parte, como subdivisión estructural, del Departamento de Leningrado del Instituto de Etnografía de la Academia de Ciencias de la URSS, con el nombre de Grupo de Semiótica Étnica:
2 de febrero de 1980
Orden № 301-13 sobre la creación del Grupo de Semiótica Étnica en el Departamento de
Leningrado del Instituto de Etnografía de la Academia de Ciencias de la URSS. Director: Y. V. Knórosov,
Asistente principal: М. F. Аlbedil, Investigador: B. Y. Volchok, Investigador: V. S. Starikov.
Como habremos de ver más adelante, los trabajos del Grupo de Semiótica Étnica, dedicados al desciframiento de los diferentes sistemas antiguos de escritura y a los problemas teóricos, fueron publicados en 1982 y 1986 en los libros colectivos Sistemas olvidados de escritura (Knórosov 1982a) y Sistemas antiguos de escri- tura: Semiótica étnica (Knórosov 1986), respectivamente.
En 1999, después de la muerte de Knórosov, se publicó la compilación Cuestiones de semiótica étnica. Sistemas olvidados de escritura (Knórosov 1999a) (aunque ya se había autorizado para su impresión desde 1993). Además de trabajos concretos sobre lectura de textos antiguos, en el libro entraron varios artículos teóricos interesantes. Se trata, en primer lugar, del artículo del mismo Knórosov Particularidades de los dibujos infantiles (Knórosov 1999b), en el cual Knórosov formuló de manera exacta su postura relativa a la aplicación de la ley de la recapi- tulación de Ernst Haeckel y Fritz Müller ‒según la cual la ontogénesis recapitula la filogénesis‒ en el estudio del desarrollo civilizatorio a velocidad inversamente proporcional (Knórosov 1999: 186):
El proceso de ingreso de un recién nacido en el colectivo de los adultos es de cierta manera análogo al proceso de formación de las personas durante el surgimiento y desarrollo de los colectivos antiguos. En ambos casos se forma una persona que tiene determinadas relacio- nes con los miembros de los colectivos, que utiliza la señalización y que posee una deter- minada cosmovisión. El desarrollo en ambos casos transcurre de acuerdo con las leyes de la dialéctica y tiene algunos rasgos comunes pero también diferencias importantes...
En el artículo el autor también discute el mecanismo psicofisiológico del desarro- llo de la señalización gráfica en la ontogénesis en comparación con la filogénesis, notando especialmente no solo semejanzas, sino también distinciones de principio. Por ejemplo:
La ley de Haeckel, según la cual “la ontogenia recapitula la filogenia” (es decir, el desa- rrollo del embrión repite el desarrollo de la especie), fue formulada para su aplicación en somatología. La cuestión de la aplicabilidad de esta ley al proceso de integración de un niño en el colectivo de los adultos como paralelo a la historia del colectivo exige una serie de precisiones y aclaraciones.
La evolución de una especie sigue la línea de la aromorfosis, es decir, se desarrollan los sistemas del organismo que son convenientes (útiles) para los cambios del medioambiente (por ejemplo, el sistema nervioso central, el sistema sanguíneo, etc.) reemplazándose solo en la última etapa por la idioadaptación (adaptación al medioambiente dado).
En los colectivos a la idioadaptación le corresponde la especialización de los elementos de la cultura.
El programa de investigaciones elaborado por Knórosov claramente va en paralelo con la orientación del estudio “objetivo-psicológico” de la personalidad del niño señalado por V. M. Béjterev en la ponencia La evolución primaria del dibujo infantil en un estudio objetivo hecho en la Sociedad Rusa de Psicología Normal y Patológica en 1908 aunque con otra postura, la evolutiva (Béjterev 1999: 141-145):
Algunos autores le prestan mucha atención a la cuestión de la semejanza de los dibujos infantiles con el arte pictórico del hombre prehistórico y de los actuales pueblos primiti- vos. Esta cuestión realmente no puede no ser interesante, pero su clarificación es posible solo después de la solución minuciosa del problema de la evolución gradual del dibujo infantil. En cualquier caso, hay muchos datos a favor de que las leyes del desarrollo del arte en la vida de los pueblos son las mismas que las leyes del desarrollo del arte en la vida de ciertas personas y, por lo tanto, es natural que los rasgos generales del desarrollo del dibujo infantil repitan los mismos rasgos del desarrollo del arte humano por los cuales pasó a partir del período prehistórico de su desarrollo.
Es de destacar que muchos trabajos (incluyendo la ponencia mencionada) que tenían un carácter interdisciplinario, y que de una manera u otra trataban sobre los problemas del desarrollo sociohistórico, fueron publicados antes de 1917 y no se reeditaron ni una sola vez hasta 1999. V. M. Béjterev no podía posicionarse como un historiador y Knórosov no era aceptado por la comunidad de los genetistas. Knórosov, dudando que su artículo fuera a ser aceptado, expuso las posturas de la teoría con la ironía que le caracterizaba (Knórosov 1999: 187):
...la presencia de la cola fue útil para todos los cordados en determinada etapa, es decir, la cola entraba en el conjunto de elementos de la aromorfosis, pero posteriormente resultó ser innecesaria y se redujo en la línea básica, se conservó como idioadaptación en las líneas laterales. En el feto humano la cola primero se forma y después se reduce (se atro- fia) completamente en vano, apareciendo en el infante solo como atavismo. De manera similar, en el embrión aparece y desaparece el lanugo (aunque habría servido de mucho).
Después de tan clara explicación del principio de la evolución biológica sigue una con- tinuación que ya tiene que ver con la evolución sociocultural (Knórosov 1999: 188):
En los colectivos a la idioadaptación le corresponde la especialización de los elementos de la cul- tura. La especialización excesiva puede impedir el surgimiento de invenciones más convenientes (cuyo principio era ya conocido).
El desarrollo de la gráfica entre las tribus tuvo algunas variaciones desde la línea básica, variaciones que posteriormente se adecuaban. A veces la especialización fue muy fuerte. Variaciones similares de la línea básica se observan en la gráfica infantil.
Mucho de lo que proponía Knórosov claramente salía del marco metodológico aceptado y se adelantaba al estado de la ciencia. Sus investigaciones eran inter- disciplinarias en el amplio sentido de la palabra, lo que hasta la fecha no todos entienden ni aceptan, y esto siempre fue un gran problema para Knórosov. Ivanov así caracterizó la existencia de Knórosov en la ciencia:
Yo, claro, tenía la sensación de que él se sentía marginado en nuestra ciencia con cierta razón. La razón era que él, claro, sabía y comprendía mucho de esas esferas del conoci- miento que ahora llaman Antropología Cultural. ¿A qué se dedicaba él? A la Antropología Cultural, a la Semiótica de la cultura, a la Culturología en el sentido amplio y, más con- cretamente, a la historia de la escritura o a la historia en la medida en que es necesaria. Sobre la Isla de Pascua sabía mucho. Él tenía muchas hipótesis (si eran correctas o no es otro asunto) ... sobre diferentes culturas y su historia... él era una persona solitaria porque poseía una inteligencia amplia y enciclopédica. Alrededor había especialistas de pocos alcances que no entendían sus amplios conocimientos y no entendían muchos de sus resultados en áreas concretas. Yo pienso que su trato negativo hacia muchos científicos oficiales era correcto, objetivo y, además, mordaz. Yo pienso que esto se debía a que él sabía que muchos no eran científicos, sino que se hacían pasar por tales.10
Plunguián recuerda con qué dificultad se aceptaba en el medio científico la noción de la fascinación comparando esto con el nuevo enfoque de V. Y. Propp relativo al mito:
Que yo sepa la propia noción de la fascinación como término apareció por vez primera en 1959 y después en un breve artículo en la revista Voprosy Yazykoznaniya. Las valo- raciones de su significado variaban desde la opinión entusiasmada de Y. M. Lotman y una serie de especialistas en el área de la filología y la culturología hasta las opiniones reservadas e incluso negativas de parte de los biólogos, genetistas e investigadores de la teoría de la información. Para mi sorpresa, las objeciones más argumentadas iban de parte de los teóricos de la publicidad. Para nosotros un acontecimiento muy importante fue la publicación en 1946 del trabajo del fundador del método comparativo-tipológico en el folclorismo y uno de los precursores del estructuralismo y de la semiótica Vladímir Yakovlevich Propp “Las raíces históricas del cuento”. Este trabajo de Propp presentaba el subsiguiente desarrollo de su “Morfología del cuento” de 1928 que había revelado la estructura de los cuentos de hadas. Después de la publicación de su traducción en Estados Unidos, este problema llegó a ser uno de los objetos más populares de investigación del folclorismo y la culturología del siglo XX y las ideas de Propp influyeron directamente en el desarrollo del estructuralismo y la semiótica.11
Los métodos de Knórosov de la misma manera destruían los esquemas habituales: en historia, arqueología, semiótica, epigrafía maya.
10 La entrevista con V. V. Ivanov fue filmada en el año 2007 en Peredelkino para la película sobre Knórosov producida por la compañía “Planeta Desconocido”.
11 El texto de las memorias dedicadas a la amistad con Y. V. Knórosov fue amablemente pro- porcionado por A. M. Plunguián.
Algunos investigadores occidentales también expresaban sus reclamos a Knórosov, frecuentemente con notoria falta de fundamentación. Así, por ejem- plo, el líder de la escuela estadounidense de estudios mayas a mediados del siglo pasado, Eric Thompson, literalmente arremetió contra el desciframiento de Knóro- sov acusándolo absurdamente de usar métodos “marxistas”. La crítica de Thomp- son atestiguaba dos detalles: primero, que Thompson no entendía en lo absoluto qué era el marxismo, y, segundo, que Thompson no entendía en lo absoluto qué era el desciframiento científico de las escrituras antiguas. Pero al mismo tiempo, gran- des especialistas de diferentes países se dirigían a Leningrado para encontrarse con el joven científico soviético. Knórosov en sus cartas a los colegas occidentales les pedía expresar su opinión, dar comentarios y crítica.
Asimismo, en los años 80’s los arqueólogos no aceptaban los argumentos “no arqueológicos” de la teoría de Knórosov acerca de que el poblamiento del continente americano se dio a través de tres oleadas que desde 40 mil años a.C. cruzaron el estrecho de Bering. En aquel tiempo los argumentos lingüísticos no se tomaban en cuenta. Los biólogos y los genetistas no aceptaban las teorías de Knórosov relativas al desarrollo de la sociedad, olvidando que en su momento ya V. M. Béjterev había escrito acerca de ello. Por cierto, los trabajos de propio Béjterev sobre este tema eran omitidos y no se publicaban, ya que él no era “historiador”. “Los especialistas en computación” consideraban a Knórosov un diletante, pero trataban de apropiarse de sus trabajos. Los astrónomos calificaron la reconstrucción de la astronomía antigua y del calendario maya como algo “no científico”, ya que, desde su punto de vista, en la antigüedad la ciencia no existía de ninguna manera. La revista Sovietskaya Etnografiya (“Etnografía Soviética”), después de que Tolstóv dejara el puesto de jefe de redacción en 1966, práctica- mente dejó de publicar los artículos de Knórosov.
Parece que solo los lingüistas no le reprocharon a Knórosov el no ser lingüista de formación. De hecho, Ivanov, como lingüista, logró de inmediato comprender todo el significado de la aportación científica de Knórosov:
Pienso que él por su propia inteligencia llegó hasta lo que necesitaba saber de la lin- güística. Él en gran medida era el tipo de ruso autodidacta innato. Es decir, no es tan importante recibir una educación sistemática cuando la persona misma sabe qué es lo que necesita y tiene su propia agenda en la cabeza. No tiendo a pensar que él se interesaba particularmente por la lingüística teórica… Finalmente la lingüística no es una ciencia muy complicada si uno la entiende correctamente: cómo está organizada la gramática de la lengua y cómo está organizada la comparación de las lenguas… Su comprensión de la correlación de los dialectos mayas era bastante científica. Y esto a final de cuentas es un área específica de la lingüística. Él estudiaba diferentes idiomas y por lo tanto, a partir de conocimientos empíricos, resultó que él construyó bastante bien en su cabeza una imagen general de cómo estaba organizada la gramática porque su algoritmo para el desciframiento desde luego estaba basado en la correcta comprensión de la lingüística, en una comprensión más correcta que la que tenían los mismos lingüistas en aquella época.12
12 La entrevista completa con V. V. Ivanov fue filmada en Peredelkino en el verano del año 2007 para la película “En búsqueda del código perdido. Yuri Knórosov” (año 2009, autor G. G. Ershova,
La comprensión de la amplitud de las interrelaciones en el sistema investigado hizo que Knórosov asimilara los espacios científicos necesarios a pesar de la regla de la ciencia de aquel tiempo (a menudo observada incluso en la actualidad) de que, si eres historiador, entonces no debes involucrarte en la lingüística, en la computación o en alguna otra disciplina. El carácter sistémico de por sí se consi- deraba herejía y absurdidad. Pero la interdisciplinariedad supone un nuevo tipo de pensamiento por parte del investigador, es decir, uno que incluya la comprensión de la amplitud de las relaciones mutuas existentes en el sistema investigado. De esta forma, la interdisciplinariedad de Knórosov llegó a ser el empuje que permitió abrir nuevos horizontes en las ciencias históricas. Lo entendían los innovadores que eran como él y que estaban dispuestos a crear sus propias teorías.
Al respecto, V. I. Guliaev, arqueólogo y alumno de Knórosov, señala la siguiente:
Por lo regular, cuando se menciona el nombre de Knórosov, la gente que tiene por lo menos una mínima relación con el estudio de pasado de América dice: “Desde luego lo conocemos, es aquél que descifró y leyó la escritura de los antiguos mayas” ¡Y es una verdad absoluta! Ya solo por este logro histórico su nombre es digno de estar en el “Libro de Oro» del americanismo. Pero poca gente sabe que Yuri Valentínovich era un auténtico enciclopedista en muchas áreas del conocimiento: matemáticas, lingüística, etnografía, historia e incluso arqueología. Precisamente tal combinación de amplitud y profesionalismo en la solución de las tareas científicas planteadas hacía que él tuviera constante éxito en sus investigaciones.13
En efecto, al construir sus teorías, Knórosov recurría a diferentes esferas del cono- cimiento humanístico, lo que le permitió poseer un conocimiento enciclopédico. Así, es posible señalar objetos, temas y áreas concretas de interés científico, en cuyos marcos trabajó Knórosov recurriendo a la interdisciplinariedad en una u otra medida, sin tener en cuenta prioridades:
productor F. Kudriashov). Archivo personal de G. G. Ershova.
13 De los recuerdos de V. I. Guliaev sobre Knórosov, 2007. Archivo personal de G. G. Ershova.
Todos quienes conocían a Knórosov se daban cuenta de que su forma de pensar no era nada estándar. Sus contemporáneos no siempre entendían su lógica. En este sentido, es difícil no estar de acuerdo con la siguiente observación, increíblemente justa, de Plunguián:
Para la comprensión objetiva de la especificidad del pensamiento científico y de la psi- cología de Knórosov se necesita reconstruir una base mínima de conocimientos en el área de la lingüística y los métodos de desciframiento de los que disponía Knórosov
- estudiante etnógrafo desmovilizado del tercer-quinto curso: conocimientos en el área de la lingüística teórica, el español antiguo, la lengua maya, las lenguas europeas, la arqueología, la experiencia del desciframiento y muchas otras cosas como la literatura, los contactos personales, etc. Es una tarea complicada y deductiva pero actual en los estudios Knórosovistas.14
Han pasado 20 años después de la partida de Knórosov. Su destino científico y personal estuvo estrechamente ligado a la historia de Rusia. Su legado creativo ocupa un lugar singular en la ciencia rusa y mundial, teniendo el estatus de escuela de Knórosov. Las ideas que a menudo se adelantaban a su tiempo resultaron ser fructíferas y muy solicitadas. Su misma personalidad en ocasiones adquiere ras- gos de leyenda. En el primer aniversario de la muerte de Knórosov, el reconocido especialista estadounidense en cultura maya Michael Coe, comentando sobre la carta-testamento de Eric Thompson dedicada al desciframiento de la escritura maya, declaró que en siglo XXI ...estamos ciertos que Thompson [estaba] com- pletamente equivocado y al fin hemos ganado la lucha y él, Knórosov, ha ganado la lucha. Todos ahora somos Knórosovistas realmente.
La semiótica étnica de Yuri Knórosov como problema interdisciplinario
Como se sabe, la semiótica, como ciencia que estudia los signos y los sistemas de signos, surgió hace bastante tiempo. Su aguda necesidad fue notada ya en el
14 El texto de las memorias dedicadas a la amistad con Y.V. Knórosov fue amablemente propor- cionado por A. M. Plunguián.
siglo XVII por el filósofo inglés John Locke, quien le dio la primera definición como “la doctrina sobre los signos” suponiendo que en las tareas de la semiótica entraba la identificación de la naturaleza de los signos usados por las personas “para la comprensión de las cosas o para la transmisión de sus conocimientos a otros”. Esto se hizo en el trabajo principal de Locke llamado Ensayo sobre el entendimiento humano (Locke 1999), en donde el autor trataba de comprender y explicar el origen de las facultades cognoscitivas de las personas. En el siglo XIX de la semiótica también se ocupó el filósofo Charles Pierce (1883: 126-203; 1974), quien formuló las bases de la nueva ciencia. El lingüista suizo Ferdinand de Saussure también trató este problema introduciendo el término semiología, que tomó de Émile Littré, quien lo usaba en la medicina. Precisamente Saussure, orientado al estructuralismo, introdujo la diferencia entre significado y signifi- cante, lo que fue crucial, ya que con estos términos se dividió, por un lado, la expresión concreta en la lengua (significante) y, por otro, la noción (significado) (Saussure 1916). En realidad, todas las reflexiones alrededor de la semiótica a lo largo de varias décadas se construyeron sobre la comparación y la contraposición del modelo tríadico de Pierce con el modelo diádico de Saussure.
En 1958 Claude Lévi-Strauss publicó su obra Antropología Estructural, a la que luego se añadió una sección separada bajo el nombre de El lugar de la antropología entre las ciencias sociales y los problemas planteados en su ense- ñanza (Lévi-Strauss 1968: 310-343). Como partidario del enfoque sistémico, Lévi-Strauss fundamentaba la necesidad del enfoque interdisciplinario en la antro- pología, presentando a la antropología en su totalidad como “ciencia semiótica”. Haciendo comparaciones con ciencias completamente objetivas, tales como la economía o la demografía, cuyos métodos las acercan a las ciencias exactas y a las “ciencias naturales”, Lévi-Strauss (1968: 328) notaba que:
desde este punto de vista la antropología se aproxima más bien a las ciencias humanas. La antropología quiere ser una “ciencia semiológica”, se ubica resueltamente en el plano de la significación. Ésta es una razón más (entre muchas otras) que lleva a la antropología a mantener un estrecho contacto con la lingüística, donde encontramos ‒ante este hecho social que es el lenguaje‒ la misma preocupación por no separar las bases objetivas de la lengua, es decir, el aspecto “sonido”, de su función significante, el aspecto “sentido”.
Buscando las vías y los enlaces interdisciplinarios integrados en la antropología,
Lévi-Strauss (1968: 332) nota:
Se puede, así, entrever la curiosa encrucijada de disciplinas en que se encuentra colocada actualmente la antropología. Para resolver el problema de la objetividad, impuesta por la necesidad de un lenguaje común para traducir experiencias sociales heterogéneas, la antropología comienza a dirigir su atención hacia la matemática y la lógica simbólica. […]
Ciencia semiológica en segundo lugar, se dirige hacia la lingüística por dos razones: ante todo, porque solo el conocimiento de la lengua permite penetrar en un sistema de las categorías lógicas y de valores morales diferente del sistema del observador; en segundo lugar, porque la lingüística ‒mejor que cualquier otra ciencia‒ es capaz de enseñarnos el modo de pasar de la consideración de elementos, carentes en sí mismos de significación,
a la consideración de un sistema semántico, mostrándonos cómo el segundo puede edi- ficarse mediante los primeros: este es tal vez, antes que nada, el problema del lenguaje, pero después del lenguaje y a través de él, es el problema de la cultura en su conjunto.
Es precisamente, así como fue designado el problema interdisciplinario que abría un enorme campo de investigación y la posibilidad de aparición de nuevas orientaciones.
El concepto de semiótica étnica fue propuesto por Ivanov a Knórosov, quien lo acepta con gusto. Esto ocurrió mucho antes de que Knórosov creara en febrero de 1980 el Grupo de Semiótica Étnica en la Filial de Leningrado del Instituto de Etnografía de la Academia de Ciencias de la URSS. Como ya se ha señalado el grupo trabajaba desde el año de 1960, bajo la dirección de Knórosov, pero con el nombre de Comisión para el Desciframiento de los Sistemas Antiguos de Escritura (Sección de Lingüística del Consejo Científico para el Problema Integral “Cibernética”) adjunta al Presídium de la Academia de Ciencias de la URSS. De esta manera, la creación del Grupo de Semiótica Étnica vino a ser, por un lado, la formalización lógica de una subdivisión específica del Instituto.15 Por otro lado, después de un sinfín de publicaciones, de desarrollos teóricos y prácticos en el área del desciframiento de los sistemas antiguos de escritura y del estudio del origen de los sistemas de signos, la aparición del grupo constató el evidente hecho del surgimiento de una nueva corriente interdisciplinaria que no pertenece directamente ni a la etnografía, ni a la lingüística, ni a la psicofisiología, sino que combina los enfoques y en parte los métodos propios de estas ciencias.
Para Knórosov el concepto de semiótica étnica era cierta ramificación de la teoría de comunicación debido a que cualquier sistema de signos tiene sentido sólo en presencia de los usuarios de esta información que comprenden la codificación de signos. La introducción del concepto fue motivada por la necesidad de delimi- tar una esfera especial de investigación en el marco de la etnografía tradicional. Se trataba de los sistemas de signos que produce la sociedad para la transmisión y conservación de la información, y también de los problemas vinculados con la correcta comprensión de la información trasmitida. Pero bajo la evidente universa- lidad de solucionar la tarea de trasmitir información, cada cultura concreta produce para ello sus propios modelos prácticos: la mímica, la gesticulación, el habla, los sistemas mnemotécnicos, la escritura y otros portadores de información, entre ellos las ceremonias y las tradiciones rituales. Por ello, la interpretación de cual- quier iconografía regional (incluso las escenas de carácter exclusivamente sexual), y cuanto más la comprensión de los textos antiguos, son a ciencia cierta imposibles sin tomar en cuenta su contexto etno-cultural. Al mismo tiempo, permanece el gran
15 Es necesario aclarar que Knórosov desdeñaba los marcos de reglas habituales incluso admi- nistrativamente. Para él el grupo de semiótica étnica era, más bien, una comunidad informal de partidarios en donde entraba no solo el personal “de plantilla” sino todo aquél que en la práctica compartiera el interés científico por esta esfera de investigación, incluso sin ser empleado del Instituto de Etnografía de la Academia de Ciencias de la URSS.
problema de la universalidad de la mayoría de los fenómenos objetivos reflejados
de una u otra manera en las regiones etno-culturales más diversas.16
Las concepciones teóricas relativas al surgimiento de la comunicación en los colectivos fueron publicadas por Knórosov en el artículo Aproximación al problema de la clasificación de la señalización (Knórosov 1973a), incluido en una compilación especial llamada Problemas principales de la Africanística.17 Por otro lado, Knórosov insistía en la universalidad del proceso de evolución de los sistemas de comunicación en la sociedad humana. En este caso, las culturas americanas y africanas (con excepción del norte del continente) se distinguían por su desarrollo histórico-cultural independiente, sin pertenencia a la única “Gran Eurasia” emparentada por “orígenes indoeuropeos” comunes. El enfoque inter- disciplinario y la idea de la universalidad psicofisiológica de la comunicación permitieron a Knórosov distinguir diferentes tipos de señalización, así como su esencia y funciones, en calidad de medios de coordinación de la interacción entre los elementos de un sistema dado. La señal que un miembro del sistema da se convierte de esta manera en una orden que implica el cumplimiento de la acción (reacción) de parte del destinatario. Y la intensificación de la acción para elevar la realización de la orden corresponde a lo que Knórosov llamó fascinación (Knóro- sov 1973a: 328, 331).
La publicación de Knórosov provocó comentarios casi obligatorios de asombro de parte de la comunidad científica: ¿Qué relación tiene “el americanista” Knórosov con la africanística? Para todos estaba claro que las ideas de Knórosov comúnmente “no entraban en el formato” de las revistas académicas. ¿Cómo puede alguien sin ser especialista en el cerebro escribir sobre la evolución de los procesos mentales? Y haciéndolo no desde el punto de vista de abstrusas reflexio- nes estético-filosóficas, lo que es trivial y bastante habitual en todos los tiempos, sino desde la posición de un meticuloso psicofisiólogo que trata de comprender el mecanismo de la actividad cerebral del hombre haciendo conclusiones ya a nivel de una teoría antropológica integral.
Por mucho tiempo la publicación del artículo del “americanista” Knórosov en una revista sobre africanística parecía solo un caso curioso. Ahora se vuelve cada vez más evidente la posición por principio del científico respecto a los enfo- ques y métodos interdisciplinarios. Con la publicación del artículo mencionado Aproximación al problema de la clasificación de la señalización Knórosov una vez más subrayó la universalidad del proceso de evolución de los sistemas de la comunicación en la sociedad humana. Cuanto más que tanto el continente ame- ricano como el africano (con excepción de, quizá, su porción norteña) tenían en
16 Véase al respecto: Ershova 1995a, 1995b, 2003a.
17 Después de que S. P. Tolstóv dejara el puesto de jefe de redacción, la revista Sovietskaya
Etnografiya prácticamente dejó de publicar los artículos de Y. V. Knórosov y más si eran teóricos.
determinado grado un desarrollo independiente y no caían en la llamada “Eurasia Grande”, en cuyos límites cualesquiera razonamientos sobre el origen de uno u otro fenómeno cultural, como regla, se reducen a la hipótesis sobre un “origen indoeuropeo”. Posiblemente, el deseo de hacer la “muestra” más representativa originó el enfoque para el estudio de los sistemas universales de comunicación incluidos, además de los de la Eurasia tradicional y sus inevitables “raíces indoeu- ropeas”, también los de otras regiones del mundo con desarrollo independiente: América, Oceanía, la región de Lejano Oriente y África.
Como ejemplo de lo dicho se puede citar el análisis comparativo realizado por E. G. Devlet (1995) sobre las “caras pares”: imágenes rupestres del mismo tipo existentes tanto en Cuba como también en Mongolia Interior. La autora llega a la conclusión de que las imágenes rupestres de caras pares asimétricas de los dos continentes muestran una asombrosa semejanza en su estructura, lo que es posible asociar con el carácter común de las creencias mitológicas de sus creadores. Y esto considerando que la edad de las imágenes mongolas es de aproximadamente 2 mil años a.C. mientras que la edad de las cubanas va desde 3 mil a.C. hasta mediados del siglo XVII d.C. (Devlet 1996: 83). Con base en el análisis de los tipos y niveles de la actividad económica de la gente que creó las imágenes, la autora demuestra con absoluta lógica que el “carácter común de las creencias mito- lógicas” está determinado por la forma única que tiene el ser humano de percibir el movimiento del sol y la luna y por los propios intentos de crear un calendario.
Como ejemplo de posibles componentes de una investigación cabal se pueden examinar las nociones espirituales relacionadas con los puntos de referen- cia espacial, nociones que son básicas para todos los pueblos. Y en este caso se destacan los datos de la psicofisiología, la geografía, y de los contextos biológicos y etno-culturales. Así, la orientación psicofisiológica, prácticamente universal, de los organismos vivos hacia el sol filogenéticamente corresponde a funciones evolutivas extraordinariamente antiguas y racionales no controlables por la con- ciencia. No es casual que las primeras manifestaciones del pensamiento abstracto reflejaban la dependencia biológica de los homínidos hacia el ciclo diario.
La división espacial del mundo también se determinaba a través del sol por medio de la distinción de dos espacios del ciclo diario: los espacios del sol que surge y se levanta al cenit, y los espacios en los que el sol desaparece. Así, “el mundo” se separaba en dos partes: con el sol y sin él. La primera abarcaba el sector desde el oriente —a través del sur— casi hasta el oeste, y la segunda, res- pectivamente, del oeste —a través del norte— casi hasta el este. Los nganasanes, por ejemplo, todavía dividen el espacio geográfico de esta forma. Claro que, al construir el modelo sujeto-objeto “Yo-Sol”, el hombre sin falta se imagina a sí mismo vuelto hacia él con la cara de frente, o más exactamente, vuelto hacia él
con los ojos como importante receptor para rastrear la luz.18
Sobresalen los argumentos obtenidos mediante las investigaciones arqueo- lógicas.19 Los cambios en la posición del cadáver del período Musteriense permi- ten notar una regularidad: los neandertales, en comparación con los homo sapiens, percibían en mayor grado la indisolubilidad de la relación del difunto con su refugio, que frecuentemente era un abrigo rocoso o una cueva. Entre los refugios considerablemente predominaban aquellos cuya salida estaba orientada hacia al sur. De esta manera, el cadáver colocado junto a la pared trasera del refugio se “encontraba” en el norte, manteniendo “la salida” al sur y es probable que la orientación del cuerpo del difunto no tenía importancia. Mientras que ya entre los sapiens el refugio (el habitable y el fúnebre) podía estar orientado con la salida incluso hacia al norte (nordeste, noroeste), pero cada concreto difunto yacía con la cabeza orientada hacia el sur (cabían algunas desviaciones hacia al este o el oeste).
Da la impresión de que para ese entonces ya se había formado el mitolo- gema inherente a las creencias religiosas de muchos pueblos sobre la cueva-ma- dre y la cueva-patria ancestral, lugar donde habitan los antepasados muertos y de donde aparecen las nuevas almas para nacer. En la mitología siberiana es una abertura dentro de la tierra. Entre los rusos del norte, los sepulcros se asocian firmemente con las cuevas o los sótanos, lugares situados bajo la tierra, sobre la tierra o en el cielo. Todos estos lugares pueden mencionarse en un solo texto de lamentos fúnebres. En China, el conjunto de nociones “cueva-entierro” encontró reflejo en la expresión mù xué (墓穴) “tumba”, la cual se compone de mù (墓) “tumba” y xué (穴) “cueva”. En Mesoamérica se tenía elaborada una compleja concepción que identificaba al país de los muertos con las cuevas y el Cosmos (Ershova 1995a).
La primera comprensión de las posiciones del sol encontró su expresión “material” en la fijación de los puntos del amanecer, ocaso y cenit en relación con el espacio de la superficie plana en el centro del cual se encuentra el observador. Y es en esta etapa cuando se integran los datos etnográficos en la investigación. Las huellas de semejante percepción natural del espacio geográfico se conservan entre los pueblos de Siberia y el Lejano Oriente. Así, por ejemplo, para los nganasanes, según las observaciones de G. N. Gracheva, el norte se encuentra “abajo” mientras que la propia persona, en la cultura tradicional de esta etnia (al igual que en la de los yukaguiros), está orientada con la cara hacia el sur.
La cartografía histórica también permite analizar este fenómeno en la evo-
lución de la percepción del mundo por parte de la persona y en el reflejo material
18 Ese tema ya ha sido examinado detalladamente en publicaciones anteriores. En particular véase: Ershova 2003b.
19 Véase al respecto: Smirnov 1991 y 1997.
de estos conocimientos. Este modelo parcialmente se conservó en la geografía europea hasta el siglo XIX. Es decir, apenas hace poco tiempo, durante la com- posición de los mapas geográficos, el sur era colocado arriba en calidad de indi- cador de la dirección del movimiento. El norte, respectivamente, se encontraba abajo. Tal posición es mostrada, en particular, en los mapas de Francis Drake, Alcide d’Orbigny, entre otros. Aquí se debe notar que la tradición “natural” para la percepción de la imagen del espacio en los mapas y los esquemas coexistía perfectamente con la percepción “girada” de la Tierra dentro de la esfera armilar, idea que fue pensada por Claudio Ptolomeo ya desde el principio de nuestra era.
La noción de atrás-abajo era la antípoda de la pareja adelante-arriba ya desde la etapa de la formación de la imagen del mundo. Y esta reflexión fue la base para la estructuración del mundo de los vivos y el de los muertos. El cielo nocturno observable junto con el polo celeste (“que desaparece detrás” para los mayas) corresponde a “la parte inferior” ya solo porque su observación es realizada por la noche, pero el polo en el cielo nocturno de todas maneras está situado arriba. Por eso, el eslabón de enlace entre la parte inferior y la superior en la formación de las nociones mitológicas es la ausencia del sol. Se forma el esquema, que sigue vivo hasta ahora: el sol es vida y realidad, y su ausencia es la muerte y el mundo del más allá. La parte superior y la parte inferior son inaccesibles para las perso- nas vivas comunes y por eso corresponden al espacio del más allá. Los chinos, que vinculaban el país de los muertos con las montañas, creían al mismo tiempo que la montaña se encuentra en el norte. Por ello, las almas de los dignatarios importantes debían habitar en las estrellas ubicadas alrededor de la estrella polar.
De esa forma se integraron dos complejos de nociones abstractas-concretas:
adelante - arriba - a la izquierda - sur - hoy
atrás - abajo - a la derecha - norte - hace mucho tiempo.
En las concepciones de los nganasanes y de los yukaguiros, el norte es vinculado con la noción de “abajo” y las desviaciones nordeste/noroeste no tienen significado. En la lengua de los nganasanes para expresar la noción “derecha” se usa la palabra “la espalda” y, para “izquierda”, “la cara”.
Un esquema análogo de la unión de las nociones “arriba-sur” se puede ver también en la antigua tradición china del feng shui según la cual el cementerio debe ser protegido por un terraplén semicircular por el occidente, el norte y el este, mientras que en el sur no hay necesidad de tal defensa “puesto que de este lado no hay por qué temer influencias nocivas”. La fachada de las casas y los templos en China debe ser dirigida también hacia el sur. En el universo de los chinos existía una identidad asociativa:
norte - invierno - tortuga (estrellas del norte) - oscuridad - sueño - muerte
Para los nganasanes (como para los lejanos mayas en el otro continente) el sur simboliza el movimiento hacia delante, el lado de la entrada. El este —el lado del día— se encontraba a la izquierda, lo que todavía a principios del siglo se reflejaba en el rito de tonsurar el omóplato izquierdo de los renos. El lado derecho hienide se consideraba como el lado de la noche, “a donde se van las personas cuando mueren”. La misma palabra “izquierda” se vinculaba con la noción de la vida y el crecimiento, mientras que la “derecha” significaba “caer”, lo que tam- bién estaba relacionado con la noción de la noche. G. N. Gracheva (1993) llegó a la conclusión de que existen “bases para reconstruir con profundidad la inte- lección del movimiento hacia el sur como un movimiento hacia adelante”. Datos semejantes fueron recogidos por el mismo autor entre los yukaguiros, entre los que destacan los siguientes bloques de nociones: sur/este: izquierda-cara-adelan- te-arriba-vivo-movimiento de izquierda a derecha (siguiendo al sol); norte/oeste: derecha-espalda-atrás-abajo-muerto-movimiento de derecha a izquierda (contra el sol, siguiendo a la luna). Todas estas conclusiones serían imposibles sin el uso de datos lingüísticos.
Como vemos, la revelación de cada aspecto del tema determina su propio conjunto de disciplinas integradas, descubriendo y separando lo general y lo indi- vidual en la visión espiritual de etnias geográficamente separadas y con desarrollo independiente. Tal enfoque permite evitar conclusiones erróneas sobre “herencias culturales” y “dependencias”.
Como ya lo hemos señalado, gracias a este enfoque universal sobre los sistemas de la comunicación humana, Knórosov distinguió teóricamente distintos tipos de señalización, así como su esencia y funciones, y los definió como medio de coordinación entre los elementos de un sistema dado. Aquí la generación de la señal por un miembro del sistema resulta ser una orden que supone la realización de una acción (reacción) por parte del destinatario; el reforzamiento de la influen- cia para el incremento en la ejecución de la orden corresponde a lo que Knórosov llamó fascinación (Knórosov 1973a: 328, 331).
Con el fin de revelar y reconstruir los primeros (perdidos) sistemas de signos de las etnias del mundo, el Grupo de Semiótica Étnica bajo la dirección de Knórosov realizó un trabajo integral de desciframiento de sistemas antiguos de escritura: kitán (Knórosov 1964), protoindio (Knórosov 1965; Knórosov et al. 1981), peruano antiguo (Knórosov y Fiódorova 1970), rapanui (Knórosov 1956; Fiódorova 1978), la pictografía de los ainos (Knórosov et al. 1984) y, claro, la escritura jeroglífica maya para entonces ya descifrada (Knórosov 1952, 1963). Los sistemas históricos de escritura pertenecían a diferentes períodos: el protoindio fue creado en el territorio de India y Pakistán en el tercer milenio a. C.; la escritura maya se formó en el primer milenio d.C. (sin embargo, las bases de la escritura mesoamericana fueron establecidas durante el primer milenio a.C.) en el territorio de los actuales, México, Guatemala y Belice; las inscripciones kitán aparecieron
en Mongolia en los siglos IX–XII; los textos rapanui fueron anotados en tablillas de madera kohau rongorongo en la isla de Pascua en los siglos XVIII–XX. Los ainos que poblaban la península de Sajalín, las islas Kuriles y Hokkaido, en el siglo XIX pintaban con pictogramas sus tradicionales ikunisi (instrumentos de madera para sostener el bigote) aunque la propia pictografía de los ainos se formó mucho antes de esto, desde los primeros siglos de nuestra era.
I. K. Fiódorova, una de las colaboradoras del Grupo de Semiótica Étnica, consideraba que el grupo era “una verdadera escuela y un centro de descifra- miento”. Sin embargo, es completamente evidente que la noción de semiótica étnica que tenía Knórosov era mucho más amplia. No es para nada casual que la geografía de los objetos de estudio abarcaba todos los continentes y culturas tipológicamente diferentes, lo cual era también muy importante para las conclu- siones teóricas de Knórosov quien buscaba las leyes de aparición y desarrollo de los sistemas de creación y transmisión de información.
Como ya se señaló, los trabajos dedicados al desciframiento de la escritura de la isla de Pascua, del Gran Liao, del sistema protoindio, fueron publicados en 1982 en una compilación con un nombre especialmente pensado por Knórosov para subrayar el interés por objetos que quedaban fuera de los marcos tradicio- nales del interés científico: Sistemas olvidados de escritura (Knórosov 1982a). Su artículo, que abre la compilación, fue titulado Textos desconocidos (Knórosov 1982b). Es precisamente allí donde fueron propuestas las nociones básicas en la esfera de los estudios de la semiótica étnica y las etapas básicas del proceso de formación de la comunicación y el desarrollo de los sistemas de signos. Knórosov, con su característica forma “telegráfica” de exponer, destacó las principales etapas de la formación de la comunicación y del desarrollo de los sistemas de signos (Knórosov 1982b: 3):
Después del surgimiento del habla, que volvió el medio fundamental para la transmisión de mensajes, surgió la necesidad de un tipo específico de señalización visual que fijara el mensaje sobre algún material para un receptor ausente. La transmisión del mensaje sobre una situación se logró por medio de la copia de lo que el observador ve (o imagina). El receptor, al observar la copia de la situación, obtiene aproximadamente la misma idea que el observador-inductor. Cada situación puede ser descrita por medio de una cantidad indefinida de frases.
Durante el copiado frecuentemente se usaba la proyección del contorno sobre el plano. Se excluían los objetos que, según el dibujante, no tenían relación con la situación copiada o que no tenían importancia, se perdían una serie de rasgos y se daba una transmisión aproximada del contorno (dentro de los límites que permiten la identificación).
Más adelante se señalan las etapas de aparición y desarrollo de la pictografía, las condiciones del surgimiento de la escritura, las características de distintos tipos de escritura, las peculiaridades de la interacción entre la lengua y el texto antiguos. Una sección especial es dedicada al trabajo práctico con el texto antiguo, escrito en una lengua desconocida con escritura desconocida (Knórosov 1982b: 5):
El estudio del texto requiere de su formalización. Ante todo, el texto tiene que ser trans- crito con signos estándares. En calidad de estos últimos pueden ser usados signos estan- darizados de la escritura estudiada, pero también (para la comodidad del procesamiento y publicación) signos convencionales (las cifras, las letras). Dicho trabajo requiere no solamente de una gran exactitud sino también de la adquisición de habilidades especiales: el dominio de los caracteres dados y de la caligrafía individual. La elaboración de la trans- cripción presupone el reconocimiento de todas las variaciones de las grafías incluyendo los grafemas semi-borrados y deformados, la recuperación de los lugares perdidos, la detección de los errores y la inserción de interpolaciones. Este trabajo generalmente no finaliza al momento del desciframiento, sino que continúa durante y después del proceso de desciframiento.
Knórosov expuso también las peculiaridades de su enfoque, el cual presupone tomar en cuenta las singularidades psicofisiológicas y etno-culturales, mismas que se definen por las cualidades del cerebro humano para distinguir los morfemas y sus combinaciones en calidad de unidades semánticas mínimas de la lengua, mismas que son los referentes críticos del signo de la escritura. Knórosov (1982b: 6) además precisó:
Para comodidad de la investigación, es conveniente considerar al texto como una serie de morfemas dispuestos en la secuencia que le es propia a la lengua dada. El número total de morfemas en cualquier lengua no depende de la cantidad de fonemas y no excede de 1500 simultáneamente. La estabilidad de la cantidad de morfemas se determina a partir de las particularidades del cerebro humano. El exceso crítico de la cantidad provoca difi- cultades para la memorización (memoria operativa). A su vez, la disminución significativa del número de morfemas trae consigo el alargamiento de las formas de palabras y crea dificultades para su reconocimiento (es decir, para la percepción del habla). El número posible de combinaciones de fonemas está marcadamente restringido por las reglas de formación de morfemas en la lengua dada (limitaciones determinadas). El morfema es la unidad mínima semántica de la lengua y por eso generalmente es el referente mínimo del signo de la escritura. Cada grupo de morfemas idénticos se caracteriza por las posiciones (la ubicación) de estos morfemas en la serie y por la frecuencia.
La última sección del artículo toca los problemas y métodos de la etapa final del
desciframiento (Knórosov 1982b: 9-10):
El estudio de la morfología y sintaxis y la clasificación de los bloques dan la posibi- lidad de desarrollar el estudio del léxico de los textos desconocidos. Al pasar a la lec- tura fonética, un papel crucial lo pueden jugar las lecturas convencionales de los signos establecidas al comparar los indicadores gramaticales de la lengua estudiada y los de la descendiente. Sin embargo, la lectura fonética de las palabras en muchas ocasiones no da la posibilidad de determinar su sentido. Para el estudio exitoso de un vocabulario desco- nocido se requieren diccionarios especiales de morfemas de la lengua descendiente y un estudio detallado de los cambios fonéticos. Además, incluso en aquellos casos cuando la traducción es completamente posible, el texto permanece incomprensible a causa de una total ininteligibilidad. Para otorgar sentido a los textos antiguos es necesario, además de la traducción gramatical, también un comentario amplio y detallado. La elaboración de tal traducción comentada ya sale del marco del estudio formal de los textos y, sin duda, requiere la utilización de toda la información adicional posible.
El esquema de desciframiento según el método de Knórosov se muestra en el artí- culo de G. S. Avakiants (1986) dedicado a la aplicación práctica de los métodos de la estadística posicional:
Traducción filológica del texto
La cuestión de la correlación de la lectura fonética de un texto desconocido y su comprensión adecuada se vuelve quizás clave en la investigación de los tex- tos antiguos. En cierta medida, y en ocasiones por completo, con el paso de los milenios y siglos se pierde el contexto etno-cultural. E incluso pareciera que las palabras comprensibles no pueden ser comprendidas correctamente, llevando al surgimiento de numerosas interpretaciones semánticas libres.
Incluso la tradición ininterrumpida de trabajo con los textos del Nuevo y Viejo Testamento resulta que lleva a contradicciones paradójicas que exigen cons- tantes “aclaraciones”, resoluciones sobre la comprensión correcta, revisiones de las interpretaciones del texto. Acerca de esto atestiguan las irascibles disputas iniciadas entre los fieles cristianos ya desde los primeros siglos de nuestra era y que continúan hasta el día de hoy. El proceso se agravó debido al desplazamiento del cristianismo de una región etno-cultural a otras completamente distintas. Como resultado, la iglesia ortodoxa se limita a reconocer exclusivamente los dogmas cristianos antiguos con el fin de evitar conflictos interpretativos. La Iglesia Católica Romana decidió aceptar nuevos dogmas como, por ejemplo, en 1950 fue aceptado el dogma de la asunción de la Virgen María al Cielo. Por otro lado, no es fortuito que muchos teó- logos modernos insistan en el uso de un nuevo lenguaje teológico para expresar e interpretar los viejos dogmas. Todos reconocen que los pensamientos teológico y científico-filosófico tampoco se detienen. Todo esto está causado por el hecho de que
las interpretaciones utilizadas por el cristianismo en el contexto cultural moderno ya
no se ajustan a la realidad y requieren de una “adaptación” original.
Incluso dentro de una tradición escrita continua, la comprensión de un texto se pierde ya solo con el perfeccionamiento de la propia escritura, el cambio del contexto cultural general y el inevitable desarrollo de la lengua. Para ilustrar dicho proceso podemos mencionar los diversos ejemplos que en su destacable trabajo La escritura japonesa desde sus orígenes hasta nuestros días presenta Kadzuaki Sudo (2006) de semejantes interrupciones semánticas al momento de traducir. En particular, el autor examina los efectos del período de transición del texto jeroglífico chino a la escritura japonesa, concluido a grandes rasgos en el siglo Х, usando como ejemplo los textos de la antología de la poesía japonesa llamada Man’yōshū. Para entonces, como señala el autor, los japoneses olvidaron cómo leer los textos escritos con el sistema transicional man’yōgana (Sudo 2006: 34). Este tipo de escritura, como lo señala el autor, no tenía normas rigurosas de anotación y permitía la existencia de variantes de ortografía (el principio: “un jeroglífico — una sílaba”20 y el principio cuando dos jeroglíficos representan una sílaba o un jeroglífico representa 2–3 sílabas). Como resultado, después de algún tiempo aparecen modos completamente diferentes de lectura y, por consiguiente, de interpretación de la escritura. Un mismo texto (de la antología Man’yōshū) es posible de leer e interpretar de formas diferentes. En el siglo XIII el monje Sen- gaku proporciona la siguiente traducción (Sudo 2006: 31-33):
A la luna nocturna
levanté mi mirada y pregunté:
“Mi querido
parte de viaje,
oh, ¿cuándo nos encontraremos de nuevo?”
Tres siglos después, en el siglo XVII, el monje Keytyu propone otra transcripción y traducción (Sudo 2006: 31-33):
¡Oh, nubes! No cubran la luna nocturna,
la estoy admirando, estando bajo las ramas del roble,
ahí donde estaba antes mi querido.
Es evidente que la cantidad de problemas y tareas al trabajar con lenguas antiguas y escrituras olvidadas aumenta considerablemente. Knórosov durante el descifra- miento de la escritura maya y el trabajo con los manuscritos jeroglíficos prestaba especial atención a estos lugares “nodales”, sin los cuales no es posible ni la
20 Es muy notorio que en la edición en ruso usada por nosotros de Kadzuaki Sudo hay una errata evidente en la página 31: en lugar del principio “un jeroglífico — una sílaba” el editor coloca erróneamente (aunque más claro para un lector no familiarizado con la escritura japonesa) “un jeroglífico — un sonido”. Pero en el texto los sonidos están registrados y su cantidad supera por casi el doble a la cantidad de los signos citados.
comprensión correcta, ni la traducción adecuada del texto. De esta manera se determinó la necesidad de un enfoque interdisciplinario amplio.
En 1986 el grupo de Knórosov publica el libro Sistemas antiguos de escri- tura: Semiótica étnica (Knórosov 1986). En el prefacio, Knórosov, con su parti- cular estilo “telegráfico” según sus propias palabras, señala las principales tareas y direcciones de las investigaciones:
• Las bases teóricas del estudio de los sistemas naturales de comunicación, incluyendo el desarrollo del sistema comunicativo del hombre,
• El desarrollo de los sistemas naturales de comunicación como rasgo de civilización,
• La dependencia del nivel de desarrollo del sistema comunicativo del nivel de desarrollo de la sociedad,
• La caracterización histórica de los sistemas escritos,
• El desciframiento de los sistemas de escritura,
• La paleografía y la lingüística.
Estos asuntos fueron desarrollados de una forma u otra por los autores de los artículos de la compilación. Lo que es muy importante es que en general todos estos artículos eran el resultado práctico del trabajo con los textos sobre la base de la metodología de Knórosov.
No es casualidad que el libro abriera con el artículo de N. M. Guirenko (1986) Sincronía y diacronía (aproximación al problema de la interpretación de los fenó- menos culturales). El autor examina el problema global de la reconstrucción de las actividades humanas pretéritas (“los fenómenos de la realidad objetiva”) a través del sistema de designaciones creadas por él para estos fenómenos en el sistema científico de conocimientos (Guirenko 1986: 6-7):
La reconstrucción, o sea la comprensión del pasado, como modelo ideal, es imposible sin el desarrollo de un sistema de concepciones y definiciones para la interpretación de fenó- menos sistematizados, para la construcción de un modelo en el que los datos empíricos se encuentren en una interrelación fundamentada. La comprensión del proceso histórico en cualquiera de sus manifestaciones supone como mínimo dos partes: datos empíricos y medios adecuados para su interpretación. Es evidente que estas dos partes deben ser presentadas sistémicamente al igual que su correlación. En este aspecto, las reconstruc- ciones históricas encuentran cierta semejanza con las interpretaciones de los sistemas antiguos de escritura y con las interpretaciones de los textos antiguos.
N. M. Guirenko de manera completamente justa llamaba a que, durante la realiza- ción del análisis etnosemiótico, se tomaran en consideración factores tales como la multiestratificación del sustrato cultural en cuyos marcos se forma uno u otro fenómeno. Y también el problema de la diacronía, cuando los fenómenos, al desa- rrollarse en el transcurso del tiempo, deben modificarse conforme al desarrollo del sistema social en conjunto.
Estos problemas quedan claramente señalados al estudiar prácticamente cualquier aspecto de la cultura de toda etnia, sobre todo las que han tenido una rica historia de desarrollo. En los comentarios (parte obligatoria de cualquier traducción de un texto antiguo), que Knórosov compuso durante la traducción de los manuscritos mayas, se nota varias veces aquel hecho de que la cultura maya tenía más de mil años de agitada historia. Esto es un período muy grande (sin contar el largo período anterior de existencia de la cultura mesoamericana pariente genéticamente) para numerosas modificaciones, aparición de variantes, pérdida de algunas tradiciones y aparición de nuevas, a veces adoptadas, en todas las esferas de la vida cultural: la lengua, los ritos, la religión, el sistema político, la economía, etc. Aunque se debe notar que siempre permanecen ciertos elemen- tos principales o universales, que no se someten ni a las transformaciones, ni a la revisión substancial.
Entre estos elementos se encuentran en cualquier cultura conceptos inva- riables, tales como la orientación psicofisiológica de las personas en el espacio. Por ejemplo, la distribución del espacio vivo y el espacio muerto vinculada con la percepción del Sol. Cabe señalar que la estabilidad y la universalidad de estas concepciones funcionan solamente para el hemisferio norte de la Tierra. Si nos dirigimos a los materiales de las culturas del hemisferio sur descubriremos tam- bién la universalidad, pero reflejada de manera espejada. Para un observador en el hemisferio sur, el espacio del Sol y la vida respectivamente no se relacionan con el sur sino con el norte, ya que el sur se queda “detrás” y señala al país de los muertos. Esto se observa bastante bien, por ejemplo, en el desarrollo de las culturas de la región Andina.
En general, si se sigue la orientación de las investigaciones de Knórosov, entonces la semiótica étnica se debe comprender como el estudio interdiscipli- nario de todos los niveles del sistema de comunicación universal del ser humano surgido con la aparición del homo sapiens, sistema manejado por su cerebro y que se reproduce en la sociedad a través de la educación de los niños en el marco de determinada especificidad etno-cultural regional. Los niveles de la comunicación suponen sistemas de signos, tales como la gesticulación, el habla, la pictografía, la carta, los ritos y las costumbres, etc. Cada uno de los niveles atraviesa por su propia vía de desarrollo, volviéndose más complejos con cada etapa. La definición de la semiótica como “étnica” tiene una gran importancia para la comprensión de aquellas distinciones en las variantes y tipos de sistemas de comunicación entre las regiones del mundo. Esto sucede solamente desde aquella etapa de desarrollo de las sociedades humanas, cuando por primera vez se hace posible distinguir rasgos étnicos. El paleolítico, de acuerdo con los vestigios culturales conservados, apa- rece bastante homogéneo en todas las regiones del mundo y por ello resulta como si estuviera “al margen de lo étnico” aunque atado a un contexto natural específico.
Es necesario notar que la corriente magistral interdisciplinaria de la semió- tica étnica, apuntada por Knórosov, atrajo a otros investigadores para intentar analizar fenómenos particulares. Así, a principios de la década de 1970 el tema fue tratado por Y. S. Stepanov (1971) y, a finales de la década de 1980, por Ivanov (1989) en un artículo homónimo. Hacia la década de 1980 la semiótica en general se convirtió en la corriente científica en boga. Ivanov mostró los enfoques básicos de la siguiente manera: desde la identificación ingenua del cambio “de los valores sociales y materiales” con la actividad ritual “que equivale al arte en la sociedad moderna” hasta las concepciones sobre la formación “de un sistema de signos íntegro y universal” en donde entra “la lengua natural, el lenguaje de los gestos y otros modos materiales de información” (Ivanov 1989: 38).
Los puntos de vista expresados en el artículo se distinguían por cierto eclecticismo, lo que es característico para el período del planteamiento del pro- blema. Aquí están los personajes de S. Eisenstein y de Disney, las concepciones sobre los “arquetipos” de Freud y su trabajo “Tótem y tabú”, los materiales etno- gráficos de A. N. Zolotarév y S. P. Krashenínnikov, la épica clásica antigua, las discusiones de Lévy-Bruhl y Marr, así como también el análisis de L. S. Vigotski sobre los personajes de “La guerra y la paz” y sobre las reminiscencias de manipu- laciones arcaicas en el trabajo “El trastorno de la percepción por la esquizofrenia” (Vigotsky 1956). Las ideas de Eisenstein y Vigotski, expresadas en los años de 1930, eran, según Ivanov, “acordes con las concepciones contemporáneas21 sobre el papel de los sistemas semióticos (de signos) y la cibernética”. Se subraya la importancia que Vigotski atribuía a la lengua y a las posibilidades de manejar la conducta humana (Ivanov 1989: 44-45). De hecho, esta idea sigue la dirección que fue expresada por V. M. Béjterev a principios del siglo ХХ, lo que se ha ventilado en publicaciones anteriores (Ershova 2012).
A pesar de que las investigaciones que han tenido lugar en el campo de la semiótica étnica durante las últimas décadas muestran exitosos resultados, está completamente claro que la riqueza etno-cultural del mundo y la dinámica histó- rica de su desarrollo (así como la abundancia de información acumulada con la publicación constante de nuevos materiales etnográficos) requieren de subsiguien- tes investigaciones. Con relación a todo esto se puede esbozar las siguientes tareas:
• Desarrollar los postulados teóricos formulados por Knórosov sobre los procesos de origen y desarrollo de los sistemas de la comunicación, incluyendo el papel de la fascinación y teniendo en cuenta aspectos tales como: las variantes, los contextos, los motivos y los propósitos, el funcionamiento, la eficacia, el desarrollo y la sustitución en los sistemas de la comunicación;
• Siguiendo la necesidad formulada por Knórosov de insertar los monu-
21 Se refiere a los años cuando fue escrito el artículo. Nota de G. G. Ershova y A. Sheseña.
mentos escritos en su contexto etnohistórico, es necesario considerar y examinar las peculiaridades de la interconexión entre distintos sistemas de signos en etno-cultura dada, especialmente para comprender los datos que surgen como resultado de las traducciones de los textos escritos leídos;
• Con relación al punto anterior, atraer a la investigación los sistemas no lingüísticos, tales como los ritos y las costumbres para lograr una apre- ciación más completa del proceso de la comunicación;
• Con base en la función de mando característica de las señales, expuesta por Knórosov, prestar atención al nivel pragmático de los sistemas de comunicación. Un punto importante en este plano resulta la investiga- ción sobre la retórica;
• Tener en cuenta un enfoque diacrónico;
• Acercarse al estudio del desarrollo de los sistemas de signos en contextos de interacción étnica (sincretismo), lo que resulta especialmente actual, en particular, para el estudio del tema de los sistemas de signos indígenas después de la conquista española.
Este tema era de espacial interés en las investigaciones de Knórosov. Los sistemas de comunicación, formados en el marco de determinado contexto cultural, poseen leyes internas de desarrollo. Así, por ejemplo, es posible seguir el desarrollo de la rama mesoamericana de escritura con ayuda de los materiales del surgimiento y transformación de los sistemas de escritura regionales: epiolmeca, Río Blanco, zapoteca, maya, azteca, etc. La base única fue creativamente transformada en culturas diferentes para lenguas diferentes, tanto en el tipo de escritura (el uso de los principios fonético, ideográfico, y probablemente, mixto), como en el desa- rrollo de la gráfica. Con la conquista española surge la necesidad de la interac- ción entre los portadores de una tradición cultural propia, incluyendo la escrita, con contenidos informativos ajenos. Los misioneros prueban dos métodos. Al principio tratan de usar la tradición escrita de los indígenas para la transmisión del contenido informativo europeo. Esta vía resulta ser demasiado complicada e irrealizable debido a la ausencia para este tiempo de gente alfabetizada, y también por la imposibilidad de transmitir un complejo sistema de nociones abstractas ajenas (Aunque con anticipación se realiza la búsqueda de correlaciones entre el conjunto de nociones cristianas y el sistema de términos espirituales mayas). Como resultado, los misioneros llegan a la conclusión de la necesidad de crear nuevos sistemas de signos que permitieran transmitir el contenido cultural ajeno. En particular, tuvieron que tomar en cuenta la correlación fonética de los signos con respecto a la lengua de los indígenas. Knórosov en el artículo La antigua escritura peruana: problemas e hipótesis (Knórosov y Fiódorova 1970) analiza, en particular, los problemas con los que se encontraron los misioneros al rela- cionarse con portadores de otra tradición epigráfica. Quedó inédito un extenso artículo sobre los sistemas de escritura americanos incluyendo los inventados en
el período colonial con el objeto de catequización de los indígenas. En el artículo Knórosov examina, en particular, aquellos sistemas artificiales de anotación de textos que creaban los misioneros en diferentes regiones del continente con base en las tradiciones locales. En estos modelos se divisan claramente aquellos proble- mas que debían ser resueltos. En primer lugar, la introducción de nuevas nociones abstractas mediante el uso de paralelos convencionales. En segundo lugar, el uso de signos con base en la pictografía local. En tercer lugar, en ocasiones una intencional evasión del fonetismo y de las complicaciones gramaticales, lo que permitía operar exclusivamente con las nociones.
Continuamos con las tareas:
• A partir de las bases metodológicas generales determinadas por Knóro- sov, elaborar métodos especiales para tareas específicas en la semiótica étnica; y
• Elaborar un modelo formal del análisis etnosemiótico de los fenómenos culturales que debe basarse en la función de los sistemas de signos.
En general el sistema base de signos puede ser dividido en dos grupos principales:
1) Signos no fijos (los que poseen efecto corto, breve en tiempo y cantidad reducida de observadores-destinatarios): signos mímicos, corporales (gesticulación), cinestésicos (motrices, dancísticos), sonoros, vocales, melódicos.
No es casual que el grupo de los signos no fijos resulte ser la base para las prácticas psicoterapéuticas, tales como la hipnosis, la psicoterapia, la terapia motriz-dan- cística, la terapia de arte (música), la terapia visual. Por un lado, estos son los modelos base de la comunicación, y por el otro, son las bases del comportamiento humano, directamente inherentes de la persona.
2) Signos fijos (los que poseen efecto ampliado al máximo en el tiempo con cantidad ilimitada de destinatarios) que se encuentran en el mismo campo informativo-cultural: maquetas (incluyendo la escultura y la arquitectura), vestimenta-ornamento-adornos-tatuaje-símbolos, los dibujos, la escritura (anotaciones profesionales: matemáticas, químicas, musicales, etc.).
Es decir, el desarrollo de los medios de comunicación se mueve por el camino del incremento del efecto temporal sobre la cantidad máxima de destinatarios. Parale- lamente, surge el problema de la restricción del número permitido de destinatarios y la preparación especial (enseñanza) de estos.
Se debe notar que tales medios como la fotografía, el audio y la video- grabación, el internet y todo lo que todavía será inventado, son solamente adap- taciones tecnológicas para poder transmitir la información base fija con mayor exactitud, en mayor volumen y con mayor velocidad al máximo número de des- tinatarios. Por supuesto que el desarrollo de la tecnología permite fijar signos no fijos, cambiando así su categoría. Sin embargo, en este caso su papel funcional en general no cambia.
Al llevar a cabo el análisis de un complejo acabado de espacio informa- tivo organizado (ciudad, centro ritual) se debe distinguir, desde la posición de la diacronía, varios niveles para la interpretación, cada uno de los cuales exige su propio enfoque:
1) La actividad informativa inicial vinculada con la creación de maque- tas artificiales en el paisaje natural. Es indispensable para ello como condición la presencia física de niveles y ambientes, por ello se usan preferentemente cuevas, montañas, ríos. En el caso de un relieve plano son edificadas construcciones elevadas.
2) La concepción del desarrollo de la forma, cuando la redondeada precede a la rectangular.
3) La consideración de los tres niveles del universo.
4) La elección entre las proyecciones horizontales y las verticales del universo.
Ahora bien, si antes hablamos sobre los tipos de información según el tiempo de efecto y la envergadura de la audiencia, ahora se debe tomar en consideración también los tipos de conocimiento abstracto plasmado, en cuyo grupo entran:
• El materialmente alcanzable (una montaña se representa a través de una pirámide);
• El materialmente inalcanzable (el cosmos representado a través de cier- tos objetos);
• La organización de lo materialmente inalcanzable (la astronomía);
• El imaginable sobre lo material-inmaterial (la unión del mundo real con el más allá, por ejemplo: entierros, laberintos, etc.);
• El inmaterial (las nociones religiosas);
• La organización de lo inmaterial (el sistema social, el sistema de parentesco);
• Las tecnologías;
• La abstracción pura, misma que requiere poseer su propio metalenguaje (las matemáticas);
• Las emociones estimuladas, la fascinación (las dimensiones de las cons- trucciones, los efectos de luz y sonido, las ilusiones ópticas, etc.).
Todos estos aspectos de los objetos analizados están presentes en el espacio cul- tural de cualquier etnia. Pero cada etnia crea su propia y única forma de expresión de esta información. De esta manera, en las tareas de la semiótica étnica entra un análisis formal que incluye:
1) La definición del fin funcional del objeto;
2) La definición del contexto cultural;
3) La identificación y el análisis diacrónico de los orígenes de la forma
usada para la transmisión material de la información.
Actualmente la semiótica étnica se ha convertido en objeto de investigaciones en el Centro de Estudios Mesoamericanos de Moscú “Yuri Knórosov” y en el Cen- tro de Investigaciones Interdisciplinarias Humanísticas, ambos de la Universidad Estatal Rusa de Humanidades. En el presente capítulo hemos tratado de exponer algunas posturas generales de la teoría de Knórosov, completándolas con el plan de investigaciones subsiguientes. ֍
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