Dossier
Recepción: 05 Mayo 2024
Aprobación: 27 Noviembre 2024
Mayo de 1997. La Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY se ubicaba en aquella antigua y arbolada casona de la calle 76, en el centro de la ciudad de Mérida. Fue entonces cuando el último gran genio del Siglo XX, el epigrafista ruso Yuri Knórosov, acudió a nuestra Facultad para impartir una conferencia magistral y recibir un reconocimiento por el invaluable aporte de su investigación para la cultura maya.
Fue recibido por el rector en turno, Mtro. Carlos Pasos Novelo, y por el entonces director de la Facultad, Dr. Delfín Quezada Domínguez, quien a propó- sito de este número especial dedicado a la memoria de Knórosov, nos concede esta entrevista en la que relata algunos detalles acerca de ese importante aconte- cimiento en la historia de nuestra Facultad. Y a la vez expone de manera sucinta la teoría de Knórosov sobre la concepción de los glifos mayas como bloques silá- bicos y morfológicos, lo cual permitió una lectura revolucionaria, completamente distinta a lo establecido por los cánones arqueológicos para el desciframiento de la epigrafía maya.
- ¿Es verdad que, hasta antes de la visita a nuestra Facultad, Yuri Knórosov nunca había estado en Yucatán? ¿Cómo se estableció el contacto con él?
- Así es. No había visitado Yucatán. Había estado en Teotihuacán, y en Quintana Roo… Estando en un evento académico al que acudí con el Mtro. Carlos Evia, en Quintana Roo, organizado por el grupo Xcaret, conocimos a la Dra. Galina Ershova, su discípula, y a raíz de eso hicimos gestiones para invitarlo a la Facultad. Ella fue nuestro puente de contacto con el Dr. Knórosov.
La reconocida investigadora Galina Ershova – hoy directora del Centro de Estudios Mesoamericanos Yuri Knórosov y el Centro de Estudios Mayas Yuri Knórosov – con quien mantuvo una estrecha relación académica, fue una pieza clave para que la visita pudiera realizarse, pues además de ser el vínculo con Knórosov, también fungía como traductora de este, quien únicamente se expresaba en ruso, pues no hablaba español, ni inglés.
- Entonces se ajustan las fechas en el calendario, el horario, los vuelos. Se planifica la actividad y llega el gran día: el arribo de Yuri Knórosov. Supongo que lo fueron a recibir al aeropuerto. ¿Cuál fue tu impresión al conocer en persona al gran genio de la epigrafía maya?
- Pues realmente para mí fue un orgullo. Primero, tenerlo como univer- sitario. Y también como investigador, pues ya conocía su obra desde la Escuela Nacional de Antropología, porque siempre lo mencionaban los profesores de arqueología y etnohistoria, que lo reconocían como uno de los pioneros del desciframiento de los glifos mayas. Entonces, cuando lo veo, no sé cómo expresar la emoción de conocer a este gran científico social, que realmente nos dio a todos los estudiosos de la cultura maya una especie de Piedra de Rosetta para descifrar la escritura maya.
- En este punto, uno de los aspectos que destaca de entre los aportes de Knórosov es su concepción sobre la escritura maya. Él sostenía que los glifos no eran solamente ideográficos, sino silábicos. Eran fonéticos, e incluso silábico-morfémicos, es decir, que lo más importante en los signos eran el fonetismo, la lectura silábica e incluso los morfemas.
- Sí. Antes dominaba la idea de Thompson de que los glifos mayas eran aislados y que se necesitaba interpretarlos; pero Yuri Knórosov apunta que no era así. Por su forma, el signo podía representar un cartucho o un objeto. Lo fonético y lo silábico formaban parte de la escritura maya. Y esa es la esencia de su propuesta porque todo el mundo, desde Thompson hasta Michael Coe, querían estudiar los glifos desde un punto de vista aislado. Y Knórosov se da cuenta de que un cartucho (el glifo, así lo va a llamar), no representaba una idea, sino que se leía como sílaba. El grupo de signos formaba palabras y frases. Aunque esta idea no la aceptaron muchos arqueólogos norteamericanos, hasta mucho más tarde.
Para entender el punto señalado por Quezada Domínguez se puede utilizar el ejemplo de la sílaba o logograma /Kah/ en maya, cuya paleografía lleva al “aleta de pescado” (o /kah/ en maya antiguo); que se lee como sílaba y como morfema, y que puede ser traducido de varias formas. Desde el punto de vista paleográfico, este glifo se representa visualmente como una aleta de pescado, o un pescado con aletas muy grandes, pero también se lee simplemente como la sílaba maya /kah/.
La visita
- Cuando llega a la Facultad, Knórosov, asiste por dos motivos: para dictar una conferencia magistral y para recibir un reconocimiento. ¿De qué trató la cátedra?
- La conferencia trató sobre su metodología. Y de cómo se interesó por la epigrafía maya, de la manera en que se acercó al estudio de esta cul- tura, que es el arranque de su investigación sobre la epigrafía universal, y cuando comienza a perfeccionarse en el estudio de la epigrafía maya. Él ya tenía un conocimiento previo sobre los mayas, específicamente del trabajo de los hermanos Villacorta.
En este punto, Quezada Domínguez se refiere a la obra Códices Mayas, de José Antonio Villacorta Calderón y Carlos A. Villacorta, la cual contenía reproduccio- nes de los códices de Dresde, Madrid y París, a los que tuvo acceso Knórosov en el principio de sus estudios por la epigrafía maya.
- Con respecto al reconocimiento que le otorga el rector, ¿qué decía la constancia? ¿Cuál fue el motivo del homenaje?
- Se le entregó un reconocimiento a su trayectoria como epigrafista y un reconocimiento de la Universidad a Knórosov en su investidura como científico universal, por haber aceptado la invitación que le hace la UADY. Es un documento muy sencillo, pero muy significativo para la Universidad y para la Facultad. Y él lo agradeció de manera profunda. Me acuerdo perfectamente. Y pues realmente fue un evento muy bonito y emotivo. El profesor Salvador Rodríguez Losa nos acompañó, también el Rector, Galina Ershova, y también nos acompañó prácticamente toda la plana de la Facultad, y profesores invitados. Vino público de Quintana Roo que estaban muy vinculados a su trabajo, sobre todo del grupo Xcaret.
Un paseo por Maní
Si bien la visita a la Facultad terminó con las fotografías para el recuerdo, el apretón de manos y la despedida del epigrafista ruso hacia los integrantes de la comunidad antropológica, no así para Quezada Domínguez quien, días después, acompañó a Knórosov, junto con Galina Ershova y su esposo, a un lugar emble- mático para el ruso y la fundamentación de su teoría: Maní, comunidad en la que se ubica el convento franciscano de Fray Diego de Landa, autor de La relación de las cosas de Yucatán, obra en la que se basa mucho de su trabajo.
- ¿Cuál es la reacción de Knórosov cuando conoce Maní, y cómo lo llevó? Finalmente era ya un hombre que rondaba los noventa años, y que venía de un clima totalmente distinto al nuestro, que se distingue por las altas temperaturas, sobre todo en mayo, cuando vino al Estado.
- Sí… Como dices. Queda totalmente impresionado de la magnitud del convento y de las piezas arqueológicas que se mantienen en el convento y alrededores. Y yo también pensé que llevarlo de lado a lado iba a ser muy cansado para él, pero estuvo con nosotros prácticamente cinco horas en Maní, y caminó por el pueblo. Subimos y caminamos por el convento. Nos recibió un párroco, platicó con él; e incluso hubo algunos guías de turista que trataron de hablarle de la cultura maya… Obviamente no sabían quién era.
El máximo aporte
- Indistintamente de la gran anécdota, para ti como investigador, como ex director de nuestra Facultad, ¿cuál consideras que es el gran aporte de Yuri Knórosov a los estudios de la cultura maya?
- Sin duda el haber dado los primeros pasos muy sólidos para descifrar la escritura maya epigráfica porque antes de él los códices eran evidencias arqueológicas. Lo mismo que las estelas. Con los aportes de Yuri Knórosov estos elementos se convierten en aportaciones históricas y lingüísticas. Ahora, gracias a la aportación de Knórosov ya tenemos el ochenta y cinco, casi el noventa por ciento del desciframiento de la epigrafía maya. Entonces el público ya puede leer los textos en las estelas, los códices, la historia familiar, la sucesión de gobiernos, cuando lo que antes se hacía era tratar de identificar elementos. Entonces pasamos de la lectura del ícono visual a un texto histórico. Ya no solo son evidencias arqueológicas, sino también evidencias históricas, con lo que en los últimos años se pudo profundizar en el conocimiento de la cultura maya en general. ֍
Imágenes de la conferencia dictada por el Dr. Yuri Knórosov (al centro) en el antiguo edificio de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY. Le acompañan el Dr. Delfín Quezada Domínguez; director en turno; el Mtro. Carlos Pasos Novelo, Rector de la UADY; la Dra. Galina Ershova, actual directora del Instituto Yuri Knórosov; y la Dra. Barbara Blaha Pfeiler, ex profesora de lingüística de la Facultad.
Imagen de la visita a Maní por parte del Dr. Yuri Knórosov. Le acompaña el Dr. Delfín Quezada Domínguez.