Resumen: El presente artículo expone los principales hallazgos de investigación sobre la producción científica acerca de la migración venezolana entre los años 2014 y 2021. Usando el método de análisis bibliométrico para observar el estado de la ciencia a nivel global sobre la movilidad transfronteriza venezolana, la investigación midió la producción científica con indicadores cuantitativos y analizó su contenido con indicadores cualitativos para identificar las principales tendencias temáticas sobre lo investigado en un amplio conjunto de ámbitos disciplinares. Finalmente, discute los resultados cualitativos mostrando los vacíos y retos que supone la consolidación de las líneas de investigación sobre la movilidad transfronteriza venezolana.
Palabras clave: Movilidad transfronteriza, migración venezolana, refugiados venezolanos, ciencia.
Abstract: This article presents the main research findings on scientific pro-duction on Venezuelan migration between 2014 and 2021. Using the bibliometric analysis method to observe the global state of science on Venezuelan cross-border mobility, the research measured scientific production with quantitative indicators and analyzed its content with qualitative indicators to identify the main thematic tendencies on what was investigated in a wide set of disciplinary fields. Finally, it discusses the qualitative results showing the gaps and challenges involved in con-solidating the lines of research on Venezuelan migration.
Keywords: Cross-border mobility, Venezuelan migration, Venezuelan refugees, science.
Migración - Movilidad Humana - Refugio y Trata de Personas
La movilidad transfronteriza venezolana en la producción académica: ¿Quiénes y qué dice la ciencia?
Venezuelan Cross-Border Mobility in Academic Production: Who and What does the Science Say?
Recepción: 07 Junio 2023
Recibido del documento revisado: 28 Junio 2023
Aprobación: 04 Julio 2023
Desde el incremento del proceso migratorio venezolano en el año 2014, los científicos colocaron su lente para ofrecer descripciones, análisis, comparaciones y/o predicciones. La Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela afirma que existen alrededor de 6 millones de migrantes y refugiados en el Mundo, de los cuales 5 millones están en Latinoamérica y el Caribe (R4V, abril 2022). Principalmente se encuentran en Colombia (1.8 M), Perú (1.3 M), Ecuador (500 mil), Chile (450 mil), Brasil (325 mil) y Argentina (170 mil). El proceso de movilidad transnacional se intensificó desde el año 2015, coincidente con la agudización de la crisis política venezolana tanto a nivel interno como internacional.
Durante estos primeros años, la población venezolana vino asentando y reconstruyendo su proyecto de vida mientras la salida de Venezuela en los años 2020 y 2021 fue disminuyendo (R4V, abril 2022). Actualmente, el número poblacional es relativamente estable, pasando del fenómeno de 'los caminantes' al 'asentamiento'. Los retos son incontables: la exclusión o limitación del sistema sanitario, dificultad de emplearse, la vinculación de personas cualificadas en trabajos no cualificados, padecer la violencia, la xenofobia y la exclusión y que la población venezolana ha visto profundizar en su contexto histórico. El fenómeno migratorio al impactar profundamente en las sociedades de destino también promovió una agenda académica y despertó el interés por descubrir aspectos relevantes para la vida de migrantes y refugiados y su relación con los nativos.
Los resultados de investigación sobre la migración venezolana publicados en revistas académicas se han convertido progresivamente en fuentes valiosas de información para nuevas investigaciones, insumo de acciones estatales, programas de cooperación internacional y discursos políticos. Tomados en conjunto, puede afirmarse que son la huella de un fenómeno histórico definido por las preguntas y resultados de investigación que, a la postre, elaboran -sin quererlo- un relato unitario sobre quiénes y cuántos son los migrantes, qué hacen, cómo se desplazan, cuáles son sus relaciones y qué les sucede en su proceso migratorio. Los relatos científicos, al fin de cuentas, ensamblan los fenómenos sociales y contribuyen a definir los conflictos o problemas por medio de la identificación y caracterización de las agrupaciones, sus discursos y sus relaciones de poder (Latour, 2001, 2008). Por esta razón, cobra relevancia observar al observador para comprender la construcción académica de la población migrante desde un conjunto de fuentes disciplinares a través del acceso de bases de datos online especializadas.
El presente trabajo expone los principales hallazgos de investigación sobre la producción científica abocada al particular fenómeno de la migración venezolana entre los años 2014 y 2021. El propósito es comprender la migración a través del método conocido como análisis bibliométrico, una herramienta para observar el estado de la ciencia a nivel global, que permite realizar el detallado recorrido bibliográfico con indicadores cuantitativos, medir la producción científica y caracterizar el contenido de las investigaciones (problemas y resultados) en un conjunto diversos de ámbitos disciplinares. También se realiza un análisis de tipo cualitativo para identificar las principales tendencias temáticas sobre las que se ha investigado y sus resultados.
Yoshiko Okubo (1997) afirma que la bibliometría es una herramienta para observar el estado de la ciencia y la tecnología a través de la producción global de literatura científica, en un determinado nivel de especialización, situar a un país en relación con el mundo, una institución en relación con un país e incluso a los científicos individuales en relación con sus propias comunidades. Con el paso del tiempo, la bibliometría se ha convertido en un término genérico para una amplia gama de medidas e indicadores, y aunque suele enfocarse como una herramienta útil a las decisiones de política científica de los Estados y las instituciones educativas, también se convierte en una forma de comprender la evolución de temáticas, intereses regionales y líneas de investigación en diferentes áreas del conocimiento.
Los indicadores bibliométricos son herramientas prácticas que reconocen los problemas de investigación y hallazgos investigativos que impactan o pretenden impactar dimensiones de la realidad social (Okubo, 1997). Los indicadores biblio-métricos establecen la variación cronológica de trabajos publicados año a año, la colaboración de las autoras/os o instituciones por países, el impacto o visibilidad de las publicaciones dentro de la comunidad científica internacional, la dispersión de las publicaciones científicas entre las diversas áreas, los acentos disciplinares o transdisciplinares de los problemas abordados (González de Dios & Hernández, 1997) y los relatos que construyen los problemas de investigación que establecen los retos esenciales de la sociedad frente a su proceso histórico.
Los productos científicos circulan en revistas científicas, académicas y profesionales a manera de vehículos que se desplazan por redes de conocimiento y se alojan en bases de datos funcionales a la transmisión del conocimiento, el aprendizaje, la comunicación de nuevos hallazgos, la divulgación de las ciencias y sus avances, o la promoción del desarrollo científico (Arbeláez & Onrubia, 2016). El análisis bibliométrico convierte dichos productos en objetos de estudio para "valorar la actividad científica en un campo específico en determinados períodos y su impacto" (Arbeláez & Onrubia, 2016, p. 17) e identificación de líneas temáticas, evaluación de bibliografías y de colecciones, descripción de la historia y sociología de la ciencia e identificación de los países, instituciones y autores según áreas e idiomas.
Los materiales de la presente investigación fueron rastreados en la plataforma SCOPUS, base de datos multidisciplinar que aparece en el año 2004 distribuida por el Grupo Elsevier (Elservier, 2020). Bajo las palabras claves de título, y resumen se usó la siguiente fórmula de búsqueda: TITLE-ABS-KEY (migrants AND venezuelan AND migration) AND (LIMIT-TO (PUBYEAR 2014- 2021). La fecha del año 2014 es acogida porque se registraron los principales movimientos humanos transfronterizos de personas venezolanas. Con esos criterios de búsqueda coincidieron un total de 75 documentos publicados entre 2014 y 2021.
El material fue capturado, sistematizado y distribuido en una matriz de cálculo con diferentes variables como el número de documentos publicados por año, tipo de documento, áreas temáticas, idioma de la publicación, número de citas por documento, sexo de las autoras/es, pertenencia institucional de las autoras/es y, finalmente, en el caso de documentos publicados en revista científica, la influencia que esta ha tenido con sus receptores, la relevancia científica y la articulación disciplinaria a través del cuartil del año de publicación, el index, país de la publicación y el JSR. La descripción de las unidades de estudio en clave cualitativa fueron abordadas por medio del análisis de texto usando el programa QDA Miner Lite para la identificación de variables, códigos y formulación de categorías.
Se encontraron un total de 75 documentos publicados entre los años 2014 y 2021, principalmente escritos en inglés (41), castellano (30) y portugués (3). Es una producción científica relativamente baja si se compara con fenómenos con más tradición como la migración africana, la del Este a Europa, la colombiana, ecuatoriana o boliviana hacia Estados Unidos. Del universo, un número de 56 documentos fueron artículos científicos asociados a las áreas temáticas de las ciencias sociales (24), medicina (23) y artes y humanidades (9).
El mayor número de artículos publicados fue en el año 2020, seguido del año 2021. Es evidente que para esta fecha hay una maduración de las líneas de investigación en migración y refugio. Vale aclarar que la fecha de corte del último año considerado fue junio de 2021 y que hubo un crecimiento que no fue registrado acá. Los últimos tres años permiten afirmar que hay un interés consolidado por los investigadores e instituciones, en buena medida porque el fenómeno de movilidad se ha sostenido en el tiempo mientras genera hechos sociales en nuevas geografías y con múltiples dimensiones.
El artículo académico que ha recibido un mayor número de citaciones ha sido Infectious disease implications of large-scale migration of Venezuelan nationals (2018) publicado en inglés en la revista del Reino Unido Journal of Travel Medicine, categorizada como Q1 y H-Index 59. El artículo describió los riesgos de enfermedades infecciosas que enfrentan los ciudadanos venezolanos evaluando los patrones de movilidad internacional de la población migrante a través de datos sobre eventos recientes de enfermedades infecciosas en Venezuela y entre migrantes venezolanos, así como sobre el país de residencia actual entre la población migrante. Según datos de Mendeley (Elservier, 2021) los lectores principales del artículo provienen de la Medicina y Odontología (50%), de las Ciencias Sociales (23%), Profesiones de enfermería y salud (14%), Ciencias Agrícolas y Biológicas (13%). El segundo artículo más citado proviene de las ciencias sociales titulado Quantifying international human mobility patterns using Facebook Network data (2019), que identificó la movilidad de migrantes venezolanos usando datos proporcionados por la plataforma Facebook. El documento fue publicado en una revista de los Estados Unidos PLoS ONE con los índices Q1 y H-Index 332. Los siguientes tres artículos están por debajo de las 10 citas y pertenecen al área temática de la medicina con publicaciones en revistas del Reino Unido (6 citas), Colombia (5 citas) y Reino Unido (5 citas), como se puede apreciar en la tabla.
Cincuenta artículos pertenecen a revistas indexadas en SJR y distribuidas en los siguientes niveles: 19 artículos en revistas cuartil Q1, 6 en revistas Q2, 16 en revistas Q3 y 9 en publicaciones Q4. Las revistas son como barcos que sirven para navegar en un casi infinito océano de conocimientos y el prestigio de los rankings influyen en la búsqueda y acceso. No puede afirmarse que fuera de aquellas jerarquizaciones no existan artículos de gran calidad, pero no hay duda que las ondas de la influencia pesan al momento de circular y apropiar el saber.
Al observar en conjunto, de los 75 documentos, 62 (entre los que se cuentan artículos, editoriales, conferencias, notas y cartas) se encuentran en revistas indexadas en el ranking SJR que es el indicador de influencia científica de la revista. Abajo se puede observar el Índice de influencia científica de las revistas SCImago Journal Rank -SJR en donde el 92% de los documentos publicados se mueven en la marca máxima del 1,960, es decir, que la mayoría de ellos se mueven en un bajo índice de revistas con influencia científica. Con mayor facilidad se pueden leer los indicadores de distribución en la siguiente gráfica.
El 92% de los documentos publicados se ubican en un índice de baja influencia tomando el ranking SJR de revistas.
Vale la pena contrastar el número de autores, sexo, el país al que pertenece la institución a la que se encuentran vinculados y los países de las revistas o editoriales a las que acuden a publicar. Según los indicadores bibliométricos, establecer los intereses académicos por regiones es una señal de impacto de los fenómenos estudiados sobre la sociedad local, mientras que el país de la editorial o revista muestra un interés por conocer el desarrollo de dichos eventos (Araújo & Arencibia, 2002; Okubo, 1997; Solano et al., 2009).
Los países donde más se investiga sobre la migración venezolana son Colombia, Estados Unidos, Perú, Chile, Brasil y Ecuador. Este dato fue establecido por la filiación institucional de las personas que firman los documentos. Hay una profunda coincidencia entre la producción del conocimiento y los lugares de destino y asentamiento de la población venezolana (R4V, 2021). Sin duda, el impacto de la realidad local sigue constituyendo para el mundo académico una prioridad a la hora de seleccionar sus eventos de estudio. Por su parte, las revistas del Reino Unido, Estados Unidos, España y Colombia son las que principalmente han acogido artículos para publicar los resultados sobre la migración venezolana.
Estos países suman 169 autores/as del total de 229. La participación de los hombres en este grupo principal de países es de 94 por 75 de las mujeres. En el total de investigadores/as que publicaron sus productos se encontró una relación porcentual de participación del 57% de hombres frente a un 43% de mujeres.
Por último, cabe destacar que las instituciones educativas o de investigación privadas, contadas por el número de autores/as al servicio de la investigación, han sido las más interesadas en abordar el fenómeno de la migración venezolana. Las instituciones públicas han dispuesto el 31,6% del total de investigadores. Las instituciones privadas representan el 53,9% y los Organismos Internacionales como ACNUR y UNICEF, el 13,6%, el restante 0,9% no se pudo determinar.
Los resultados cualitativos revelan los intereses de las investigaciones, pero sobre todo, ofrecen un diagrama de la realidad migratoria venezolana. Se encontró que la principal preocupación fue conocer la acción del Estado frente a la migración desde el punto de vista del poder ejecutivo, el cumplimiento de las leyes y la respuesta de los jueces. En segundo lugar, se investigó la construcción de la identidad de las personas migrantes, especialmente, por los medios de comunicación y su impacto. Por último, se llevaron a cabo estudios sobre estrategias de supervivencia, acceso a servicios de salud y educación, incluyendo la gestión de la COVID-19 y el impacto económico de la migración.
Las investigaciones coinciden en que el derecho migratorio y de los refugiados en América Latina se encuentra a la vanguardia al incorporar en su legislación nacional normas fundamentales de derechos humanos para los migrantes, así como definiciones amplias de refugio, tal como se establece en la Declaración de Cartagena de 1984 (Ferreira & Sant'Ana Bento, 2021; Gandini et al., 2020). Sin embargo, el cumplimiento de la ley decepciona. Algunos resultados de investigación encontraron que la principal razón ha sido la poca o nula experiencia en acogida migratoria de los países y que sus sistemas migratorios no estaban preparados para gestionarla. Esto se traduce en una población desprotegida en materia laboral, expuesta a enfermedades, sin tratamiento por el difícil acceso a los sistemas de salud debido a su condición de migrante irregular, dificultades para homologar sus títulos y sometida a prácticas discriminatorias y xenófobas por funcionarios públicos (Arévalo & Castellanos, 2020; Arévalo-Robles & Castellanos-Cortés, 2022; Berganza et al., 2020; Delgado-Flores et al., 2021; Gandini et al., 2020; Vargas-Machuca et al., 2019). Y aunque buena parte de la región aceptó la violación de derechos humanos en Venezuela, el reconocimiento y aplicación de la condición de refugiado asociado a la definición ampliada de Cartagena es casi nula (Berganza et al., 2020).
Los artículos analizados señalan que las respuestas de los gobiernos latinoamericanos dependen del contexto político de la región, inclinadas a tendencias de derecha o al apoyo pro-Washington. Con frecuencia, las políticas gubernamentales para atender la ola migratoria han sido más anti-maduristas que pro-migrantes, usando los avances de programas migratorios como estrategia diplomática mientras endurecen los controles fronterizos, las deportaciones y retenciones (Ospina & Ramírez, 2021). Las investigaciones recogieron los casos de Jair Bolsonaro en Brasil, de Lenin Moreno en Ecuador, Mauricio Macri en Argentina, Iván Duque en Colombia o Martín Vizcarra en Perú. En Ecuador, el gobierno optó por una estrategia de inacción que consistió en desdibujar el problema humanitario, dificultar los requisitos de regularización, tratarlos como migrantes económicos (y no refugiados) y caracterizarlos como una movilidad transitoria para ofrecer apenas servicios temporales (Beyers & Nicholls, 2020). El gobierno de Moreno adoptó la política de Washington y del Grupo de Lima, transformando el fenómeno migratorio en un asunto de seguridad interna y generando una dinámica ambigua donde los migrantes eran percibidos a la vez como víctimas y amenazas. Esto resultó en una falta de protección de los derechos fundamentales y en la adopción de medidas excepcionales para obtener fondos de cooperación internacional, alejándose de la política de protección impulsada durante el gobierno de Rafael Correa (Ramírez, 2020). En Colombia, el gobierno presentó internacionalmente las cifras y medidas de atención a migrantes, pero sin contar la baja respuesta a las solicitudes de refugio y las limitaciones del acceso a la regularización migratoria mientras en el debate político interno los migrantes son sinónimo de inseguridad y amenaza al cuerpo social (Ordóñez & Ramírez, 2019). En el debate electoral colombiano de 2018 la candidatura de la derecha usó la migración venezolana como un dato estratégico para deslegitimar las opciones de la candidatura de la izquierda, creando miedo en la población y atribuyendo la pobreza nacional a la masiva llegada de personas venezolanas (Rozo & Vargas, 2021).En Perú, se observaron dos momentos distintos. En primer lugar, hubo un periodo relativamente abierto durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski hasta 2018. Sin embargo, posteriormente se produjo un cambio hacia la reducción de garantías con el presidente Martín Vizcarra, lo que dificultó la regularización migratoria y promovió la falta de protección de los derechos fundamentales de los migrantes (Aron & Castillo, 2020). En Brasil, la respuesta fue similar, con ocasiones en las que se limitó la autonomía de movimiento de las personas migrantes a través de acciones administrativas y decisiones según las leyes migratorias o de refugio. Muchos migrantes fueron redirigidos a distintas regiones. No obstante, las investigadoras reconocen que esta intervención fue enfrentada creativamente por los migrantes para reconstruir su proyecto de vida (Moulin & Magalhães, 2020).
Las investigaciones encontraron que los medios de comunicación desempeñaron un papel fundamental en la invención de la identidad migratoria. Según David Ramírez (2020), con frecuencia crearon una imagen negativa al presentar los actos delictivos a los nuevos migrantes, vinculando a las mujeres con la prostitución y a los hombres con el crimen y el fraude. Estos estereotipos se convirtieron en una excusa para justificar la violación constante de sus derechos humanos en los aeropuertos mexicanos, así como asesinatos de mujeres venezolanas en México, y para eximir a las autoridades locales de la creciente inseguridad que enfrenta el país (Ramírez-Plascencia, 2020. Por su parte, Colombia y Venezuela aunque son consideradas repúblicas hermanas, los medios de comunicación elaboraron imaginarios negativos que termina por revictimizar a las personas migradas (Ruíz & Arévalo, 2019). Con particularidad, los periódicos de la frontera colombo-venezolana en el lado colombiano elaboraron relatos periodísticos negativos, señalando que las personas migradas son un colectivo problemático que profundiza los problemas locales porque son culturalmente incapaces de s)eguir las normas, respetar los valores establecidos y mantener una armonía en el territorio (Castellanos-Díaz & Prada-Penagos, 2020). De manera similar, la percepción de líderes sociales y representantes de organizaciones públicas y privadas en el municipio de Maicao, Colombia, confirma que la llegada de personas venezolanas afecta la convivencia, traen enfermedades, problematizan la seguridad y saturan el mercado laboral (Restrepo-Pineda & Jaramillo-Jaramillo, 2020). Otra investigación recuerda que "la labor de los medios de comunicación masiva posiciona una agenda de temas y resalta determinados atributos" (Lotero-Echeverri et al., 2020, p. 14) incidiendo en las percepciones sociales y afectando las relaciones entre nativos y migrantes. Hecho que la investigación citada en dos medios ratifica al descubrir que "abunda una valoración negativa de la inmigración en el 71,7% de los textos recopilados, mientras que en el 58,7% de las fotografías predomina una representación negativa de la situación o es la protagonista de la imagen"(Lotero-Echeverri et al., 2020, p. 15).
Otro interés de las investigaciones han sido las estrategias de vida y supervivencia durante el proceso migratorio o de refugio. Katrien Dekocker y otras (2021) estudiaron la migración venezolana hacia España y descubrieron que entre 1998 y 2016 las personas migradas venezolanas tenían un alto estatus socio-económico en su origen y buscaban salvaguardarlo con su proyecto migratorio. Sin embargo, posterior a la fecha se observó el deterioro de la movilidad transfronteriza, así como las condiciones a las que se vieron sometidas en el exterior. Fueron dos tipos de proyectos de vida y dos formas de adaptación. Desde 2016, los migrantes venezolanos han desarrollado tácticas para lidiar con el riesgo y la incertidumbre en las condiciones espaciales, temporales e institucionales de los programas de migración. Por ejemplo, en Australia, utilizan visas temporales de manera estratégica para crear oportunidades migratorias futuras y garantizar seguridad en contextos donde los resultados de la migración pueden ser impredecibles. Estos migrantes temporales deben comprender el sistema al que ingresan, tener un plan establecido y, al mismo tiempo, ser lo suficientemente flexibles para adaptarse a los cambios en la política de inmigración y ajustar su rumbo si es necesario, con el objetivo de aumentar las posibilidades de obtener una residencia a largo plazo (Roberts, 2021). En Brasil, los migrantes venezolanos se enfrentan a la necesidad de adaptarse a nuevos trabajos para los cuales no están preparados y que no habían realizado previamente en su país de origen. Esto a menudo los lleva a aceptar empleos precarios y a ser objeto de explotación, debido a su nivel de educación. Además, el idioma portugués se convierte en el primer obstáculo al impedirles conocer sus derechos laborales y los hace más susceptibles a condiciones laborales degradantes (Ferreira & Sant'Ana Bento, 2021).
Otras investigaciones se centraron en analizar el impacto de género en los proyectos migratorios. Según el estudio realizado por Pérez & Ugarte (2021), se descubrió que las mujeres venezolanas en Perú fueron relegadas a trabajos informales altamente feminizados y/o racializados. Este hallazgo se basó en la documentación de las experiencias laborales de las mujeres venezolanas y en la observación de su participación en la esfera pública. Se encontró que la mayoría de las mujeres migrantes de clase media con educación universitaria experimentaron un descenso >importancia y/o estaban marcados por la racialización. Según la investigación de Daliany Jerónimo (2020), los testimonios revelan que las mujeres migrantes venezolanas en Colombia se ven obligadas a trabajar en empleos precarios con ingresos informales, enfrentan dificultades para acceder a servicios públicos y asumen toda la responsabilidad del cuidado doméstico y la supervivencia familiar con altos costos económicos. Esta presión tiene un impacto negativo en su salud física y mental, especialmente si están embarazadas. Además, experimentan baja autoestima debido a la constante xenofobia, como la creencia de que "roban maridos" o se dedican a la prostitución. Es importante destacar que todas las mujeres migrantes venezolanas entrevistadas fueron víctimas de explotación por parte de sus empleadores, propietarios o por la policía colombiana (Jeronimo-Kersh, 2020). En otro estudio de caso llevado a cabo en el Estado de Romira en Brasil (Tobón-Giraldo et al., 2019), descubrió que las mujeres migrantes tienen necesidades no satisfechas de planificación familiar y atención médica durante el embarazo debido al limitado acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva. En la investigación sobre el uso de métodos anticonceptivos de gestantes migrantes venezolanas en Barranquilla y Riohacha (Colombia) entre 2018 y 2019, reveló que, aunque la mayoría tenía conocimiento de métodos anticonceptivos y los lugares donde obtenerlos, solo la mitad logró acceder a ellos, lo que resultó en una alta prevalencia de embarazos no planificados (Flórez-García et al., 2020). Finalmente, Mitzy Flores (2020) sostiene que las mujeres migradas suelen ser reclutadas por la economía informal de los cuidados, enfrentando condiciones precarias debido a su incapacidad de acceder a la seguridad social estatal. Estas mujeres, al encontrarse sin redes de apoyo en el país de destino, son aún más vulnerables que las mujeres en situación de pobreza del lugar.
La masiva migración representa un desafío para la atención sanitaria, y las investigaciones en salud han arrojado datos relevantes sobre la condición, riesgos y desafíos que enfrentan las personas migradas de origen venezolano. Los resultados de un estudio realizado en la frontera norte de Perú por Vargas-Machuca y colaboradores (2019), que analizó a casi mil niños menores de cinco años, revelaron altos índices de desnutrición aguda (3,2% y 3,0%), desnutrición crónica (16,5% y 17,9%), anemia (34,8% y 25,0%), presencia de tos o dificultad para respirar (31,3% y 17,6%), y casos de diarrea (16,6% y 9,9%). Estos hallazgos evidencian la vulnerabilidad de los niños y niñas migrantes y destacan la necesidad de abordar de manera urgente y efectiva sus necesidades de atención médica y nutricional. Por su parte, la investigación sobre "Determinantes del peso al nacer en hijos de mujeres venezolanas migrantes irregulares en Barranquilla y Riohacha"(Colombia) afirmó encontrar una asociación estadísticamente significativa entre el bajo número de controles prenatales y el deficiente peso al nacer en los hijos de mujeres venezolanas 2018-2019 (Vega-Gutiérrez et al., 2020).
Una investigación encontró que la migración es un factor que contribuye a la formación de zonas de alto riesgo epidemiológico, favoreciendo el aumento, la transmisión y el resurgimiento de diversas enfermedades infecciosas. Entre las enfermedades destacan aquellas prevenibles mediante vacunación, las transmitidas por zoonosis, las de transmisión aliada, las del tracto respiratorio y las transmitidas por alimentos. En el caso específico de Colombia, se han reportado casos de dengue, paperas, parálisis aguda, enfermedades transmitidas por alimentos (ETA), VIH/SIDA, leishmaniasis, tuberculosis, tos ferina, varicela e incluso meningitis bacteriana (Rodríguez-Morales, Suárez, et al., 2019). Otro estudio ratificó que el impacto migratorio en Colombia concuerda con las cifras de nuevos casos de VIH importados de otros países, de los cuales el 83,3% (90) fueron de Venezuela en 2017 (Rodríguez-Morales, Bonilla-Aldana, et al., 2019). De las enfermedades contagiosas, el COVID-19 comenzó a tener relevancia. El estudio realizado por Brito (2020) evidenció que las condiciones y características de los migrantes y refugiados los convirtieron en una población vulnerable al contagio y mortalidad durante el COVID-19. Al vivir en albergues superpoblados e insalubres, fue imposible cumplir con las medidas de higiene adecuadas y mantener la distancia de seguridad. Además, el acceso deficiente a los servicios de salud y los altos costos de los medicamentos para tratar enfermedades crónicas subyacentes, como la diabetes y la hipertensión, agravaron la infección. Otro estudio encontró que en el departamento de Guainía, Colombia, la disponibilidad de recursos en los centros de salud y la falta de suministros adecuados para el manejo de la infección respiratoria aguda por COVID-19, sumados a la falta de prácticas de higiene básicas, fueron los principales problemas de la población migrante durante la pandemia (Ardila-Sierra et al., 2020). Durante la emergencia sanitaria por COVID-19, los migrantes se vieron expuestos a difíciles situaciones que llevaron al desarrollo de enfermedades mentales. En un estudio realizado en Chile, concluyeron, a través de entrevistas, que los migrantes presentaban síntomas de ansiedad y depresión para enfrentar el confinamiento y los daños económicos personales. Lo preocupante fue que no recibieron la atención necesaria para abordar estas condiciones, no sabían a quién acudir y, en muchas ocasiones, no reconocían que las estaban padeciendo (Cabieses et al., 2021).
Varias investigaciones vieron que la discriminación tiene un negativo impacto en la salud. Según el estudio realizado por Ordóñez y Ramírez (2019), se observó que la percepción mediática y política de los venezolanos en Colombia se basaba en la idea de que representaban una amenaza para la salud y seguridad pública. Los medios de comunicación y las acciones gubernamentales se centraron en estigmatizar a los venezolanos en Colombia, enfocándose en la supuesta propagación de enfermedades que traían consigo. El problema es que, como señala Mougenot y otros (2021) encontró que existe evidencia de que la discriminación autopercibida está asociada con el deterioro de la salud mental de migrantes venezolanos que viven en Perú. Otra investigación de migrantes venezolanos en Estados Unidos concluyó que la discriminación está asociada al riesgo de uso de sustancias psi-coactivas en jóvenes (Saa et al., 2020). Saa y su equipo, concluyeron que, la juventud venezolana está expuesta a un elevado estrés relacionado con la migración, experimentando problemas de salud conductual y un aumento en el consumo de sustancias psicoactivas.
En conclusión, los estudios han evidenciado que la población migrante ha enfrentado dificultades en el acceso a los servicios de salud debido a la falta de conocimiento sobre las políticas sanitarias, la discriminación y la situación migratoria irregular. Estos desafíos se han extendido a diferentes aspectos de la salud, como la salud sexual y reproductiva, la violencia física y sexual, la desnutrición, la discapacidad y la salud mental (Delgado-Flores et al., 2021; Hernández-Vásquez et al., 2019; Mendoza & Miranda, 2019).
Las investigaciones sobre la migración venezolana son recientes, pero muestran ya un gran interés que se ve reflejado en el número creciente de publicaciones. En líneas gruesas se puede observar una tendencia a definir los problemas de investigación considerando a migrantes y refugiados como sujetos pasivos. Es relevante señalar que son caracterizados como víctimas, beneficiarios o excluidos y estudiados a través de su dolor y necesidades, pero muy pocas veces como sujetos activos que desafían el 'destino' en los países de llegada, promueven prácticas de resistencia como tomas a lugares emblemáticos o se enfrentan creativamente a las fuerzas policiales y migratorias que les persiguen.
Resulta llamativa la tendencia general de los investigadores a abordar la migración y el refugio desde una perspectiva paternalista, centrada en los cuidados y la protección. La mayoría comparte dos enfoques para "medir la migración": uno que pone al Estado como responsable del cuidado pero que, en la práctica, los abandona, y otro que se centra en los cuidados inmediatos proporcionados por la ayuda humanitaria y la cooperación internacional para abordar los problemas de exclusión contemporáneos. No se encontraron investigaciones militantes o de investigación acción participativa que se comprometieran en el terreno a generar conocimiento mientras luchan junto a migrantes y refugiados, considerándolos actores políticos y pares en el proceso de resistencia. Sin embargo, hay que matizar y señalar que las investigaciones denuncian, a través de sus resultados, al Estado como principal vulnerador de derechos fundamentales.
La incursión de la perspectiva de género, generación y clase social es un aspecto positivo en la medida que migrantes y refugiados dejan de ser actores homogéneos y son interpretados en contextos patriarcales y adultocéntricos. La noción de clase es menos trabajada.
En conclusión, se observa que las investigaciones no realizaron una distinción clara entre los conceptos de migrante y refugiado. Los refugiados están amparados por la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967, así como por la Declaración de Cartagena de 1984 en el contexto latinoamericano. Por otro lado, los migrantes abandonan sus países en busca de mejores condiciones de vida, como empleo, educación o reunificación familiar, entre otras razones, sin enfrentar amenazas directas y con la posibilidad de regresar de manera segura. Estas son dos formas de movilidad diferentes, lo que implica que los Estados, la cooperación internacional, los medios de comunicación y otros actores deben abordarlas de manera distinta. La falta de claridad conceptual en este aspecto lleva a explicar el fenómeno de la movilidad transfronteriza de manera insuficiente y con errores al evaluar la vulneración de derechos, valorar los programas y acciones estatales y comprender el tipo de movilidad en cuestión.