Dossier-Presentación
Setenta años de cooperación internacional
Desde su creación, hace ya setenta años, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) no ha cejado en su esfuerzo por contribuir a la consolidación del conocimiento, la comprensión mutua, la integración, la paz y la solidaridad entre los pueblos iberoamericanos. Un desafío permanente que tiene continuidad, a través de una propuesta renovada, en el Programa-Presupuesto 2019-2020 aprobado en el 77º Consejo Directivo de la OEI, que incluye un nuevo concepto la cooperación iberoamericana en materia de ciencia.
Nuestro organismo considera a la cooperación como una herramienta fundamental para promover el intercambio entre los Estados Miembros en un contexto abierto, horizontal y democrático, así como también la generación de canales de reciprocidad entre estos Estados y demás países e instituciones de otras regiones. En ese sentido, en el área de influencia de la OEI, nada puede lograrse sin un enfoque que se centre en el fortalecimiento institucional de las áreas de cooperación internacional de los ministerios de educación, ciencia y cultura de la región, a partir del perfeccionamiento de acciones, conceptos, habilidades e instrumentos necesarios para planificar, desarrollar y evaluar proyectos orientados al desarrollo.
Esto último nos lleva a preguntarnos por la naturaleza misma de la cooperación internacional: cuáles son sus propósitos a mediano y largo plazo, cuáles son sus implicaciones, qué debe tenerse en cuenta para lograr una cooperación entre iguales y franca entre dos o más Estados, cuáles son las fortalezas de Iberoamérica en la materia, qué aspectos deben ser atendidos para mejorar las zonas de debilidad ya identificadas y descubrir aquellas otras que aún se encuentran a oscuras.
Con ese fin, la Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad —CTS reúne en este monográfico una batería de artículos que abarcan distintas perspectivas y ámbitos temáticos. Se trata de siete trabajos firmados por distintos expertos en materia de cooperación internacional de España, Argentina, Brasil, Colombia, Chile y México, entre otros países.
El primero de ellos, “Trayectorias en cooperación internacional”, firmado por Mario Albornoz y Rodolfo Barrere, muestra cómo desde hace décadas los países iberoamericanos sondean, con resultados variopintos, formas de alcanzar el desarrollo pleno. En ese escenario, la cooperación internacional en ciencia y tecnología emerge como un instrumento imprescindible. Varios organismos internacionales (UNESCO, OEA, CEPAL, y la misma OEI) promueven la cooperación a partir de la colaboración en redes internacionales y con marcado énfasis en la sensibilización de los principales decisores acerca de la importancia de la integración regional y la expansión democrática. Los autores recapitulan el camino recorrido, a modo de memoria y balance, y así ponen en perspectiva aciertos y errores. El propósito nuclear del artículo es, de acuerdo con los autores, interpretar los desafíos del presente a la luz de las lecciones del pasado.
En “La cooperación como motor de la internacionalización de la investigación en América Latina”, Jesús Sebastián analiza las características y los condicionantes de la cooperación científica como cultura de la investigación y su papel en las expresiones de la internacionalización de la investigación en América Latina, particularmente en la formación de investigadores, las organizaciones para la investigación, los procesos de investigación y la financiación.
Carlos Osorio Marulanda, autor de “La educación CTS: un espacio para la cooperación iberoamericana”, define a la cooperación como el “conjunto de actividades realizadas entre diversos actores a través de múltiples modalidades y sobre la base del beneficio mutuo”. A partir de este concepto, Osorio Marulanda pasa revista a una diversidad de iniciativas que han permitido consolidar el campo académico de la educación CTS a nivel iberoamericano, gracias al apoyo continuo de la OEI a esta interdisciplina desde hace más de veinte años. En el artículo se abordan tres tipos de enfoques: las didácticas implementadas por los docentes de Iberoamérica, como son los casos simulados, la utilización de la historia de las ciencias para el aprendizaje de la naturaleza de la ciencia (NDC) y los Contenedores para la Cultura Científica.
Carmelo Polino y Yuri Castelfranchi componen la dupla autoral de “Percepción pública de la ciencia en Iberoamérica. Evidencias y desafíos de la agenda de corto plazo”, trabajo que repasa el derrotero de la percepción pública de la ciencia y la tecnología en la región, su crecimiento y diversificación en lo que respecta a la investigación académica y a las políticas públicas. De acuerdo con los autores, varios modelos teóricos fueron puestos a prueba en un número creciente de estudios empíricos de escala regional, nacional y local que contribuyeron a la consolidación de una red de investigadores e instituciones y —al menos en un sentido parcial— al desarrollo de nuevas y mejores políticas de promoción científica y tecnológica. Este esfuerzo permite conocer de manera cabal cuál es la relación de las sociedades de Iberoamérica con la ciencia y la tecnología. Partiendo de este último enunciado, Polino y Castelfranchi revisan qué se aprendió en estos años acerca del interés, las actitudes
y las expectativas de los ciudadanos sobre el impacto de la ciencia y la tecnología en la vida social.
“La cooperación internacional, una estrategia para garantizar la calidad y continuidad de políticas educativas” es el título del texto de Claudia Laura Limón Luna. Para esta autora, aunque las políticas educativas marcan las principales pautas que rigen el sistema educativo de un país, el tiempo requerido para consolidarlas no se condice con el de un ciclo político. Si una reforma se inicia con el cambio de gobierno, nos advierte Limón Luna, a su término su implementación se encontrará sólo en una etapa inicial y los resultados no permitirán ver el impacto. Para que una política sea exitosa es necesario buscar su permanencia en el tiempo, de acuerdo con los resultados que se obtengan a mediano y largo plazo. La transición de un gobierno saliente con el entrante es la clave para la continuidad de cualquier política. Para ello, sin embargo, se deben conciliar primero posiciones que muchas veces divergen entre sí debido a conflictos de intereses y alineaciones ideológicas. Limón Luna promueve la instalación de una entidad imparcial que funcione como intermediaria y ayude a la definición en conjunto de aquellas acciones que merecen ser continuadas para garantizar la calidad de proyectos que conformen una política pública en educación, sin importar los movimientos y las disrupciones coyunturales.
“Un marco de referencia para las políticas de niñez y adolescencia en América Latina y el Caribe”, de Claudia Peirano, explora los porqués del estatus que la educación ostenta como instancia clave para la reducción de las brechas sociales entre pobres y ricos. La autora indica que existe un amplio registro de los déficits de oferta de educación en Iberoamérica, especialmente en las zonas más vulnerables, y que es urgente seguir avanzando en esta línea. Sin embargo, contar con mayor cobertura no es suficiente. A partir de la revisión de las políticas vigentes de seis países de la región, Peirano indica que es necesario poner el acento en la cooperación para mejorar la calidad de la educación que se imparte en cada aula y el nivel de prioridad que este desafío asume en las políticas públicas de cada país.
En “El rol de la cooperación científica en los procesos de modernización de la ciencia argentina durante los años 60. Los subsidios de la Fundación Ford”, María Elina Estébanez desentraña un caso específico de cooperación internacional. Hacia fines de los años 50 y hasta 1966, relata Estébanez, un importante flujo de fondos externos provenientes de la fundación norteamericana se aplicó al establecimiento de infraestructuras, el viaje de expertos, la formación de doctores y otros destinos relacionados con el desarrollo de la investigación y la formación universitaria de grado y posgrado de un conjunto de disciplinas científicas en la Argentina. Como una modalidad típica de la época, estas ayudas externas tuvieron rasgos específicos en Argentina, tanto por su finalidad como por sus impactos y las controversias que giraron alrededor de la intencionalidad de los donantes y sus emplazamientos geopolíticos.
La OEI sigue apostando por el futuro de la cooperación científica que, de acuerdo con lo aprobado en el ya mencionado Programa-Presupuesto 2019-2020, se estructurará a través de los siguientes ejes: reforzar la vinculación de las universidades con el entorno productivo y social, aplicar encuestas a investigadores universitarios y a empresarios para conocer sus actividades de vinculación y la percepción que tienen de la ciencia, y por último llevar a cabo estudios sobre el impacto de la ciencia en la vida cotidiana de las personas.