Reseñas
El pensamiento profundo y lleno de vertientes que evoca la figura de Gabriel García Márquez en el Sur Global, se constituye en un referente que nos permite comprender la complejidad de fenómenos que se interconecta con los diversos géneros literarios y formas de construcción de saberes en el marco del diálogo abierto y literario con los pueblos en movimiento. La imagen de Gabo, despierta una serie de oportunidades, sentires y emociones orientadas a comprender la inmensidad de fenómenos constituyentes de la dinámica sociocultural y política que coexisten en Nuestra América, la cual se embate entre difíciles situaciones de violencia, pobreza, despojo territorial y la posibilidad de construir la paz desde abajo sobre las dinámicas integrales de las comunidades en sus territorios.
La perspectiva literaria de gran patrimonio narrativo y epistémico que nos ofrece el literato e investigador venezolano Luis Javier Hernández, sobre el sentipensar que existe en la obra de García Márquez, instituye todo un proceso de larga duración en diálogo abierto e inter epistémico entre los estudios literarios con las ciencias sociales y las humanidades, a partir de la concepción teórico – metodológica del realismo simbólico al ser un género literario en construcción desarrollado en las venas de región, debido a que tiene la capacidad de establecer los mínimos medios, dispositivos y canales del pensamiento popular y de abajo que converge n por parte de los grupos más oprimidos de Latinoamérica.
El sentido teórico del realismo simbólico en el marco de los diversos géneros literarios gestados en los procesos de escritura histórica en la década de los año 80 del siglo XX en Latinoamérica, responde a un momento de inflexión entre la visión eurocentrada/colonial en medio de la emergencia de escribir otra visión de las historias dándole espacio a las lógicas de abajo, adentro y populares que buscan reconstruir discursivos y narrativas interculturales constituidas al interior de los pueblos, movimientos y territorios ante las olas de opresión, violencia, exterminio y resistencia por parte de las actores de abajo. En efecto, dicha situaciones que sellaron la historia política de los diversas naciones, pueblos y movimientos en Nuestra América desde las dictaduras, golpes de Estado, la emergencia de las guerrillas y los procesos políticos de exilio entre otros, pasaron a ser temas de suma relevancia para los pensadores/as que contribuyeron a lo que posteriormente sería conocido como el boom latinoamericano y la emergencia de las voces literarias en los territorios sumidos en las dinámicas del sistema mundo-moderno.
La escritura que nos ofrece el Dr. Luis Hernández, permite establecer un canal comunicativo entre dos grandes nociones epistémicas que tienen puntos en común de riquezas, historias y experiencias socioculturales que instituyen todo un trasegar de los pueblos y movimientos que apelan por otros mundos de paz, armonía y justicia. Precisamente, temáticas que rememoran el pluriverso de significaciones, discusiones y perspectivas sobre el ethos de los estudios literarios en Nuestra América.
El sentido crítico de impulsar canales basados en la denuncia, politización y comunalidad sobre las trayectorias de vida, el sentí - pensar de los sujetos, la oralidad de los pueblos/comunidades y la cosmovisión de los territorios hacen parte del conjunto de las diversidades y complejidades de los actores que instituyen los componentes socioculturales de las historias populares, que sirvieron como insumo para robustecer el pluriverso de narraciones promovidas por Gabo a lo largo de su obra. Tal como sucede con la novela en mención que desarrolla Luis Hernández, la cual logra tejer la ficción, acción y praxis de los personajes en el campo de la vinculación entre la barrera textual y la simbología de los sujetos que enmarcan las vivencias hechas por medio de los campos e imaginarios populares de los grupos de abajo, al ser un espacio re-creativo que apuesta por superar la idea univoca del sujeto para darle paso a la condición holística de los actores al interior de sus comunidades.
Por tal motivo, la capacidad explorada por el Dr. Hernández nos sumerge en el rol central que adquiere la voluntad de poder- saber del autor, personaje y lector bajo la perspectiva de la unicidad de lo humano en la búsqueda de la transferencia sobre la visión analógica de la realidad, es decir, todo un corpus narrativo que contempla los planos enunciativos y deductivos del sujeto en su condición humana y discursiva funcional a la concepción de la imaginación entre la vida, muerte y esperanza de coexistir en la trayectoria de vivencias de los sujetos que apuestan por otros mundos más armónicos frente a la olas endogámicas/monolíticas de las violencias sistémicas gestadas desde arriba y basadas en la prolongación de redes/dispositivos de control sobre las masas a partir de sus propias necesidades cotidianas.
El campo epistémico de la literatura política, al ser un tema de gran reflexión en las ciencias sociales y humanidades permite comprender la praxis de los sujetos en su visión de liberación de los pueblos más allá de la narrativa oficial e institucional del poder político – colonizador. Aquí la novela de Cien Años de Soledad, consigue recrear las vivencias y experiencias de los grupos subalternos que demandan justicia, equidad y progreso en sus tierras ante la miseria de las violencias y la vigilancia de los grupos para-estatales que criminalizan la cultura popular y dan preferencia a las visiones hegemónicas del control, dominación y explotación que sufren las regiones.
El libro del profesor Luis Hernández titulado “Realismo simbólico y construcciones imagínales. A propósito de Gabriel García Márquez”, representa una obra de gran preeminencia en estos tiempos de pandemia debido a su ligera y exquisita lectura, sin desconocer que se convierte en una oportunidad para que los lectores en su afán de alcanzar a comprender la complejidad del pensar y hacer de Gabo en el Sur Global encuentran un texto que da luces en dicho campo epistémico. Tal como aparece en su extenso contenido:
La primera parte, realiza apuntes necesarios en materia de la figura literaria del realismo como un campo cognitivo necesario para superar la visión ortodoxa de escribir en función de los intereses de los grupos de poder, aquí ofrece la ruta de un ensamble narrativo como un dispositivo que lograr articular la intersubjetividad de los discursos provenientes de los grupos de abajo. A su vez, la potencialidad que nos ofrece la narrativa entre dimensiones simbólicas, prácticas y discursivas que lograr establecer los canales comunicativas y conducentes en aras de la dialogicidad de los actores y el marco de sus propias necesidades e intereses comunes como experiencias dialógicas e interacciones de la s sociedades contemporáneas.
La segunda sección denominada realismo simbólico más allá de los neologismos que bifurcan la cosmovisión de los sujetos, a partir de sus propias experiencias y vivencias cotidianas que se constituyen en un telurio de senti-hacer y pensar propio de la maduración de la espiritualidad en la vida pública- privada. Tal como sucede de la literatura política de Gabriel García Márquez, debido a que lograr articular las emociones, necesidades, identidades e imaginarios populares producto del diálogo abierto y las experiencias cotidianas de los pueblos en sus territorios.
En este sentido, la tercera parte de libro consiste en complejizar la categoría del realismo simbólico en función de la construcción sociocultural de la realidad en int eracción del sujeto en su espacio inmediato de acción política. Las historias y situaciones entrecruzadas por circunstancias de violencia, pobreza, despojo, paz y esperanza son parte de las narrativas que constituyen la posibilidad de superar el esquema de la ficción para dar paso a la complejidad de interacciones simbólicas entre el sujeto y la apropiación de los espacios de interacción deliberativa en el territorio.
La cuarta parte del libro titulada “realismo simbólico y construcciones de imagínales”, tiene que ver como una apuesta teórica de articular literatura de la política y el interaccionismo como un paradigma de investigación social en clave de las humanidades. Tal situación sirve como insumo para superar las nociones tradicionales de hacer narrativa histórica desde los intereses de los grupos hegemónicos sino darle espacio a la oralidad, vivencias y circunstancia de los oprimidos. Tal vez, el reconocimiento de situaciones de subalternidad provenientes de los grupos en resistencia es muestra de la oportunidad que deviene de la obra de Gabo en Nuestra América.
La cuarta parte del libro titulada “realismo simbólico y construcciones de imagínales”, tiene que ver como una apuesta teórica de articular literatura de la política y el interaccionismo como un paradigma de investigación social en clave de las humanidades. Tal situación sirve como insumo para superar las nociones tradicionales de hacer narrativa histórica desde los intereses de los grupos hegemónicos sino darle espacio a la oralidad, vivencias y circunstancia de los oprimidos. Tal vez, el reconocimiento de situaciones de subalternidad provenientes de los grupos en resistencia es muestra de la oportunidad que deviene de la obra de Gabo en Nuestra América.
La quita parte del libro desarrollada por el profesor Luis Hernández, nos lleva a reflexionar sobre la descripción extensa y analítica que implica la realidad simbólica garciamarquiana, la cual se instituye en una tesis que devela el enfoque semántico para darle oportunidad a la ontosemiótica de los círculos y praxis del sujeto como un antecedente que promueve situaciones intersubjetivas orientadas al reconocimiento sobre el conjunto de circunstancias que influyen en la configuración simbólica de los actores con respecto al devenir de las realidades populares que apuestan por la superación de contextos de violencias, despojos e invisibilizaciones de las hitos culturales no hegemónicos de los sujetos en sus territorios.
El cierre del libro tiene que ver con una detallada descripción sobre la crónica de una muestra anunciada, al ser un relato de larga duración producto de la narrativa del yo como un acontecimiento simbólico y configurativo de las realidades alternas que rompen con los discursos basados en las representaciones tradicionales sobre el sentí - pensar y la praxis de los pueblos, comunidades y actores al interior de sus comunidades. Precisamente, la creación de personajes basados en la vida real como evidencias que rompen con los cánones ficticios y elitistas de hacer literatura bajo las premisas/demandas de los mercados, dando un giro que pretende observar y escribir el mundo en el marco de las necesidades, luchas y demandas de los grupos sub-alternos en sus respectivas situaciones de coexistencia comunitaria.
En últimas, la obra del Dr. Luis Hernández se convierte en un referente de la literatura venezolana y un gran aporte en medio de las complicidades, circunstancias y problemáticas que viven las sociedades en Nuestra América frente al despojo, dominación y pobreza al ser políticas estatales que se agudizan en medio de los efectos colaterales de la pandemia y el control político de arriba que ejerce el Covid-19 sobre las sociedades sumidas en el terror del Estado y el miedo a la muerte producto del contagio sistemático, viral y poblacional. Podríamos, pensar que la literatura sería un laboratorio/dispositivo de escape útil para lograr comprender desde un lenguaje cotidiano las múltiples problemáticas que vivimos en medio de la modernidad – colonialidad y la crisis multidimensional del Estado – capitalista funcional a los intereses de la sociedad neoliberal. Ahora, la invitación para el lector sería seguir narrando la historia oficial de los de arriba o dar el paso a la diversidad de situaciones/experiencias de los grupos en resistencia en clave de luchas populares y descolonizadoras.
Información adicional
Como citar:: Capera Figueroa, José J. (2020). Reseña de Libro: Hernández, Luis Javier (2020) Realismo simbólico y construcciones imagínales. A propósito de Gabriel García Márquez. Arkho Ediciones. Telos: revista de Estudios Interdisciplinarios en Ciencias Sociales, 22 (3), Venezuela. (Pp. 657-660).
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