Resumen: En su obra central Sein und Zeit , M.Heidegger realiza un análisis sucinto del lenguaje dentro del marco del estar-en como tal. En él, relaciona a tal fenómeno con la aperturidad del Dasein, el comprender, la disposición afectiva, la escucha y el callar. Sin embargo, consideramos que si queremos alcanzar una comprensión más amplia del lenguaje desde la forma como lo abordó Heidegger, no podemos limitarnos a Sein und Zeit , sino que debemos analizar sus principales lecciones y conferencias en torno al tema y en relación además a la estructura ontológica completa del Dasein de cara a la pregunta por el ser. Proponemos por ello que el lenguaje comprende, significa y expresa el ser desde la estructura ontológica completa del Dasein, y que cuando está cae en la cotidianidad, arrastra al lenguaje, que degenera inevitablemente como habladuría (Gerede). Utilizamos el método fenomenólogico, pero aplicamos además para la hermenéutica, una síntesis de sus principales lecciones relacionadas al tema entre 1920 y 1940 aproximadamente. La conclusión es que, paradójicamente, el lenguaje entendido como escucha (Hõren) determina poiéticamente el regreso, la resolución (Entschlossenheit) y apertura (Erschlossenheit) del Dasein a la pregunta por el ser en su plenitud.
Palabras clave:lenguajelenguaje, escucha escucha, comprensión comprensión, Dasein Dasein, fundamento fundamento.
Abstract: In his main work Sein und Seit M. Heidegger carry out a succinct analysis about the language within the framework of the be-in in itself. In such analysis, he relates this phenomenon with the disclosedness, the understand, the affective disposition and the silence. Nevertheless, we consider that if we intend reach a more complete understanding about the language in the way that M.Heidegger addressed, we can not limit to Sein und Zeit, but we must analyze their main lessons and conferences about this subject and related moreover with the Dasein’s whole ontological structure facing the question of being. Therefore we propose that the language understands, signifies and expresses the being since the Dasein’s whole structure and when it falls in the everyday, drags the language, which inevitably degenerates as gossip and chattering. We use the phenomenological method, but we apply also to the hermeneutics of his work a synthesis of his major works related to the topic written between 1920 and 1940 approximately. The conclusion is that, paradoxically, language, understood as listening, determines poetically the return, the resolution and the opening of Dasein to the question of being in its fullness.
Keywords: language, listening, understanding, Dasein, foundation.
Los Orígenes Metafísicos del Lenguaje. Reflexiones fenomenológicas en torno al lenguaje en M. Heidegger
Recepción: 13 Julio 2016
Revisado: 15 Octubre 2016
Aprobación: 06 Marzo 2017
Estas reflexiones en torno al lenguaje forman parte de un trabajo más amplio de investigación titulado La Liberación de la Pregunta por el Ser, el cual se basa en una interpretación sintética de algunas lecciones y conferencias de Martin Heidegger confrontadas con su obra principal Ser y Tiempo, en especial la lección del invierno de 1929 titulada Einleitung in die Philosophie; las lecciones del invierno de 1935/36 tituladas Die Frage nach dem Ding. Zu Kants Lehre von den transzendentalen Grundsätzen; y su discurso Hölderlin und das Wesen der Dichtung, pronunciado en Roma el dos de abril de 1936, incluido en 1944 en una obra mayor acerca de las reflexiones de Heidegger en torno al gran poeta alemán titulada Erläuterung zu Hölderlins Dichtung. Partiendo de una hermenéutica más amplia de los textos, el propósito principal de esta investigación es comprender al ser humano cofundado ontológicamente a través de cuatro rasgos metafísicos fundamentales: la cosmovisión, la historicidad, la verdad y el lenguaje. Ellos posiblitan al ente que es el ser humano como ser humano, y lo diferencian de todo otro ente. Ahora bien estos cuatro fundamentos que conforman cooriginariamente la estructura ontológica del Dasein se dan en dos modos: en primer lugar, en su degradación (Entartüng) cotidiana, determinada por la caida (Verfallen) del Dasein: aquí la cosmovisión es asumida desde el mundo recibido, la historicidad cae en la irresponsabilidad del actuar según los otros, y de un presente preñado de pura fugacidad e inmediatez, la verdad cae como supuesto y prejuicio, y el lenguaje se degrada como “herramienta” cuya función principal es “informar” y “opinar”. Sin embargo, en la resolución (Erschlossenheit) del Dasein, en que este asume completamente su condición tempórea de estar-a-la-muerte y su comprensión originaria del ser como cuidado (Sorge) ellos asumen su modo de ser pleno. En este caso, por razones de espacio, presentamos aquí solo al lenguaje y la manera como éste, desde su fase degradada, regresa de nuevo a su fundamento metafísico en la liberación de la pregunta por el ser. Invitamos pues al lector, a mantener siempre presente estas aclaraciones previas como marco constante de estas reflexiones. Aclaramos que nuestra investigación sigue además de manera estrecha las indagaciones acerca del lenguaje en Heidegger que realizara a lo largo de toda su vida Jan Aler 3 debido a que él como pocos, trató de mantener siempre presente en sus análisis, la estructura completa, coherente, flexible y en movimiento del Dasein, el horizonte metodológico completo de M.Heidegger y la sensibilidad poética para comprender e interpretar al hilo de la literatura y la obra de arte. sin lo cual sería desacertado realizar una comprensión de la obra heideggeriana, pues se caería en lo que Heidegger mismo llamaba una interpretación óntica:
Heidegger's explanation describes the structural unity in which the ontological determinations are to be understood, beginning with a nucleus which is always carefully adhered to. Again in a circular movement such a description passes through the moments of the structures almost with desperate tenacity, guarding against its splitering. (Cockelmans,J.1972:49).
Además nos fue muy útil consultar el artículo de investigación del Dr. Juan Blanco Ilari, catedrático de la Universidad Nacional de General Sarmiento en la Universidad Católica Argentina y de la Universidad de Belgrano, titulado Blanco Ilari, Juan.(2015) Horizontes de Significado y Metamorfósis Óntica: sobre el destino de un diálogo roto; así como también el artículo de Edward Javier Ordóñez titulado Rasgos de la Ontología Fundamental, que sirvieron para ampliar y confimar nuestros propios planteamientos y enfoques. Queremos agregar además que a pesar de que seguimos con gran rigurosidad la obra de Heidegger, estas reflexiones no se han realizado con una actitud ortodoxa y rígida de su pensamiento, sino “desde” dicho pensamiento mismo, entendiendo por “desde” la libertad y el espacio que abre,permite y posibilita un dia-logo (dia-logoV) con el gran filósofo alemán.
Nuestro ser- en -el –mundo, se manifiesta a través del lenguaje. No es que en ciertos momentos comuniquemos y en otros no. El ser humano no puede no comunicar. Incluso, en nuestro más obstinado cerrarnos al mundo, ya estamos comunicando. Decimos y nos referimos siempre a lo Mismo. (Heidegger, 1999:98-131). Por ello, la comprensión cotidiana de este fenómeno como técnica de emisión, recepción y decodificación de mensajes, resulta en extremo insuficiente. El ser humano puede prescindir o no de la técnica en ciertos momentos de su día a día, pero no así del lenguaje. Su modo de ser fáctico-histórico en el mundo, siempre es desde ya, una actitud ante esa dimensión comunicativa, ya sea incluso en el dormir, el trabajar, o el solazarse. ¿Por qué? ¿Será acaso porque al indagar más profundamente en dicho fenómeno lingüístico hallemos otros fenómenos más esenciales? Ciertamente, el hombre moderno en su cotidianidad, puede convertir –y ya ha convertido- al lenguaje en una técnica de dominio y control, de manejo y seguridad. No sólo a ella, sino además a todo el ámbito de lo real en el que ella se ve involucrada.(Heidegger, 2006: 45-46) ¿Pero acaso este fenómeno tan crucial del lenguaje se deja encerrar totalmente en semejante degradación?
Que un emisor envíe un mensaje, supone una comprensión e interpretación previa de un ente, de manera tal que se haga legible en lo que se quiere expresar para el receptor. Pero, precisamente, es esta comprensión previa (Verständnis), pre-ontológica, en la que se manifiesta el ser, la que es pasada por alto y eludida constantemente en la interpretación constante de todo ente mundano. A este respecto Jan Aler expresa:
Interpretative explanation develops this posibilities proyected by man's understanding; it unfolds this meaning.Explanation graps the meanings that understanding has established. This totaly of references, this whole that has been articulated before all explanation, this multifarious unity of meanings, is disclosed primarily by understanding. (Cockelmans,J.1972: 48).
El ser es lo más preterido desde siempre, hasta el punto que, incluso “(…) olvidamos el olvido del ser”. (Heidegger, 2006:104) La interpretación del mensaje, reducida a la decodificación, se refiere tan sólo a una lectura convencional y arbitraria del mismo, que dándole prioridad al código, deja a un lado, de antemano, las interpretaciones poiéticas y metafóricas del ente. Y, por otra parte, la recepción supone, finalmente, una escucha que yendo hacia el ser, vaya más allá del oír cotidiano acerca del ente Pero ni siquiera la lingüística moderna llega a aclarar de una manera plena y radical, ni la comprensión previa del emisor, ni mucho menos la lectura arbitraria de los códigos y la escucha (Hören) como requisito esencial de todo receptor y además de todo emisor. ¿Entonces, será una mera casualidad acaso, que la interpretación cotidiana del lenguaje como técnica de decodificación de signos domine el ámbito de la opinión pública actual? 5 ¿No proviene acaso ella misma de una comprensión tecnificada del mundo, es decir de lo que concebimos como realidad? Ciertamente, el proyecto de ser moderno, del que aún no hemos salido, concibe a la totalidad del ente como dominio y voluntad de poder, y a la ciencia misma como comprensión, manejo y aplicación productiva de la ley de causalidad (Heidegger, 2006:113-115). En todo fenómeno, de acuerdo a ello, se otorga primacía a la ley de causa-efecto. No obstante, se reducen y se abstraen todos los fundamentos ontológicos que conllevan a ello. A saber, todos los sub-puestos (positum) del sujeto (subiectum) que hace ciencia, sin los que sería imposible concebir a ésta. Incluso, esta renuncia a la meditación ontológica es tomada como una ganancia metodológica (Heidegger, 2006:75).
Desde esta consideración, no es suficiente que la lingüística moderna, mediante la pragmática (con Apel ) la psicobiología (con Chomsky), la semiótica (con Pierce, Hjelmslev y Parret ) la epistemología moderna (Popper) y la lógica inductiva (Carnap) multipliquen sus métodos; ni las exime además, de esa falta de comprensión y tratamiento serio de dichos supuestos ontológicos, pues todas ellas, por más que lo pretendan preterir, se siguen valiendo de bases ontológicas mas sin embargo, de una interpretación óntica que deja a un lado la meditación del ser (Heidegger, 2006:114). De hecho la línea que traza Heidegger a partir de la linguistica alemana de finales del siglo XVIII (Herder,Humboldt), difiere de la línea epistemológica moderna que concibe al lenguaje como un instrumento, y cuyos lineamientos principales se remontan a pensadores como T,Hobbes, Locke y Condillac. En torno a la línea de pensamiento alemana y a su diferencia con respecto a la epistemología moderna muy influida por el empirismo, Charles Taylor expresa:
I want to call this line of thinking “expressive-constitutive”. It arises in the late eighteenth century in reaction to the main doctrine about language which develops within the confines of modern epistemology. The philosophy articulated in differents ways by Hobbes, Locke and Condillac. On this view, language is conceived as an instrument. The constitutive theory reacts against this, and Heidegger's image of language speaking can be seen as a development out of this original reaction. (Dreyfus,H.Wrathall,M,2005: 433)
Que, por otra parte, apelemos a la antropología cultural (Levi-Strauss), a la etnología (Farrar), a la lógica matemática y el atomismo lógico (Russel, primer Wittgenstein), o a la psicología (Jung) entendiendo al lenguaje mismo ya sea como facultad comunicativa, como manifestación idiosincrásica de un pueblo, como teoría simbólica del enunciado, o como una mera conducta fonético-fisiológica, no es suficiente pues para colocarnos en el horizonte ontológico necesario: aquel que dé cuenta de una explicación fundamentada y originaria a los fenómenos de la manifestación (verdad) comprensión de ser (trascender) presentación (temporeidad) e interpretación (cosmovisión) que resultan ellos mismos condiciones apriorísticas y ontológicas del lenguaje, entendido como manifestación del ser del ente por sí mismo (apofansiV) (Heidegger, 1993: 178) . Tampoco ellos explican por cierto, la tesis planteada al comienzo: que el ser humano no pueda no ser lenguaje. Ciertamente que estos fundamentos del lenguaje no se refieren a capacidades fonéticas, o interpretaciones del mundo culturales codificadas, sino que trascienden la experiencia fáctica y además la posibilitan desde la estructura ontológica del ser humano que está ahí proyectado con el mundo y desde esto debe partir todo intento de comprensión decisivo del lenguaje entendido como discurso (Rede):
Die Versuche, das ‹‹Wesen der Sprache‹‹ zu fassen, haben denn immer auch die Orientierung an einem einzelnen dieser Momente genommen und die Sprache begriffen am Leitfaden der Idee des ‹‹ Ausdrucks ‹‹ , ‹‹ der symbolischen Form ‹‹ , der Mitteilung als ‹‹ Aussage ‹‹ , der ‹‹ Kundgabe ‹‹ von Erlebnissen oder der ‹‹ Gestaltung ‹‹ des Lebens. Für eine voll zureichende Deefinition der Sprache wäre aber auch nichts gewonnen, wollte man diese verschiedenen Bestimmungsstücke synkretistisch zusammenschieben. Das Entscheidende bleibt, zuvor das ontologisch-existenziale Ganze der Strucktur der Rede auf dem Grunde der Analitik des Daseins herauszuarbeiten. (Heidegger, 1984: 163)
Los primeros pasos hacia una comprensión originaria del lenguaje en una dirección hermenéutica, en oposición a la abstracción de las interpretaciones lingüisticas modernas y en apoyo al giro ontológico realizado por M.Heidegger lo dió en el siglo XIX Whilhelm von Humboldt, precisamente apoyándose en el problema de la cosmovisión, de modo que concordando con Charles Taylor, es preciso, para comprender el horizonte en el que se enmarca la problemática del lenguaje en Heidegger, remontarse al aporte “revolucionario” de la lingüistica alcanzado en Alemania a finales del siglo XVIII :
I want to offer a reading of Heidegger's views on language which places him within the contex of the revolutionary change in the understanding of language and art that took place in the late eighteenth century in German.I believe this is the most fruitful contex in which to set his writings on the topic.(Dreyfus,H:2005:433)
Refiriéndose a la perspectiva linguistica propuesta por W. Von Humboldt, expresa H.G.Gadamer en un capítulo fundamental de Verdad y Método (Wahrheit und Methode), a saber, la tercera parte de la obra, en la que se trata al lenguaje como horizonte de una Ontología hermenéutica (Sprache als Horizon einer hermeneutischen Ontologie) y el lenguaje como experiencia del mundo (Sprache als Welterfahrung):
Seine eigentlich Bedeuutung fur das Problem der Hemeneutik liegt woanders: in der Erweisung der Sprachansicht als Weltansich. Er hat den lebindegen Vollzug des Sprechens, die sprachliche Energeia als das Wesen der Sprache erkkant und dadurch den Dogmatismus der Grammatiker gebrochen.(...) Er hat gezeigt wie schief diese Frage ist, sofern sie die Konstruction einer sprachlosen Menschenwelt einschließt, deren Erhebung zur Sprachlichkeit irgendwand und irgendwo vor sich gegangen sei. Einer solchen Konstruction gegenüber betont Humboldt mit Recht, daß die Sprache von ihrem Anbeginn an menschlich ist. Diese Festellung verändert nicht nur der Sinn der Frage nach dem Ursprung der Sprache- Sie ist die Basis einer weitreichenden anthropologischen Einsicht. (Gadamer,1990:446)
E inmediatamente y contra un reduccionismo metodológico, el mismo Gadamer destaca claramente la relación intrínseca del lenguaje con la cosmovisión y por lo tanto con la ontología:
Die Sprache is nicht nur eine der Austtatungen, die dem Menschen, der in dem Welt ist, zukommt, sondern auf ihr beruht,und in ihr stellt sich dar, daß die Menschen überhaupt Welt haben.(...) Wichtiger aber ist, was dieser Aussage zugrunde liegt: daß die Sprache ihrerseits gegenüber der Welt,die in ihr zu Sprache kommt, kein selbtständiges Dasein behauptet.Nicht nur ist die Welt nur Welt, sofern zur Sprache kommt, die Sprache hat ihr eigentliches Dasein nur darin, daß sich in ihr die Welt darstellt. Die ursprünglichen Menschlichkeit der Sprache bedeutet also zugleich die ursprünglichen Sprachlichkeit des menschlichen in-der-Welt-Seins. (Gadamer,1990:446)
El lenguaje y la comunicación por ello mismo no pueden buscar explicarse desde los criterios con los que se analizan y conciben los sistemas artificiales, sino desde una comunidad linguistica que se fundamenta en la cosmovisión como una de las principales categorías existenciales y metafísicas (Gadamer, 1990: 450)
Desde sus primeras indagaciones acerca de la vida fáctica (Einleitung in die Phäenomenologie der Religion 1920- Ontologie.Hermeneutik der Faktizität-1923), pasando por su curso Logik: Die Frage nach der Wahrheit que dictó en el semestre de verano de 1934, después de su dimisión del rectorado; por sus conferencias y escritos reunidos en Unterwegs zu Sprache en la década de 1950, e incluso hasta el final de su vida, mediante su preocupación por el problema del Loyoc en Heráclito, M.Heidegger ha sido uno de los filósofos del siglo XX que más se preocupó por fundamentar la esencia del lenguaje desde una ontología originaria 6 , desde un diálogo directo entre otros con Heráclito, Parménides, Platón y en especial Aristóteles. Respecto a la importancia y los aportes de Heidegger, Jan Aler en su ensayo Heidegger's Conception of Language in Being and Time expresa:
Reflections on language occupy an important place in twentieth-century philosophy due to the situation in which philosophy finds itself today. This is particulary true for Heidegger's work. Not only do Heidegger's reflections on langage stand out, but also his use of language is especially remarkable. Two aspects of his language most be considered: his mode of expression and the manner he presents his argumentation using linguistic (or also) literary data.(Cockelmans,J.1980)
Desde la perspepctiva de su ingente obra el lenguaje no es de ninguna manera un mero instrumento, sino que es concebido como aquello que abre acceso al ser en el mundo compartido y que llega a llamar incluso “la casa del ser”. Acerca de esta posición radical de Heidegger, C.Taylor expresa: “To describe language as “the house of being”, for instance, is to give it more than instrumental status. Indeed, Heidegger repeatedly inveighs those views of language which reduce it to a mere instrument of though or communication. Language is essential to the “clearing”.” (Dreyfus, H.Wrathall,M,2005:441-442). Y más adelante acerca acerca de la condición apriorística de la apeturidad (Erstlossenheit) del lenguaje en el Dasein y de sus puntos en común y sus diferencias con respecto a la tendencia psicológica del lenguaje como reflexión y consciencia en Herder, expresa Taylor:
Heidegger stands in the Herder tradition. But he transposes this mode of thinking in his own caractheristic fashion. While Herder in inaugurating the constitutive view still speaks in terms of “reflection”, which sounds like a form of consciousness, Heidegger clearly turns the issue around, and sees language as what opens acces to meanings. Language discloses (…) the language is seen as the condition of the human world being disclosed.The disclosure is not intrapsychic, but occurs in the space between humans; indeed, it helps to define the space that humans share. (Dreyfus, H.Wrathall,M,2005:442).
La obra de Heidegger, por tanto, es imprescindible si queremos alcanzar una comprensión más profunda del lenguaje desde sus raíces ontológicas. Sin embargo, la naturaleza tan compleja de su obras completas (Gesamtausgabe): lecciones, libros, conferencias,seminarios, cuadernos, epístolas, material taquigrafiado, incluso poemas, hace que un estudio global y articulador sea más que necesario. Nosotros queremos contribuir y realizar un aporte en torno a ello. Manteniendo esto presente planteemos pues abiertamente las interrogantes principales desde las que abordaremos la obra del insigne filósofo alemán: ¿Cuáles son los fundamentos metafísicos que posibilitan el lenguaje? ¿En qué consisten? ¿cuál es su forma de acceso? y ¿cómo se articulan en el Dasein que es el ser humano?
Para responder a estas interrogantes fundamentales nos ubicaremos en una posición metodológica primordial: cómo se da el lenguaje en la cotidianidad, entendida ésta no solo a “la forma como el Dasein vive simplemente sus días” (Heidegger,1993:386) sino como afirma el mismo Heidegger en el último parágrafo del capítulo IV (Zeitlichkeit und Alltäglichkeit) de la segunda sección de Sein und Zeit titulado precisamente Der zeitliche Sinn der Alltäglichkeit des Daseins, entendida fundamentalmente como la forma de temporización caída de la temporeidad del Dasein. “(...) mit dem Titel Alltäglichkelt im Grunde nichts anderes gemeint ist als die Zeitlichkeit (...)”.(Heidegger,1984:372) Ello nos facilitará la forma de acceso a sus caracteres ontológicos fundamentales y al mismo tiempo con ello seguimos la misma posición metodológica de Heidegger entre los años 1919-1927. Edward Javier Ordoñez en su artículo Rasgos de una Ontología Fundamental, refiriéndose a las ventajas metodológicas de iniciar el análisis con el fenómeno de la cotidianidad dentro de la analítica existenciaria de Heidegger expresa: “El recurso de la cotidianidad evitará en cierta medida, el carácter problemático del modo de acceso a este ente (...)”.(Ordóñez, E: 2015).Comencemos entonces con la forma como se revela el lenguaje en el modo de ser del Dasein cotidiano y cómo la temporeidad caída lo arrastra a su degeneración.
El lenguaje manifiesta al ente, lo presenta, lo participa al mundo, lo nombra para que este reverbere su ser. Entonces decimos que lo ex-presa. Esto es, lo libera para que él mismo despliegue su fundamento. Ello lo hace desde la interpretación (Auslegung) de una totalidad respeccional o contexto de signos que a su vez, sólo son posibles como tal, mediante la base de una comprensión previa del ser. Entonces, el lenguaje, visto desde este fundamento, comprende, significa y expresa al ente ontológicamente y lo lleva al plano óntico y al mundo fáctico. Ellos representan sus tres momentos fundamentales. A esta articulación del comprender, con el interpretar y el expresar, que constituye el fundamento ontológico del lenguaje, lo llama Heidegger discurso (Rede) (Heidegger, 1993: 184). Ya en los inicios del pensar de Occidente, a saber, en los griegos, estos tres momentos del lenguaje fueron destacados de una manera sublime como logoV (comprensión del sentido), muqoV (interpretar-relatar) y epoV (decir-expresar). Por ello mismo, no se trata de que el lenguaje sea una facultad posterior, ajena, secundaria o consecuente del Dasein, como lo entiende la lingüística y el pensamiento moderno (Lyons.1973:57), sino que él mismo, en cuanto que es en el modo de comprender sus propias posibilidades en su estar-en-el-mundo, es, dicho mediante una expresión del propio Heidegger, cooriginariamente (mitürsprunglich) lenguaje. En efecto, el lenguaje entendido, no como facultad de interpretación de signos y códigos, sino como apertura comprensiva del ser humano al ser en las posibilidades abiertas por la trascendencia, posibilita al Dasein mismo en cuanto tal :
Im Verstehen liegt existenzial die Seinart des Daseins als Sein-können. Dasein ist nicht ein Vorhandenes, das als Zugabe noch besitzt, etwas zu können, sondern es ist primär Möglichsein (…) Die Möglichkeit als Existenzial dagegen ist die ursprünglichste und letzte positive ontologische Bestimmheit des Daseins (…) Den phänomenalen Boden, sie überhaupt zu sehen, bietet das Verstehen als erschließendes Sein-können. (Heidegger. 1984: 143-144)
Pero este comprender (Verstehen) que abre al Dasein hacia sí mismo y hacia los entes, no se refiere a una captación estática ni temática de información que se almacena, sino que por el contrario, tiene carácter proyectivo. Es decir, en ella el Dasein abre formas determinadas e históricas de ser de los entes y de sí mismo que se hacen patentes en la significatividad de su mundo: (…) das Verstehen an ihm selbst die existenziale Struktur hat, die wir den Entwurf nennen. Es entwirft das Sein des Daseins auf sein Worumwillen ebenso ursprünglich wie auf die Bedutsamkeit als die Weltlichkeit seiner jeweiligen Welt. (Heidegger, 1984: 145). Ahora bien, en el modo de ser cotidiano del Dasein, en el que él se interpreta no desde sí mismo de manera propia, sino de manera impropia desde su mundo (Heidegger, 1993: 169), tales momentos esenciales del lenguaje se alejan de su vocación real y verdadera. La expresión deviene habladuría (Gerade). La palabra se convierte en repetición de lugares comunes y en un hablar cotidianizado, desvinculado de su fundamento (Heidegger, 1993: 190-193). Ciertamente se mienta al ente, pero este no queda liberado en su ser, sino más bien represado en la ambigüedad de su sentido; la interpretación, por su parte, apela a meros convencionalismos en los que los signos ya no orientan hacia un misterio profundo, hacia un sentido pleno, sino a códigos preestablecidos; y la comprensión -momento inicial y decisivo del lenguaje- no escucha al ente directamente sino a lo dicho acerca de él. Heidegger no pierde de vista en ningún momento el modo de darse el lenguaje en el modo de ser eminente del Dasein, aquel que lo domina durante toda su existencia.Al respecto Jan Aler expresa: “But the mode of the ek-sistence in which Heidegger's exposition reveals the constitutive characther of language is,within the general perspective of the preparatory analitic, the average everydayness: language is a tool to be used in social intercourse”. (Cockelmans, J.1972: 50)
Este fenómeno se da fácticamente a través de la inserción del ser humano en una cultura que está previamente determinada por lo “común” (Navia, M.2010: 129) pero este no es más que un fenómeno determinado ontológicamente por el Uno (das Man) y la cotidianidad (Alltäglichkeit) como la forma de temporización caída del Dasein. (Heidegger, 1993:151) .A su vez, la causa decisiva de la caída del lenguaje en la cotidianidad, es la desvinculación de la escucha del poder-ser más propio del Dasein y de los entes de los que se habla, volviendo la comprensión de ser una comprensión mediana (durchsnittlich) y exclusiva de lo hablado en cuanto tal.
Gemäß der durchschnittlichen Vertständlichkeit, die in der beim Sichaussprechen gesprochenen Srache schon liegt, kann die mitgeteilte Rede weitgehend everstanden werden, ohne daß sich der Hörende in ein ursprünglich verstehendes Sein zum Worüber der Rede bringt. Man versteht nicht so sehr das beredete Seiende, sondern man hört schon nur auf das Gerredete als solches. Dieses wird verstanden, das Worürber nur ungefähr, obehin; man meint dasselbe, weil man das Gesagte gemeinsam in derselben Durchsnittlichkeit versteht. Heidegger, 1984:168)
A partir de la degradación del discurso como condición ontológica del lenguaje, la interpretación general del ente queda así, convertida en producto cultural manipulable y en acervo y patrimonio de la sociedad. Toda vez que los entes a ser comprendidos ya no son presentados, sino más bien interpretados ambiguamente, desde el haber-sido (Vorhabe), de una manera de ver previa (Vorsicht), y de una conceptualización previa (Vorgriff) que no proviene de una apertura plena del Dasein (Heidegger, 1993:174)
El lenguaje se mineraliza en la lengua, en la que la gramática convencional representa su instrumento inconsciente de control y dominio. Su poder es aún más efectivo, en la medida en que la lengua se convierte en la interpretación del mundo incondicionada, y en la que se confunde ella misma con lo real en cuanto real. Es decir, expresándonos más claramente, la lengua, transmitida por una generación previa, nos introyecta una interpretación del mundo tan contundente y efectiva, que vemos el mundo del color y en el tono que dicha generación ofrezca (Ortega y Gasset, 1970: 146). Pero dicha interpretación generacional previa está a su vez determinada por una decisión histórico-ontológica con respecto al ser.
El ser humano queda pues envuelto y enrredado en un torbellino (Wirbel) por el halo invisible -pero, por ello, mismo implacable- de la esfera discursiva de la lengua a la que pertenecemos. La educación de la generación anterior, tan alabada de buena fe por Durkheim, contribuye en gran medida a su dominio, pero no obstante, es realmente nuestra condición de libertad la que nos deja entregados paradójicamente a ella, en la medida que nuestro estar-a-la-muerte más hondo, nos rebota hacia la protección de la cosmovisión preestablecida (Bergung), dejándonos en un estar-en-el-mundo al modo impropio de la solicitud dominante . A tal caída y a tal entrega se debe el hecho de que diariamente nos expresamos a la manera de la repetición y el desarraigo; interpretamos convencionalmente mediante una lengua predeterminada y además comprendemos al ente públicamente (Őffenlichkeit). Jan Aler describe la caída del lenguaje como logoV de la siguiente manera:
Logos taken in this verbal form of fallness is mere banter, small talk. It is in this manner that, in the changing determination of the relation between logos and language, the mode of Being of man decides the ontological character of language (…) if one approaches a structure in its everydayness, the everydayness determines its concretization. The discalification of the moment of wording cannot remedy this; the strcuture of logos is merely made ambiguous by this disqualification. (Cockelmans,J.1972:56)
Debido al fenómeno preeminente de la cotidianidad y la caída, el Dasein se mueve generalmente en una interpretación del ente que fija sus conclusiones en un haber previo (Vorhabe) guiado no directamente en una escucha y confrontación del ente mismo; sino en un ‘acervo cultural’, en un punto de vista previo (Vorsicht) predeterminado por las tendencias epocales, y una conceptualización previa (Vorgriff), en la que las ideas acerca de lo dicho sobre la cosas del mundo dominan tal conceptualización. Toda verdad epocal (desvelamiento social predominante del ente) va a estar pre-determinada por esta condición interpretativa previa de la lengua. Aquí lo decisivo no es la pregunta directa por el ser del ente, sino la aceptación de lo dicho con anterioridad acerca de él. Dicha aceptación determina con antelación la apropiación de lo comprendido (Heidegger, 1993:174)
Es esta caída del comprender originario la que determina la degeneración completa de los fundamentos (dejar-ser, temporeidad, verdad, cosmovisión) que posibilitan todo discurso. A su vez, esta degeneración arrastra en picada los fundamentos de la esencia misma del lenguaje. En efecto, el manifestar al ente (apofansiV) -vocación real del lenguaje- queda traicionado, debido a que la trascendencia no se da como dejar-ser al ente; la temporeidad, en lugar de temporizar a futuro al Dasein, queda dominada por la anacronía del haber-sido pasado; el estar-a-la-verdad como revelación apofántica del ente, no se da sino como ambigüedad y ocultamiento; y la visión del mundo en lugar de ser alcanzada propiamente (Haltungweltanschauung) degenera (Entartung) como negocio (Betrieb), adaptación, acuerdo conveniente y cobijamiento (Bergung) (Heidegger, 1999: pp.381-386) .
Estas condiciones ontológicas son las que han permitido que en el dominio moderno de la interpretación pública del mundo, manifestada en el lenguaje y reforzada por la técnica como control y violencia al ente, ejerza su dominio y su poder el enunciado (Aussage), como el lugar único de la verdad. Acerca de las consecuencias fácticas de tal giro ontológico y epistemológico y de la modificación de la verdad manifestada en términos técnicos, Blanco Ilari expresa :
Este abandono (de las certezas básicas de la vida cotidiana.N.A) marca una lejanía, cada vez más pronunciada,entre el lenguaje de los que todavía hablan la doxa y el que utilizan los que se han encaramado a la altura de la episteme (…) La extrañeza de la “verdad” queda cristalizada en la creación discursiva de ideolectos cada vez más excluyentes. La “realidad” que se oculta tras las apariencias, se expresa en un lenguaje especial, hipertecnificado, cuyo código solo puede ser manejado por aquellos que se han atrevido a deshacerse del lenguaje natural. (Blanco Ilari, Juan.2015:28)
El enunciado representa así la forma exclusiva, formalizada y uniforme de interpretar al ente, caracterizado por la determinación predicativa de un rasgo de ser del sujeto, que se abstrae por sobre todas las demás, pero de las que no se toma en cuenta la riqueza de la totalidad de significaciones de donde son tomados tales predicados interpretativamente (Heidegger, 1993:180-181). La interpretación, entendida como referencia del ente a las estructura del 'en cuanto' pierde así con el enunciado el rico mundo de referencias a las que se remite el qué del ente. Incluso dicha perdida experimentada por la interpretación es la esencia misma del enunciado:
Die Als-Struktur der Auslegung hat eine Modifikation erfahren. Das “Als” greift in seiner Funktion der Zueignung des Verstandenen nicht mehr aus in eine Bewandtnisganzheit. Es ist bezüglich seiner Möglichkeiten der Artikulation von Verweisungs bezügen von der Beduetsamkeit, als welche die Umweltlichkeit konstituiert, abgeschnitte. Das “Als” wird in die gliechmäßige Ebene des nur Vorhandenen zurückgedräangt. Es sinkt herab zur Struktur des bestimmenden Nur-sehen-lassens von Vorhandenem. Diese Nivellierung des ursprünglichen “Als” der umsichtigen Auslegung zum Als der Vorhandenheitsbestimmung ist der Vorzug der Aussage. So gewinnt sie die Möglichkeit puren hinsehenden Aufweisens. (Heidegger,1984:158).
De manera que el ente se “desmundaniza” (Entweltlichung): “(…) cada vez que el sentido se aleja del origen, gana y pierde algo al mismo tiempo: se vuelve cada vez más explícito (esto representa una ganancia), pero pierde su condición mundana, esto es, pierde la riqueza de las múltiples relaciones de sentido que encierra la vida práctica.” (Bertorello, 2008:128). La teoría del juicio, basada en el enunciado, se convierte así en el ídolo moderno a través del que sólo y exclusivamente debe aparecer el ente. Este debe ser comprendido así únicamente en términos de objetividad. El ente queda reducido a Objeto. Esta expresión significa aquí: la forma apofántica en que debe aparecer exclusivamente el ente. En tal condición óntica el ser humano es arrastrado y queda despojado de su mundo más propio. Este fenómeno pertenece a la esencia misma de la cotidianidad, sin embargo, llega a su cenit en la época moderna. Juan Blanco Ilari expresa al respecto:
El sujeto que emigra es un sujeto desvinculado.Su función es hacer de todas las cosas objetos de conocimiento; es decir, establecer como patrón relacional la “observación descomprometida”.El imperativo epistémico de abandonar el sujeto encarnado, inserto en el reino de la doxa, para consagrar al sujeto epistémico (universal y necesario) nace con la filosofía y se radicaliza durante la modernidad.” 7 (Blanco Ilari, Juan, 2015: 27)
Continuando con el análisis podemos plantear que en dicha dimensión la lógica matemática moderna y la sintaxis gramatical e incluso la comprensión de la filosofía en términos exclusivamente apofánticos como hemos planteado, ejercen el control de la forma como debe manifestarse en su verdad. Verdad que sirve eficientemente para la aplicación experimental de la ciencia y la tecnología moderna. En este sentido, el lenguaje, al convertirse en mera herramienta y mera técnica, pierde su vocación original, es decir, ya no manifiesta el ser, sino que tan sólo nombra e in-forma acerca de los entes. En su conferencia del dos de abril de 1936 titulada Holderlin y la Esencia de la Poesía (Hölderlin und das Wesen der Dichtung) Martin Heidegger hace una crítica a tal comprensión moderna del lenguaje como mero instrumento:
Die Sprache ist nicht nur ein Werkzeug, das der Mensch neben vielen anderen auch besitzt, sondern die Sprache gewährt, uberhaupt erst die Möglichkeit, inmitten der Offenheit von Seiendem zu stehen. Nur woSprache, da ist Welt (...)Die Sprache ist ein Gut in einem ursprünglicheren Sinne (…) sie leistet Gewähr , daß der Mensch als geschichtlicher sein kann.Die Sprache ist nicht ein verfügbares Werkzeug, sondern dasjenige Ereignis, das über die höchste Möglichkeit des Menschseins verfügt.(Heidegger, 1981: 37-38)
En efecto, desde esta perspectiva, desde el análisis de la degeneración de los fundamentos ontológico del lenguaje, el análisis histórico y morfosintáctico de las lenguas indoeuropeas modernas, en que la pérdida de los participios e infinitivos futuros, el predominio del modo verbal indicativo y la pérdida de los tiempos verbales de indicativo (antepretérito) y de subjuntivo (futuro imperfecto) se comprenden por vez primera, es decir, no se pasan por alto como una serie de tendencias 'curiosas' y aisladas, objeto de la lingüística como ciencia, sino que se reconoce en el fondo de todas ellas, la influencia decisiva de la interpretación del mundo moderna, que ve en lo fáctico-objetual el único modo de desocultamiento y manifestación del ser del ente.
¿Pero es ésta acaso la única forma de manifestarse un ente? ¿y si descubriésemos que en el estar-a-la-escucha como anhelo, como modo de ser más propio del Dasein, se puede revelar una forma de manifestarse el ente de manera mucho más profunda y real que en la mera abstracción del ente como enunciado? . Y desde esta perspectiva ¿qué forma de lenguaje nos podría ofrecer la perspectiva adecuada para la comprensión más profunda del ente? Necesitamos dicha profundización porque, en efecto, lo que es revelado en el enunciado es la insuficiencia de una temporeidad vacía y fija, una revelación monosémica, y una interpretación del mundo preestablecida exclusivamente por lo objetual. Sólo ello explica el éxito con que la lógica ha sido aplicada y controlada en el estado de la ciencia actual. No obstante, en la profundidad del estar-a-la-escucha como anhelo, se esconde una verdad del ente de una manera tan trascendente, que escapa a cualquier intento de manipulación que provenga del mundo fáctico.
Veamos pues a continuación como el lenguaje cotidiano puede retomar su génesis prístina y su vocación fundamental a través del fenómeno de la poiesis y la reflexión en torno a la escucha: como hemos dicho, ello solo es posible a través del recuerdo interiorizante de lo inicial (Heidegger,2006:50). En ellos, la trascendencia, la revelación de ser, la temporeidad y la cosmovisión deben hacerse manifiestas abiertamente para que la pregunta por el ser pueda abrirse en un Dasein fáctico.
Todo lenguaje se refiere a un manifestar el ser del ente. Al cumplir con ésta, precisamente su vocación más originaria, el decir es ante todo un decir poiético, pues al nombrar las cosas en su esencia las pro-duce, las lleva al ser creativamente.Así el lenguaje poético es el lenguaje originario (Ursprache). Es desde esta dimensión, de la que parte todo lenguaje cotidiano y por tanto desde la que todo intento de comprensión del lenguaje adquiere su significado pleno:
Dichtung ist nicht nur ein begleitender Schmuck des Daseins, nicht nur eine zeitweitlige Begeisterung oder gar nur eine Erhitzung und Unterhaltung. Dichtung ist der tragende Grund der Geschichte und deshalb auch nicht nur eine Erscheinung der Kultur und erst recht nicht der blöße “Ausdruck” einer “Kulturseele” (…) Dichtung ist das stiefende Nennen des Seins und des Wesens alles Dinge- kein beliebiges Sagen, wodurch erst all das ins Offene tritt, was wir dann in der Alltagssprachen bereden und verhandeln. Daher nimmt die Dichtung niemals die Sprache als an vorhandenen Wekstoff auf, sondern die Dichtung selbst ermöglich erts die Sprache.Dichtung is die Ursprache eines geschichtlichen Volkes. Also muß umgekehrt das Wesen der Sprache aus dem Wesen der Dichtung verstanden werden. (Heidegger,1981:42-43)
En la forma de manifestarse el lenguaje a partir de la cotidianidad,hemos planteado arriba que éste degenera y su degeneración se hace patente en sus tres momentos constituyentes, a saber, en el hablar ambiguo y sin fundamento, en el significar gramatical convencional y en la interpretación pública. Tal caída en picada del lenguaje hemos dicho, no proviene de ella misma, sino de los fundamentos metafísicos que lo hacen posible. La caída es, completamente, la del Dasein en su estar en el mundo. (Heidegger,1993: 198)
No obstante, existe la posibilidad de que él mismo retome y reacate su ser fundamental, es decir, aquel en el que la pregunta por el ser se vuelve determinante para su se-en-el-mundo histórico-fáctico. Dicha posibilidad se refiere a la escucha del ser, al dejarse apelar por la llamada del fundamento. Dicha escucha implica una actitud teórica-contemplativa, un gratuito dejar-ser (sein-lassen)(Heidegger, 1996:112) que abra al Dasein plenamente hacia el ser de los entes en actitud interrogativa. Es sólo esta escucha entendida como dejar-ser, el fundamento metafísico del lenguaje, por tanto aquello que lo hace posible. “La verdadera experiencia del lenguaje no está en el decir, sino en el oír (…) La verdadera experiencia del lenguaje reside en el oír la palabra del silencio del ser (…) en el oír, el hombre es un paciente y sólo así tiene una experiencia profunda del lenguaje.” (Navia,W.2010: 140-141) 8 . Por ello, al colocarse en esta dimensión ontológica esencial y fundante, el ser humano rescata al lenguaje y lo lleva a su esencia: comprende, interpreta significativamente y dice el ser de los entes, y por ello los recrea, los transfigura y los nombra poéticamente. En efecto, la actitud teórica misma (Qewria) comprendida de manera originaria como contemplación y protoacción fundamental, se refiere a una escucha-anhelante de aquello que fundamenta y que posibilita al lenguaje como tal.
Si el ser humano detiene por un momento su accionar cotidiano, entre ellos el perenne prurito de la habladuría, y se dirige a la escucha contemplativa y directa de las cosas mismas, sólo entonces ello hace posible que éstas se manifiesten con su luz propia (fainoV). Esto solo puede ocurrir precisamente porque la esencia del lenguaje no es un algo óntico como lo pensaba Platón, ni un producto de la especulación de la mente humana, como lo propone todo el empirismo y la epistemología moderna, sino el alumbramiento (Lichtung) del ser desde el que se hace claro todo ente:
One crucial point for Heidegger is tha the clearing cannot be identified with any of the entities which showed up in it. It is not be explained by them as something they cause,or one of their properties, or as grounded in them (…) So the clearing is Dasein-related yet not Dasein-controlled.It is not Dasein'sdoing. (…) Heidegger's position can be seen from one point of view as utterly different from both Platonism and subjectivism, because it avoids onticizing altogether; from another point of view, it can be seen as passing between them to a third position which neither can imagine, one which is Dasein-related,but not Dasein-centered. (Dreyfus, H.Wrathall,M,2005:44-45).
Esta es la esencia del lenguaje, su dimensión poiética, a partir de la que el ser humano trasciende los esquemas conceptuales de su época y desde la que toda lengua entendida como uso social y toda gramática, se alimentan como de una fuente creadora que mana sus aguas, subrepticiamente. “El lenguaje humano responde a un instinto de poetizar, como producción creadora, que le afirma frente al mundo animal, y al mismo tiempo al filósofo, artista, es decir, Poeta, en el sentido originario de la Poiesis, le abre nuevos cauces de acción, al liberarlo del yugo de la lógica.”. (Visbal, Marta de la Vega, 2010:214). La palabra se vuelve fisiV porque abre el ser; logoV porque reúne en lo esencial, en lo que funda y da sentido; y apeiron, porque en lugar de retener, solidificar y marcarle límites (definir) al ente en una esencia determinada (lengua-léxico-gramática) lo desata en cambio de las limitaciones, lo libera, y lo lleva a la presencia, y además lo presenta en formas y posibilidades de ser totalmente nuevas.
El dejar-ser -entendido como protoacción fundada a su vez en el cuidado y la libertad 9 - , en que la escucha se deja apelar por el ser, aporta y lleva a la luz el fundamento de los entes, lo que los inicia y lo que posibilita todo encuentro; la presencia viva, real y actualizante de las cosas, en la que todo anacronismo del Uno es superado por el encuentro con lo siempre nuevo; la revelación de su esencia, no como substancias sino como fenómenos siempre dispuestos a ocultarse-desocultarse; y la actitud comprensora, no como una adaptación pasiva del mundo recibido, sino como una actitud creativa y pro-ductiva en constante transfiguración y reconfiguración. El ser acontece realmente en el mundo mediante la palabra:
Lenguaje.
Tú, seña del goce,
sonido del sufrimiento,
candidez de su ternura;
desgarro del silencio,
primerísima juntura de la más próxima proximidad.
Retorna libremente
a tu corona
y baila el dolor del Ser
en el hogar del mundo
cuya lumbre se consume
mientras ilumina
cuanto de ella proviene 10 .
M.Heidegger
La plenitud de los fundamentos metafísicos del lenguaje llevado a cabo por la actitud apelativo-contemplativa del ser, en el que la pregunta por el ser como dimensión eminente del ser-en-el-mundo de un Dasein fáctico se ha liberado, transforma con ellos al lenguaje mismo en sus momentos esenciales. Se ha pasado mediante la resolución (Erschlossenheit) y mediante una destrucción de la lógica apofántica a un logos hermenéutico:
La destruction de la logique, toujours dejà uniment phénoménologico-hérmeneutique, s'applique à l'ipse aliéné par das Man, parlé par la lingua aliena du On commandé par un concept traditionnel de la vérité propositionnelle qui réfère, en dernière instance, à un temps nivelé,axè sur l'être intérpreté- vécu- comme Anwesenheit. (Sommer,C, 2014: 134)
De modo que en esta dimensión de extrañeza (atopoV) asombro-contemplativo (qaumazein) y perplejidad (diaporhsanteV) en el que se rompe la dictadura de la cotidianidad y que el propio Aristóteles ya hace mucho tiempo, catalogó en su libro Alfa de la Metafísica como principio fundamental de todo saber, (Aristóteles, Metafísica: 76 ) la comprensión bebe de lo hondo del ser mismo, ya no de una manera mediatizada, no se basa ahora en el haber previo, sino en el poder-ser que proyectan los mismos entes desde la presencia y la revelación de su propia esencia; la interpretación-significación no se apoya ya limitativamente en una convención de signos, sino que señala (semhuein) mediante medios propios, íntimos y metafóricos, y por tanto polisémicos; y la expresión libera al ente en su ser y lo presenta desde aquello que le dicta, no la interpretación pública de la realidad, sino el decir que ofrece y se revela en todo escuchar y callar humano contemplativo del ente.
Ser humano
¿Quién conoce el silencio al que el mundo se retrae?
¿Quién osa habitar donde la dicha se escurre?
¿Quién llama a lo súbito su año?
¿Hacia quién inclina el acaecimiento propicio
¿ Quién corresponde al poema?
Ahora bien, si la dimensión poiética del lenguaje, -rescatando desde la escucha al lenguaje mismo de su concepción instrumentalizada y técnica- abre al Dasein y lo coloca en la apertura plena de la pregunta por el ser, esto quiere decir que ahora, éste se encuentra en una comprensión de ser trascendente. Esta trascendencia o comprensión de ser, presenta tres rasgos ontológicos fundantes: logoV, fusiV, apeiron, problemas fundamentales de los primeros pensadores griegos. Por tanto, para llevar a plenitud la liberación de la pregunta por el ser será necesario escuchar con devoción el decir del pensar en Occidente 12 , asumiendo de nuevo una meditación, un recuerdo interiorizante de estos momentos esenciales del ser desde una mirada nueva y a la vez vinculada de manera única y hermenéutica a la tradición clásica entendida como historia acontecida que hasta hoy día nos determina sin nosotros siquiera saberlo (Heidegger, 2006:44- 52) . Desde esta reapertura y retorno (nostoV) de la pregunta por el ser, se hacen patentes de una manera renovada los fundamentos que hacen posible el milagro humilde y diario del lenguaje, ya no como una “cosa” o “herramienta”, sino como uno de los rasgos ontológicos fundantes del ser humano. No obstante, una investigación más amplia de esta naturaleza excede con mucho los límites de este trabajo
La comprensión de la relación entre lenguaje y metafísica en Heidegger debe hacerse desde el horizonte de la vida y obra entera del gran maestro alemán. A su vez, Heidegger como maestro debe interpretarse tomando en cuenta dos facetas fundamentales: 1. el ámbito público en donde dio a luz sus obras, es decir, sus obras publicadas, como Sein und Zeit, y sus conferencias, las que se caracterizan por exponer lineamientos generales;2. El epistolario con sus amigos y en especial con Hannah Arendt, que constituye un puente entre aquella hondura en la que se replegaba el maestro en su soledad y retiro en Todnauberg y en los caminos hacia el prado 3. el ámbito personal y solitario de Heidegger como maestro, investigador y filósofo: un Heidegger digamos acroamático, desde donde despliega todo lo más profundo de su enseñanza y de su pensamiento. A esta faceta pertenecen sus famosas lecciones y sus cuadernos negros (Schwarz Hefte), y las taquigrafías de sus discípulos. Ello implica que todo método para una comprensión de problemática entre lenguaje y ontología en Heidegger deba tomar siempre en cuenta este rasgo fundamental de su vida y su obra. El pensamiento público de Heidegger debe ser enfocado en la magnitud y profundidad de su obra íntima como maestro, como amigo y como amante. Esta última faceta es mucho más profunda y de mayor trascendencia en términos filosóficos, si tomamos en cuenta que gran parte de la Gesamtausgabe aún está sin traduicirse al castellano 13 .
Es por ello que con respecto a la vía de acceso al problema, hemos utilizado una hermenéutica sintética en torno a los existenciales fundamentales no solo planteados en Sein und Zeit, sino además en este nivel mucho más profundo de sus lecciones. Ahora bien este método fuera inútil sino se comprende además tales existenciales como ellos mismos, es decir, en interacción, coacción y movimiento. Aspecto, en el que Jan Aler, como dijimos al principio, consideramos que fue fiel seguidor. Sin perder de vista estos lineamientos metodológicos como forma de acceso a la problemática del origen del lenguaje en la metafísica, tratemos de responder de manera ahora sí clara a las interrogantes que guiaron esta investigación:
¿Cáales son los fundamentos metafísicos del lenguaje y cómo se articulan entre ellos?: en primer lugar la comprensión del Dasein, que a la vez solo es posible por la escucha (Hören), pero puesto que la escucha misma significa un estar- a-la-espera (Heidegger) y una forma de el cuidado (Sorge) entonces quiere decir que la escucha misma como estar-a-la-espera es tiempo: en su forma de recuerdo y a la vez proyección anticipada de la presencia, de una parousia (parousia) El tiempo en el modo de la resolución, como temporeidad conmemoradora y proyectiva de la presentación de los entes, saca al ser humano de manera ex-tática al encuentro trascendente con el ser, y lo poetiza, lo llena de la infintud inagotable del ser, y sólo así pueden llegar los entes a la palabra: por la sobreabundancia. El problema de nuestra comprensión del lenguaje cotidiana es que se refiere a emisión, ex-presión, signos, códigos y gramática, mientras lo que estamos planteando nosotros con Heidegger es que el lenguaje es ante todo escucha, silencio, estar-a-la-espera del encuentro con el ser, al momento en que brote la pregunta profunda por este. Y valiéndonos de una metáfora de don Miguel Unamuno, así como del árbol no podemos ver las raíces, pero sí su follaje, así del lenguaje lo que percibimos cotidianamente son las expresiones fácticas y sensoriales de él. El lenguaje anacrónico usado en la cotidianidad más formal, incluyendo en muchas ocasiones el lenguaje científico degradado, como de un manantial profundo, se nutre silenciosa y misteriosamente de esa constante renovación en este fundamento metafísico de la comprensión sin lo cual, al divorciarse casi completamente, se petrifica y se vacía. De modo que el lenguaje llega al habla no por carencia sino por sobreabundancia. El ser humano derrama en la medida que esta preñado por el ser y solo es realmente desde él . Al hacerlo, simultáneamente, crea mundo, reconfigura la cosmovisión en la que ha nacido y que lo tiene atrapado y la renueva, históricamente, es decir, acontece (Ereignis) la libertad del ser en él, y a su vez este acontecer es un acontecer de la verdad, una re-velación (a-lhqeia), parousía (parousia) esto es, presencia desde la ruptura de la cotidianidad: entonces la temporeidad auténtica y resuelta posibilita el estar-a-la-espera, a su vez éste posibilita la escucha, la escucha a la comprensión, la comprensión a la interpretación y esta a la ex-presión del lenguaje. La ex-presión lleva el ser al mundo, pero para que ello ocurra debe siempre haber ruptura desde la cotidianeidad, es decir, liberación y regreso (ana-lusisV) desde y con respecto al modo de temporeidad caída del Dasein. Pero metodológicamente hablando, la resolución de la temporeidad auténtica se da al mismo tiempo que el acontecer histórico de la verdad en una cosmovisión libre e independiente de toda dictadura generacional o epocal. De modo que temporeidad-cosmovisión-verdad-historicidad no pueden ser comprendidos unilinealmente según una ley simplificadora de causa-efecto, como el Dasein interpreta su mundo usualmente, sino desde una articulación dinámica, co-fundante y co-originaria, como el mismo Heidegger propone en los lineamientos metodológicos iniciales de Sein und Zeit.
La regeneración del lenguaje y la vuelta a su sentido pleno desde la objetividad del formalismo predicativo y desde la ambigüedad de la cotidianidad fáctica no significan un alejamiento de los entes, sino precisamente todo lo contrario, la regeneración y el re-arraigo del ser humano desde un sentido trascendente, pero a la vez inmanente y pleno. “The authentic ex-sistence does not hover above everydayness but is a special mode of rooting therein.”(Cockelmans,J.1972:59)
Las repercusiones prácticas de estas consideraciones acerca de los orígenes metafísicos del lenguaje creemos que son muy numerosas. Sin embargo, pensamos que dos de ellas destacan de manera esencial. 1. Solo el lenguaje comprendido en su esencia como silencio es el que permite el encuentro íntimo de dos seres humanos, es su raíz amorosa, en cualquiera de las formas de amor en que se manifieste. Y ello permite la continuidad de toda comunidad humana sin lo cual dejaría de ser una sociedad y se degradaría en una grotesca horda. 2. Puesto que la vocación más honda del lenguaje no es in-formar al ente 15 , es decir, llenarlo de significaciones superfluas que nada tienen que ver con su esencia, sino por el contrario, ex-presar y liberar al ser de todo ente, entonces lo des-reifica, lo des-mineraliza de toda etiqueta que anacroniza y se degenera en la repetición mecánica de la transmisión generacional. Ello entonces abre la cosmovisión entera a la dimensión de lo bello, lo que da vigor, lo inaprehensible y lo infinito, de que hablara ya Platón en el libro sexto de su Politeia, esto es el agaqoV como a-mecaneton, abre al ser humano hacia aquello que no puede ni nunca podrá manipular puesto que proviene de ello y se eleva y está más allá de todo enteepekeina thV ousiaV presbeia kai dunamei uperecontoV. (Burnet, 1903: 509 b) Sin embargo, el camino trazado y propuesto para nosotros por Heidegger es muy amplio, inagotable y denso. A pesar de haber hecho un recorrido por diversos aspectos en torno a los principios metafísicos que fundamentan el lenguaje, dicha problemática no queda en absoluto agotada. Al contrario, se abren otras interrogantes ineludibles pero que no hemos podido aún abordar como por ejemplo la relación entre una comunidad de personas determinadas por el diálogo y la manera como dichos principios metafísicos del lenguaje se darían fácticamente en ellos. La importancia de una comunidad doxástica para que pueda haber diálogo ha sido planteada por Blanco Ilari:
En el ámbito de los asuntos humanos es menester ser parte de la polis y estar nutrido y conformado por sus usos y costumbres para poder tomar parte en las discusiones (…) Sin este requisito de presociabilidad el diálogo es imposible, porque las creencias básicas que lo sustentan no están presentes. No se trata de un mero postulado, sino de un dato fenomenológico elemental; sin un elemento vinculante no puede haber diálogo posible.(Blanco Ilari, Juan, 2015: 29)
Por otra parte, con respecto a las metas pendientes, pensamos que para una comprensión completa del problema del lenguaje desde la perspectiva fenomenológica de la obra de Heidegger, es necesario realizar una interpretatio plenior, es decir, una interpretación que yendo más allá de las interpretaciones del gran filósofo alemán, puesto que no le alcanzo la vida para dilucidar en la profundidad de un panorama completo, pueda ofrecer una comprensión más articulada entre sus aspectos fundamentales de manera global, en las que pueda contemplarse y relacionarse además aspectos tan acuciantes como cosmovisión y lenguaje, tiempo y lengua, verdad y lenguaje entre otros. Y sobre todo como él mismo en algún lugar de Die Frage nach dem Ding, planteó y aplicó en la hermenéutica en torno a Kant: poder entender su obra principalmente en aquello que no expresa el autor, sino que deja reticente. Por ello, consideramos que no es obligatorio restringirse a una interpretación ortodoxa de la obra de Heidegger, sino ir más allá y reconfigurarla desde aportes propios. Ello implica no obstante, una labor muy ardua, pues aún queda mucho del filósofo alemán por abordar, traducir y publicar incluso en su lengua original 16 . Como es bien sabido, la obra completa de Heidegger (Gesamtausgabe) es muy amplia y requiere de un delicado uso y un alto dominio de la lengua alemana, así como del griego y del latín. No debemos por ello conformarnos con traducciones en castellano, sino de realizar un acucioso y arduo trabajo hermenéutico, e ir a las fuentes originales en la medida en que ello sea posible 17 . Por tanto, es necesario además, para no tergiversar el horizonte metodológico del lenguaje de Heidegger, realizar una revisión profunda de filósofos modernos como Kant y Hegel; filósofos medievales como San Agustín, Santo Tomás, Guillermo de Ockham y el maestro Eckhardt; así como de la filosofía griega, Heráclito, Parménides y Platón (sobre todo el problema de la a-lhqeia, y en especial Aristóteles, del que paralelamente Heidegger realiza una crítica acerca del dominio del enunciado apofántico pero de quien no obstante toma sus logros fundamentales para el análisis de la vida fáctica desde la que se da el lenguaje. Nosotros hacemos hincapié en el camino que falta por recorrer con respecto al problema de la cosmovisión, aspecto aún poco abordado hoy día por la crítica y los exégetas heideggerianos, temática además que consideramos esencial para la comprensión de cómo el lenguaje llega al habla y desde que perspectivas y criterios 18 .
Otro problema -acaso el más importante- que queda pendiente elucidar es la relación del lenguaje con la temporeidad, horizonte de comprensión fundamental del Dasein para todas las estructuras del mismo tal como queda claro en Sein und Zeit (Cockelmans,J.1972:45,) y además con la disposición afectiva o humor (Befindlichkeit) presente en toda comprensión. Quisiéramos para ello continuar las investigaciones pioneras de Jan Aler. (Cockelmans,J.1972:50). La relación entre Dasein auténtico y literatura, como modo pleno del lenguaje es otra temática que consideramos ineludible por las connotaciones éticas que ello implica para el ser humano. Aspectos que trataremos de elucidar en próximas investigaciones.
Otro problema -acaso el más importante- que queda pendiente elucidar es la relación del lenguaje con la temporeidad, horizonte de comprensión fundamental del Dasein para todas las estructuras del mismo tal como queda claro en Sein und Zeit (Cockelmans,J.1972:45,) y además con la disposición afectiva o humor (Befindlichkeit) presente en toda comprensión. Quisiéramos para ello continuar las investigaciones pioneras de Jan Aler. (Cockelmans,J.1972:50). La relación entre Dasein auténtico y literatura, como modo pleno del lenguaje es otra temática que consideramos ineludible por las connotaciones éticas que ello implica para el ser humano. Aspectos que trataremos de elucidar en próximas investigaciones.