Plástica
La verdad es siempre peligrosa
“Espero que nunca sientas ese dolor, que nunca tengas que buscar a nadie, a un familiar, amigo o conocido, espero que no sepas nunca lo que es sentir eso”. Esas fueron las palabras de Anaité Galeotti, ex combatiente del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), una tarde en Ciudad de Guatemala. No supe qué decir.
Desde 1942 ha habido movimientos estudiantiles, obreros y campesinos a los cuales el gobierno ha respondido con represión: desde encarcelamientos hasta desapariciones forzadas, utilizando a las instituciones de procuración de justicia y al Ejército como un arma contra la oposición política y las exigencias sociales.
El 2 de octubre de 1968 el Ejército disparó contra la manifestación de estudiantes que se llevaba a cabo en este lugar, la Plaza de las Tres Culturas. Se desconoce cuántas personas murieron ese día, cuántas fueron desaparecidas y detenidas.
A partir de ese momento, comenzó una política de Estado que no trata de solucionar los problemas de las personas, sólo siembra dolor…A la masacre del 68, le siguió la Guerra Sucia que no ha parado. Los desaparecidos de las disidencias políticas institucionales fueron mermados como armadas, a base de terror y sangre. De la época de la Guerra Sucia, el Estado acepta 480 casos de desaparición forzada, sin embargo, las organizaciones de familiares han señalado que, por lo menos, existen 600 casos y algunas hablan de más de 2 mil entre 1970 y 1999.
Las organizaciones políticas que se opusieron al régimen tienen militantes o adherentes que fueron desaparecidos, desde la Liga Comunista del 23 de Septiembre, el PRD del Partido Comunista hasta organizaciones anarquistas. No hay justicia en este país y no habrá forma de reparar tal dolor; no hay ningún militar, político o mando alto de la policía que haya sido juzgado por estos crímenes, y probablemente no los haya nunca. Como consecuencia, hoy tenemos la crisis humanitaria más grande de nuestra historia, más de 50 mil desaparecidos, sin contar a las personas migrantes que cada día transitan por el país y no se vuelve a saber de ellos.
Hoy creo que Anaité se equivocó. Todo el país siente las consecuencias de esos crímenes, todas las personas hoy en este país sabemos lo que es tener a un desaparecido, porque vivimos las consecuencias de un Estado en descomposición, de la violencia cotidiana, del tenor de vivir en medio de la impunidad histórica que nos deja indefensos en medio del olvido del poder.
Pareciera que no nos queda nada que hacer, pero si a algo le teme el poder es a la memoria, esa que destruye muros y que construye abrazos, que da luces de dignidad y esperanza. Recordar las vidas de todas las personas desaparecidas es el principio de una justicia más duradera y profunda, es el camino al resarcimiento de una sociedad rota por el poder vertical de los políticos que han desgarrado todo lo que somos. La memoria de todos los desaparecidos es nuestra, porque el dolor es de las familias de las víctimas: sí, pero también necesita ser de todos.
Allá fuera hay una guerra contra las mujeres, contra los jóvenes, contra los pobres.
La memoria es nuestra mejor arma en esta guerra contra el olvido.
Carlos Coppa (Argentina), Sin título, fotografía intervenida, 2018 / Archivo Histórico de la UNAM / IISUE-AHUNAM
María Alvarado (Argentina), Sin título, fotografía intervenida, 2018 / Archivo Histórico de la UNAM / IISUE-AHUNAM
Eduardo Ambrozio (Brasil), Nossos campos, fotografía intervenida, 2018 / Archivo Histórico de la UNAM / IISUE-AHUNAM
Juan Pablo Martín (Argentina), Sin título, fotografía intervenida, 2018 / Archivo Histórico de la UNAM / IISUE-AHUNAM
Leticia Barbeito (Argentina), Sin título, fotografía intervenida, 2018 / Archivo Histórico de la UNAM / IISUE-AHUNAM
Karina Perdomo (Uruguay), Sin título (detalle), fotografía intervenida, 2018 (detalle tríptico)/Archivo Histórico de la UNAM / IISUE-AHUNAM
Referencias
Carlos Coppa (Argentina), Sin título, fotografía intervenida, 2018 / Archivo Histórico de la UNAM / IISUE-AHUNAM
María Alvarado (Argentina), Sin título, fotografía intervenida, 2018 / Archivo Histórico de la UNAM / IISUE-AHUNAM
Eduardo Ambrozio (Brasil), Nossos campos, fotografía intervenida, 2018 / Archivo Histórico de la UNAM / IISUE-AHUNAM
Juan Pablo Martín (Argentina), Sin título, fotografía intervenida, 2018 / Archivo Histórico de la UNAM / IISUE-AHUNAM
Karina Perdomo (Uruguay), Sin título (detalle), fotografía intervenida, 2018 (detalle tríptico)/Archivo Histórico de la UNAM / IISUE-AHUNAM