Espacio literario
Yo también lo prefiero.
Es más bella la mano
al pulsar una cuerda invisible.
Cuando duermes,
reaparecen las tres mil sombras de tus
dedos tejiendo filigranas
en el oscuro cuello del dragón.
Te miro inquieta
sin atreverme a respirar.
Es la hora más alta
del doble vuelo nocturno.
Escribo en la seda de tus
párpados mi temor de
perderle,
de que huya como gato por los
techos, salte y reviente la cuerda
de todas las campanas del
mundo, Y se despeñe con el
sonido metálico de un
arcángel
en el centro mismo de la orquesta.
Yo también lo
prefiero cóncavo y
oscuro.
La clave blanca y
negra de todo
cuanto existe se
advierte
en su sinfonía de agujas.
Notas
Notas de autor