Secciones
Referencias
Resumen
Servicios
Descargas
HTML
ePub
PDF
Buscar
Fuente


Algunas reflexiones sobre la enseñanza de la filosofía La naturaleza de la filosofía[1]
Sincronía, núm. 69, pp. 47-63, 2016
Universidad de Guadalajara

Filosofía


Recepción: 07 Julio 2015

Revisado: 16 Septiembre 2015

Aprobación: 08 Octubre 2015

Resumen: El lector encontrará algunas reflexiones sobre la enseñanza de la filosofía a partir de la reflexión sobre el modelo educativo basado en competencias, impulsado por una política de Estado y como producto de su participación en organismos internacionales, tales como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y la OMC (Organización Mundial de Comercio).Se trata de probar que el modelo por competencias no puede tener una aplicación universal, tomando en cuenta que hay campos o sectores completos que no obedecen por su naturaleza a lo que propone dicho modelo, lo que incide fuertemente en un elemento del perfil de egreso, como un modelo completamente mercantilista.

Palabras clave: Enseñanza de la Filosofía, Profesionalización, Educación, Perfil educativo.

Abstract: The reader will find some reflections on the teaching of philosophy from the reflection on the educational model based on competences, driven by a State policy and as a product of its participation in international organizations, such as the Organization for Economic Cooperation and Development (OECD) Economic Development) and the WTO (World Trade Organization). It is a question of proving that the model by competences can’t have a universal application, taking into account that there are complete fields or sectors that do not obey by their nature what this model proposes, which strongly affects an element of the exit profile, as a completely mercantilist model.

Keywords: Teaching Philosophy, Professionalization, Education, Educational profile.

1

En México la filosofía se enseña a partir del nivel bachillerato y está incorporada en los diferentes planes y programas de estudio a nivel licenciatura y posgrado, a través de materias o seminarios sobre metodología y epistemología; con ello pretenden dar soporte a la formación profesional acorde a la vanguardia de la especialidad estudiada. Profesionalmente la filosofía se enseña a partir de la licenciatura y existen una diversidad de planes y programas de estudio, tan grande como la que encontramos al interior de la misma disciplina. Esto es poco alentador, en sentido estricto, la mayoría que pueden estudiar filosofía en este país, que respecto a la población es una minoría, lo hace a nivel bachillerato, es decir, estos saberes fundamentales para el ejercicio ciudadano dependen de la buena salud que tenga en este nivel. A raíz de la reforma del RIEMS en el 2012 (Secretaría de Gobernación, 2012), donde se le consideró como competencia transversal y que excluía la posibilidad de impartirse en cursos, vemos una disminución en su carga horaria o la suplantación por asignaturas inventadas caprichosamente en algunos planes de estudio. La SEP trato de emendar el error reconociendo competencias específicas de la filosofía y dando lugar a asignaturas en el currículo del bachillerato. Esta postura fue reconsiderada y la SEP corrigió el error incluyendo asignaturas de Lógica, ética y filosofía.

En el mundo contemporáneo la enseñanza de la filosofía está institucionalizada, es decir, responde a un determinado modelo educativo. La modelación de la enseñanza está más determinada por el modelo educativo en la medida en que sea más elemental su nivel. Actualmente la filosofía en el bachillerato debe responder a los parámetros determinados y establecidos por el modelo educativo basado en competencias, como antes lo estuvo por otros paradigmas educativos. En el pregrado (nivel licenciatura) (Sistema de Educación Medina y Superior, 2008) goza de mayor libertad, pero sus operaciones elementales siguen sujetas a lo dado y establecido por el modelo en cuestión. El posgrado responde en mayor medida a los criterios de la disciplina, conservando aquellos aspectos que garantizan el reconocimiento de los estudios por la institución. En este sentido el modelo educativo resulta determinante en la enseñanza de la filosofía, que puede propiciar un ambiente favorable o, en sentido opuesto, inhibir su estudio.

Entre los aspectos sustanciales de todo modelo educativo está la evaluación, podría decir que se convierte en la piedra de toque sobre la que descansa el resto de los criterios y supuestos. La dificultad que encuentra cualquier profesor dedicado al desarrollo de una determinada disciplina, y en nuestro caso la filosofía, es el choque entre los parámetros del modelo educativo y los requeridos para la buena trasmisión de los saberes disciplinares. Las políticas educativas del Estado encapsulan toda la actividad educativa en diferentes formas de evaluación. Una de las más importantes es la certificación de personas, el reconocimiento del Estado otorgado a una persona para realizar tareas que requieren saberes especializados, no importa la forma en que la persona haya adquirido los conocimientos o saberes, lo importante es que puede resolver problemas eficientemente, es decir, a bajo costo, con calidad, en el menor tiempo posible y con responsabilidad. Esto implica que además de saberes y conocimientos nuestro experto debe guardar un alto nivel de responsabilidad en las tareas que realiza. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización Mundial de Comercio (OMC) impulsan fuertemente el libre mercado de servicios, entre los más significativos se encuentran los servicios profesionales que conjuntamente incluyen los educativos y médicos; la certificación está orientada a que el profesionista garantice la calidad del servicio prestado.

Al ingresar a esos organismos internacionales, que regulan el comercio y la economía, los países deben establecer las políticas que de ellos emanan, con la expectativa de tener derecho a los benéficos que promueven. Actualmente el libre comercio pretende alcanzar el campo de los servicios, que entre otros está la educación y la salud. La meta es incrementar la calidad de estos servicios, que el Estado de bienestar monopolizó eliminando la libre competencia y, con ello, propició su ineficiencia e inoperatividad, según esta visión mercantilista. Esta política pretende abrir al libre mercado los servicios educativos con la finalidad de lograr mayor competitividad en las regiones y países en el concierto mundial del libre mercado. Esta visión considera que sólo un enfoque educativo que garantice la calidad de los servicios educativos puede estar basado en las reglas que regulan el libre mercado a través de la competitividad. El profesionista, escuelas, hospitales, etc., deben ofrecer sus servicios al potencial cliente, quien libremente elegirá considerando la calidad y el costo del producto que adquirirá. A juicio de los organismos internacionales que impulsan este modelo consideran que a pesar que el Estado del bienestar trato de consolidar estos derechos sociales, en realidad se vuelven inexistentes por la pésima calidad que se da a los usuarios de los servicios, la única forma de garantizar que el consumidor reciba un producto que satisfaga su necesidad es dejando que el libre mercado regule su existencia. Trataremos de probar que hay una falacia en esta idea. No se sigue que un producto o servicio sea de calidad por estar bajo las reglas del libre mercado, ni que bajo la responsabilidad el Estado sea de mala calidad.

En caso de aceptar el modelo educativo por competencia nos llevaría a políticas que definen los criterios y parámetros a evaluar y, por ello, esto moldea los elementos que nos permiten reconocer la ciencia, las diferentes disciplinas o profesiones. Estas deformaciones regularmente presentan fricciones con lo históricamente aceptado por la comunidad académica particular. Pienso que toda propuesta que nace de un campo exitoso es positiva, pero sólo para esos casos específicos, que abarcan algunas profesiones y oficios, pero no tiene valor universal. Historia cotidiana es la imposición de un modelo educativo que viola y altera la naturaleza de ciencias y disciplinas básicas.

Evaluar lleva implícito el reconocer facultades, capacidades, habilidades, aptitudes, actitudes, etc., que el egresado de un programa de estudios espera que la sociedad le reconozca, otorgándole tareas y las remuneraciones correspondientes por sus servicios. La pregunta: ¿Qué evaluamos? Puede recibir múltiples respuestas, lo importante es que esté establecido por el Estado, con parámetros que permitan identificar un determinado nivel de saberes y aptitudes en el sujeto. Evaluar a quien se sometió a procesos de enseñanza nos conduce a saber el tránsito de un nivel de conocimiento a otro. Suponemos que hay algo en él que sirve de base para los nuevos conocimientos que va adquirir. La evaluación estará en medir el nivel que adquirió en estos nuevos saberes, con base en lo establecido en el modelo educativo. Hoy se dice que muestre dominio de capacidades y habilidades suficientes para las tareas que emprenderá. Las capacidades y habilidades como modelo ejemplar, lo han extraído del ejerció de las profesiones y, a mi juicio, algunas ciencias y disciplinas no se ajustan a ese parámetro.

Las llamadas “ciencias” de la educación no cuentan con métodos y saberes universalmente aceptados, de ahí que los modelos educativos y sus derivados: planes y programas de estudio, provengan de un consenso entre las metas de desarrollo, según políticas de Estado, y las voluntades profesionales de la educación. Difícilmente nacen de la reflexión madura que ha llevado a cabo el filósofo, sociólogo, matemático o cualquier otro cultivador de alguna de las disciplinas. Lo que se da como hecho, es que los llamados fundamentos de la educación son un producto de saberes y conocimientos de algunas disciplinas, principalmente la psicología, que de manera apologéticamente son usados a favor del modelo educativo. La psicología como disciplina tiene objetos particulares de estudio, que son muy importantes, pero dista de tener conocimientos objetivos sobre ellos. Es importante subrayar que las especulaciones que pueda aventurar sobre el psiquismo humano y en particular sobre el funcionamiento de la mente respecto a los conocimientos de alguna ciencia o disciplina en nada ayuda para consolidar la objetividad de los mismos.

El modelo educativo contempla el tipo de hombre que hay que educar. Se determina, en una escala de saberes, conocimientos, aptitudes, actitudes y valores, el mínimo requerido para ser aceptado al nivel que aspira ingresar y a través del currículo se garantiza, dentro de la escala, el nivel que tendrá al concluir los estudios. Es decir, se desarrollaran aquellos elementos que se especifican en el currículo como saberes que facultaran al ser humano para garantizar su eficiencia en tareas sociales. El modelo por competencias hace énfasis en la dimensión laboral, al igual que otros modelos educativos, pero disminuye otras esferas de la formación que aniquila la educación integral. Entre más elemental el nivel de educación mayor equilibrio debe guardar en las diferentes esferas de desarrollo humano. Una educación integral debe proporcionar al individuo la posibilidad de desarrollar libremente las facultades que él desee para su persona. Considero importante que a nivel pregrado el estudiante deba dar mayor peso a la esfera laboral sin descuidar las otras dimensiones, la razón obedece a que ha decidido un tipo de desarrollo laboral entre las diversas posibilidades que el nivel escolar anterior le mostró. Pero esto debe ser cuidado y revisado en niveles inferiores.

La nueva realidad económica de la competitividad global nos proporciona la visión del hombre de multihabilidades en oposición al especializado. El que sabe trabajar en equipo en oposición al trabajo individualista del especialista. El que propicia nuevos aprendizajes cotidianamente frente al petrificado con actividades mecánicas y rutinarias. El que fomenta la actitud de ganador frente al conformista, indiferente e incapaz de proporcionar soluciones a problemas emergentes. Este perfil que es de utilidad en contextos financieros y de grandes corporaciones industriales ha sido el objetivo de casi todos los modelos educativos, con la diferencia de la actitud ganadora, pero dista de cumplir con las exigencias de la realidad a la que se integrara laboral los egresados de las diferentes carreras.

Los saberes, conocimientos, valores, etc., se convertirán, obviamente a través del currículo, en la conducta del egresado en capacidades, habilidades, facultades, aptitudes, actitudes, etc., según especifique el plan de estudios. Como sabemos los conocimientos y saberes se agrupan en ciencias y disciplinas. La forma en que el educando interactúa con estos conocimientos está determinada por el plan de estudios. Es común que en la elaboración de los planes de estudio intervengan “expertos” en educación, que por lo regular cuentan con conocimientos elementales de las diferentes ciencias y disciplinas; ello impactará la forma que cada disciplina se refleje en el currículo.

Todo modelo educativo nace de algún proceso exitoso en un campo determinado de la acción humana, en el caso particular del “paradigma” vigente está tomado de la producción industrial del sector automotriz. La importancia que cobro el modelo Toyota, que desplazo o revolucionó formas que venían de la producción en serie de la Ford, provocó que se exportara a diferentes áreas, incluyendo algunas que no son industriales. Hoy nadie duda del éxito del modelo. El sector privado ha creado sus propias universidades, donde forma a sus empleados acorde a las exigencias del mercado, garantizando con ello la simbiosis entre la empresa y el trabajador. Obviamente el aprendizaje es de saberes propios de la empresa, son tan singulares que cualquier universidad que quiera formar empleados debe hacer un programa ad hoc para ello. El error consiste en tratar de emular lo hecho de este campo específico al contexto de la educación. Una de las tareas importantes de la educación consiste en formar hombres y mujeres para que se incorporen a la vida productiva, pero no exclusivamente para eso, el simple hecho que se proponga formar ciudadanos desplaza por mucho cualquier modelo que venga del sector industrial. El problema principal es tratar de someter un fenómeno tan complejo, como la educación de los seres humanos, a un modelo exitoso en un campo particular. El proceso de fabricación de automóviles dista del proceso de educar ciudadanos.

Una de las dificultades que han enfrentado los planes y programas de estudio es que educan para resolver problemas futuros. A la fecha que el estudiante, como egresado de un plan de estudios, se incorpore a la vida productiva, se le capacitó con equipo obsoleto y con herramientas anticuadas, considerando el vertiginoso progreso tecnológico que le tocará vivir laboralmente. Regularmente enfrentamos un desplazamiento rápido de viejos saberes por nuevos, nuevas tecnologías son desarrolladas para solucionar problemas tradicionales o procedimientos novedosos son incorporados en la práctica profesional en todos los sectores productivos y de servicios, este fenómeno provoca que los saberes contenidos en el currículo se vean obsoletos. Este hecho no sucede con las ciencias (matemática, física, biología, etc.) ni con las disciplinas básicas (filosofía, sociología, literatura, etc.), la incorporación de nuevos saberes importantes es muy lento, en la mayoría de los casos no invalida los conocimientos vigentes. Este fenómeno que provoca que el currículo quede obsoleto se podría enmendar si la base principal estuviera centrada en disciplinas y ciencias, y no en los saberes profesionales. El hecho que los saberes contenidos en los currículos de algunas profesiones queden obsoletos no significa que los currículos de las ciencias y disciplinas básicas lo estén. El riesgo que se corre es hacer de casos particulares casos universales.

El uso de la palabra competencia en el modelo de educación basado en competencias nos ayudará a precisar detalles importantes. El significado de la palabra competencia proviene de dos verbos: compete y competir. El primero está fuertemente asociado a la obligación que contrae una persona[2] por ocupar un puesto o responsabilidad dentro del Estado, estable una relación entre la persona y la obligación. El segundo está relacionado con ambientes deportivos, juegos, comercio, etc., y está fuertemente determinado por el deseo de ganar, relaciona a dos personas en un contexto de lucha o disputa. Cuando se usa como adjetivo: “Juan es competente”, se dice que Juan es capaz o está habilitado para realizar una determinada acción, el Estado es quien habilita cuando otorga la licencia correspondiente para aquellos oficios que implican obligación, por quien realiza la obra, presta el servicio o elabora el producto. En este sentido referimos un reconocimiento social otorgado por el Estado. En el otro sentido decimos que Juan podría ganar la competencia, que es tan buen jugador como otro.

Preguntarnos por la enseñanza de la filosofía es dar respuesta a cuestiones que están asociadas a esta actividad y que condicionan este preguntar, ¿Cómo aprender filosofía? Nos lleva a formular las siguientes interrogantes: ¿Para qué aprender filosofía? ¿Qué aprender? ¿Quién debe aprender filosofía? Cualquier posible respuesta debe partir de cierta idea que se tenga de la filosofía.

2

La filosofía es la actividad más propia de lo humano, no por ello se da de manera natural, es un artificio que el hombre hace para multiplicar sus opciones de vida. La filosofía en una forma de pensar entre otras, pero lo es de manera singular, no puede ser sustituida por otra. Sintéticamente me gusta decir que la filosofía es la perdida de la ingenuidad, hay un cierto grado de escepticismo en cada reflexión filosófica.

Procuraré dar algunos rasgos de la filosofía con la intención que se distinga como actividad de otras. Por ello, me centraré en algunos problemas, tratando de especificar lo filosófico de cada uno. Ordinariamente nuestra vida trascurre enfrentando problemas y buscando su solución. Los problemas son de diferente tipo, van de lo personal a lo colectivo, de lo extraño y ajeno a lo propio y subjetivo.

2.1

Cobramos consciencia de un problema cuando un hecho o suceso condiciona u obstruye lo que deseamos o necesitamos. Regularmente cumplimos fines y en el transcurso de su realización nos enfrentamos a pequeños inconvenientes, algunos esperados, otros emergentes, pero todos requieren de nuestra atención y dedicación. Igualmente a nuestro paso surge lo inesperado, lo no previsto, lo que nos obliga a considerar nuestra marcha, en alguna ocasión a abandonar el fin que nos habíamos trazado. Esto que obstruye y condiciona es lo que llamamos problema, que se manifiesta como voluntad de otro, un suceso, una falsa idea, la no existencia de un útil, la salud propia o ajena, nuestro carácter, etc. Cuando persistimos en nuestra intención de cumplir nuestro propósito entonces debemos solucionar el problema. Comúnmente, previo a tratar de solucionar el problema debemos buscar formas diferentes de evadirlo, procuramos alternativas de tal forma que evitemos lo que obstruye e impide la realización de nuestro objetivo.

Una vez que hemos decidió solucionar un problema debemos analizarlo, dividirlo en las partes que lo constituyen esencialmente, esto con la intención de tratar el problema como un todo compuesto de pequeñas partes, de pequeños problemas, que al ser solucionados nos brindan la posibilidad de diluir la dificultad mayor. Cada una de las partes debe atenderse con los conocimientos y saberes adecuados para garantizar el éxito de la empresa.

Una gotera en la tubería es un problema, que podría ser el inicio de otro mayor, de ahí que la prudencia nos conduzca a buscar una solución inmediata. Algún osado inexperto tratará de mostrar sus dotes de plomero y emprender por sí la reparación de la gotera, si sus conocimientos y saberes lo conducen por el sendero adecuado ahorrara dinero y tiempo; en caso opuesto deberá contratar a un profesional que repare el daño mayor que causó. Ninguno de los dos recure a la filosofía para solucionar el problema, el plomero y el inexperto se basan en saberes y conocimientos seguros que no requieren revisión, en caso de errores se atribuirán a su mala ejecución de algún paso o al defecto de alguna pieza o herramienta, no a sus saberes o conocimientos.

Un dolor de dientes me lleva a consultar a los más experimentados del hogar, quizás mi abuela se atreva a recomendarme un té de X yerba, podrá sugerir el uso de condimentos u otro procedimiento. En caso de resultar efectivos los remedios empleados continuaré mi vida seguro de los saberes y conocimientos que poseemos en casa para este tipo de problemas. En caso opuesto deberé buscar un dentista que con otro tipo de saberes y conocimientos solucione el problema. En caso de preguntas que surjan en el proceso, mi abuela y el dentista responderán mis dudas, posiblemente ambos satisfacerán mis inquietudes, pero el dentista contará con respuestas más contundentes y precisas, podrá responder mis porqués de manera más coherente y objetiva que la respuestas de mi abuela. A pesar de la calidad de respuestas y la diferencia de objetividad, en tanto parten de saberes y conocimientos que no despiertan dudas o sospechas de su validez ninguna de las dos actitudes es filosófica. Quizás el dentista tuvo una formación que le permitirá pensar que algunas de las técnicas y saberes son falibles y que se sustituirá al pasar del tiempo por otros de mayor seguridad y objetividad.

Regularmente los saberes y conocimientos nos proporcionan seguridad, en ese sentido buscamos al dentista preferentemente al remedio de la abuela. Nadie que busque seguridad en la solución de problemas procurará un filósofo. La filosofía inicia donde o cuando sabemos que no hay solución para un problema y regularmente después que descubrimos que nuestros saberes y conocimientos son obsoletos e ineficientes para ello y, sin embargo, vitales. En este sentido la filosofía inicia con el examen de los saberes y conocimientos aceptados como verdaderos y válidos, a lo que debemos agregar las costumbres y las creencias de todo tipo de índole que inciden en el problema. La filosofía es la actividad reflexiva de segundo nivel que toma por objeto el pensar que se basa en saberes y conocimientos aceptados para resolver problemas ordinarios, en este sentido siempre es una actividad crítica que pregunta por la verdad y validez de los saberes y conocimientos usados ordinariamente.

2.2

La ciencia se desarrolla acumulando conocimientos, el procedimiento consiste en usar métodos de decisión que garantizan la verdad de los enunciados que muestran las regularidades de los hechos, para ello necesitan un vocabulario preciso y no equivoco, pero regularmente sucede que un problema aceptado y reconocido por la comunidad no tiene la solución esperada según el método y procedimiento validado. Regularmente se atribuirá a errores humanos la falla, tratando con ello de evitar la modificación metodológica y conceptual de la ciencia. Cada ciencia guarda un conjunto de problemas no resueltos, que los científicos piensan es cuestión de ingenio para encontrar el procedimiento con el método aceptado. En este sentido la ciencia no requiere de la reflexión filosófica, dado que sus conocimientos y saberes gozan de perfecta salud. Pero esto no se prolonga de manera indefinida, en algún momento de su desarrollo algunos científicos emprenden una profunda revisión a la estructura conceptual y metodológica de la ciencia, que en alguna ocasión resulta un salto cualitativo, donde se establecen nuevos métodos y procedimientos, así como diferente terminología, inaugurando un nuevo vocabulario. En este sentido la reflexión filosófica se vuelve vital para la actividad científica.

Respecto a las costumbres y creencias, la mayoría orientamos nuestra vida sin formular la menor duda sobre su validez y verdad, sin embargo distamos de poder dar buenas razones para justificar su pertinencia y aceptación. Cada grupo social desarrolla para su convivencia reglas y creencias que definen su identidad, que van de la religión, familia, clubes, asociaciones, instituciones y gobiernos, a la amistad y complicidad. En cada individuo puede pasar desapercibida la singularidad de su identidad colectiva, sólo cuando está frente a un extraño emerge lo no propio y distinto. Se requiere cierto nivel de conciencia de lo otro y extraño para poder volver la mirada sobre lo propio. La defensa de la identidad inicia cuando las costumbres y reglas de conducta se ven alteradas o cambiadas por las ajenas, en ese momento se reflexiona sobre la importancia de conservar y preservar lo propio frente a lo extraño. Este nivel de reflexión no es filosófico. Nos acercaríamos a la filosofía si tomamos las creencias propias y extrañas, con una actitud escéptica, y nos preguntamos cuál o cuáles contribuyen a la vida más plena para el ser humano y su ecosistema. Desde luego que cada conjuntos de creencias impulsará a establecer un criterio en este sentido, por ello necesitamos este escepticismo que ayude a lograr claridad sobre las implicaciones que conlleva el aceptar acríticamente costumbres y creencias.

El neurólogo francés Changeux (2005) ha dicho que el hombre busca la verdad como una necesidad vital, generada por redes neuronales similares a las que desarrolla un adicto a la nicotina. En caso que esto sea cierto, podemos decir, que la necesidad de hacer filosofía está determinada por elementos biológicos de la especie humana, de lo que no podemos concluir que filosofamos naturalmente. Daniel Dennett, filósofo de la mente, ha comentado en el prefacio de su libro Tipos de mente (2004) que el lector encontrará preguntas en el texto y no respuestas, siendo esto último el principal motivo que guía su reflexión como filosofo. Para Dennett (2004) la actividad filosófica se concentra en la construcción y elaboración de preguntas a diferencia del científico que asume la responsabilidad de responderlas. Una pregunta dirigida a los fundamentos de conocimientos, saberes, costumbres, creencias, actitudes, etc., es típicamente filosófica. Los hombres deseamos saber y, para ello, preguntamos e investigamos. La filosofía busca la permanente renovación del conocimiento humano, será porque al ser el hombre un animal sin naturaleza (carente de instintos), por ello busca a través del artificio construirse un habitad que le dé soporte y cobijo.

La filosofía goza, como siempre, de alta estima por toda la sociedad; no así el filosofar, que en su tiempo, en el momento de su realización, es estridente e irreverente, sólo el paso del tiempo da ese ser de sabiduría positiva, como un pensar de un tiempo pasado, que lo hace agradable y necesario a la sociedad y sus instituciones. Frecuentemente el filósofo formula preguntas al saber instituido, a las costumbres fuertemente arraigadas, a las rancias instituciones que garantizan la subsistencia del poder establecido. La filosofía exhibe lo subjetivo y falso de los saberes e instituciones que ordenan la vida de la sociedad. La filosofía en su faceta de saber institucionalizado se vuelve un reflexionar apologético del orden, se convierte en defensora de la costumbre y del saber. El mejor filósofo es el que está muerto, la mejor filosofía es la almacenada en los libreros de la biblioteca. Toda crítica es bienvenida cuando se hace a instituciones que ya no existen y a costumbres extintas. Para la actividad filosófica la peor filosofía es la que se pronuncia como el modo de ser de la institución o el estado en su actividad apologética.

Enseñar filosofía es permitir ver al alumno, de manera crítica, las diversas formas de pensar, enseñarle a pensar el pensar; a que vea el saber con diferentes tipos de problemas y niveles.

La filosofía a mi juicio es una actividad que se desarrolla a un segundo nivel de reflexión, es pensar el pensar. Es decir, la filosofía interviene cuando hacemos objeto de reflexión el pensar que procura resolver problemas que enfrentamos cotidianamente o en saberes especializados. La filosofía se nos muestra como la búsqueda de fundamentos de las ciencias y las disciplinas, como la sabiduría que nos dota de altos niveles de reflexión para nuestra vida cotidiana.

Por ello considero que la filosofía, como actividad humana, trasciende las diferentes formas en que se ha institucionalizado: sean planes y programas de estudio, proyectos de investigación o en cualquiera de sus modalidades prácticas.

Referencias

Changeux, J. P. (2005). El hombre de verdad; México; FCE; Trad. Virginia Aguirre.

Dennett, D. (2004). Tipos de mente; Madrid; Ediciones Debate.

Secretaría de Gobernación. (20 de noviembre 2012). ACUERDO número 656 por el que se reforma y adiciona el Acuerdo número 444 por el que se establecen las competencias que constituyen el marco curricular común del Sistema Nacional de Bachillerato, y se adiciona el diverso número 486 por el que se establecen las competencias disciplinares extendidas del bachillerato general. DOF: 20 de noviembre 2012. Recuperado de: http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5278078&fecha=20/11/2012

Sistema de Educación Media y Superior. (2008). Bachillerato general por competencias del sistema de educación media superior de la Universidad de Guadalajara; Guadalajara.

Notas

1 [1] Ponencia presentada en el Encuentro de Filosofía, el 28 y 29 de junio de 2012, en el marco de la Universidad Internacional de Verano del Centro Universitario de Lagos de Moreno de la Universidad de Guadalajara, como actividad del Cuerpo Académico Epistemología y Axiología (UDG-CA-565).
2 [2] Esto vale par instituciones o dependencias, no es exclusivo de los puestos que ocupan personas.

Notas de autor

* *Profesor-investigador del Departamento de Filosofía donde también es Coordinador de la Licenciatura en Filosofía. Contacto: jlsalasqt@gmail.com


Buscar:
Ir a la Página
IR
Visor de artículos científicos generados a partir de XML-JATS4R por