Resumen: En este estudio se analiza la formación continua de los monitores de actividad física y deporte españoles, así como su relación con la formación inicial, el género, la edad y la experiencia. La investigación se enmarca dentro de la metodología cuantitativa de corte descriptivo, a través de entrevista estandarizada por medio del cuestionario PROAFIDE: recursos humanos de actividad física y deporte. 600 monitores de actividad física y deporte españoles participaron voluntariamente en este estudio. El 38% de las personas entrevistadas tenían un grado universitario, el 35.7% poseían el graduado escolar, el 24.2% había hecho un grado de formación profesional y el 2.2% tenía estudios primarios o básicos. La edad oscilaba entre los 16 y los 70 años. En cuanto al género, 401 eran hombres y 199 mujeres. Con relación a la experiencia, 406 tenían menos de diez años y 194 tenían diez o más años. Los resultados revelan que más de la mitad de los monitores de actividad física y deporte no se habían formado durante los últimos 3 años y 83.83% añadió que sus entidades no organizaron actividades de formación para ellos. Los cursos con diploma fue la formación más demandada. En general, los hombres, de entre 45 y 59 años y con 10 años de experiencia o más asistieron a más situaciones de aprendizaje formales. La formación que los monitores de actividad física y deporte de España llevan a cabo no es la apropiada y está infravalorada.
Palabras clave:educación formaleducación formal, formación continua formación continua, situaciones de aprendizaje situaciones de aprendizaje, monitor de actividad física y deporte monitor de actividad física y deporte.
Abstract: In this study, the continuous education of Spanish physical activity and sport instructors is analyzed, as well as its relationship with initial training, gender, age and experience. The research is framed within the quantitative descriptive methodology through standardized interviews via the PROAFIDE questionnaire: physical activity and sport human resources. A total of 600 Spanish physical activity and sport instructors voluntarily participated in this study; 38% of the interviewees had a university degree, 35.7% were school graduates, 24.2% had earned a vocational education degree, and 2.2% only had primary or basic studies. Their ages ranged between 16 and 70. In terms of gender, 401 were male and 199 were female. With regard to their experience, 406 had less than 10 years and 194 had ten or more years of experience. The results reveal that more than half of the physical activity and sport instructors had undergone no training with in the last 3 years, and that 83.83% stated that their organizations had organized no training activities for them. Diploma courses were the most sought-after kind of training. Generally speaking, the males between the ages of 45 and 59 with 10 years of experience or more participated in more formal learning situations. The training that the Spanish physical activity and sport instructors undergo is not appropriate and is undervalued.
Keywords: formal education, , continuous education, , learning situations, , physical activity and sport instructor , formal education, continuous education, learning situations, physical activity and sport instructor .
Gestión deportiva, ocio activo y turismo
La formación continua formal de monitores españoles de actividad física y deporte
Formal Continuing Education of Spanish Physical Activity and Sport Instructors
Recepción: 03 Junio 2017
Aprobación: 16 Mayo 2018
Los monitores de actividad física y deporte juegan un papel muy importante en la sociedad puesto que no solo influyen en la experiencia deportiva de los niños y adultos, sino que también tienen un impacto en el desarrollo psicosocial, sobre todo en las personas jóvenes (Petitpas, Cornelius, Van Raalte, & Jones, 2005).
En España, monitor deportivo es una profesión de la actividad física y del deporte (Campos-Izquierdo, 2010) regulada en leyes que ordena las profesiones del deporte de algunas comunidades autónomas como la Comunidad de Madrid (Ley 6/2016) y Cataluña (Ley 3/2008). Enseñar actividad física y deporte está considerado como una función laboral (Campos-Izquierdo, 2010;Campos-Izquierdo & Viaño, 1999). Difiere de enseñar educación física ya que no se realiza dentro del sistema educativo y es diferente de entrenar porque los deportistas no compiten. Los monitores de actividad física y deporte pueden enseñar una variedad muy amplia de deportes y de actividades físicas y se diferencian de las actividades extraescolares porque las clases pueden realizarse por todo tipo de personas y en todo tipo de instalaciones, además no están programadas y dirigidas por el centro educativo en su proyecto educativo de centro (González-Rivera & Campos-Izquierdo, 2014). La profesión de monitor de actividad física y deporte en España es una de las ocupaciones más demandadas en relación a otras profesiones deportivas. Estudios que avalan esta afirmación son los de Martínez, Campos-Izquierdo, Pablos y Mestre (2008), donde el 33.7% de los entrevistados trabajaban como monitores de actividad física y deporte, siendo la profesión deportiva con un tanto por ciento más alto; el de Campos-Izquierdo (2010) donde los resultados fueron similares con un 20% de las personas entrevistadas trabajando en esta misma profesión. También el de Gallardo y Campos-Izquierdo (2011) en el que se demostró que las dos funciones laborales deportivas en las que más profesionales trabajaban eran la de entrenador deportivo y monitor de actividad física y deporte. Y por último, se encuentra el estudio de Campos-Izquierdo, González-Rivera y Taks (2016) donde la función laboral de monitor de actividad física y deporte fue la tercera más demandada.
Una de las mayores preocupaciones en las profesiones de actividad física y deportes es la formación, los procesos de formación y los conocimientos que poseen los profesionales de la actividad física y el deporte, ya que los diferentes conocimientos que adquieren son un aspecto que afecta a la preparación de los deportistas (Côté, Samela, & Russell, 1995). Asimismo, la formación continua es considerada esencial para mejorar y mantener la calidad de las clases (Vargas-Tonsing, 2007). Los monitores de actividades físicas y deportivas necesitan una formación continua más relevante y adaptada a sus necesidades, siendo importante que, en la formación permanente, se favorezca la reflexión constante, la crítica constructiva, el rigor científico, la orientación hacia la excelencia y la innovación de su práctica profesional (González-Rivera & Campos-Izquierdo, 2014). Por lo tanto, con el fin de mejorar, deben asistir a los programas de educación continua durante su vida laboral (Wiersma & Sherman, 2005). Como resultado de esta necesidad, los programas de formación continua han emergido por todo el mundo y además siguen un proceso constante de renovación y reconstrucción (Mallett, Trudel, Lyle, & Rynne, 2009).
Aunque casi toda la bibliografía que existe sobre este ámbito está destinada a las profesiones de entrenador o profesor de Educación Física (EF), esta investigación está enfocada a los monitores de actividad física y deporte con el objetivo de conocer la formación continua formal en esta profesión tan solicitada y tan poco estudiada. Sin embargo, para poder saber cuál es el estado de la cuestión y poder contrastar los resultados obtenidos, es necesario apoyarse en los estudios realizados en otras funciones laborales y profesiones de actividad física y deporte.
Si se analiza la profesión del entrenador en la bibliografía existente, se encuentran diferentes experiencias. Algunos entrenadores siguen formándose (Wilson, Bloom, & Harvey, 2010) y otros, en cambio, invierten muy poco tiempo en esta área (Erickson, Côté, & Fraser-Thomas, 2007). Sin embargo, la mayoría cree que la educación continua es esencial para poder ejercer su profesión de una manera correcta (Moodley & Coopoo, 2006). Se ha demostrado que los entrenadores deportivos que completaron un curso de formación tenían niveles más altos de eficacia en su trabajo (Lee, Malete, & Feltz, 2002). Después de completar un curso, los entrenadores creen más en sus habilidades, además, mejoran su confianza y su competencia (Lee et al., 2002); así como su motivación, su estrategia y su técnica (Feltz, Hepler, Roman, & Paiement, 2009).
Respecto a la profesión del profesor de EF, en el estudio de Campos-Izquierdo, González-Rivera y Jiménez-Beatty (2012) se obtiene que el 90%, en 2004, y el 82.3%, en 2006, realizó cursos de formación o posgrados. Asimismo, el 68.6% en 2004 y el 66.1% en 2006, asistió a jornadas o congresos. Además, un tanto por ciento muy alto de profesores de EF creen que su formación les ha servido para realizar adecuadamente las tareas propias de su profesión y ser más competentes (Campos-Izquierdo et al., 2012).
Sin embargo, a pesar de las anteriores afirmaciones, para algunos profesionales, la educación continua formal no satisface sus expectativas ni sus necesidades (Nash & Sproule 2009;Vargas-Tonsing, 2007) porque no proporciona conocimiento para el entrenamiento práctico (Dorgo, 2009;Gilbert & Trudel, 1999) o porque no está adaptada a sus necesidades (Moodley & Coopoo, 2006). Ante esta problemática, Dorgo (2009) propuso que los aspectos pedagógicos debían incluirse en los programas de formación, muy centrados en la técnica y la táctica y desprovistos de aspectos psicológicos.
En resumen, el propósito de este artículo es doble: por un lado, conocer y analizar la educación continua formal llevada a cabo por los monitores de actividad física y deporte, y, por otro lado, analizarla y compararla con las variables: género, edad, formación inicial y experiencia laboral; consiguiendo así conocer la realidad actual. Por lo tanto, esta investigación pretende iniciarse en un campo casi desconocido hasta ahora y por esto los resultados se basarán y compararán con la literatura existente sobre la formación de estos profesionales y de otras profesiones deportivas.
El tamaño de la muestra fue de 600 monitores de actividad física y deporte de España (Campos-Izquierdo et al., 2016), los cuales estaban trabajando en funciones de actividad física y deporte en todas las provincias y comunidades autónomas del país. De todos las personas participantes, el 38% de las entrevistadas eran graduadas universitarias, el 35.7% había terminado el graduado escolar, el 24.2% había hecho un grado de formación profesional y el 2.2% había estudiado educación primaria o menos. La edad oscilaba entre los 16 y los 70 años (X = 30.36, DE ± 9.43 años). En cuanto al género, 401 eran hombres y 199 mujeres. En relación con la experiencia laboral, 406 tenían menos de diez años y 194 tenían diez o más años de experiencia (Campos-Izquierdo et al., 2016). Dado que es una población muy numerosa, y trabajando con un intervalo de confianza del 95.5%, y suponiendo en la varianza poblacional el caso más desfavorable de p igual a 50%, luego q = 50%, el margen de error permitido de muestreo es de +2% (Cea, 2010).
La afijación de la muestra ha sido proporcional a la distribución de las personas según el tamaño demográfico de las comunidades autónomas, provincias y estratos de los municipios. El muestreo ha sido probabilístico de tipo polietápico, estratificado en primera fase por conglomerados (Cea, 2010). La estratificación proporcional por área geográfica permitió entrevistar a un máximo de dos personas en cada instalación (Campos-Izquierdo et al., 2016). Cuando los equipos de entrevistadores visitaron la instalación, invitaron aleatoriamente a un máximo de dos monitores a participar en el estudio (Campos-Izquierdo et al., 2016).
Se utilizó la entrevista estandarizada a través de cuestionario PROAFIDE: recursos humanos de actividad física y deporte, el cual fue validado y analiza la situación y las funciones de las personas que están trabajando en funciones de actividad física y deporte (Campos-Izquierdo, 2011). Dieciséis expertos independientes y un grupo de discusión de expertos nacionales e internacionales validaron el cuestionario (Campos-Izquierdo, 2011). Se realizó una prueba piloto en todas las regiones de la península española (Campos-Izquierdo, 2011).
El cuestionario consta de 57 preguntas cerradas que recogen 5 dimensiones. De los 57 ítems de este cuestionario, dos fueron seleccionados para el desarrollo de los objetivos de este estudio, los cuales pertenecían a la dimensión de características de formación. Los dos ítems fueron: si habían realizado cursos, posgrados o si habían asistido a alguna actividad de formación permanente en actividad física y deporte durante los últimos tres años y si su entidad había realizado en los últimos doce meses alguna actividad de formación para ellos. Las respuestas eran cerradas.
La investigación ha sido de corte transversal. La entrevista fue de tipo oral, individual y estandarizada por medio de cuestionario y se pasó en sus puestos de trabajo a todas las personas seleccionadas tras la obtención de un consentimiento informado. La entrevista duró una media de 15 minutos. Las tareas de control y supervisión se llevaron a cabo en todas las etapas del proceso.
Se ha realizado un análisis descriptivo univariable y bivariable y un análisis inferencial mediante tablas de contingencia, incluyendo el valor de Pearson χ2 y el coeficiente de correlación phi. El análisis de datos se realizó con el paquete estadístico SPSS para Windows (19.0 V) (Cea, 2010).
La formación continua formal que experimentan los monitores de actividad física y deporte es bastante escasa. Si se analiza con detenimiento (fig. 1), más de la mitad no han llevado a cabo ninguna formación formal durante los tres últimos años. La formación a la que más asistieron eran cursos con diploma o certificado (48%). Las siguientes formaciones que más se realizaron fueron: asistencia a jornadas (15.33%) y asistencia a congresos (10%). Las siguientes situaciones: posgrado no oficial (1.33%), máster oficial (0.83%) y grupos de trabajo (0.50%) fueron prácticamente inexistentes.
Observando la tabla 1, se puede ver con detalle la situación descrita. En esta se determinan las variables que más influyen para elegir una formación continua formal. Al relacionar la formación continua con la edad (relación alta ya que el coeficiente phi varió entre 0.750 y 0.850 y es muy significativa p < 0.01), se obtiene que los monitores de actividad física y deporte españoles entre 45 y 59 años son los que más se forman. Teniendo en cuenta el género (relación considerablemente alta ya que el coeficiente phi varió entre 0.700 y 0.850 y es muy significativa p < 0.01), se han hallado diferencias significativas encontrando que los hombres se forman en general más que las mujeres (Xhombres = 13.18 y Xmujeres = 11.73) aunque ellas realicen más cursos con certificado (X = 48.78) y másteres oficiales (X = 1.01) y asistan a más grupos de trabajo (X = 1.01). Por último, se ha observado que los monitores de actividad física y deporte españoles que tienen 10 años o más de experiencia laboral se forman más que los que tienen menos de 10 años de experiencia (relación considerable ya que el coeficiente phi varió entre 0.500 y 0.750 y es significativa p < 0.05).
En la interrelación de formación continua y formación inicial (tabla 2) se han obtenido diferencias bastante notorias en cuanto a la implicación de cada grupo investigado (hay una relación alta ya que el coeficiente phi varió entre 0.750 y 0.850 y es muy significativa p < 0.01). Tanto las personas que tienen un grado universitario (53.51%), como las que terminaron un ciclo de formación profesional, y las que disponen de estudios primarios o menores (61.54%) realizaron algún curso para formarse. La asistencia a jornadas y a congresos fue la segunda y la tercera opción de formación continua. Después, en cuarto lugar, con porcentajes menores, los monitores de actividad física y deporte realizaron posgrados no oficiales. Por último y con unos porcentajes casi inexistentes, las dos actividades de formación menos solicitadas fueron: realización de másteres no oficiales y realización de grupos de trabajo. En general, los monitores de actividad física y deporte con estudios universitarios fueron los que más se formaron, habiendo realizado más variedad de actividades de formación permanente.
Estos resultados pueden ser complementados con las actividades de formación ofrecidas por las organizaciones en los últimos doce meses (tabla 3). De acuerdo con los monitores de actividad física y deporte, el 83.83% afirmó que las organizaciones para las que trabajaban no les habían ofertado ninguna actividad de formación permanente en actividad física y/o deporte en los últimos doce meses. Los resultados son considerables ya que el coeficiente phi varió entre 0.550 y 0.750 y es significativa p < 0.05.
Los monitores de actividad física y deporte que participaron en el estudio tenían una formación continua formal bastante escasa. Contrariamente a la afirmación que realiza Vargas-Tonsing (2007), en la que define a la formación continua como esencial y necesaria, el presente estudio demuestra que más de la mitad de los monitores de actividad física y deporte españoles no han llevado a cabo ninguna formación en los últimos tres años. Lo mismo fue investigado por Erickson et al. (2007), los cuales analizaron que todos los entrenadores invierten solo una mínima cantidad de su tiempo en formación. Por otro lado, Lee et al. (2007) expusieron que los programas de formación formales son solo una de las múltiples oportunidades que tienen para aprender cómo entrenar. Esta puede ser una de las razones por la que los monitores de actividad física y deporte se forman poco. Aun sabiendo que los programas de formación formal son muy importantes, pueden tener interés en otros tipos de aprendizajes, como por ejemplo en la educación informal. Además, y de acuerdo con Erickson et al. (2007), las situaciones de educación formal han resultado tener un impacto muy bajo en los aprendizajes de los profesionales del deporte y en su eficacia comparada con las situaciones de educación informal, ya que no les no proporciona un conocimiento profundo de la enseñanza práctica o porque la formación no se ajusta a sus necesidades (Gilbert & Trudel, 1999).
En el presente estudio se obtiene que los cursos con diploma o certificado fue la formación formal a la que más asistieron, prevaleciendo sobre otros tipos como son, por orden de frecuencia, asistencia a jornadas, asistencia a congresos, realización de posgrado no oficial, realización de máster oficial y realización de grupos de trabajo. Estas tres últimas actividades fueron minoritarias ya que son más especializadas, esporádicas y más caras, además requieren más inversión de tiempo.
Estos resultados van en la misma línea que los del estudio de Werthner y Trudel (2009), los cuales afirmaron que los cursos eran las situaciones de aprendizaje más comunes para los entrenadores. Después de realizarlos confían más en sus habilidades (Feltz et al., 1999).
Este estudio también revela el perfil de los monitores de actividad física y deporte españoles que asistieron o realizaron cursos. En este sentido, las mujeres entre 45 y 59 años con estudios primarios y con 10 años o más de experiencia llevaron a cabo más cursos de formación.
A la hora de relacionar los resultados sobre los diferentes tipos de formación permanente formal de este estudio con su formación inicial, se constata que la formación permanente formal es más adecuada en aquellas personas que poseen estudios superiores, siendo muy escasa en los demás profesionales. Esta observación también se ha hallado en el estudio de Feu, Ibáñez, Lorenzo, Jiménez y Cañadas (2012) en el que se obtuvieron diferencias entre las formaciones de los entrenadores según sus estudios, siendo más adecuadas y más completas en aquellas personas con mayores titulaciones. Campos-Izquierdo (2016) también investigó que cuanto mayor es la formación inicial, la formación permanente es más amplia y diversa. Por lo tanto, la posible formación deficiente por parte de los monitores de actividad física y deporte hace que su intervención didáctica sea deficiente (González-Rivera & Campos-Izquierdo, 2010), obstaculizando claramente la impartición de las clases (Campos-Izquierdo, 2007).
Si se analiza de igual manera la formación permanente formal con el género, se encuentra que las mujeres realizan más cursos con diploma o certificado, más másteres oficiales y más grupos de discusión. En cambio, los hombres son los que mayores porcentajes muestran en asistencia a jornadas y a congresos y en realización de posgrados no oficiales.
Por último, cuando se analizan las dos variables que quedan, edad y experiencia laboral, se encuentran los siguientes resultados. Claramente, los monitores de entre 45 y 59 años son los que más se forman, siendo los que mayores porcentajes obtienen en todos los tipos de formación excepto en realización de grupos de trabajo, en la cual su participación es inexistente. Algo parecido pasa con la experiencia, los monitores de actividad física y deporte que más experiencia tienen son los que más se forman, teniendo porcentajes superiores en todos los tipos de formación. En esta línea y analizando la profesión del entrenador, aquellos con una menor experiencia en la profesión tienden a usar más las experiencias acumuladas al haber sido estudiantes de educación física o deportista y creen no necesitar otras fuentes de formación (Feu et al., 2012).
Otro tema de interés son las actividades de formación permanente propuestas o llevadas a cabo por las organizaciones para las que trabajan. En este artículo se analizaron las actividades organizadas para los trabajadores en los últimos 12 meses. Más del 80% de las personas entrevistadas afirmaron que las entidades para las que trabajaban no organizaron ninguna actividad de formación permanente para ellos. Esta podría ser una de las causas que justifique la escasa formación continua de los monitores de actividad física y deporte españoles. Al ser tan bajo el porcentaje de empresas que organizan actividades de formación en España, es muy difícil que los monitores de actividad física y deporte realicen una adecuada formación continua. Este resultado es un indicador de la necesidad de planificar una formación de mayor calidad y más adaptada para satisfacer las necesidades específicas de los monitores de actividad física y deporte (Dorgo, 2009).
Más de la mitad de los monitores de actividad y deporte no habían realizado ningún tipo de formación durante los últimos 3 años y el 83.83% afirmó que las entidades en las que trabajaban no organizaron actividades de formación para ellos. Los cursos con diploma fue la formación más demandada. En general, los hombres, titulados universitarios, de entre 45 y 59 años y con 10 años de experiencia o más asistieron a más situaciones de aprendizaje formales.
Es importante subrayar que la formación es la base primordial para realizar correctamente cualquier profesión de actividad física y deporte, ya que se adquiere una amplia variedad de conocimientos y de habilidades y se aumenta la eficacia (Sullivan & Gee, 2008). Las situaciones de aprendizaje formales son muy importantes, pero la formación no se debe centrar solo en estas puesto que se complementan muy bien con otro tipo de situaciones de aprendizaje informales. Asimismo, una adecuada intervención didáctica depende fundamentalmente de una apropiada cualificación de los profesionales (Campos-Izquierdo, Mestre, & Pablos, 2006) ya que es considerable la relación entre la formación del profesorado y su intervención didáctica (Nuviala, 2002). Los esfuerzos deben continuar para desarrollar situaciones de aprendizajes relevantes y útiles para los monitores de actividad física y deporte. Una forma de educación continua muy efectiva son los grupos de discusión, a la que se podría dar más importancia. Este estudio sienta las bases para futuras investigaciones, ya que es necesario conocer las fuentes de conocimiento y de formación tanto formal como informal de los monitores de actividad física y deporte españoles.
Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación fundamental: I+D+i DEP2009-12828. El proyecto fue financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España.
Las autorías no han declarado ningún conflicto de intereses.