Reseñas
UNA INVITACIÓN A AMPLIAR LA MIRADA EN TORNO A LA POBREZA Boltvinik, Julio. Editorial Itaca ISBN: 9786075550459 Páginas: 264 Reseña por Alonso, Jorge
Julio Boltvinik publicó a finales de 2020 un importante libro titulado Pobreza y florecimiento humano, una perspectiva radical (Universidad Autónoma de Zacatecas, Editorial Ítaca) en el que presenta la culminación de varias etapas de sus investigaciones sobre la pobreza.
El libro se abre con la presentación de Rubén Ibarra quien hace ver que el lector está ante una publicación de vanguardia teórica. Y gran parte de esto se debe a que el autor tiene en cuenta su importante tesis doctoral que ahora amplía, corrige y le da un renovado dinamismo. De suyo, la tesis doctoral se titulaba Ampliar la mirada, pues quería ver y comprender al ser humano completo yendo más allá de la economía. Fue premiada como mejor tesis por el INAH en 2006. Tuve el privilegio de ser uno de sus sinodales. Recalqué que se trataba de una enorme tesis, y aclaré que no me estaba refiriendo a su extensión (1,902 densas cuartillas), sino a sus alcances teóricos y metodológicos. Alabé que hubiera realizado una ruptura epistemológica en las investigaciones sobre pobreza no sólo en México, sino en el mundo. Destaqué que Boltvinik llevaba un cuarto de siglo estudiando y reflexionando sobre esta temática. La tesis era deslumbrante, inusual, radical y se convertía en un corte histórico en el abordaje de la pobreza. Tanto la investigación como su escritura convertían a esa tesis en un producto fuera de serie. Alabé también que fuera explicando cómo y por qué había ido construyendo cada una de sus partes, y que consiguiera un todo coherente. Me impresionó la gran cantidad de autores examinados para dar cuenta de una lastimosa y sufriente condena de una situación que aquejaba a la mayoría de los pobladores de la tierra como un mal apocalíptico, irresoluble desde el sistema económico imperante. Discutió ampliamente la jerarquía de necesidades de Maslow. También la concepción de impulsos-valores de Maccoby. Abordó críticamente la concepción de necesidades, satisfactores y bienes de Max-Neef. Escudriñó la teoría de necesidades de Doyal y Gough. Se explayó, también críticamente en el enfoque de Amartya Sen. Emprendió un examen crítico de la teoría neoclásica del consumidor. Hizo ver los errores que se cometían al indagar la pobreza y la desigualdad. Argumentó que era equivocado el trillado camino de abordar directamente el eje de nivel de vida para tratar de entender la pobreza, pues el ser humano debía comprenderse como una unidad de necesidades y capacidades, unidad de la que resulta el elemento constitutivo del eje por el cual tiene que abordarse no sólo la pobreza, sino la desigualdad. Los recursos del hogar están siempre en competencia para asignarse entre los usos materiales e inmateriales, y se hizo ver que la necesidad de afecto es también parte de la perspectiva económica. Planteó una nueva medida agregada de pobreza construyendo una tipología se satisfactores de bienes y servicios, relaciones, actividades, capacidades e instituciones. Delineó esquemas de reproducción-circulación de los hogares. Tuvo en cuenta de manera muy destacada a los hogares para profundizar en la noción de fuentes de bienestar. Analizó los métodos de las mediciones de pobreza que se han realizado en México. A partir de esto afinó una nueva medida agregada de pobreza. Apunté que la exposición no se quedaba en una penetrante sistematización crítica de los autores abordados, sino que conseguía una síntesis de gran aliento que conducía a algo muy novedoso. Consideré que la tesis de Boltvinik no sólo tenía un aporte fundamental, sino que entrelazaba una serie de originales aportes. Boltvinik profundizó en el florecimiento humano. Destacó los ejes conceptuales de florecimiento humano y de nivel de vida. Distinguió pobreza humana y pobreza económica. Profundizó en el ser, el estar, el tener. Llamó la atención de los aspectos individuales y los sociales. No piensa las necesidades de manera mecánica ni estática. Conduce a pensar la economía de otra forma. Enfaticé que transformaba radicalmente el concepto de pobre. Cada paso dado estuvo vigilado con rigor. Más que presentar un punto de llegada, construía un punto de partida, que aprovechó para la factura de este nuevo libro. Se trata de un excelente trabajo transdisciplinar.
En el examen doctoral de Julio le pregunté cómo pensaba difundir los valiosos hallazgos de su excepcional tesis doctoral. Entonces me contestó que su objetivo era hacer algunos cambios menores en la tesis, reducirla un poco (menos de 10 por ciento) y publicar un libro en dos volu?menes pronto, para que las ideas circularan y otros autores las enriquecieran y criticaran. Afortunadamente el autor, no se apresuró a publicarla, sino que la dejó madurar y pudo enriquecerla como lo muestra en este libro. Insistía en que el despliegue de las potencialidades humanas no implicaba la abundancia material. Como desde hacía mucho había roto los marcos estrechos de los estudios convencionales de la pobreza, hizo ver que el florecimiento humano debía ser una realidad generalizada que no podía alcanzarse sin un cambio radical en todos los ámbitos. Presentó una aguda crítica del utilitarismo y del individualismo. Incorporó todos los avances teóricos y empíricos respecto a las necesidades humanas, al bienestar y el florecimiento humano. En la primera parte del libro emprendió una aleccionadora incursión en las bases tanto negativas como positivas de su propuesta sobre la pobreza y el florecimiento humano. Su nuevo enfoque planteaba que para emprender un estudio adecuado de la pobreza y los niveles de vida era necesario primero definir que? era el florecimiento humano. A los investigadores sobre la pobreza y los niveles de vida les faltaba reflexionar sistema?ticamente que? era, que? necesitaba y que? capacidades y potencialidades tenía el ser humano. Presentó una detallada crítica de los autores que ofecían las respuestas prevalecientes. En contraste emprendió un examen de los autores que planteban mejores respuestas a la pregunta sobre los elementos constitutivos del eje de florecimiento humano. Desarmó las definiciones dominantes de pobreza en la economi?a poli?tica de la pobreza, y al presentar su mapa conceptual hizo ver la estrechez de esa mirada que conllevaba un enfoque distorsionado, parcial, del ser humano. Para superar esa visio?n realizó un acercamiento al ser humano completo, con todas sus necesidades, para lo cual recurrió a la antropología filosófica marxista.
Escudriñó ampliamente lo constitutivo histórico del hombre examinando una gran cantidad de autores. Destacó que el taman?o del cerebro era la variable empi?rica privilegiada para distinguir el ge?nero Homo de los dema?s homi?nidos, lo cual se asociaba a la capacidad de fabricar herramientas; la complejidad de la interaccio?n social y el desarrollo del lenguaje. Aceptó que el desafi?o de la arqueologi?a cognitiva había sido determinar tanto la clase de huellas que dejaban los eventos mentales en el registro arqueolo?gico como su objeto de conocimiento. Se apuntó que el reto era vincular modelos de la mente propuestos por las ciencias cognitivas con los registros arqueolo?gicos. Puntualizó que no bastaba el estudio de la inteligencia, y que la arqueologi?a cognitiva debía abordar tambie?n el estudio de la conciencia, lo cual conducía a la filosofi?a de la mente. Después de estas búsquedas, Boltvinik pasó a exponer las bases positivas del nuevo enfoque, a saber, conceptos y teorías de las necesidades humanas. Apuntó que los seres humanos se distinguían de los animales porque su actividad vital, el trabajo, estaba orientada hacia la satisfaccio?n de las necesidades utilizando mediaciones. Boltivink, diferenciándose de autores tradicionales, identificaba seis tipos de satisfactores: bienes y servicios; actividades; relaciones; informacio?n, conocimiento y teori?as; capacidades, e instituciones.
El autor no deja de insistir en su visión del florecimiento humano como desarrollo de las capacidades y necesidades humanas entendidas como una unidad interactiva del lado pasivo y del lado activo del ser humano. Recuerda que el concepto de necesidad humana es esencial para entender la especie humana. Está convencido de que las necesidades humanas son un concepto irremplazable. Explica que el ser humano necesita ir más allá de la satisfacción de sus necesidades deficitarias, lo cual es necesario, pero no suficiente, pues se rquiere que por medio del trabajo y del amor la persona realice lo que potencialmente es como humano. Admite que el primer obstáculo es la pobreza económica, que la mayoría de los habitantes del planeta no han superado. Apunta que la esperanza de muchos seres humanos que viven para sobrevivir está fincada en el tiempo libre. Apoya los planteamientos de que el tiempo es la dimensión olvidada de los estudios de pobreza y bienestar.
En este libro se ahonda en la necesidad de integrar las corrientes del bien-estar subjetivo en el nuevo enfoque sobre la pobreza y el florecimiento humano, y conformar una concepción integral del bien-ser-estar humano. Reconoce que en su tesis doctoral encontró dos importantes limitaciones: no estar operacionalizado, y que la escribió sin conocer el importante desarrollo de diversas escuelas de psicología y economía que en los últimos años se han acercado al bien-estar subjetivo y al bien-ser-estar total. Apunta que han desarrollado conceptos y métodos de investigación-medición importantes como el registro en línea de la experiencia vivida. Recalca que la solución monetaria mostró la inadecuación para medir el bien-estar. Llama la atención de que resulta importante desarrollar un sistema alternativo integral que permita valorar adecuadamente el bien-ser-estar de la humanidad. Explica que el bien-ser-estar implica una doble mirada: la del ser como dimensión estructural (cómo somos) de la persona, y la del estar como dimensión coyuntural (cómo estamos). Se necesita un cuerpo de conocimientos de transformación social, que permita alcanzar condiciones no sólo para la vida buena y plena de todas las personas (el bien-estar), sino también para que el ser humano resuelva sus necesidades y desenvuelva sus capacidades abarcando el sentido de la vida. Considero que las contradictorias tensiones entre ser y tener que enfatizó desde su tesis doctoral van como hilo conductor de sus nuevas exploraciones.
En el estudio de la pobreza Boltvinik plantea moverse de las mediciones unidimensionales, monetarias, a las multidimensionales. Anota que en lo relativo a la desigualdad casi no se han desarrollado mediciones multidimensionales y prevalece la visión monetaria. Explora a varios autores y sus propuestas en cuanto a la satisfacción de necesidades desde una perspectiva integral que lleve a las personas a su autorrealización, profundizando en sus capacidades. Prefiere no cerrar totalmente sus exploraciones, sino exponer como conclusión provisional la importancia de la medición del bien-estar multidimensional. Termina con un cuadro donde compara a autores analizados en cuanto a asociación entre rasgos de la persona autorrealizadora, y fortalezas de cáracter, en las que se podrían destacar la creatividad, la mente abierta, la percepción certera de la realidad, el centrarse en fines y no en medios, el amor, la equidad y la autonomía.
El libro de Julio Boltvinik resulta de gran actualidad. Debido a la pandemia la economía mundial experimentó la peor recesión en 75 años. América Latina terminó el año de 2020 con 30 nuevos millones de desempleados y con millones de pobres y hambrientos. No se había entendido del todo que la pandemia no era algo excepcional, sino un proceso más amplio por el colpaso ecosocial. Preocupaba que la nueva normalidad siguiera poniendo al capital por delante de la vida. [1] Considero que se debería tener en cuenta que la vida no sólo incluye a los humanos pues éstos se encuentran íntimamente ligados con la naturaleza. Julio Boltvinik inisiste en que el respeto a la naturaleza está ampliamente en la última parte del libro y que es una propuesta radical, pues el florecimiento humano al estar centrado en el ser y no en el tener no depreda la naturaleza y se tiene en cuenta lo ecológico. Cuando se habla en el libro de naturaleza hay varios usos y significados. Hay referencias a la naturaleza del ser, a la naturaleza del trabajo, a la naturaleza subjetiva, a la naturaleza de las necesidades y en unos treinta sitios se destaca la naturaleza humana. Citando a Márkus se recuerda que Marx planteó que el hombre era una parte de la naturaleza que sólo podía subsistir por su constante intercambio o metabolismo con la naturaleza. Pero percibo que pudiera prevalecer un tratamiento en el que se viera como algo externo. Existe una contraposición del hombre respecto de la naturaleza entera. Se distingue la naturaleza del hombre de la naturaleza del animal, se enfatiza la diferencia de la esfera social respecto de la naturaleza, se apunta que el hombre dependiendo de la naturaleza no tiene conciencia de los objetos, cosas, sino en la medida que le son útiles. El hombre es capaz de vivir en relación con los animales, las plantas y el mundo de la naturaleza. Se privilegia el dominio del hombre sobre la naturaleza. Citando a Fromm se habla de que el progreso ilimitado se debe al ese dominio que implica la satisfacción irrestricta de todos los deseos. Hay referencias a que la naturaleza ha colocado a la humanidad bajo el gobierno del dolor y el placer. Volviendo a Márkus se refiere a la contraposición entre el hombre y el animal, señalando que la naturaleza y la causa de la diferencia entre el hombre y el animal radica en la diversidad de sus respectivas actividades vitales; el hombre se apropia crecientemente de las cosas de la naturaleza y su relación con la naturaleza externa es cada vez más compleja y múltiple. Se enfatiza que la naturaleza y la esfera social son diversas. El hombre es visto como un ser natural universal con potencialidad de transformar en objeto de sus necesidades todos los fenómenos de la naturaleza, capaz de adaptar su actividad a la totalidad de las leyes naturales. Se contrasta el carácter no consciente del animal con la naturaleza consciente del ser humano. Se apunta que al principio el hombre era muy dependiente de la naturaleza, pero que se ha mostrado capaz de transformar en objeto de sus necesidades y de su actividad todos los fenómenos de la naturaleza. El hombre transforma la naturaleza y crea su propio entorno. Se dice que al haber sido el hombre expulsado de la naturaleza se quedó sin hogar, por lo que ha tratado de construir un mundo humano que remplace el hogar natural perdido. Se hace ver que Maslow planteó que la libertad positiva es el desarrollo de los controles y del dominio sobre las fuerzas de la naturaleza externa. Por su parte Nussbaum se refiere al control del medio ambiente y de que el medio ambiente es un medio para la autorrealización de la persona, y se ve que al transformar la naturaleza, el hombre crea su propio entorno. Me parece que faltaría en el libro una perspectiva explícita ecológica. A finales de 2020 la OMS reconoció que la humanidad no estaba preparada para la pandemia que la azotaba drasticamente por su falta de respeto a la naturaleza, y que entre sus efectos se encontraba un crecimiento escandaloso de la pobreza en el mundo. Cuestionó el esquema consistente en invertir grandes sumas de dinero para combatir los brotes cuando se producen, mientras no se hace nada de antemano para prepararse ante una eventual siguiente pandemia. Insistió en que para mejorar la salud humana, era importante considerar la relación entre los humanos, los animales y el planeta, pues cualquier esfuerzo para mejorar la salud humana estaba condenado a fracaso a menos que abordaran la interfaz crítica entre humanos y animales, y la amenaza existencial del cambio climático que estaba atentando contra el planeta. Me parece que mientras no rompamos con la herencia del antropocentrismo, y veamos al hombre, no sobre, sino inmiscuido en la naturaleza, no podrá haber un verdadero florecimiento entrelazado responsablemente con la ecología de la que forma parte y debe respetar. Por el final del libro me queda la certeza de que su autor se propone proseguir con sus indagaciones en torno a la temática del florecimiento. Tal vez una vía de exploración sería destacar que el florecimiento debería incluir el necesario respeto a la naturaleza, y que desde su perspectiva marxista ahondara en autores que enfatizan el ecosocialismo ante la catástrofe planetaria del capitalismo. Como lapidariamente se ha gritado en una manta: ?No somos defensores de la naturaleza. Somos la naturaleza defendiéndose?. Hay que alabar en el libro de Julio Boltvinik sus importantes enseñanzas. Se trata de un libro que interpela y sacude. Habrá que estudiarlo y difundirlo. Debemos agradecer que nos obligue a afinar y expandir nuestra mirada.