Resumen: El presente ensayo fotográfico describe la cosmovisión acerca del enteógeno teonaná- catl en náhuatl, ndxisti-santo en mazateco o también conocido como hongo sagrado (Psyilocybe aztecorum) como imaginario social, el cual simboliza la otredad que existe entre dos espacios ontológicos, uno referente al mundo que habitamos y otro desde el mundo santo.
Palabras clave: hongos sagrados, símbolos, enteógenos, imaginarios sociales.
Abstract: This photo essay describes the cosmovision about the teonanácatl entheogen in Nahuatl, ndxisti-santo in Mazateca or also known as sacred fungus (Psyilocybe aztecorum) as a social imaginary, which symbolizes the otherness that exists between two ontological spaces, one concerning the world we inhabit and one from the holy world.
Keywords: sacred fungus, symbols, entheogens, social imaginaries.
Fotografía etnográfica
El papel de los enteógenos como imaginario social en la mazateca: Huautla de Jiménez, Oaxaca
The Role of Entheogens as a Social Imaginary in Mazateca: Huautla de Jimé- nez, Oaxaca
Recepción: 19 Febrero 2021
Aprobación: 01 Diciembre 2021
El neologismo de enteógeno que emana de las raíces griegas “en theos genos” da por significado “generar lo divino” (Glockner, 2008) y su uso en México se remonta a más de tres mil años, referente a plantas psicoactivas que eran consu- midas con el fin de adquirir conocimiento ancestral, herbolario, de sanación, y otros saberes agrícolas. Su uso data de la época precolombina en Mesoamérica y, dentro de su misticismo se relata el objetivo de llegar a Estados Alterados de Conciencia (EAC) para establecer un diálogo con sus divinidades, es decir, una práctica en la cosmogonía ancestral que es dirigida por un curandero, sacerdote, chamanes distinguidos de las culturas indígenas, personas de conocimiento o también conocidos como “Chjota chijne” en mazateco (Rodríguez, 2017).
En el caso de los hongos sagrados o teonanácatl en la lengua náhuatl, Guz- mán (2016) refiere su origen siberiano en el periodo Paleolítico. Sin embargo, la atención y divulgación científica se remonta a 1950 con los primeros estudios de los trabajos de campo en México de Reko y Schultes en 1938-39 en Huautla de Jiménez, Oaxaca. Este pueblo mágico se encuentra en la parte alta de la Sierra Mazateca, con una población de 30,004 habitantes. Una región caracterizada por curanderos, hechiceros y sabios en la medicina ancestral a través de la ingesta del hongo o conocido entre los mazatecos por santitos. Esta última definición de los “santitos” se asocia al sincretismo religioso que guarda la representación sim- bólica durante las veladas mazatecas en la ingesta del hongo sagrado, en la cual Jorge Pineda, hijo mayor de Julieta Casimiro, una de las trece abuelas indígenas del mundo así denominadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el Consejo de Paz, relata la asociación de estas imágenes religiosas durante las veladas mazatecas.
Jorge: todo es católico, porque en el sentido que nosotros como curan- deros configuramos, o hacemos la situación de quitarle la mala idea que traiga el amigo, por ejemplo, si es protestante o si pertenece a una secta, pues nosotros antes nos damos cuenta y no es necesario que nos diga. En el ritual nosotros nos damos cuenta de que ya conoce a sus santitos, vemos que empieza a sufrir, porque está en una fase donde está viendo la realidad y está viendo una cosa oscura, entonces es ahí donde él tiene un choque y nosotros nos damos cuenta, entonces para eso él tiene que decir, bueno pues soy así. Más, sin embargo, si se mantiene en su caballo, pues bueno está bien y sigue, esto no quiere decir que este es un chingón ¿no? A lo mejor vas a topar pared ahorita y te va a costar un pedo salirte de ahí. Finalmente tú te vas a dar cuenta pues este es en el que creo, tu no me vas a decir en que creer ni en todos los santos, tú me vas a decir, pues mira tengo el enfoque en este, y a lo mejor no me da tiempo de felicitar a María, a la Magdalena, a San Miguel, San Martín, ósea en todas partes no me va a dar tiempo, entonces papá Dios, perdóname y también a la madre tierra yo les pido
una disculpa y pues yo me voy con este papa Dios. Claro, yo los invoco a todos, porque si los necesito ¿no? Las imágenes funcionan para que escojas con quien, y te definas y tu sientas la seguridad de tener el poder de ellos, el poder alguien porque tú tienes que sentir el poder de ellos al momento de estar con los santi- tos” (Jorge Pineda, 66 años, Trabajo de campo en octubre 2019).
Los trabajos del padre de la etnobotánica, Richard Evans Schultes y de Jean Basset Johnson en 1940 sobre plantas psicoactivas y años posteriores la in- vestigación del etnomicólogo Gordon Wasson en 1955 junto a esposa Valentina Paulovna y su hija Masha con los santitos bajo el cuidado de la curandera maza- teca María Sabina (Glockner, 2006; Piña, 2017) resultó un parteaguas y bandera- zo inicial en busca de los santitos para un movimiento contracultural en los años sesenta que ya causaba revuelo en la historia de México ya que, esta oleada de personas en los años sesenta y setenta en Huautla, desató un caos en la mazateca incluso donde el ejército cerró la vía de acceso por órdenes presidenciales, pero más tardo la armada en llevárselos que a su regreso en busca de este enteógeno. Ante ello, Alejandrina Pedro argumenta que este hervidero de hippies venía en busca de la sacerdotisa ya que, habían encontrado este símbolo de espiritualidad sin necesidad de desplazarse hasta oriente, sin embargo, “las gentes de Huautla al principio aceptaron y veían sin importancia la presencia de los extraños, pero al observar que hacían uso irrespetuoso de las prácticas sagradas, se molestaron” (parr. 5). En ese entonces, María Sabina conocida como mujer águila, marcó un referente para la región mazateca debido a que refería a los hongos sagrados como Ndixti-santo que en mazateco quiere decir, niños santos.
El relato de Eckart Boege en su experiencia con los santitos narra que deben tomarse de noche, asociando la calma y serenidad del descanso en donde “no debe haber perro alguno, ni interrupción. Las distracciones provocan imá- genes indeseables dentro del viaje. Pero hacer el viaje de noche también tiene otro sentido: el de estar en lo oscuro y convertir la noche en día y así, ver todo” (Boege, 1984: 271).
La fotografía presentada expone la cosmogonía de Huautla de Jiménez en torno a su planta sagrada, el espacio destinado y construido para las veladas mazatecas junto a todo este imaginario social definido como “un conjunto de valores, instituciones, leyes, símbolos y mitos comunes a un grupo social más o menos concreto y, en parte, a su correspondiente sociedad” (Imaginario colectivo 2010: 433) que bajo un enfoque cultural y simbólico son materializados como “cosas u objetos diversos, puertas, cruces, mesas, soles, animales, árboles y plan- tas, que adquieren una suerte de valor agregado” (Baeza 2015: 177). ֍