Fotografía etnográfica
Recepción: 28 Enero 2021
Aprobación: 05 Mayo 2021
Resumen: El objetivo del presente trabajo es mostrar la continuidad en el uso del camino histórico de Ecatepec de Morelos, estado de México, para entrar o salir del territorio que hoy ocu- pa la Ciudad de México en su franja nororiente, a pesar de las distintas transformaciones ocurridas a su alrededor en los últimos siglos, derivado principalmente de la desecación del lago de Texcoco y de la urbanización masiva del territorio; aprovechando la realiza- ción de un registro fotográfico sistemático durante once años de las peregrinaciones que acuden a la basílica de Guadalupe en la víspera del 12 de diciembre por ese camino, se da cuenta no sólo de su permanente uso, sino de una serie de elementos arquitectónicos y de infraestructura urbana construida en diferentes periodos históricos, que han sobre- vivido a la vorágine urbana como testigos de la transformación de dicho territorio.
Palabras clave: Ecatepec, camino histórico, Albarradón, Guadalupe.
Abstract: The objective of this work is to show the continuity in the use of the historic road of Ecatepec de Morelos, state of México, to enter or leave the territory that today occupies Mexico City in its northeastern strip, despite the different transformations that have oc- curred around it in recent centuries, derived mainly from the drying up of Lake Texcoco and massive urbanization of the territory. Taking advantage of the realization of a syste- matic photographic record over eleven years of the pilgrimages that come to the Basilica of Guadalupe on the eve of December 12 through this path, he not only realizes its per- manent use, but also a series of architectural elements and of urban infrastructure built in different historical periods, which have survived the urban maelstrom at witnesses to the transformation of said territory.
Keywords: Ecatepec, historical road, Albarradón, Guadalupe.
En memoria del arqueólogo Vicente Camacho Lucario, defensor incansable del patrimonio cultural de Ecatepec.
Este trabajo forma parte de una investigación sobre el territorio y los procesos de urbanización del actual municipio Ecatepec de Morelos, estado de México, que ha permitido identificar una diversidad de elementos de carácter histórico, antropológico y de sociología urbana que se presentan a lo largo del territorio municipal, que en la cotidianidad del ir y venir impuestos por los ritmos de una metrópoli como la Ciudad de México, en la mayoría de los casos pasa desaper- cibido.
No obstante, a veces sólo se requiere poner atención a los elementos del paisaje para identificar una especie de supervivencias como las describió Taylor en el siglo XIX (Taylor, 1871), así como a las prácticas socioculturales que su- ceden a nuestro alrededor, para darnos cuenta de la historicidad que existe en el territorio y que a su vez dan cuenta de la continuidad de las sociedades a través del tiempo.
En el caso de la zona metropolitana de la Ciudad de México, todavía hay mucho por escribir de ello, sobre todo, si consideramos que es un territorio ocupado por núcleos de población desde antes de la llegada de los españoles, que en muchos casos, persisten en la actualidad; de acuerdo con García Canclini, la capital mexicana está conformada por etapas que son testigos de los diversos periodos históricos por los que ha transitado, lo cual ha generado una “[…] hete- rogeneidad multitemporal en la que ocurren procesos de hibridación, conflictos y transacciones culturales densas” (García, 2005: 14).
Sin embargo, y de acuerdo con las dinámicas de expansión urbana ocu- rridas en las ultimas décadas en la Ciudad de México, este fenómeno rebasa los límites jurisdiccionales de la capital del país y se presenta en toda la metrópoli, con distintos grados de intensidad, sobre todo, marcado por la velocidad con que la mancha urbana ocupa el territorio.
Ahora bien, no hay que olvidar que el polo de atracción que ha tenido la hoy capital del país en distintos periodos históricos (Tenochtitlán, capital de la Nueva España, Distrito Federal, Ciudad de México) ha sido muy poderosa, por lo que llegar a ella significó acceder a un mercado laboral diverso, al comercio, a la provisión de distintos servicios administrativos, médicos, educativos, etc. Por lo tanto, los caminos que llevan a la ciudad han sido indispensables a lo largo del tiempo, como ejemplo, podemos observar el mapa de Upsala, el cual registró a mediados del siglo XVI los diferentes accesos a la ciudad, tanto por tierra como por agua (León y Aguilar, 2016).
Para el caso que nos ocupa, el camino histórico de Ecatepec de Morelos, se encuentra en la zona nororiente de la ciudad, y se tienen registros de su ocu- pación como lugar de paso, desde cuando menos el siglo XIII, al ser utilizado y ocupado temporalmente por los mexica para acceder a lo que sería a la postre la ciudad de Mexico-Tenochtitlán (Alvarado, 1998: 38); incluso, para la zona norte del territorio referido, Alva registró que el área de Acalhuacan fue el lugar en donde se disputaron diferentes batallas militares en el siglo XV (Alva, 1975: 333- 334), derivado quizá porque dicho espacio era el lado más estrecho para cruzar el lago hacia la zona de Texcoco.
En este sentido, es importante tener claridad respecto a las condiciones naturales que presentó esta zona de la cuenca de México, cuando menos hasta el siglo XIX, las cuales consistían principalmente en formar parte del lago de Tex- coco en su lado oriente y la Sierra de Guadalupe en el poniente.
A pesar de esas condiciones o quizá por ellas, se estableció un corredor de núcleos de población desde el periodo prehispánico -Ecatepec, Tulpetlac, Coa- titla y Xalostoc-, que todavía subsisten en las faldas de la Sierra de Guadalupe, que permitieron a su vez el uso de una franja de tierra firme en sus orillas como camino para comunicarse hacia el sur o el norte de la cuenca (ver mapa 1).
Invariablemente este camino ha cambiado a lo largo de los siglos, de pre- sentar un paisaje eminentemente lacustre en donde las actividades humanas ape- nas eran perceptibles, en la actualidad, el escenario es completamente urbano, lo que ha transformado drásticamente el paisaje, a tal magnitud que la evidencia del lago de Texcoco quedó desaparecida, salvo por la infraestructura hidráulica que, a pesar del tiempo y de las condiciones e intereses que representa la vorágine urbana todavía persiste, me refiero al albarradón de San Cristóbal y a la Casa del Real Desagüe -hoy Centro Comunitario Ecatepec Casa de Morelos-.
Además de la infraestructura que ha sido testigo de los cambios ocurridos sobre este camino, también se pueden observar prácticas socioculturales alrede- dor de él, para el caso que nos ocupa en este texto, nos referimos a las peregrina- ciones que transitan por dicho territorio para acceder a la Basílica de Guadalupe.
Al respecto, las imágenes que se presentan en este trabajo, fueron re- gistradas sistemáticamente el día 11 de diciembre durante once años, de 2009 a 2020, en el camino que he denominado corredor histórico de Ecatepec de More- los que atraviesa en su tramo suroriente a nororiente el territorio del municipio Ecatepec de Morelos, a través de las vialidades conocidas como antigua carrete- ra México-Pachuca1 y la vía Morelos.
1 También fue conocida como carretera México - Laredo y México - Veracruz.
Los motivos principales por los que se estableció este registro fotográfico en el tiempo y el espacio mencionados obedecen a dos factores particulares, 1) el 11 de diciembre es la víspera a la celebración de la aparición de la Virgen de Guadalupe el año de 1531 en el cerro del Tepeyac2, por lo que el arribo de cientos de miles de personas al templo mariano se intensifica ese día3 y, 2) ser uno de los principales caminos para acceder a la Basílica de Guadalupe en su zona nororien- te, así como, al territorio que ocupa la Ciudad de México.
Consciente de que el periodo de 11 años es muy corto para representar las inmensas transformaciones ocurridas en el territorio expuesto, este trabajo sí per- mite visibilizar el uso permanente de este camino, para acceder a la Basílica de Guadalupe, a través de diversas peregrinaciones, a pesar de los cambios que, en este tiempo han ocurrido en él, como se podrá observar a lo largo del documento.
Si bien, en la actualidad las características de este camino están perfecta- mente identificadas con una vialidad primaria, con cualidades típicamente urba- nas, por donde transitan diariamente decenas de miles de vehículos automotores y franqueada de fábricas, centros proveedores de servicios y comercios de distin- tas escalas a lo largo de aproximadamente 12 kilómetros, permanecen una serie de elementos materiales que dan cuenta del uso histórico que se ha hecho de ese territorio como camino.
Para darle estructura a este trabajo se dividió en tres partes, en la primera se presentan las imágenes que muestran el espacio que conforma el albarradón de Ecatepec, de aproximadamente dos kilómetros de longitud; la segunda está integrada por el espacio que ocupa la Casa del Real Desagüe hoy llamado Centro Comunitario Ecatepec Casa de Morelos y el Puente de Fierro; y, finalmente la tercera se compone por diversas lugares que forman parte de la antigua carretera México-Pachuca y la vía Morelos.
Cada una de estas partes incluye una breve descripción contextual geo- gráfica e histórica que permitan al lector una mejor comprensión de las imágenes presentadas.
2 El cerro del Tepeyac forma parte de la Sierra de Guadalupe, ahí se construyó desde el siglo XVI un templo dedicado a la virgen de Guadalupe.
3 Cabe destacar que el 11 de diciembre de 2020 fue atípico, debido a la emergencia sanitaria por el Coronavirus SARS-CoV-2, no hubo peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe, lo cual se registró en las imágenes tomadas ese día.
Mapa 1. Corredor histórico de Ecatepec de Morelos
Fuente: Ismael Mejía Hernández, 2015, con base en INEGI 2010 y Google maps 2010.
El Albarradón de San Cristóbal Ecatepec
Si bien en la actualidad no existen fuentes contundentes sobre la existencia de esta obra hidráulica en la época prehispánica, si hay evidencia en el Códice Xo- lotl en la que se muestra que la zona del Acalhuacan, en donde se encuentra el albarradón, era el espacio más estrecho para cruzar el lago de Texcoco hacia la parte nororiente de la cuenca.
Es hasta el siglo XVII, cuando se tiene registro de la construcción de dicha obra (Torquemada, 1975), cuyo objetivo fue controlar el agua que bajaba de los lagos de Zumpango y Xaltocán hacia el lago de Texcoco, sobre todo en la época de lluvias.
De forma paralela, esta construcción permitió la creación de una calzada que brindó la posibilidad de cruzar por tierra firme en época de secas hacia la capital de la Nueva España o hacia la zona de Texcoco, en un contexto en que la apertura de ca- minos fue fundamental para el transporte de mercancías a la ciudad (Sánchez, 2003, 28-30); de acuerdo con Trinidad “[…] La albarrada prehispánica se convirtió en el albarradón de San Cristóbal, con la función de calzada-dique. Este segmento del ca- mino real une, en su extremo norte, el camino que viene de Veracruz-Puebla-Tlaxcala con el de los minerales de Real del Monte y Pachuca” (Trinidad, 2015: 59). Existe un mapa, en el Archivo General de la Nación (AGN), fechado en el siglo XVIII, que muestra de forma gráfica la laguna de San Cristóbal y la Calzada que se forma a un costado del albarradón (ver mapa 2).
Durante la época colonial y el siglo XIX existieron diversas reparaciones a dicha obra hidráulica y por consecuencia a la calzada, que permitieron su conserva- ción (Suarez, Mejía y Molina, 2017). En la medida en que se fueron desecando los lagos de Xaltocan, Zumpango, San Cristóbal y Texcoco, dicha construcción dejó de tener utilidad en términos hidráulicos por lo que cayó en desuso, sin embargo, la cal- zada siguió teniendo funcionalidad para comunicar hacia el nororiente y suroriente de la cuenca.
Ya en el siglo XX, cuando la urbanización del territorio municipal era una realidad, este monumento histórico marcó una frontera imaginaria entre el tipo de urbanización por colonias populares que prevaleció en el municipio hasta la década de 1980, la cual se desarrolló de forma paralela con su industrialización, frente a un tipo de urbanización por conjuntos urbanos que empezó a desarrollarse durante la dé- cada de 1990 y que se convirtió en el modelo de urbanización imperante en la región hasta la actualidad (Mejía, 2019).
Esta frontera imaginaria, se puede identificar incluso a los costados de estos dos kilómetros que abarca el albarradón, en donde se construyó en su lado oriente el fraccionamiento La Veleta, a principio de la década de 1990 y en su lado poniente, la primera sección del conjunto urbano Los Héroes Ecatepec, sobre terrenos ejidales del núcleo agrario del pueblo Santa María Chiconautla a finales de dicha década.
Debido a la expansión urbana que se ha intensificado en la metrópoli de la Ciudad de México en las últimas décadas y por consecuencia a la exigencia en la construcción de nuevas vialidades que permitan una mayor movilidad de la pobla- ción, esta obra se ha visto en un peligro constante de desaparecer, el primero que se tiene registrado es a principio de la década del 2000, cuando se empezó a construir una ampliación de la vialidad, en el tramo en que se encuentra el albarradón, preten- diendo destruir dicha obra, sin embargo, la organización a través de la asociación civil Amigos del albarradón, lo impidieron, logrando que se suspendiera la obra en uno de sus tramos, además de que en el año 2001, se declaró a dicha obra como zona de monumentos históricos, por el ejecutivo federal.
No obstante, en el año 2016 inició la construcción, a un costado de dicho monumento, los carriles exclusivos por dónde pasará el transporte público confinado Mexibus en su línea 4. A pesar de la intervención del Instituto Nacional de Antropolo- gía e Historia (INAH) en trabajos de rescate arqueológico en la zona del monumento, restaurando algunos tramos del mismo, dicha obra no se canceló, poniendo en peligro su permanencia, sobre todo, por los cientos de toneladas de cemento y varilla que se instalaron a escasos metros de él (ver imagen 4).
Además de ello, dicha obra ha cambiado la fisonomía del paisaje, y ha mo- dificado el paso de los peregrinos que acuden a la Basílica de Guadalupe el 11 de diciembre en el camino que históricamente han transitado, cómo se puede observar en las imágenes 1, 2, 3, 4, 5 y 6.
Fuente: agn, Fondo documental, Tierras, v. 2347, exp. 1, f. 80.
Casa del Real Desagüe - Puente de Fierro4
La Casa del Real Desagüe fue construida en la época colonial, “[…] para albergar al personal administrativo (de las obras del desagüe)” (García, 1993: 11); además de ello, este espacio fue utilizado para la pernocta de algunos virreyes de la Nue- va España, antes de entrar a la capital, debido a que se encontraba en el camino por el que llegaban los virreyes desde Veracruz (García, 1993: 11).
De acuerdo con diversos documentos encontrados en el AGN, este lugar también fue utilizado como Fuerte militar durante el periodo de independencia (Marmolejo, 2018). Tan es así que, el 22 de diciembre de 1815 fue trasladado a este inmueble uno de los principales insurgentes de la independencia mexicana, José María Morelos y Pavón, para ser fusilado.
4 Se construyó el mito de que la manufactura de dicho puente fue realizada por Gustavo Eiffel en el siglo XIX, sin embargo, de acuerdo con datos publicados por la cronista de Ecatepec en el año 2020, se desmintió dicha información, con lo que quedó de manifiesto que su manufactura fue a principio del siglo XX. (Rivero, 2020: 13-17).
Este evento dio lugar a que se inaugurara casi un siglo después, el 22 de diciembre de 1912, un monumento a Morelos en dicho espacio, para el año de 1933 se le declaró monumento histórico del país y, a partir del año 2001, forma parte de la zona de monumentos históricos del albarradón de San Cristóbal Eca- tepec.
Un hecho trascendental de este monumento es su ubicación, el cual se encuentra a un costado del camino histórico del que hacemos mención, por lo que es un paso obligado para quienes llegan o salen de la Ciudad de México, por la antigua carretera México-Pachuca.
Cabe destacar que, una de las características que ha distinguido históri- camente el actual territorio municipal es ser un lugar de paso, lo que ha quedado registrado, incluso, en la vocación del Santo Patrono del pueblo en donde se estableció desde el siglo XVII la cabecera política, San Cristóbal, a quien se le conoce como el patrón de los viajeros.
Por lo que el actual Centro Comunitario Ecatepec Casa de Morelos, ha sido un referente de los viajeros y/o peregrinos que transitan por su costado. De acuerdo con Trinidad, “[…] Decenas de miles de guadalupanos procedentes de Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y regiones del Estado de México como Zumpango, Cuautitlán, Tecámac, Texcoco, Teotihuacán y Acolman tienen como referencia el inmueble como zona de descanso en su trayecto a la Basílica de Guadalupe” (Trinidad, 2015: 61).
Esto se pudo observar en el registro visual que se realizó, a través de las imágenes, 8, 9 y 10, además de que a lo largo de este tiempo se presentaron al- gunas transformaciones del inmueble referido, así como del Puente de Fierro que se encuentra a su costado; cabe destacar que este último, después de quedar en desuso, por la construcción de otro puente en la década de 1970, albergó durante más de 15 años a una galería de arte denominada Puente del arte; desde finales del año 2019, el gobierno municipal en coordinación con el INAH, lleva accio- nes de restauración de dicha infraestructura, (ver imágenes 11 y 12).
Imagen 8. Símbolos patrios
Fuente: Ismael Mejía Hernández, Ecatepec de Morelos, diciembre 2009
Antigua Carretera México Pachuca - Vía Morelos
Esta vialidad atraviesa el territorio municipal en dirección nororiente, en donde se encuentra el albarradón de San Cristóbal Ecatepec, hasta el suroriente, co- nectando con la capital del país y haciendo frontera con la alcaldía Gustavo A. Madero (ver mapa 1); si bien, la estructura urbana que presenta en la actualidad se construye con mayor intensidad alrededor de la segunda mitad del siglo XX al intensificarse la urbanización, su origen como camino se remonta, cuando menos al siglo XIII, con el paso de los mexicas por dicho territorio.
Tal como se menciona líneas atrás, las características naturales que pre- sentó dicho territorio, originaron que se utilizará una franja de tierra firme en las faldas de la Sierra de Guadalupe como lugar de paso, lo cual presentaba la ven- taja que cuando crecía el lago de Texcoco y se desbordaba, se podía subir metros arriba de los cerros y continuar el camino.
En dicho camino fue fundamental la presencia de los pueblos que se ins- talaron en la Sierra de Guadalupe y que hasta la actualidad mantienen una conti- nuidad territorial y poblacional. Sin lugar a dudas, estos pueblos desempeñaron un papel fundamental en el uso y mantenimiento de este camino, no es casual que estos se encuentren a escasos metros de lo que hoy es la vía Morelos (ver mapa 1).
Existe en el AGN, un registro en el inventario de bienes realizado a prin- cipio del siglo XIX al pueblo de San Cristóbal Ecatepec, que da cuenta de la utilización de parte de sus tierras como lugar de paso de los viajeros, por el cual cobran peaje en la época de lluvias.
[…] dicho terreno cuando el camino Real de Veracruz está anegado, esto es el camino del salado, rinde alguna corta cantidad de partes; y no cuando está seco y andable porque como tierra abierta la disfrutan los pasajeros a su arbitrio y sin pagar (AGN, Instituciones coloniales, Indios, vol. 79, exp. 01.).
Por su parte, en el pueblo de Santa María Tulpetlac, es el sitio en donde, de acuer- do a las crónicas de la aparición Guadalupana en el año de 1531, también se le apareció la Virgen al tío de Juan Diego, Benardino, sanando las enfermedades que lo aquejaban.
El uso y mantenimiento de este camino, permitió que a partir de la década de 1940, en sus costados se instalará uno de los corredores industriales más im- portantes del país en dicha época, debido que además de contar con una vialidad que conectara con la Ciudad de México, en sus alrededores existían, aunque de forma limitada, los servicios urbanos básicos que habían logrado construir los pueblos en mención (Mejía, 2019).
A partir de entonces la infraestructura de la vía Morelos ha sido modifi- cada, en el año de 1940 se mejoró con la modernización de la carretera Nacional No. 1 México–Laredo en su tramo, Distrito Federal–Ecatepec, en las décadas de 1960 y 1970 se construyeron otras vías de comunicación (García, 1998: 138), como la autopista México-Pachuca; durante el tercer lustro del siglo XXI se am- pliaron los carriles de la autopista México–Pachuca.
Como podemos observar, este camino ha sido trascendental en la historia de sus pueblos de origen indígena, así como para el municipio en términos am- plios, su aprovechamiento ha permitido no sólo estar comunicados con la ciudad, sino que su ubicación en la cuenca de México fue atractivo para atraer a la indus- tria en el siglo XX.
Obviamente, dicha vialidad se encuentra en constante cambio, de ser sólo un lugar de paso, se convirtió en un lugar que alojó primero industrias de distintas escalas, y después a diferentes comercios y proveedores de servicios.
A pesar de dichos cambios, el territorio que comprende, los inmuebles históricos que permanecen, así como las montañas de la Sierra de Guadalupe, siguen siendo testigos de las peregrinaciones provenientes del norte de la cuenca de México que transitan todos los años hacia la Basílica de Guadalupe, como se puede observar en las imágenes presentadas. ֍
Referencias
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