Resumen:
El presente artículo es producto de la investigación de Maestría del año 2019 de refugiados saharauis de Tindouf, Argelia (Norte de áfrica), con enfoque cualitativo de corte etnográfico, se analizó la percepción de cooperantes colombianos/as mujeres y hombres saharauis logrando identificar los aspectos de la agencia de las mujeres saharauis entendidos como el papel activo de las estas en el desarrollo de su pueblo. De acuerdo con los hallazgos se reconoció que la agencia de las mujeres saharauis sobre la educación, percepción de sus derechos y participación lo cual ha permitido que el pueblo saharaui no solo sobreviva en la hostilidad de la zona más árida del desierto del Sáhara mientras espera la solución pacífica del conflicto, sino que también incida en los procesos de desarrollo local.
Clasificación JEL: I31, I21, I00
Palabras clave: Mujeres saharauis, agencia de las mujeres, población refugiada, Sáhara Occidental.
Abstract: This article is a product of the 2019 Master's degree research of Saharawi refugees from Tindouf, Algeria (North Africa). The perception of Colombian aid workers, Saharawi women, and men was analyzed through a qualitative ethnographic approach, identifying the aspects of the agency of Saharawi women understood as their active role in the development of their people. It was recognized that the agency of Saharawi women on education, perception of their rights, and participation has allowed them not only to survive in the hostility of the aridest zone of the Sahara desert while waiting for the peaceful resolution of the conflict but also to influence the processes of local development.
Keywords: Saharawi women, women's agency, refugee population, Western Sahara.
Artículos de investigación
Mujeres saharauis del norte de áfrica: tejiendo el desarrollo de su pueblo*
Saharawi women in North Africa: weaving the development of their people
Recepción: 02 Septiembre 2021
Aprobación: 15 Diciembre 2021
Publicación: 20 Enero 2022
El actual conflicto del Sáhara Occidental ha sido de interés académico desde distintas perspectivas, entre ellas la social junto con los derechos humanos, el derecho y derecho internacional en donde se destacan los estudios de Carlos Ruiz Miguel (2001, 2005, 2018), y en Colombia Walter Cadena y Solana (2008). Dentro de algunos de los estudios ha sobresalido el tema de las mujeres saharauis, logrando un alto posicionamiento en su comunidad permitiendo superar imaginarios sobre las mujeres musulmanas y en especial de esta zona de África. Así pues, frente al estudio de y con las mujeres saharauis se encuentran por ejemplo en las investigaciones de Medina (2016a, 2016b), Hidalgo (2014), García y otros (2009), en donde se resaltan las particularidades de estas mujeres sus procesos de resistencia, perspectiva feminista, entre otras. En esta vía, se desarrolló el proyecto de investigación de maestría (Córdoba & Aldana, 2019), que se propuso identificar cuáles son los aspectos de la agencia de las mujeres saharauis en tres categorías: educación, percepción de derechos y participación. El presente artículo es resultado de la investigación que inicia con una contextualización, presentación de referentes teóricos, explicación de la metodología el cual posteriormente aborda resultados, discusiones académicas y finalmente reúne las conclusiones.
El Sáhara Occidental se encuentra en el norte de áfrica y limita al sur con Mauritania, al este con Argelia, al oeste con el océano atlántico y al norte con Marruecos (actual ocupante). Fue colonia española a partir de la Conferencia de Berlín de 1884 (López-Baroni, 2015), donde potencias europeas dividieron áfrica; desde los años sesenta se reconoció su derecho a la autodeterminación conforme las resoluciones de la ONU 1514 de 1960, 1654 de 1961, 1700 de 1961, que sumado a los ánimos de independencia contribuyeron a que se gestara la organización que hasta el momento ha liderado la lucha por la autodeterminación del Sáhara Occidental, el Frente Polisario -Frente Popular para la Liberación de Saguia el-Hamra y Río de Oro- (Gómez, 2013; Cadena & Solana, 2008), cuyo principal objetivo ha sido la independencia de España y la creación de un Estado Saharaui (Ruiz Miguel, 1995 citado por Gómez, 2013). Empero al inalienable derecho a la autodeterminación de los pueblos, este país no lo logra pues España, en lugar llevar a cabo un adecuado protocolo de descolonización, estableció una administración temporal del Sahara Occidental compuesta por los países vecinos: Marruecos y Mauritania (United Nations - Treaty Series, 1975), lo que propició que Marruecos invadiera civil y militarmente el territorio, actos que la ONU rechazó reconociendo el derecho a la autodeterminación del Pueblo Saharaui (Resolución 3458 de la Asamblea General, 1975), así como el Tribunal de Justicia de la Haya manifestó que no existían vínculos de soberanía territorial ni del Complejo Mauritano ni del Reino de Marruecos con el Sáhara Occidental (Naciones Unidas, 1992). Así pues, pese a al derecho a la libre determinación, España en 1976 abandona el territorio, Marruecos y Mauritania lo ocupan y el Frente polisario proclama la República Árabe Saharaui Democrática (Ruiz-Miguel, 2018), Estado reconocido por más de ochenta países en el mundo y que combatió la ocupación de los países vecinos.
En 1979, Mauritania se retiró de la guerra y de sus intereses sobre el Sáhara (Gómez, 2013), situación aprovechada por Marruecos para construir un muro militar que divide de norte a sur el territorio (Gómez, 2013). En 1991 el Frente Polisario y el Gobierno de Marruecos firman un acuerdo de paz auspiciado por la ONU y se crea la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental) (Resolución 690 del Consejo de Seguridad, 1991), referéndum que no se ha llevado a cabo hasta el momento.
Así pues, de acuerdo con el recorrido anterior, a raíz del conflicto de ocupación por parte de sus países vecinos en 1975, el territorio se dividió en dos partes y la población originaria de este territorio se vio obligada a desplazarse a cuatro zonas. Cuando se caracteriza al pueblo saharaui, se refiere en términos geográficos a los pobladores en las zonas ocupadas por marruecos, el pueblo saharaui en la ‘zona liberada’1, la diáspora2 y los habitantes saharauis en los campamentos refugiados ubicados en la provincia de Tinduf al sur de Argelia.
Conforme lo anterior, el conflicto del Sáhara Occidental es una disputa por el territorio y sus actores son un pueblo que amparado en el Derecho internacional y aunque ha sido proclamado una república reclama un territorio y un ocupante ilegal3 que controla dicho territorio.
La investigación se desarrolló en los campamentos de refugiados saharauis. Llama la atención que, pese a ser una población refugiada la cual depende de la cooperación internacional, su gobierno opera desde el exilio y el lugar en donde habitan es una zona hostil para el desenvolvimiento de la vida. El pueblo saharaui ha hecho de este sitio inhóspito del desierto del Sahara un espacio habitado que les ha permitido atender, en gran medida, las necesidades básicas de una población de más de 200.000 habitantes, también han establecido procesos de desarrollo local desde la educación, salud, alimentación, vivienda, entre otros, posibilitando no solo sobrevivir temporalmente sino pensarse como comunidad en prospectiva de cara al retorno a su territorio, una vez concluya su proceso de autodeterminación según la normativa internacional.
Lo anterior se identificó en los viajes realizados anualmente a los campamentos, por una Organización no gubernamental colombiana, en la que viajeros y viajeras convergieron en un escenario de percepción común, donde se reconoce a la mujer saharaui como piedra angular de los procesos de desarrollo de su comunidad, lo cual se evidencia en entrevistas, textos académicos, tesis de grado a nivel de maestría y doctorado, así como en los festivales culturales y producciones audiovisuales. Por ello, la investigación se propuso identificar los aspectos en educación, percepción de derechos y participación de la agencia de las mujeres saharauis, pue esta ha sido determinante para el desarrollo local. En virtud de lo anterior, se abordaron los aspectos de la agencia de las mujeres a partir de los planteamientos de Amartya Sen (2000) y las capacidades centrales que propone Martha Nussbaum (2002).
La metodología del proyecto tuvo un enfoque cualitativo, planteado en tres líneas: la principal, de corte etnográfico desde la perspectiva de Sampieri et al. (2014), que busca la interpretación y descripción de la agencia de las mujeres saharauis a partir de la cotidianidad así como las experiencias en los campamentos de Tindouf; la segunda, mediante la identificación de voces, vivencias y percepciones de cooperantes colombianos y colombianas sobre de la población, mediante la aplicación de entrevistas; y, la tercera, consistió en la revisión documental desde los planteamientos de Díaz (2018).
Dentro del trabajo de campo se realizaron grupos focales con las mujeres de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis, entrevistas semiestructuradas y el taller ‘Caminos de las mujeres saharauis’, como un ejercicio participativo basado en cartografía social junto con otras metodologías participativas que buscó examinar el sentir de las mujeres en cuanto al pasado, presente y perspectiva de futuro lo que permite una construcción de relato local.
Como instrumentos de recolección de información se emplearon diarios de campo, entrevistas estructuradas y semiestructuras a cooperantes colombiano/as que viajaron a los campamentos de refugiados en los años 2017 y 2018, en los viajes solidarios de una Organización no gubernamental colombiana, con la información recolectada se realizó un análisis de contenido (Galeano, 2007).
Desde el inicio del éxodo de la población del Sáhara Occidental, las mujeres se preocuparon por brindar condiciones igualitarias de acceso y calidad de la educación tanto a hombres como a mujeres, principio que en la actualidad se mantiene. Por ejemplo, en cada wilaya (Auserd, Smara, Dajla, Aaiún y Bojador)4 existe una escuela primaria donde asisten todos los niños/as, allí comparten y aprenden de las que en su mayoría son profesoras mujeres, como lo corroboran las percepciones estudiadas, es decir, no existe diferencia de género en el acceso a la oferta educativa en los campamentos. Se puede decir en estos años de exilio las mujeres saharauis han enfocado su esfuerzo, en crear una estructura educativa sólida para lograr la autodeterminación y bienestar de su pueblo en condiciones de igualdad, en tal virtud, el presente apartado aborda la agencia de las mujeres en la educación, entendida en tres áreas: educación formal, no formal e informal.
La educación formal, tiene su origen en la instalación de los campamentos, como lo mencionan narraciones de hombres y mujeres saharauis e inclusive, textos académicos como López-Baroni (2015). Así, se reconoce que las mujeres en ausencia de los hombres -quienes estaban en la guerra- hacían hoyos en la tierra, mezclaban el adobe para crear ladrillos y levantaban las primeras estructuras que serían tanto sus casas como escuelas. Fueron ellas quienes erigieron esas estructuras iniciales en el refugio. En esas primeras escuelas, las mujeres se preocuparon por alfabetizarse unas a otras y por enseñar a los niños/as y jóvenes sobre ciencias, matemáticas, filosofía al igual que las artes. En la actualidad, existen algunos profesores hombres, pero se puede decir que en su mayoría son las mujeres quienes asumen el rol de cuidado y educación, organizados bajo el liderazgo de rectoras, coordinadoras y profesoras tal como se corroboró en el trabajo de campo. Las escuelas también han contado con el apoyo internacional, a través de misiones que han contribuido con el sistema educativo saharaui. Por ejemplo, para los estudios de educación superior existen grandes limitaciones de acceso tanto para hombres como para mujeres por la condición de exilio; sin embargo, gracias a la gestión del pueblo saharaui en su conjunto y a la cooperación internacional, se lograron gestar convenios y becas para que estos/as jóvenes se formen profesionalmente en otros países.
En la investigación la educación no formal se entiende como aquellas acciones pedagógicas no obligatorias externas a las instituciones educativas, pero que cuentan con intensión formativa, diseño, planificación y certificaciones. Desde las casas de la cultura y casas de las mujeres se han promovido cursos y talleres dirigidos por y para las mujeres. La oferta está relacionada en áreas como peluquería, cocina, artesanías, salud sexual y reproductiva, contabilidad, conducción, sistemas, negocios, entre otros. Esta modalidad tiene la particularidad, de que no solamente la oferta es realizada por las organizaciones externas mediante la cooperación internacional, también son las mujeres saharauis quienes lideran las iniciativas educativas. Desde la casa de la cultura, grupos y la casa de la mujer, se dictan cursos libres para el estudio de idiomas como inglés y francés, que consolidan la apuesta por la educación no formal y permite a los participantes facilitar el contacto con el resto del mundo. A su vez, también existe una escuela de idiomas en los campamentos con alta demanda por parte de las mujeres de la zona.
La educación informal también avanza en los campamentos de refugiados bajo el liderazgo de las mujeres, con el transcurso de los años en el exilio, esta sigue siendo fundamental para pueblo saharaui. En el caso de la educación para la primera infancia, no existen instituciones educativas ni jardines infantiles, pues no se acostumbra que asistan a esas edades, por ello en esta primera etapa de la vida, los y las responsables de la educación es la comunidad en general.
El trabajo de campo permitió identificar que la educación desde la casa tiene suma importancia, la responsabilidad es principalmente de las mujeres y no se refiere solo a las mujeres de la familia, también es responsabilidad de las vecinas y amigas en reiteradas ocasiones. Durante la realización de los grupos focales de la investigación, varios niños/as llegaban a casas distintas a las suyas y las mujeres, a pesar de que no eran sus hijos o hijas, los recibían y enseñaban aspectos de la vida cotidiana.
En lo referente al nivel educativo de las mujeres saharauis, la percepción de los/as saharauis entrevistados, cooperantes y la observación de las investigadoras, coincide en que la formación de las mujeres ha sido fundamental en el desarrollo de la comunidad, son ellas quienes promueven el acceso a la educación con equidad (tanto a hombres como mujeres); lo cual se evidencia en la alfabetización, el aprendizaje de otros idiomas, la profesionalización y diversidad de profesiones de las mujeres, se encuentran profesoras en todas las áreas: médicas, agricultoras, abogadas, economistas, politólogas, camarógrafas, militares, policías, entre otras.
En un mural de la Casa de la Mujer de la Wilaya Smara se encontró un texto en árabe que traduce: ‘Mientras estemos unidas seremos fuertes’. La sororidad entre las mujeres es una clara evidencia de su formación educativa, pues gracias al estudio que ha posibilitado la movilización de las mujeres, ha sido posible su participación en diferentes ámbitos de los campamentos, como así lo considera Tumana (Mujer saharaui, 38 años, 2019). Por ejemplo, en el caso de la casa de discapacitados, esta iniciativa surge como una forma de apoyo entre mujeres para ayudar a las cuidadoras de la población en condición de discapacidad, así lo expresa la directora del centro de discapacidad de Auserd,
La creación de este centro no fue pensada, inicialmente, en la atención a los niños sino en que las mujeres madres de los niños enfermos tuvieran donde dejarlos, mientras ellas iban a estudiar y aprender cosas en las casas de las mujeres. (Comunicación personal, 2019).
Finalmente, como lo manifiesta Tumana, la educación también constituye “una puerta para que las mujeres puedan aportar económicamente a sus hogares” (comunicación personal, 2019). Asimismo, las riendas de la educación las llevan las mujeres, como lo expresa una de las lideresas:
la enseñanza aquí la que la llevan son las mujeres, son madres de familia, hijas, son madres de casas, pero con todo esto el factor fundamental de la educación lo juegan las mujeres saharauis, son las educadoras, maestras, profesoras, son las encargadas de los templos, son las directoras de las escuelas, de los centros, de todo, juegan un papel para mí, fundamental. (Grupo focal líderes, wilaya Auserd, 2019).
En ese sentido, se puede decir que las mujeres saharauis han contribuido como diría Sen a la “erradicación de las inequidades que reducen su bienestar” (Sen, ,2000, p. 235), si se tiene en cuenta que a través de la lectura y escritura, así como la formación académica adquirida, les ha permitido ganar espacios en la toma de decisiones dentro de sus casas y fuera de estas, la educación, entonces, entendida desde la perspectiva de Sen (2000), fortalece su gestión y actuar dentro de los campamentos de refugiados, por medio de ella, se encuentren más cualificadas e informadas para la toma de decisiones.
Los derechos de las mujeres no se pierden de vista con los derechos del pueblo saharaui, la autodeterminación e independencia del Sáhara occidental no va en contravía del buen trato hacia las mujeres, ellas son las agentes de sus derechos. En este apartado se evidencia la percepción de los actores de la investigación, frente a la gestión que realizan las mujeres por sus derechos, así como los de su comunidad.
La equidad, se identificó en la investigación como uno de los derechos de las mujeres en el contexto de los campamentos y es entendida como el acceso a oportunidades en igualdad de condiciones para ambos géneros en cuanto a la toma de decisiones, así como en su rol al interior de la familia y en su comunidad. Al respecto, Viviana (cooperante colombiana), comenta:
Yo tuve la oportunidad de convivir con una familia del Sáhara y, definitivamente, el rol de la mamá de la casa es un rol central y principal, ella es muy importante en la familia, es decir, no solamente la opinión del papá es la que cuenta, es incluso más importante la opinión de la mamá en las decisiones de la familia. Observé que, en general, todos los integrantes de la familia tienen mucho respeto hacia ese rol que cumple la mamá en el Sahara. (Comunicación personal, 2019)
Para Viviana, las decisiones al interior de las familias se toman, en gran medida, con el consentimiento de la madre o de las mujeres mayores. Es de anotar que, en el caso del respeto hacia los suegros, indistinto si el suegro o la suegra, pues el accionar saharaui, se encuentra por encima de las distinciones de género.
Según las indagaciones in situ, las oportunidades para el acceso a la educación, así como la participación en la política local, son las mismas. Al preguntar por el aprovechamiento de las oportunidades económicas, se encontró que, en la población saharaui, los microcréditos se han convertido en una fuente de ingresos importante para algunas familias. Brahim Mokhtar Boumakhrouta, ministro de cooperación, menciona que,
hay igualdad de oportunidades para hombres y mujeres para acceder a estos créditos, pero también, de manera particular se ha observado que, a pesar de tener bajas tasas de deudores de los microcréditos, son las mujeres quienes nunca incumplen con las mismas a diferencia de los hombres. (Comunicación personal, 2017)
En ese sentido, se puede decir que no sólo las mujeres tienen las mismas oportunidades, sino que ellas han las han aprovechado en mayor medida, toda vez que el compromiso que adquieren ha permitido que también otras compañeras puedan beneficiarse.
Referente al buen trato, en la totalidad de los entrevistados y según lo que se identificó en el ejercicio etnográfico, coincidió que es poco común que exista violencia intrafamiliar en los campamentos, las mujeres del grupo focal de Smara manifestaron que: “(…) hay límites que no debes pasar, ni yo los paso ni tú los pasas, ni me levantas la voz, mucho menos me pegues, ni me levantes la mano (…)” (Grupo focal, 2019).
De hecho, el maltrato intrafamiliar es rechazado a nivel social, así lo manifestaron los entrevistados/as saharauis, coinciden en que, si un hombre llegase a lastimar a una mujer, este sería señalado por los vecinos y por la misma familia “esto gracias a nuestras costumbres, esto venía de años, no es de aquí de los campamentos, es de muchísimos años” (Mujeres de la wilaya Smara, grupo focal, 2019).
La sanción social frente al maltrato contra la mujer en la sociedad saharaui, ha sido fuerte, que incluso si existieran leyes al respecto, pues es de aclarar que en las indagaciones sobre el tema, se entendió que no existen leyes por escrito para garantizar el buen trato hacía la mujer, por lo tanto, se concluye que la garantía del derecho al buen trato hacia las mujeres es una construcción de estructura social y cultural. Al respecto la visión de los/as cooperantes, no dista. Por ejemplo, una de las lideresas de la wilaya, manifiesta:
Nosotras, gracias a Dios, nunca hemos tenido problema del maltrato como en otras partes del mundo árabe o incluso, europeas y americanas (…) el islamismo en sus leyes indica que no hay que tratar mal a la mujer, hay que ayudarla, entonces, la mujer aquí nunca ha tenido este problema como en otras partes del mundo. Por ejemplo, nuestros vecinos los árabes, no te digo todos, pero la mayoría de las mujeres no pueden salir a la calle, no pueden comprar, no pueden salir de su casa, todo este papel tiene que hacerlo el hombre. Nosotros, gracias a Dios todo lo contrario. La mujer aquí puede salir a la calle, puede ir a la ciudad más cercana para hacer sus compras, aquí en los campamentos puede ir a España, América a Europa. Nosotras somos mujeres y hemos emitido nuestra formación afuera en América Latina y en Cuba, por ejemplo, la mayoría de nuestras mujeres nunca hemos tenido problemas, y eso es gracias a Dios. (Grupo focal Smara, 2019)
Dentro del buen trato se destacó un elemento emergente sobre la libre elección del matrimonio. Natu, joven saharaui de la wilaya de Smara, expresó que tiempo atrás no se podía escoger al marido, ya que los padres eran los que lo elegían para sus hijas, pero hoy en día las chicas pueden elegir con quien casarse (Comunicación personal,19 años, 2017). Claro, aún sigue siendo tabú para los jóvenes mostrar a la luz sus relaciones y es frecuente que los noviazgos, en un primer momento, se lleven a cabo de forma clandestina, sin embargo, cuando los jóvenes ya están seguros y se quieren casar lo realizan sin problema y cuentan con toda su red de apoyo.
Una vez la pareja está de acuerdo, realizan un contrato con las condiciones del matrimonio, las cuales son mutuamente aceptadas; por lo general, la pareja vive inicialmente, al lado de la familia materna. Tumana se manifiesta al respecto diciendo “Creo que la mujere, si no se siente bien con un hombre, debe estar soltera” (Comunicación personal, 2019).
El divorcio es otro de los derechos para resaltar en la sociedad saharaui; es una forma de protección hacia la mujer, se tiene una red de apoyo que las recibe en caso de divorcio:
El divorcio, vamos a empezar por la elección, una mujer no puede pedir condiciones en el divorcio, sólo no es porque tú quieres y va a decir no quédate porfi, si el hombre te trata mal, te pega, no te da todas las cosas que necesitas en casa tienes derecho a pedir divorcio y tienes quien te proteja también, tienes la ley, también, por ejemplo, si ellos no tuvieron niños, hijos, ella también puede pedir divorcio. (Grupo focal de Smara, 2019)
En las costumbres de la sociedad saharaui, existen de facto muchas garantías para las mujeres, por ejemplo, cuando una pareja decide divorciarse tanto los bienes como la custodia de los hijos, quedan en manos de ellas: “También por eso no se querrán divorciar los hombres, porque se quedan sin nada” (Grupo focal Smara, 2019).
Frente a la gestión de la salud, desde la llegada a los campamentos de refugiados esta se encuentra en manos de las mujeres, pues desde un principio ellas acuden a sus conocimientos ancestrales para la curación de enfermedades, la asistencia de los nacimientos, así como la atención de los heridos que dejaba la guerra. Desde ese momento, las mujeres fueron forjando los cimientos para una base estructural de atención en salud, de modo que este aspecto ha llegado a tener programas exitosos consignados en planes de atención sanitaria, que se renuevan cada cuatro años, en los que las mujeres han tenido gran incidencia, logrando incorporar temas que antes eran tabú para la sociedad saharaui tales como la planificación familiar, la salud sexual y reproductiva así como el manejo de las enfermedades de mayor recurrencia en las mujeres.
La percepción de la gestión de la salud por parte de los cooperantes colombianos/as es positiva, ya que todos tienen acceso a las atenciones en salud, entendiendo que la oferta siempre será escasa en condiciones de refugio.
El trabajo mancomunado de las mujeres y hombres saharauis, cuenta hoy en día con un sistema de atención primaria en salud, promoción y prevención, así como procedimientos más complejos, tales como intervenciones quirúrgicas y de diagnóstico. Cada wilaya cuenta con un hospital central en los campamentos también centros médicos de menor complejidad. A su vez, en todos los barrios existen dispensarios de medicamentos, donde la comunidad recibe igualmente orientaciones en temas de la salud.
El esfuerzo de las mujeres por mantener a la comunidad ha motivado el diseño de planes de seguimiento para las mujeres embarazadas, al respecto, es preciso resaltar que en el trabajo de campo, las investigadoras se cuestionaron cómo en las condiciones que se encuentran con pocos recursos disponibles, se cuenta con un sistema de control de crecimiento y desarrollo de los niños hasta los cinco años, el cual se revierte con el aprovechamiento de las raciones, teniendo en cuenta las condiciones de salud de la población de forma equitativa.
El ahínco de las mujeres saharauis en la apuesta por la educación ha garantizado que tanto hombres como mujeres se formen como profesionales de la salud en el exterior, prestando sus servicios de voluntariado en los hospitales de los campamentos de refugiados, estos, a su vez, han conseguido vincular importantes entidades a nivel mundial para realizar brigadas sanitarias, desde el diagnóstico hasta la intervención quirúrgica en varios niveles.
En general, se puede concluir que la labor que han hecho las mujeres saharauis, desde la gestión de la salud, ha permitido mantener vivas a más de 200.000 personas por alrededor de 45 años.
Frente a los desafíos de la distribución justa, es importante señalar que la máxima representación femenina en la estructura de gobierno se encuentra en la base -alcaldías, gobernaciones y líderes de barrio-, es allí en donde se distribuyen las ayudas internacionales, priorizando los beneficiarios, estableciendo las necesidades y demandas de las familias. Saharauis, cooperantes y la observación coinciden en que las dinámicas de distribución de los recursos de la comunidad están en manos de las mujeres.
Al interior de las familias la situación no es diferente:
(…) en las familias saharauis se ve claramente cómo la mujer es quien administra el dinero. Claro, también es un trabajo de dos personas, bueno de los de la cabeza de la familia, pero aun así la confianza de repartir el dinero, de distribuir, de ahorrar, siempre se le da a la mujer. (Sofía, 2019, 16 años, cooperante colombiana)
Teniendo en cuenta lo anterior y acorde con lo que considera Sen (2000), el primer eslabón de la emancipación de la mujer se traduce en el ejemplo que facilita a sus hijos sobre la independencia económica, así como el conocimiento que le proporciona para la educación, administración de los recursos al igual que la distribución de manera justa y equitativa.
La participación cobra un lugar importante en el estudio del caso de las mujeres saharauis, pues la cohesión fue lo que permitió forjar cimientos para el mantenimiento de una estructura socio política al interior de la organización de la vida en el exilio. La investigación a su vez, permitió identificar aspectos relevantes que han desarrollado las mujeres para consolidar y aumentar día a día su participación efectiva y, de esta manera, contribuir con su desarrollo personal, así como el de su pueblo. En primer lugar, se hará referencia a la participación política.
En la participación política, se reconoce que, aunque en el nivel central o en la cabeza del gobierno la mayoría son hombres, la percepción de saharauis, cooperantes y de observación evidencia que las mujeres también tienen incidencia, así como participación política, principalmente, a nivel local. En la espera por la autodeterminación, las mujeres han transitado un camino hacia el reconocimiento y participación política.
La gobernadora Mariam, de la wilaya de Auserd, porta uniforme militar sobre su melpha, con una postura de autoridad y determinación narró a las investigadoras que se ocupa de los asuntos de la Wilaya en todas las dimensiones: seguridad, salud, educación, así como de la mediación de conflictos, área en la que interviene como mediadora en la cooperación y la sana convivencia (comunicación personal, 2017). Lo anterior, coincide con lo que plantea Sen (2000) sobre la resolución de conflictos basada en la cooperación, ya que cuando las mujeres de una comunidad poseen empoderamiento en el aspecto político, tienen la posibilidad de generar espacios de cooperación para la solución y mediación de conflictos.
Durante la investigación se logró determinar que la participación política de las mujeres en los campamentos, en el nivel central del gobierno saharaui es del 13 %, a nivel local es muy superior con relación al de los hombres, ya que este representa el 87 %, concluyendo así que el liderazgo local está en manos de las mujeres. A su vez fue posible concluir además que las mujeres ostentan el 80 % de la participación general en la política de su comunidad. A nivel político, ocupan cargos de dirección y administración en reconocidas instituciones del Estado son líderes locales, alcaldesas, gobernadoras y ministras.
Es pertinente señalar que en las últimas rondas de negociación del Frente Polisario con Marruecos participaron dos mujeres saharauis, a nivel internacional el pueblo saharaui tiene representación femenina en el Parlamento Panafricano, con la destacada lideresa Suelma Beiruk y la representación de la RASD para un país latinoamericano en el año 2018 de la líder: Jadiyetu El Mohtar.
La participación del pueblo saharaui está cobijada por un sistema democrático, por tanto, el voto se convierte en una garantía de participación política. En ese sentido, las mujeres ejercen ese derecho sin distinción con los hombres. Sofía (cooperante colombiana), lo describe de la siguiente manera: “tuve la oportunidad de estar y presenciar unas elecciones de las juventudes saharauis donde todos, hombres y mujeres tenían el derecho al voto y así lo ejercían” (comunicación personal, 2019).
Los y las cooperantes colombianos reconocen a la mujer en la política no como agentes pasivos que ejercen solamente el voto, sino como agenciadoras, en el sentido que son partícipes de las decisiones y de la vida política de su pueblo. La participación política de la mujer también se ha visto representada en la libertad de cooperar con la lucha por la independencia, así como en las acciones que se realizan a nivel internacional, para la divulgación de su causa.
Se reconoce, en el trabajo de investigación, a la Unión Nacional de Mujeres Saharauis como una de las organizaciones más influyentes y agenciadoras en todos los temas de los campamentos. El surgimiento de la UNMS se da a la par con la proclamación de la RASD. Durante más de 45 años, la Unión Nacional de Mujeres ha velado por el mantenimiento de los campamentos, la representación, educación y liderazgo de las mujeres. La unión Nacional de Mujeres Saharauis [UNMS] tiene delegadas en todo el mundo, por tanto, en el nivel internacional la participación política no sólo es masculina, y la UNMS se constituye en una importante institución para garantizar la participación política de las mujeres saharauis.
La asociatividad es la base de la participación de las mujeres, pues se encuentra inmersa en todos los aspectos de la vida cotidiana: proyectos, ocio, familia, negocios, por medio de la asociación entre mujeres, se construyen proyectos productivos de diferente índole. Se resalta en los resultados de la investigación la escuela de conducción donde mujeres le enseñan a conducir a mujeres, para que se preste un servicio de transporte para mujeres, labor que tradicionalmente era ejercida por los hombres.
La participación administrativo-económica de las mujeres saharauis, al tenor de lo expuesto por Sen (2000), se da cuando las mujeres participan en la administración de las decisiones y tienen la oportunidad de aportar en la economía del hogar, fortaleciendo la agencia. Las mujeres gestionan la vida cotidiana, administran las decisiones sobre ellas y sobre su comunidad, logrando establecer relaciones más equitativas entre géneros lo cual incide en que cada día aumenten las iniciativas que fomentan el trabajo de las mujeres, así como el aporte económico para sus hogares.
Las mujeres saharauis se caracterizan por un constante pensamiento en prospectiva, de sueños por cumplir. Al respecto, el cooperante Robinson afirma que:
“(…) uno no espera encontrar en medio del desierto una saharaui aprendiendo para ser asistente de vuelos en aerolíneas en España, entonces da cuentas de hasta dónde pueden alcanzar sus sueños a pesar de todas las dificultades” (comunicación personal, 2019)
Es de resaltar cómo las mujeres saharauis, proyectan las acciones del presente para el futuro, cuando retornen a su territorio.
La participación de las mujeres saharauis en el ocio teniendo en cunta las particulares condiciones de exilio, permeadas por la situación climática, hacen que estos espacios de participación sean limitados y escasos, a pesar de que los días son largos, no existe una amplia oferta de actividades para el uso del tiempo designado a los grupos etarios de la sociedad, esto ha ocasionado que se aumente la tensión de la espera de resolución de su conflicto y el anhelo del regreso a su territorio. Sin embargo, existen algunas actividades de ocio para la mujer saharaui, pues, finalmente esta participación, al ser libre, denota una vez más el empoderamiento sobre su propio ser. Durante la investigación se logró enlistar estas actividades de ocio como: el hamman (baños o spa), las principales usuarias son las mujeres, ya que es una actividad para realizar con amigas, primas y hermanas, a su vez, son ellas principalmente las administradoras de esos lugares, es decir, esta actividad, además de ser una fuente de ingreso económico es una alternativa de ocio que, incluso, hace parte del cuidado de sí (bañarse con champú o jabón, elementos con los que, en ocasiones, no cuentan); la aplicación de henna, como decoración de manos y pies es una tradición que data de la cultura tradicional saharaui y ha permanecido a través de estos 45 años de exilio, donde se transmite el conocimiento entre mujeres; el Maquillaje y autocuidado es identificado en la investigación como un reflejo de la dignidad de la mujer saharaui, tiene manifestaciones no solo internas sino externas, una de ellas es el gusto por el estar bien como personas en su desarrollo académico y profesional, pero también en las manifestaciones de autocuidado, como mascarillas para el rostro, las manos y el pelo; la elaboración y toma del té: las mujeres y hombres saharauis, se encuentran para compartir alrededor del té disfrutando su ritual, los cooperantes señalaron cómo alrededor del té se tejen las más profundas e interesantes conversaciones durante las estadías en las casas de familias; la práctica de Juegos tradicionales como el ‘burro’ o Sig, allí las mujeres se reúnen para jugar entre ellas e invitan a las personas mayores a compartir estos juegos.
Todas estas prácticas recreativas se han consolidado como una apuesta por la reunión y cohesión entre las mujeres de las familias, sus vecinas y amigas, convirtiéndose, también, en una actividad de ocio con las cooperantes que visitan las casas de las familias saharauis.
La investigación identificó los aspectos de la agencia de las mujeres saharauis desde el análisis de sus problemáticas, sentires y particularidades. Tal y como sugiere Nussbaum (2002) se planteó “examinar vidas reales en sus marcos materiales y sociales” (p. 112), bajo una lectura de la realidad saharaui, más allá de diagnosticar, reconoce cómo se perciben las mujeres saharauis y cómo los colombianos/as las perciben, de qué son capaces y cómo lo hacen en medio de una situación de escasos recursos con abundantes adversidades, estableciendo así un sistema de supervivencia que sobrepasa lo que su gobierno les puede otorgar, así como lo que pueden generar para ellas y su pueblo desde su agenciar.
Se reconoce que, si bien las mujeres saharauis tienen solventados algunos derechos fundamentales como la alimentación, salud y educación, demandan de manera urgente, la resolución del conflicto, pues no basta con tener resueltas algunas de las capacidades, ya que, si una de ellas presenta una carencia, necesita de atención urgente (Nusbaum, 2002) y en caso tal, se adolece de algunas libertades debido a la ocupación por parte del gobierno marroquí.
La revisión documental permitió identificar escenarios comunes en los que la academia ha aborda el tema de la mujer dentro del conflicto del Sáhara Occidental, donde se resalta su agencia como motor de desarrollo, representada en la lucha por la supervivencia, así como la calidad de sus acciones las cuales están permeadas por la educación, brindando las bases de su sociedad al igual que la prolongación el mantenimiento de su cultura después de 45 años en el exilio. Lo anterior, conlleva a la promoción de la investigación en torno a las particularidades del pueblo saharaui, entre tanto la desinformación mediática que existe invisibiliza las verdaderas necesidades y aportes al desarrollo en manos de estas mujeres africanas.
La educación del pueblo saharaui ha estado en manos de mujeres desde antes del exilio, pero es en este escenario cobra mayor protagonismo, pues se consolidó como una apuesta de los pobladores a la resistencia y al mantenimiento de los campamentos. La educación para este pueblo ha sido la piedra angular de su desarrollo, esto les ha permitido tener recurso humano tanto para operar como para atender las necesidades de su pueblo en temas de salud, educación, entre otros.
Desde la percepción de derechos de estas mujeres, se puede evidenciar su empoderamiento mediante derechos adquiridos desde las leyes y el sistema cultural. Los derechos son representados, en la libertad de asociación, lo que les ha permitido unir esfuerzos para la creación y puesta en marcha de proyectos para el mejoramiento de la calidad de vida de su pueblo, la asociatividad, que transciende el concepto de libertad para hacia la sororidad presente en los actos cotidianos de cooperación y cuidado entre ellas.
Se identificó que tal como lo plantea Sen (2000), el beneficio de las oportunidades económicas que generan los microcréditos en los campamentos es aprovechado, en mayor medida, por las mujeres, lo cual ha llevado a que los proyectos sean liderados, en su mayoría, por ellas, pero que su beneficio redunde en toda la comunidad.
Existe una prospectiva en el agenciar de las mujeres saharauis, donde ellas se están preparando y en simultaneo a su comunidad, para el retorno al territorio que les pertenece; esta lucha imparable hace que, mientras esperan el regreso se aprovechen las oportunidades actuales permitiendo que pueda estudiar, trabajar, gozar de los buenos momentos que les da la vida en medio del exilio, lo cual constituye, tal como lo plantea Nussbaum (2002), en una construcción de la dignidad, que será definida no desde las ideas preconcebidas del paradigma moderno sino, más bien, desde la construcción social y cultural de la vivencia en la cotidianidad.
La investigación permitió comprender que la garantía del derecho a la alimentación no siempre depende de la disponibilidad de los recursos o de la veeduría para reducir los índices de corrupción; sino que, como en el caso de las mujeres saharauis, el derecho a la alimentación es garantizado desde el uso eficiente de los recursos disponibles. En este aspecto, se invita a reconocer el desarrollo local, desde una perspectiva global, donde existen escenarios de aprendizaje e intercambio cultural de prácticas de supervivencia en contextos de escases de recursos.
La transcendencia de los aspectos de la Agencia de las mujeres saharauis en el desarrollo de su pueblo estará determinada por la resolución del conflicto, el retorno al territorio y con ello la ampliación de las oportunidades y el desarrollo pleno de sus capacidades. El hecho de no solucionar el conflicto conllevaría a que todo el esfuerzo de esta agencia quede estancado en los campamentos de refugiados o retrasado y olvidado bajo el régimen marroquí.
A un año de culminada la investigación, el pueblo saharaui se vio obligado a retomar las armas para defenderse de la violación al alto al fuego por parte de Marruecos. En esta nueva fase del conflicto del Sahara Occidental, se creó un nuevo reto para las mujeres, pues son los hombres quienes de manera mayoritaria se están yendo a la zona de guerra; de nuevo las mujeres saharauis están a cargo de la supervivencia, educación, la responsabilidad de la cohesión social, su cultura y esto, en la continuidad de la investigación, representa un nuevo escenario para entender el papel de la agencia de las mujeres saharauis, ahora en medio de una pandemia y el retorno a la guerra.